"Héroes corrientes" de Scott Turow
Heroísmos secretos
Por Carlos Tromben
La Tercera Cultura, Sábado 2 de Junio de 2007
En su novela Héroes Corrientes, el norteamericano Scott Turow construye un thriller polivalente, que se lee como aventur bélica, novela de iniciación, espionaje y pacifismo.
Hurgar en la correspondencia de un padre recién fallecido puede resultar un asunto riesgoso para cualquiera.
Stewart Dubinsky, periodista jubilado y con algo de sobrepeso, lo descubre en toda su magnitud, cuando los fragmentos de un episodio de guerra lo llevan a embarcarse en una búsqueda por saber quién era realmente su progenitor.
Tras el descubrimiento de las cartas de David, el discreto y emocionalmente distante padre de Stewart, emerge ante el lector un thriller de 400 páginas, escrito por el norteamericano Scott Turow y construido sobre una astuta mezcla de géneros. Está la acción bélica, el espionaje y el romance, urdidos según una estrategia eficaz, que no abusa
del golpe de efecto.
Después de investigar en archivos oficiales, Stewart logra dar con el abogado que defendió a su padre en un consejo de guerra que casi le costó la vida, acusado de traición y desacato. El anciano no sólo comparte con Stewart sus recuerdos orales, sino un manuscrito íntimo en el que David, el padre, registró la extraordinaria y dura aventura que lo llevó a hacerse adulto, recibirse de guerrero y descubrir el amor.
Según este material, David vivió casi toda su experiencia en la Segunda Guerra Mundial tras las líneas, en calidad de abogado del equipo jurídico del Ejército norteamericano. Siguiendo una misión oficial, se vio involucrado con un misterioso agente secreto y su red de colaboradores, saltó en paracaídas y tomó parte en la sangrienta batalla de Las Ardenas (última y desesperada intentona de Hitler por revertir el colapso del frente occidental), entrando en Alemania con el Ejército de Patton. Allí descubre, como judío laico americanizado, todo el horror de los campos de exterminio nazi.
Escrita en un lenguaje sin ambiciones, la novela no escatima descripciones vívidas de los campos de batalla de Europa Occidental, de la burocracia castrense y el mundo de los servicios de inteligencia. A ello agrega una galería de personajes sólidamente construidos, como Martin, el saboteador antifascista norteamericano, acusado de trabajar para los soviéticos; Teedle, general fanático de quien se sospecha que es homosexual; Gita Lodz, la bella guerrillera polaca, y Biddy, el soldado negro que pasa por blanco en un ejército donde el racismo es rampante.
El relato se asienta sobre un ritmo dual, el de la memoria rescatada y la manera en que Stewart la asimila. Sus vicisitudes identitarias se intercalan con la dramática iniciación del padre y la revelación de su secreto de vida.
Sólo atentan contra esta sólida novela una traducción apresurada, repleta de errores y omisiones que desconciertan tanto por garrafales como por repetitivos.
Combo ganador
La de abogado y novelista no es una combinación exótica, atendiendo al resultado casi
siempre narrativo del proceso jurídico.
A los 57 años, Scott
Turow ha logrado mantener una exitosa carrera
en ambos dominios.
De hecho, ha oficiado en cargos
gremiales y oficiales, manteniendo una línea
de oposición activa a la pena de muerte. Ha escrito 10 novelas, de las cuales Presunto Inocente fue llevada exitosamente al cine, dirigida por Alan Pakula y
con Harrison Ford como protagonista.
Según cuenta el autor, Héroes Corrientes nació del acceso a la correspondencia de su padre, médico militar que estuvo en los mismos escenarios que el protagonista. Lejos de las trincheras, el abogado engendró su propia guerra.