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Patrimonio - 2008 | index | David Bustos | Héctor Figueroa  | Autores |
     
     
     
     
    
      
    
     
    
          POELÍTICA EN RETROVISOR
 
            Y DE PASADA UN HOMENAJE A LOS POETAS DE LOS 80’tas
            
             EJERCICIOS DE ENLACE
            David Bustos.
            Editorial Cuarto Propio, 84 págs.
            2007. 
          Por Héctor  Figueroa Muñoz
              Marzo  de 2008
              En Lanzallamas.com
          
          “Se  pierde la historia del Restaurant Chile
              un  diario de crímenes
              un  encuentro de ancianos
              nadie  rescribió ese historial / esa inmundicia...
              Se  pierde la historia del ex-Chile...”
            (José  Ángel Cuevas)
           
          Como para que no se pierda ese historial, he aquí este nuevo libro del  poeta David Bustos (1972), oriundo de los antiguos barrios de Avenida  Independencia de la Región Metropolitana, la Capital del capital, libro que  nada tiene que ver con los anteriores ni con su penúltima publicación, “Peces  de colores” (2006). Desde su primer libro hasta el que ahora lupearemos, da la  sensación de que este autor quisiera enrielar siempre hacia adelante. A lo ya  dicho, dicho, impreso y hecho. Echémosle para adelante, ejercitemos,  arriesguémonos. A nosotros sólo nos queda el intentar, lo demás no es asunto  nuestro, palabras de bronce apuntadas alguna vez por Eliot, ese amigazo  y confraterno de Pound, a quien, humildemente, como los grandes  boxeadores oreja al lado de su coach, le hizo caso en todo, cuando de La  Tierra Baldía, libro fundamental del S. XXse trató. En el caso de  David Bustos -que tal vez no posea de sparring más que a su propio  espejo, sus propias obsesiones y rigurosidades ante la famosa alba página  blanca-, se le nota la preocupación por lo que va a decir, con filtros de la  tradición e incluso influencias de coetáneos mediante, mas todo  premeditadamente afinado y ajustado.
          Vayamos, de manera sucinta, a la  ejercitación de este libro, a las genuflexiones de este soldado del verso. Son 32  los ejercicios que se presentan en este regimiento de la palabra y el  lenguaje, treinta y dos las “Costuras al aire / de esta camisa de fuerza”,  el cual concluye con golpes de karate y de manera onomatopéyica, cual Altazor  de los barrios bajos. Obvio. Existen. Hay. Confluyen en este libro unos  ejercicios más vigorosos que otros. Mi libro es desigual, decía el  poetazo latino Marcial, varonil, francamente. El que ahora comenta tiene  sus poemas favoritos, los que más le convencieron; nuestro carísimo lector, de  Perogrullo, también tendrá los suyos.
          En su Ejercicio Nº 18, como un  habitante de ultratumba de un Spoon River tiranizado, pero acá segundos antes  de su muerte a bencinazos, foto color sepia, el hablante se introduce en la  mente de Rodrigo Rojas de Negri, aquel muchacho fotógrafo al cual no se le  recuerda mucho, no al menos, ante el rostro calcinado de Carmen Gloria Quintana,  esa otra víctima de una mañana desquiciada en esa gran locura que fue todo el  periodo de Augusto Pinochet, amigo de los cementerios clandestinos y marítimos,  y luego amigo de las cajas fuertes y las firmas truchas ($) en plena demos  gracia (democracia de Concertación, Cartón-cracia). El ejercicio en cuestión,  este texto Nº 18 tal vez no sea un poema excelente (es de factura simple) pero  sí logra emocionar. Es un tremendo homenaje a un joven de 19 años, valiente y  fatídico, tal como lo muestra también ese soberbio documental chileno titulado  “La ciudad de los fotógrafos”, el cual, entre farándula y teleseries para los  pobres, quizá en cuanto tiempo se atreverá a mostrar por la televisión abierta  nuestra hipócrita y cobarde programación.
          Me gustó mucho también –care palo soy el  nuevo impresionista Alone- el Ejercicio Nº 13: “La madre del cordero  es escupir el ataúd del tirano....y el vidrio saliva vida frente a la muerte,  /rotunda es la acción del que sortea los guardias del templo / militar y piensa  en su abuelo / y maldice escupiendo su pena...” Aliteración entremedio,  este poema está dedicado al nieto del asesinado ex comandante en jefe del  ejército chileno (bombazo en Argentina), vicepresidente de la República durante  la UP, general Carlos Prats. En su formidable, premeditado y valiente acto  punki, varios nos sentimos identificados con el escupitajo del nieto de Prats  al otro día de su performance privada y profunda. Los “corajudos”  periodistas de prensa de Canal 13, TVN y el Mega quedaron turulatos. ¿Lo  informamos o no lo informamos?. Hay que preguntarle primero a los patrones, a  los dueños del canal, no vaya a ser cosa que perdamos nuestros creíbles  rostros. La cosa es que, indelebles, el acto y este poema están ahí. Salud por  ambos, por el poema y el nieto de Prats. A los periodistas, mientras tanto, que  se los lleve el séptimo circulo del infierno de   Dante.
          “Cuántos años  faltan para comenzar a escupir lo que tuvimos que tragar” (Ejercicio Nº 32) Este es un libro acerca del olvido y la  memoria, acerca de la constatación mediática o acerca de como se rescribe la  historia. Un revelado, una radiografía, una foto, negativo bajo un cuarto  oscuro, de la Historia de Chile. La gente paga sus cuotas religiosamente, se da  el abrazo de año nuevo, pues recién se endeudó para Navidad, pero “¿Qué es  un boinazo? ¿Un culatazo? ¿Qué es un ejercicio de enlace?”, “¿Qué es  civilidad?”. La gente chilena votante no se detiene ante estas palabras,  históricamente, no saben tampoco cuándo comenzó la Colonia, la Reconquista ni mucho menos lo que fue un Mayorazgo. La política, la historia se ríe  de nosotros. Se sabe que la Historia la hacen quienes la llevan, sartén por el  mango mediante. Votamos cada cuatro años pero jamás nunca nos detenemos a  pensar, la reflexión no existe. Somos sólo un lápiz grafito legal. Y sigamos  con el mambo. Ahora se vienen “Las Elecciones Municipales” y allá ellos, ahí  tú, donde te corresponde, negrita, rota de mierda, viendo TV, Matinales o  realidad de chou mediante. En nuestro Chilito, donde existe la “Economía de  libre mercado persa” (verso éste de Jaime Bristilo en su libro “Campo  Santo”), el que no estudia es un flojo, dicen los que saben muy bien que  para estudiar necesitas mínimo 200 lucas mensuales, aunque sus padres ganen  180. La educación no existe en Chile. Perdón. Sí existe, pero hay que pagarla.  O endeudarse, que cuesta caro, carísimo. Libre mercado libre competencia,  igualdad tanto para el dueño de una Multinacional, como para el gerente del  Jumbo o como para el padre o madre “colera” de la feria de la esquina de tu  casa. Si el cabro o la cabra te salieron medio inteligentes, cagaste. ¡Pero  existen las becas!, sí, y los formularios que rellenar por miles y ante una  demanda que no da abasto.
          Ejercicios de enlace es un libro que deja  patente la “Era del vacío” Lipovetzkyano, al menos en una sociedad de la  resignación como la nuestra (sueldos exigüísimos y TranSantiago como ejemplos  de la resignación misma), un lugar, un país explícito donde “las  extremidades / dispersas de una guagua / de seis meses entre escombros / no son  dignas de ser comentadas, después / de todo de algo hay que morir. / Tengo  amigos cesantes hace años. / Cada día se quejan menos.” (Ejercicio Nº 16).  Chile, una sociedad donde se practica el aborto, por supuesto, de manera  subdesarrollada y clandestina, pues el peso de la católica cruz mass media es muy fuerte (Ejercicio Nº10). Chile: “fosa común de la  propiedad Privada”, se deja entre leer en otro de estos ejercicios.
          Hagamos más zaping y concluyamos. “Un  poema ocupa el lugar de una pradera”. Buen verso, página 45. Y aunque jamás  como groupie, un estúpido fan o acólito, la intención del autor de este  libro también puede ser leído como un homenaje a los poetas de los 80’tas (Zurita, Alexis Figueroa (mi primo hermano), Cociña, Riedemann, Víctor  Hugo Díaz, Memet y, la guinda de la torta, un demediado Bruno  Vidal), un homenaje facturado por un poeta de los noventa que comienza a  publicar a principio del dos mil. Un homenaje que en todo caso termina a  trompadas, a golpes de karate o a coscacho limpio. Y con una página en la más “Sin  City”, ese gran cómic de Frank Miller, es decir, una página completa  enlutada, vestida de negro. 
          Remate, colofón: “TODA UNA GENERACIÓN MOLIDA  A PALOS”. Primero por la dictadura sangrienta, directa y grosera de la metralla  y el hurto. Y ahora, actualmente, por la dictadura oblicua de la  “comunicación”, parte consustancial e instrumento efectivo del actual régimen  democrático.