Damaris
Calderón
Por
Ernesto González Barnert
Damaris es dueña
de una poesía seca, cortante, fría. Una poesía hecha por
quién sabe que danza alrededor del fuego. Y que un día arderá
en él. Haya o no alguien en las butacas de este teatro discreto. Haya o
no lectores que no se den cuenta de la fortuna de tener entre nosotros a esta
tremenda poeta cubana. Oírla cortar con su verso filoso el aire. Después
el silencio. Sin duda, "a los mares les faltan afluentes/ a sus manos les
sobran ríos". Y aquí uno de ellos rebalsa sobre nuestras preguntas
de siempre con maestría y luminosidad, esa que no resplandece, verdadera.
-
¿Cómo llegaste a la poesía?
- Leyendo. Leía
mucho, desde chica, además estaban las dos figuras tutelares de mis abuelos:
mi abuela paterna, que se enseñó a sí misma en un medio campesino,
bastante árido, y mi abuelo materno, que era repentista, hablaba en décimas.
Ellos me acercaron no sólo a los libros sino a las cosas, a la vida.
-
¿Qué ha significado para ti la Poesía?
- Una
manera de estar menos sola, de confraternizar con otros autores en el tiempo.
- ¿Para quién escribes?
- En
otra ocasión he dicho que para los lectores más pacientes y que
me devorarán, las hormigas. Pero también, para "el hipócrita",
hipotético lector, mi (des)igual, hermano mío.
-
¿Cuándo escribes necesitas algo a tu alrededor, alguna cosa, haces
algo en particular, etc?
- Ojalá la mayor cantidad de soledad
posible. (Y de silencio).
- ¿Cómo
es tu proceso escritural? ¿Cómo trabajas hasta concretar un poema?
-
No sigo "un proceso" particular, o un ritual específico,
para la escritura. Por lo general pienso y camino mucho los poemas antes de llevarlos
a la página. Por ejemplo, los viajes, desplazarme, romper con el tiempo
cronológico y lo habitual, me hacen entrar en un estado de donde, generalmente,
regreso, con las imágenes que después pasarán al poema. No
me concibo escribiendo sino caminando, o sea, no me concibo escribiendo sin caminar,
creo como Nietzsche, en que los pensamientos, como los poemas que valen , son
los caminados.
- ¿Qué poetas, escritores,
artistas o experiencias han marcado tu cocina literaria y también la propia
vida?
- Sería muy largo de enumerar.
En un primer momento,
Rimbaud y Baudelaire. Luego, (hablo en el tiempo en que los leí, no en
la importancia "definitiva" que hayan podido tener sobre mí),
Vallejo, Rilke, la poesía de lengua inglesa, los poetas rusos (en traducciones),
Pasternak, Tsviétaieva, Joseph Brodsky, Ajmátova, Bulgakov, Tolstoy,
Dostoievski (a quien considero un gran poeta), Tomás Mann, Kafka. Los poetas
españoles del 98, los poetas españoles del 27. Algunos poetas de
mi país, que son (como) la savia nutricia: Fina García Marruz, Lezama
Lima, Virgilio Piñera, Gastón Baquero, José Kozer. Y también,
imprescindible para mí, la relación con el cine y la pintura: (Tarkovski,
Van Gogh, Frida Kahlo).
- ¿Cómo
ves la poesía actual chilena? ¿Y esta frente a la cubana o latinoamericana?
- Bueno, partamos de que las nociones de las literaturas nacionales me parecen
cuestionables y metodológicas, pedagógicas y escolares, si se quiere,
o si se mira desde otro punto de vista, como una afirmación o reinvención
de lo nacional. Yo creo que la literatura es universal y lo que más me
interesan son los cruces, los diálogos de las tradiciones de una y otra
parte. Porque no hay una literatura cubana, "pura", o chilena "pura"
o peruana, a la literatura cubana nos llega el romanticismo inglés, el
alemán, luego el simbolismo y luego lo español, que ya trae la herencia
griega y romana, que sincretiza el mundo latino, que pasa a toda Hispanoamérica,
con la conquista. Entonces, si hablamos, más allá de las fronteras,
del corpus de la poesía hispanoamericana, en sus variantes o articulaciones
nacionales, como son Cuba, Chile, Perú, México, o Argentina, me
parecen vigorosas.
- ¿Qué piensas
de la poesía escrita por mujeres en Chile? ¿Existe una literatura
femenina propiamente tal? ¿No crees que es un modo para desviar la atención
a la calidad literaria?
- Creo que la poesía (y la obra)
escrita por mujeres en Chile, como en buena parte de Latinoamérica y en
la literatura universal, permanece desconocida, y la mayor de las veces, mencionada
de manera epidérmica. La voz de la mujer ha sido históricamente
usurpada y "doblada" por el hombre. Por ejemplo, en la literatura chilena
habría que mencionar a las mujeres que escribieron en el XIX, a Rosa Araneda,
la autora más prolífera de las liras populares, a Mercedes Marín
del Solar, a Quiteria Varas, a la novelista Rosario Orrego, a Martina Barros Borgoña,
que traduce del inglés, en 1873, "La esclavitud de la mujer"
y escribe un prólogo para la edición. Hay todo un corpus muy interesante
que se maneja muy poco. Está después la escritura de Gabriela Mistral,
de Violeta Parra, la narrativa de Marta Brunet, de María Luisa Bombal,
está la poesía y la figura de Stella Díaz Varín, y
hay un grupo de poetas y narradoras que están escribiendo sus obras desde
registros muy interesantes y que dejan una constancia del país y de la
escritura desde otra imprescindible perspectiva. Por ejemplo, no es posible ignorar
la obra de Verónica Zondek, de Elvira Hernández, Soledad Fariña,
Carmen Berenguer, Eugenia Brito, María Inés Zaldívar, Carolina
Lorca, Nadia Prado y Malú Urriola, entre otras. También hay que
acercarse a la narrativa producida por mujeres, Diamela Eltit, Lina Meruane, Andrea
Jeftanovic, Lilian Elphick, Nona Fernández. Y si bien no creo que haya
una literatura "de mujeres", en el sentido de ghetto (donde es, hasta
cierto punto, cómodo encasillársela, para devaluarla), no se pueden
ignorar ni borrar las marcas de género.
-
¿De tu obra si tuvieses que elegir un poema o fragmento...cuál?
-
No sé, no soy "mi poeta favorita", pero si tuviera
que elegir, "El espectador sin espectáculo".
-
¿Cuál es de tus libros, hasta el momento, el favorito? ¿Y
por qué?
- A cada libro le agradezco vivencias y momentos
particulares. Los dos últimos, serían "Parloteo de Sombra"
y "El arte de aprender a despedirse". Ambos, como una criatura bifronte,
salen de mi experiencia con el Norte Grande chileno. Creo que dan cuenta de ese
camino que he recorrido vital y literariamente y sincretizan mi experiencia anterior
y el hallazgo de las culturas y paisajes altiplánicos y creo que son un
punto de quiebre o giro en mi obra (y mi vida).
-
¿Qué libros nunca has podido terminar de leer?
- El
manual de gramática histórica española. (Menéndez
Pidal)
- ¿Si no fueras poeta...qué
serías?
- Marinero, arqueóloga, pintora.
-
¿Qué poeta chileno no volverás a leer jamás?
-
Soy bastante ávida como lectora, así que busco y hurgo
con curiosidad, y en muchos casos, con fervor, en la poesía chilena.
-
¿Cuál es para ti el gran libro olvidado de la poesía chilena?
- Creo que hay unos cuantos libros y autores (as) en ese saco.
Pero yo pienso que un libro que hay que leer y releer (olvidado o mirado en menos,
sin que se le haya tomado su propio peso y magnitud), son las Décimas autobiográficas,
de Violeta Parra.
- ¿Cuál fue el
último libro de poesía chilena que leíste?
- "Los
países muertos", de Raúl Zurita.
-
¿Qué libro estás leyendo ahora?
- Leo varios
a la vez: releo los poemas de Catulo, "Las Tristes", de Ovidio, "Sendas
de Oku", de Basho, leo y me maravillo con una antología de Eavan Boland,
una poeta irlandesa contemporánea excelente.
-
¿Qué piensas de los Premios literarios?
- Que contribuyen
a las ficciones literarias. A veces pueden ser justos (lúcidos, certeros)
y revelarte a un buen autor. Otras, "prestigian" y difunden la obra
de más de alguno que ya el tiempo, el gran antólogo, y el "Gran
Premiador" o" Despremiador", se encargará de colocar en
su lugar.
- ¿Quién te gustaría
que recibiera el Premio Nacional de Literatura?
- Violeta Parra.
-
¿Qué te parece este Chile ad portas del Bicentenario? ¿Su
política cultural para con la Poesía?
- No soy buena
para hablar en términos de política cultural, líneas directrices,
etc. Soy amiga de lo particular y específico. Desde ahí, creo que
hay buena gente haciendo cosas interesantes y valiosas, con más o menos
apoyo. Trabajamos con una suma de poquedades, decía Lezama, "arañando
en la piedra" y siento que también se aplica en este contexto.
-
¿Qué palabras le dirías a alguien que está comenzando
en esto de la poesía, alguien que ha decidido ser poeta?
- Que
ser poeta no es una decisión sino una vocación, pero que si esa
vocación se convierte en decisión, que persevere, que atienda y
escuche el ruido de su época, pero también el profundo rumor del
tiempo, que lea y que escriba en la páginas y más allá de
las páginas.
- ¿Cuáles son
los 10 libros que recomiendas leer?
- Yo recomendaría los
libros fundacionales.
1.- Ilíada
2.- Odisea.
3.- Eneida, Virgilio.
4.-
El Popol Vuh.
5.- El Mío Cid.
6.- El Ramayana.
7.-El Tao Te Ching.
8.-El
Chilan Balam
9.- Los evangelios.
10.- Omeros, de Derek Walkok.
-
¿Qué te escandaliza?
- La pobreza de espíritu
y la otra. Y que no se haga nada por remediarlo.
-
Y por último ¿A qué le tienes miedo?
- A haber
sacrificado a las personas que amo a la literatura.
-
Poesía -
DE:
Parloteo De sombra
CEMENTERIO
DE COLON/ SPOON RIVER
¿Con qué
lengua
repleta
de mudez
vas a nombrar
(si nombras)
tu ciudad,
las
ciudades?
Tres veces te negué,
Spoon River, Matanzas
de mi
nacimiento.
Intenté elevarme sobre ti,
me avergoncé
aguas
del
San Juan provinciano.
Tres
veces
(en tristeza de múltiplo).
Dura
como la roca
contra los arrecifes.
A la sombra
de los jagüeyes
(no
ceibas)
Lorenzo
García Vega
vuelve
amarrado a otras bestias.
Spoon
River/ Jagüey
pequeño,
miserable,
irradia
cierta luz
por
el manchón blancuzco
desleído.
Un hombre solo
(un viejo)
alumbra
más
que el tendido eléctrico,
es más oscuro
que
una boca de lobo.
La fiera de Wittgenstein,
de Dios,
escribe
-ara-
el
mismo surco
(bustrofedón bustrofedón)
de derecha a izquierda
de
izquierda a derecha
siempre
en sentido contrario.
Lorenzo
García
Vega
(el muerto
más grande del pueblo)
vuelve
(regresa)
-sin
aspavientos-
en un carrito de supermercado
tirado por Gombrowicz
y la
noche.
Y
ando a tropezones
(como) un ciego
toco madera
(bulto):
mi
casa.
Tres:
son los deseos
de las aguas
(albañales).
Tres:
el
instrumento
musical
de la negación.
Raquel
(mi madre)
va
por agua
sin piedra de fundamento.
Quemo
Todo lo que no tengo
(guásima,
palma,
pabellón
de oro).
Hay que coser (Kozer)
el paño
del país,
(lienzo de la Verónica),
remiendo.
Cuatro
yardas de tierra
y los dedos
salientes
de los muertos,
Edgar Lee Masters.
En
este pueblo
sin una historia sórdida
no me construiré una
lápida
ni el epitafio
que patentice mi mortalidad.
No.
Ni
un solo chiste para mi propia mueca.
Cuatro yardas de tierra
y esos
dedos salientes
entre la hilaridad del césped,
Edgar Lee Masters.
Esos
dedos salientes
(los cortamos)
demasiados pesados
para cargarlos
en
un ataúd.
Bosta
que no llorarán
ni
los caballos de Aquiles.
Cal
de los huesos
Cal de las paredes
intestinos
esófagos apetecibles
redondos
y pulidos
con una glacialidad
desconocida en el trópico.
Y
cuando les abrimos
el pecho con una sierra
apareció la madera
con
que el campesino construyó su casa.
Cal de los huesos
Cal de las
paredes
Nos comimos al ave de la salutación.
Tus mínimas
pisadas:
fruto y gusano.
Pájaro cuervo grajo
vuela negro en lo
efímero.
manchón blanco
.................
... ... la música
paletada de
.................
... ...rojos sienas invaden
.................
... ...la música
ojos bocas narices
paletada de
oídos
obstruidos
................. ... ...la música
sol
corpóreo
esqueleto
................. .que
................. ... ...brán
...............do
................. ... ...se
.................
......... ...la música
manchón verde
sonido
.................
... ...floresta
paletada de
.................
... ...la música
en la herida.................
... ... la espiga
terrón
música
paletada.
Ser
la brizna de hierba
que una mano se lleve
a la boca.
PARLOTEO
DE SOMBRA
Señor Principal de Pica
calavera emplumada
camisón
de colores
con que la muerte te viste
vasija de barro,
(tus cuencas vacías
ya no contemplan
las visiones de este mundo).
Señor de los oasis
piqueños
del valle de Quiasma
(alrededor de 1000 d.C),
que organizabas
el tráfico de las caravanas
y la explotación de recursos en Bajo
Molle,
ya no inhalas el soplo de los dioses
y el hueco de tu nariz
(que
ahora me conmueve)
alguna vez será mío.
PINTADOS
Un
pedazo de muralla
de lo que pudo haber sido una ciudad
ruinas del Tiwanaco
geoglifos
raspados sobre vastas extensiones de cerros.
La cruz incaica señalando
los cuatro puntos cardinales
figuras geométricas antropomórficas:
llamas,
aves, águilas,
un círculo quizás indicando agua,
rituales
mágicos,
escenas de la vida cotidiana.
Los españoles picotearon
la montaña
buscando el oro de los incas:
6 kilómetros de geoglifos
reducidos ahora
apenas a 900 metros.
Y en el desierto multicolor un hombre
bajo
un letrero de señalización:
"Pintados: habitantes: 1".
El
Uno de Pascal duerme a la intemperie.
De la ficción del tiempo, del
polvo, de la sal,
de sus metáforas.
(La municipalidad le manda
una
vez al mes una pipa de agua,
sobrevive de la artesanía,
de los que
vamos de tránsito).
Con un fondo rupestre del 1100 al 1400 d.C
nos
dice adiós mientras nos perdemos
con una mano que dura una eternidad.