Poesiectomía, de David Rosenmann-Taub
De
percepción retardada
Por Camilo Marks
Revista de Libros de El Mercurio, viernes
9 de diciembre de 2005.
"Poesiectomía",
como los demás libros de este exigente artista de las letras,
tiende a ahuyentar a los perezosos. En Rosenmann-Taub, el trabajo
de entendimiento tenemos que efectuarlo nosotros mismos.
Ser considerado difícil por los propios contemporáneos
es bastante corriente en la historia del arte actual, pero la niebla
ensombrecedora se disipa con el tiempo a medida que el público
aprende nuevos modos de leer, mirar y escuchar. En el caso de David
Rosenmann-Taub (1927), si el paso de los
años ha traído mayor atención hacia sus libros,
ellos aún son desconocidos no sólo para la mayoría,
sino también para ese grupo decreciente, apasionadamente interesado
en el género lírico. En verdad, algunos títulos
de Rosenmann-Taub se publicaron hace más de 50 años
y están fuera de circulación (Los surcos inundados,
La enredadera del júbilo), en tanto otros, aparecidos
en la última década, son casi siempre reediciones de
viejas antologías: Cortejo y Epinicio, El mensajero,
País más allá y ahora el nuevo volumen
Poesiectomía. Al parecer, el corpus de Rosenmann-Taub
se hallaría terminado y sólo nos queda esperar la impresión
del resto de su obra. Como sea, estamos ante un escritor que ha logrado,
pese a su escasa divulgación, un prestigio superior, siendo
hoy aceptado como uno de los mejores poetas chilenos del presente.
En Poesiectomía los versos se manifiestan como parte del lenguaje,
un lenguaje depurado de la necesidad diaria de la intermediación.
El poema alcanza, así, una existencia autónoma, desplazando
en importancia a todo lo que pueda estimarse mensaje. Rosenmann-Taub
fija nuestra atención en las palabras, el ritmo, la yuxtaposición
de imágenes, las asociaciones emocionales, lo cual suspende
la comprensión, alejándonos momentáneamente del
sentido del material escrito, mientras intentamos aprehender las relaciones
de unos vocablos con otros. Desde luego, no es la forma habitual de
acercarse a la poesía, y aunque la riqueza lingüística
evoque el Siglo de Oro español, el
bloqueo temporal del contenido nos remite a la vertiente radical de
Parra, Lihn, Anguita en Chile o de Celan, Eliot, Mallarmé en
Europa.
De esta manera, el hermetismo cesa cuando abarcamos el espacio verbal
en su totalidad: "Marta descansa; pero no María: / testaruda
arboleda. / Suelto, el corcel de actividad pasiva. / Guarda el tronco
los brazos en las piernas. / Entregando a la almohada la certeza,
/ me digo: "Tempranía", / lisio el asombro-bulto
de materia- / y parto a practicar la gran partida". Es evidente
que Rosenmann-Taub utiliza las voces en combinaciones tan armoniosas
que inducirán en el lector un ánimo que no se menciona
en el texto, aun cuando haya sido de suprema importancia en la mente
del vate durante su gestación.
Poesiectomía, como los demás tomos de este exigente
artista de las letras, tiende a ahuyentar a los perezosos, quienes
se complacen en conseguir frutos a primera vista. En Rosenmann-Taub
el aspecto externo es a veces una provocación, un metodo para
decirnos que hay una propiedad interior; el trabajo de entendimiento
tenemos que efectuarlo nosotros mismos: "Me acuesto sobre mi
cuerpo. / Arrodillo mi cabeza. /... En la prosa de estos versos /
las fogatas se calientan".
La música es una fuente de inspiración para este versificador
y también lo ha sido para muchos poetas románticos o
todavía vivos. Ello es fácilmente explicable: en las
sinfonías o piezas de cámara, sobre todo las del siglo
XX, el papel de lo que Mallarmé llamaba "comunicación
material" —es decir, el mensaje— se encuentra reducido al mínimo.
Para apreciar este universo sonoro debemos primero discernir algo
de su técnica; después, el sentimiento se descubre con
una intensidad arrolladura —en Schoenberg, Webern, Stravinsky—, por
encima de la que se experimenta al oír a compositores clásicos.
En la poesía moderna de calidad, a diferencia de la chachara
impenetrable e inhóspita que se ha producido a raudales, la
percepción retardada llega con más poder que las figuras
de lenguaje dóciles o manoseadas. Poesiectomía representa
un buen momentó de nuestra lírica, si bien muestra sus
bemoles. La predilección de Rosenmann-Taub por trozos menores,
meros fragmentos con un par de líneas o, cuando mucho, estructuras
de tres estrofas, revela un grado de limitación en alguien
que es capaz de obtener momentos excelentes, de expresividad fuera
de lo común.
David Rosenmann-Taub nació en Santiago en 1927. Estudió
Pedagogía en Castellano, piano y composición musical.
Su primer libro, Cortejo y Epinicio (1949), fue acogido como
una revelación. Desde entonces, Rosenmann-Taub ha publicado
más de diez volúmenes de poesía. Entre los premios
que ha obtenido se cuentan el Municipal de Santiago y Universidad
de Concepción. Ha viajado por diversos países. Actualmente
reside en Estados Unidos, donde escribe, compone música y dibuja.
Desde el año 2002, LOM Ediciones comenzó a publicar
su obra en Chile.
POESIECTOMÍA
David Rosenmann- Taub,
LOM Editores Santiago, 2005
107 páginas.