..El Jardín de al Lado
por Adriana
Valdes
El Jardín
de al Lado
José Donoso
Seix Barral, Barcelona 1981.
..... El Jardín de al Lado no sorprenderá
a los lectores de José Donoso; yo diría que les (nos) gustará. Es, por
parte del escritor, un recorrido de un terreno conquistado; la lectura
de sus novelas anteriores hizo tal vez un camino más difícil, tenía
que conducir al lector en algo no habitual, sacudirle ciertos hábitos
mentales, en un esfuerzo que valía ciertamente la pena. Y no es que yo
quiera decir que se repite en esta novela; no es así, no más que lo
que se repite un juego de cartas en otro por el simple hecho de usar
el mismo mazo. Lo que digo es que un escritor va enseñandole a su
público (en los dos sentidos: el de instruir y el de mostrar) todo un
conjunto de elementos que arman su mundo imaginario, y que una novela
nueva, a estas alturas, es un nuevo viaje por ese mundo y se hace
señas con otras que conocemos. Algo de eso se explicita en El
Jardín de al Lado: Donoso se cita a sí mismo, el inicio del
cuento "Ana María", "... una niña tan chica en un jardín tan grande".
Y, a pesar de su diversidad, El Jardín de al lado le hace una
venia a "Chatanooga Choo Choo", la primera de las Tres
Novelitas, y en un polo opuesto al de El Obsceno Pájaro de la
Noche (1970) y Casa de Campo (1978). En el conjunto de
las narraciones del autor, este "tono menor" podría definirse
provisionalmente como el de las que presentan personajes aparentemente
menos esperpénticos, más "reconocibles", y que recogen un material más
inmediatamente testimonial. En este caso, es la historia de un
escritor chileno exiliado, que fracasa en su intento de escribir lo
que su mujer llama la "gran novela del golpe". Aqui hay de todo lo que
puede esperarse, historias de exiliados, ecos de conversaciones que
podrían haber sido reales, hechos que reconocemos, situaciones que
podrían ser de fulanito. De todo, menos la pretensión de "dar cuenta"
de una situación que la novela muestra en parte, pero de la que no
tiene intención de hacerse cargo más que en cuanto afecta la historia
de los personajes principales y del friso -propio de una, lograda y
divertida- de personajes que los rodean. Otros testimonios también: el
autor de La Historia Personal del Boom (1972) hace el
ejercicio de imaginarse cómo es el estar excluido del círculo, el
quedarse fuera de "la terrible fiesta a la que no fui invitado y que
sólo es posible soñarla desde afuera".
..... Sin embargo, y
tal vez cediendo a deformaciones personales, creo que el interés
principal de esta novela no está en estos aspectos testimoniales, que
serán seguramente factor muy importante de su éxito de librería. Como
lectora de Donoso, lo que más estimuló mi imaginación -en el juego de
semejanzas y diferencias con sus otras novelas- es que en este texto
la galería de personajes femeninos hacen una figura que excede la
simple comedy of manners y pone esta novela, aunque con
medios distintos, en la dimensión en que se mueven sus textos más
ambiciosos: la madre que se muere, en Chile, sumida en una demencia
que es la metáfora terrible de una historia que todavía no puede
asimilarse ni explicarse; el jardín de su casa, recordado en otro
jardín, "el jardín de al lado", en Madrid, donde hay otra figura en
que se juntan el deseo y el suicidio; la depresión y el deseo de morir
de la esposa, la historia de Katy, Núria Monclús, toman de pronto su
lugar en un diseño que apunta a obsesiones más antiguas que esta
novela, y que preparan un about-face final, divertido y
trágico a la vez. Tal como el autor hace el ejercicio de imaginarse
"excluido" del éxito literario mediante su personaje Julio Méndez,
utiliza también al personaje para otro ejercicio: el de cerrar a su
alrededor el círculo de las mujeres, el de pasar de hablar a ser
hablado por las mujeres, el transformar todo el personaje que hasta
entonces era el "yo" de la novela en una invención y una fabricación
de las mujeres. No puedo dejar de acordarme, en esta novela de tono
tan distinto, del final de El Obsceno Pájaro de la Noche,
donde el "yo" desaparece, metido en un paquete que hace una vieja,
quemado por las manos de la vieja; ni tampoco el "Chatanooga Choo
Choo", donde el narrador se transforma en un títere que las
mujeres desmontan y guardan en maletines. En los textos de Donoso
existe la fascinación por la "alteridad", un vértigo de abismo ante
"el otro"; en esta novela, la mujer en tanto "otro" está vista quizá
en forma más matizada y ambigua, más positiva y actual, con toda una
dimensión de capacidad y de poder, y hasta de esa difícil palabra, de
amor. Pero eso no quita que en la última escena del libro las mujeres
poderosas hayan terminado de tejer su red, por donde se mueven,
comiendo, con gestos arácnidos; y que nuestro narrador de todo el
libro no esté por allí envuelto, en uno de esos curiosos paquetes que
hacen las arañas, excluido en un texto en el que alguna vez pudo
pensarse que hablaba.
en
revista Mensaje Nº 301, Agosto de 1981.
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