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Damaris Calderón
CUENTOS
DURO DE ROER
.......... Hasta la quebradura de las rodillas, sus huesos habían sido
siempre domésticos. Como los huesos de pollo que habia visto en el
caldo, en la sopa, cloqueando en el corral, antes de terminar
triturados en los dientes del padre. .......... -Guárdame este hueso como hueso
santo. .......... Y se sentaba en el
portal, a chuparlos, comparándolos con las propias falanges. Y si le
salía un orzuelo, el tío milagrero lo curaba con una peseta caliente o
con un mate, y si una verruga, con la cruz de un hueso, que había que
enterrar en el patio para que se pudriera. Como los otros. .......... La abuela se pudrió y quiso verlos a
todos. Un racimo de plátanos para consuelo de una vieja: una
familia. .......... Hasta que las
rodillas se volvieron locas o se enfermaron de rabia y empezaron a
morder lo que se les pusiera por delante.Y hubo que quitarle el bozal
al perro y ponérselo en las piernas. .......... Luego los huesos escaparon de casa,
cogieron su propio rumbo. Y su vida fue simple, descarnada. Como una
articulación.
LENGUA
Y VERDUGO
.......... Entre el verdugo y la lengua hay una serie de relaciones.
Entre la lengua, natural, y el verdugo, antinatural, existe, como en
la sangre, un sistema de vasos comunicantes. .......... La lengua, como el verdugo, no es
homogénea ni unitaria (un verdugo está hecho de todos los pedazos de
sus víctimas, además de los suyos). En ambos, fatalmente, no hay
solución de continuidad. Por razones obvias, el verdugo prefiere
siempre las lenguas muertas, aunque en los restos de las lenguas
habladas (y las reconstruidas) es posible encontrar la misma ceniza
que en la sopa del verdugo. ..........
En lo que se refiere a su brutalidad, el verdugo no es un
sistema, sino un conjunto de sistemas, opera siempre por selección,
prefiriendo la expresividad a la comunicación, y es anónimo, como la
mejor literatura. .......... El hecho
(la hipótesis) de la existencia de una lengua madre, de cuyas ramas se
derivaría un tronco común, sólo facilita (qué duda cabe) la tarea del
verdugo.
PAREDES
Las
paredes indican nuestra posición de verticalidad. La superioridad de
la especie. Yo soy el homo sapiens (lo leí en una parte antes de
estar en estas paredes) No son comestibles como en los cuentos de
infancia, aunque se puede rumiarlas toda la noche. Las paredes son
un símbolo de vida. Erguidas. Como la tumba, horizontal, es un
simbolo de muerte. Y el hecho de que podamos engendrar de pie o
acostados demuestra nuestro albedrío. Hermosas como el espectro
solar, las paredes van de la gama de la privacidad, la protección, al
encierro. No se debe desesperar de estar en ellas. Yo soy un
hombre honesto. No tengo trastiendas. Tengo paredes. Y las paredes
(como ya he dicho antes) sólo indican nuestra ambición de
verticalidad.
EL
HILO
......... Trato de contar esta
historia como mi madre usa el hilo. ......... Mi madre enrrolla el carretel en su dedo izquierdo, corta la
hebra con los dientes y la puntada fluye. Pero mi historia se parte, y
antes entrará el rico y el camello por el ojo de una
aguja. ......... Como en la foto desvaída,
siempre tengo un año y mi madre veintinueve, inclinada sobre mí, con
el pelo cayéndole sobre la cara. La belleza de mi madre es de una
intensidad dolorosa. Pero las enfermeras llegan y me salvan -a mí,
para mi madre- del cierre del cordón umbilical. ......... Llamo historia al desgarrón para distanciarme. Mantengo la
distancia precisa entre la aguja y el hilo, lo que va de una niña de
un año a una anciana de veintinueve. ........
Trato de
contar esta historia como mi madre. ........ Mi madre enrolla el carretel en su dedo izquierdo, corta la
hebra con los dientes y la puntada fluye. Pero mi historia se parte, y
antes entrara el rico y el camello por el ojo de la aguja.
LAS
ALUCINACIONES EN EL METRO
........ Se toma el metro cuando no hay donde ir.
Cuando no se espera nada. Las estaciones reclusas carcelarias cambian
de uniforme. Se avanza. No se avanza. El oficial golpea el puño contra
la mesa. La velocidad es un método correctivo. La velocidad es lo que
te saca el mundo interior del mundo exterior del mundo interior. La
VE-LO-CI-DAD demuestra lo que te separa de la flecha de Zenón de Elea
y...Si alguna vez se llega a descender no se sabrá nunca por qué nos
atragantamos con el raíl de sangre como con una frase punzante
deslizada en la mesa.
LA
INTENSIDAD
......... Eva Kruger tenía un nombre y unas tetas
indudablemente alemanas. Un cuerpo, unos dientes fuertes y una cabeza
y unas manos que gesticulaban con vehemencia. Un nombre para el amor
(o para el pecado), sin embargo, su rostro mostraba siempre la
impasibilidad de un asceta o un idiota. No era ninguna de las dos
cosas, pero algo le faltaba: la intensidad. ......... La había visto en los ojos
de los otros: los hombres y las bestias, y se sentía un monstruo, un
animal sin especie definida. .........
Cuando se
acostaba con su marido, a cuatro patas, como veía hacerlo a los
caballos en el establo, resoplaba como una yegua. Pero era el dolor.
No la intensidad. ......... ¿Sería la intensidad
tragarse el cielo a bocanadas, acostada en la yerba, mirando el techo
de su cuarto como si las cuatro paredes no existieran? ......... Y cuando se cortaba un dedo
y aparecía la sangre, pensaba: La intensidad, pero tampoco. ......... Ni siquiera cuando estuvo
en el hospital y las agujas entraban y salían de su cuerpo como las
enfermeras de las habitaciones. Ni cuando le dijo a su marido:- Ponme
la mano en el cuello y le dio un ataque de asfasia, y vinieron los
doctores y el oxígeno, y ella pensaba: "¡Qué alegría, me muero. Nunca
hasta hoy respiré, nunca hasta hoy tuve pulmones!". Pero era un
placidez, una vehemencia alucinada, no la intensidad. ........ .De tanto buscarla, de tanto
convocarla con gestos premeditados, Eva Kruger se había vuelto
insensible. Lo que era peor que lisiada o anorgásmica. ........ -Dios mío, quítamelo todo,
pero déjame sentir, déjame sentirme. ........ Cuando leía a los místicos
perdía literalmente la cabeza: Santa Teresa y San Juan eran casi
obscenos. Y Santa Hildergarda, con sus visiones. ¿Pero era la
intensidad, o era literatura? ........
Se le
secaron las palabras, se le secó el gusto por la vida, se le secaron
las tetas, al punto que ya no era reconocible su
nacionalidad. ........ Cuando la encontraron con
los ojos en blanco, echando espuma por la boca, todavía no había
alcanzado a comprender la ambicionada (y detestada) frase de Santa
Catalina de Génova: "Si una gota de lo que yo siento cayera en el
infierno, lo transformaría en el paraíso".
POESÍA
PARLOTEO DE
SOMBRA
Señor
Principal de Pica calavera emplumada camisón de
colores con que la muerte te viste vasija de
barro, (tus cuencas vacías ya no contemplan las visiones
de este mundo). Señor de los oasis piqueños del Valle de
Quiasma (alrededor de 1000 d. C.) que organizabas el
tráfico de las caravanas y la explotación de recursos en
Bajo Molle, ya no inhalas el soplo de los dioses y el
hueco de tu nariz (que ahora me conmueve) alguna vez será
mío.
EL MUERTO
ILUSTRE
Por el
barranco en el que me precipité, nadie contempla mi
belleza: las deformaciones craneanas que me hicieron mis
padres desde la cuna (con amor). Almohadillas y
tablillas en el hueso frontal y occipital me distinguieron
de mi tribu. El amarillo y el rojo simbolizaban mi
nobleza (y no alcancé a cruzar la Cordillera). Cráneo que
burló a Lombroso siglos después, regresaré por mi carjac y
por mi flecha, regresaré a venerar al Sol desde las altas
cumbres, y al cóndor, de pigmentos rojos. Astuto, me
las arreglaré para terminar lo inacabado. (Las deformaciones
craneanas no disminuyen la inteligencia del
difunto).
SANTIAGO
HUMBERSTONE
Yo,
Humberstone, hijo de un modesto empleado de correos y
nieto del Director de la Banda de Guardias Escoceses, llegué
aquí a hacer la América. Yo, un oscuro químico lustrado
ahora por la sal, inventé esa ficción: el pampino: cruce
de animal soñador necesitado con nativas de la zona. Inventé
el futuro, el futurismo, Marinetti. Me cagué en Le
Corvusier, la Torre Eifel, esa ciudad
amanerada: París. Aprendí palabras ásperas: caliche,
charqui, camanchaca (yo que jugaba delicadamente al
tenis, yo, cuya vida era un campo de golf). copié y
apliqué el sistema Shanks (que nadie conocía por
aquí). Tuve mano férrea, tuve mano de
obra (barata). Comencé por conquistar Agua Santa y
ahora me pudro en las Aguas del Tiempo. Yo, que me
horroricé cuando escuché que estos indios llamaban
chanchos a las relucientes máquinas metálicas,
trituradoras, porque les recordaban el ruido de los puercos
al comer. Establecí un Orden, una jerarquía en el
Caos: de un lado los ingleses y administradores, del otro,
los hombres y las bestias. Yo, que puse un toque de
delicadeza, de civilización en estos páramos: Al espejismo
de los oasis de Pica y Matilla opuse una piscina
(metálica), construí una plaza (pública), una
iglesia, el tendido eléctrico, un orfeón para que estos
bárbaros escucharan música -ópera- no el rumor
sempiterno, monótono de las arenas. Yo, me la creí
completa y se la hice creer a medio mundo: "El salitre
chileno el mejor del orbe": nitrato de sodio:la polvora más
eficaz para las guerras intestinas y extranjeras. (Así de
cosmopolita): "El salitre chileno entra a Francia, a
Suecia, llega a la antigua Hélade" (hasta que los alemanes
inventen el sintético en la Segunda Guerra Mundial). Yo,
que me convertí en Santiago, Santiago Humberstone, tuve en
mis manos e Oro, el Oro Blanco, el Monopolio. Que me
hice viejo, me hice venerable. Padre -del Salitre-, (la
Compañía me obsequió una medalla de oro, el Rey de Inglaterra
me confirió la Orden Oficial del Imperio Británico). Yo,
James T., cuyo nombre desaparece bajo la formidable
leyenda y las casas huachas, extiendo mis raíces dieiséis
metros bajo tierra y no encuentro agua. El desierto y la
muerte recobran su señorío.
CÉSPED
INGLÉS
Los segadores tienen una rara vocación por la
simetría y recortan las palabras sicomoro, serbel, abeto,
roble. Guardan las proporciones como guardan sus partes
pudendas. Y ejercen son condescendencia el orden
universal porque el hombre -como el pasto- también debe
ser cortado.
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