Podríamos decir que el tema de este libro es el amor y la
sensualidad. Pero que entreverados entre estos hilos temáticos
principales se nos aparece toda un abanico de otros asuntos que nos
ofrece un friso de la realidad contemporánea, o de sus raíces
en el pasado histórico. Muchas veces en la intención
de estos poemas se puede advertir la ironía o la parodia. Pero
por otro
lado, ya en el primer poema se utiliza una película de vaqueros
para entregarnos a una pareja de amantes que huye para consumar su
amor. El desamparo y la fragilidad humanas también se hacen
presente en este poemario, como en el poema Al amparo, en que
el poeta nos habla desde su 'encarnación' en un mendigo. Tampoco
está ausente de este poemario la realidad urbana, que se manifiesta
por ejemplo en el poema Temprano en la mañana en la ciudad
con lluvia.
El sujeto que nos habla desde esta poesía se encarna a veces
en otro personaje, como en el mendigo ya referido, o es un ser marginal
que vaga por la ciudad experimentando sus atmósferas y comunicándolas
con un lenguaje directo. No está tampoco ausente la reflexión,
como en el poema Solo de media noche. El emisor poético
abarca los estados de la condición humana y no se detiene ante
las funciones corporales, rara vez tocadas por la poesía: el
texto Aguas claras, renacer describe muy sucintamente la experiencia
de un hombre que ejercita sus funciones biológicas primarias
en un cuarto de baño. El erotismo puramente sexual aparece
a reglón seguido del amor romántico, en La noche
es negra, al que sigue Puedo verte desnuda La situación
política internacional es el tema de El sistema de defensa
antimisiles: un mirador en el cielo. El desaforado crimen múltiple
misógino de Jean Lepine es el tema del largo poema Retrato
freudiano del autor de una matanza, en que el hablante poético,
recurriendo a un dispositivo que usa a menudo, se 'encarna' en el
criminal y nos ofrece desde su voz la expresión de su sicología
distorsionada. Esta visión global crítica culmina con
Potpourri de fin del milenio, que liga la problemática
del medio ambiente, la agresión tecnoimperial y nuclear y la
explotación infantil.
En el largo poema En el año 52 se habla por boca de
una voz que representa al amerindio desposeído pero dueño
sin embargo de su mitología y de la esperanza futura. Este
cuadro se complementa en el poema que sigue, Cristal y Acero,
cuya perspectiva es la del otro lado de la medalla del origen latinoamericano,
el de los conquistadores, que se entrega al lector mediante un recuento
de la conquista de México por Hernán Cortés,
donde la voz poética es la de un personaje del séquito
de Cortés, que escribe una relación de la entrada a
Tenochtitlán y la posterior huida. Esto se hace a través
de un enfoque narrativo, de poema épico, pero donde se cuenta
desde dentro de un personaje.
Este yo ubicuo que circula marginal, mirando, o se encarna en diversos
personajes para contarnos historias trascendentales, relativas a lo
personal, lo colectivo y lo histórico, es una voz que quizás
sea ella misma un poco marginal, fronteriza, situada entre dos culturas,
entre la juventud (hay una clara presencia de la música popular,
el cine, las tiras cómicas) y la madurez, en la que se nota
una mayor familiaridad con el idioma inglés que con el español.
Pero sin embargo la parte más estructurada del libro es, a
nuestro juicio, el planteamiento poético de la situación
originaria del, por así decir, ser americano, es decir el trauma
de la conquista.
Tarea difícil la de este ambicioso primer libro de Castro
Rubio, no sólo en su predilección por la poesía
épica narrativa, la más difícil, sino por la
adopción de diversas identidades hablantes, sino también
por el intento de ofrecernos variadas facetas de la así llamada
'condición humana' y los traumas originarios y presentes de
este mundo contemporáneo. Este es un libro que es interesante
por su intención y por los diferentes espacios que abarca.
Y más que todo, es entretenido. Lo que es bastante difícil
de lograr cuando se trata de un libro de poesía.
Jorge Etcheverry
Noviembre de 2002