La Poesía Esencial de
Delia Domínguez
La escritora
publicó recientemente "Huevos revueltos", su décimo libro de
poemas.
por Sonia Quintana
Con su décimo
libro de poemas, "Huevos revueltos", la escritora Delia Dominguez deja
en claro ese particular dominio del lenguaje que da a su expresión un
sentido profundo abarcador de los sentimientos fundamentales del
hombre. Ninguna hondura verdadera escapa a la mirada penetrante de
esta buscadora de la verdad venida de los bosques sureños, que recorre
con su palabra los grandes temas que ocupan a la humanidad de este y
de todos los tiempos.
..... Con
autenticidad genuina aborda poéticamente una filosofía de vida
arrancada de la observación directa de la naturaleza humana y de la
tierra.
..... Vive con un
pie en Santiago y el corazón puesto en su fundo Tacamó, cerca de
Osorno, donde encuentra el equilibrio para vivir y crear a su manera
propia e inconfundible.
-"Describe
a tu aldea y serás universal", decía Tolstoi. ¿Qué sentido encuentra a
esta afirmación?
... ""Este
pensamiento me provoca una sensación agrandadora de vida. Una creencia
que endilgó mis pasos desde esa infancia solitaria y campesina que me
hacía imaginar un mundo circular donde trajinaba lo conocido y lo
desconocido. La aldea era y es para mí una concepción de universo. No
sé si será afiebramiento de cabeza, pero ¿Para qué botarme a ciudadana
cósmica?
-Si cree en la
inspiración, ¿qué estimula la suya?
...
"Creo en la inspiración, pero no sé describirla", -afirma, y sin poder
resistirse cuenta una anecdota que la refleja
fielmente:
... "Para eso me
remito a la señora Anita S., quien tenía un puesto de choapinos en el
mercado de Osorno y que siempre me atajaba para explicarme el concepto
de inspiración. Mire usted, me decía, está en medio de un
bosque, cierra los ojos, gira como trompo, y en eso llegan las hadas a
soplarle el cerebro de atrás y ahí le dictan todo,
todo".
... "Sin reglas
fijas, la vida entera es una estimulación permanente. Por ejemplo, el
silencio de los grandes espacios, las movidas de los niños, la fuerza
aplastante de la naturaleza, el dolor, los ojos despedidos de los
viejos. Soy una cristiana expuesta y vulnerable a toda
arremetida".
-En el
prólogo de su último libro declara su "Fe de pájara silvestre". ¿Es
esta la que le ha permitido mantener la capacidad de asombro y
alimentar su poesía?
... "Perdone, pero
el libro no tiene sino una imitación de prólogo. Allí declaro varias
posturas de viviente humana y esa fe de pájara silvestre e como la del
carbonero. Nació con mi nacimiento. Siento la capacidad de asombro
como algo personal e intransferible y no se quita con la edad. Está
siempre adentro como la respiración o el dolor de estómago. Según mis
amigos, esa "asombradura" me hace perder el objetivo, pero sin duda la
fe tiene que ver con las maravillas que golpean hasta los ojos
abiertos".
-Hablando
de poesía con mayúscula, ¿qué aprendió en su relación de cercanía con
Pablo Neruda?
..."Mi amistad con
Pablo -aunque los enciclopédicos digan que es siutiquismo no agregar
Neruda- fue y sigue siendo una riqueza que no se compra en la botica.
Comenzó en los tiempos de la maravillosa "Hormiga" y siguió con los
humus del sur, con el amor a los caballos, con la buscadura de piedras
en los ríos. Teníamos claves secretas que no salen en los libros. Por
ejemplo, cómo pisar sin ruido en los claros del bosque, todos los años
en marzo cuando íbamos a la brama de los ciervos en el lago Rupanco.
De él aprendí literatura viva, historias de su niñez en Temuco con
Juvencio Valle, de sus visitas a la Mistral para pedirle libros. Pero,
sobre todo, la sencillez del hombre-niño y la enseñanza que deja la
lectura de los principales".
-Hay una
columna vertebral en su obra, un énfasis en subrayar la relación
hombre-tierra. ¿En sus raíces sureñas ha descubierto esta
certeza?
...
"Propiamente en mis
raíces que están creciendo por más de 150 años en la misma tierra.
Desde que llegó el bisabuelo de Hamburgo en los veleros de Pérez
Rosales. No puedo imaginar otra forma de vida, sin naturaleza, sin
desafíos. Sería como estar metida en una pantalla de televisión día y
noche"
-El
minimalismo impera especialmente en su creación actual. Hay una
sencillez de lenguaje y una economía de recursos que apuntan a lo
esencial, como ocurre en su poema "Regla de Tres", de sólo dos líneas:
"Se puede nacer de a dos / pero se muere de a uno". ¿Al querer
comunicarse tiene la intención de desprenderse de lo
superfluo?
... "Sí. Hay una
intención absoluta de desprendimiento de lo superfluo. A lo mejor es
la edad...", y se queda pensando. "Ya no hay espacio para gastar el
tiempo en retóricas buscadas para la bonitura. La comunicación debe
ser aguda, directa a la vena".
-¿Para
quiénes escribe?
... "Escribo para
mi prójimo".
-¿Cómo
desea ser leída?
... "Si me leen,
que sea como una prolongación de las propias voces de aquellos que
eligieron sentir conmigo".
..... Delia Domínguez es un extraño caso de
coherencia en estos tiempos. Habla, escribe, sueña, sufre, disfruta,
se viste, con el mismo estilo. Es sólida como esas esculturas de
madera hechas de una sola pieza y al menor estímulo le aflora una
generosidad sin condiciones de la más pura estirpe
campesina.
-¿Qué es
para usted la poesía: un destino inevitable, un oficio escogido, una
forma de ser y estar en este mundo?
.. ."Un destino inevitable. No se escoge. Pero también
vendría siendo un modo de andar, de respirar, `de aguantar el
corazón´, como dice el bolero. En el fondo, el poeta contiene o no
contiene y de ahí sucesivamente".
-Las dos
últimas portadas de sus libros "La Gallina Castellana y Otros Huevos"
y "Huevos Revueltos", ambas bellísimas, fueron obras especialmente
hechas para éstos por el pintor Claudio Bravo. ¿Siente que hay en este
caso un parentesco de mirada entre la creación poética y la
plástica?
...
"Me siento contenta y
realizada al tener estas dos portadas de Claudio Bravo. No es fácil la
cosa. Yo pienso que aparte de una antigua amistad, que lleva 40 años,
hay una tremenda semejanza entre la mirada realista del pintor, que no
esquiva la purísima obra de Dios, y la poesía textual, no inventada,
no salida desde la matriz humana. Pienso que por ahí se produce el
encuentro amarrador de la visión y la palabra".
en El
Mercurio, Domingo 13 de agosto de 2000.