Proyecto Patrimonio - 2008 | index | Gabriel Ruiz-Ortega | Autores |




Erika Almenara, escritora

Por Gabriel Ruiz-Ortega

“Los rasgos que definen a “Reino cerrado” se tejen entre emociones, situaciones, visiones de una vida íntima o familiar”

Erika Almenara (Lima, 1978) es una talentosa poeta que ha aparecido en estos últimos años en Perú. Su poemario, “Reino cerrado”(Santo Oficio, 2006), tiene el magnetismo de la palabra en constante diálogo con los silencios que descansan en una mirada propia, muy introspectiva. Sobre su libro y varias cosas más conversé con ella.

- ¿Cómo fue tu llegada a la literatura?
- Escribo desde que era adolescente. Siempre fui una persona sumamente introvertida que vivía más para adentro; en lugar de hablar, escribía. A la lectura de libros sí llegué un poco tarde. Como a los veinte descubrí los viajes tan espectaculares que se pueden hacer a través de la literatura escrita.

- Como sabes, nuestra relación con la literatura es cambiante.
- Mi percepción acerca de la literatura ha ido cambiando a lo largo de los años y se ha visto sumamente influenciada por cada libro que he leído y escritor al que he tenido la suerte de conocer.

- ¿Algún libro que sientas que haya sido el plus que te llevó a apostar por la literatura?
- Más que de un libro podría hablar, por ejemplo, de la poesía de Rossella Di Paolo que ha tenido una fuerte influencia en mi propia poesía. “Tablillas de San Lázaro” es el poemario que más me conmueve y con el cual me identifico más. Incluso, considero que existe una comunicación entre este libro y “Reino cerrado”.

- ¿Cómo así te inclinaste por la poesía?
- Siempre he dicho que soy una mujer de “pocas palabras”. De ahí que me sienta más cómoda escribiendo poesía, es el espacio en el que mejor “puedo ser”. Tengo algunos cuentos escritos pero no los encuentro del todo logrados. Por otro lado, considero que hasta el momento, el poema me ha alcanzado para lo que he me he propuesto expresar. Considero a la poesía como ese arte mayor donde tienes que captar el instante, la imagen, la sensación. Ahí donde puedes condensar todo lo que un cuento o una novela te dice en varias páginas.

- Estuviste en la Escuela de Escritura de la PUCP.
- En efecto, estuve cerca de dos años en esta Escuela. Fue una experiencia muy enriquecedora, a todo nivel, y el detonante para que me animara a estudiar literatura en la PUCP. Una cosa me llevó a la otra y ahora estoy en Milwaukee, haciendo una maestría, justamente, en literatura.

- ¿Cómo llegaste a la Escuela?
- Cuando terminé de estudiar Traducción e interpretación, llevé una serie de talleres en el Centro de Estudios Literarios Antonio Cornejo Polar. Ahí conocí a Carmen Ollé, quien me revolucionó la mente y la escritura. Posteriormente, llevé talleres con Alonso Cueto e Iván Thays, por separado, hasta que se abrió la Escuela. La posibilidad de hacer literatura en un periodo de tiempo más largo me pareció estupendo puesto que los talleres que había llevado anteriormente eran de corta duración y no me permitían plantearme un proyecto a largo plazo.

- ¿Qué es lo que más recuerdas de tu paso por ella?
- Compartir tres días de la semana con un grupo tan talentoso y humano como lo fueron mis maestros y compañeros de la Escuela, me motivó para plantearme una serie de proyectos, entre ellos, la creación de “Reino Cerrado”, a pesar de que la Escuela estaba dirigida a la creación en narrativa. Además de recibir clases con Alonso e Iván, tuvimos la visita de varias personas vinculadas con el arte como la misma Rossella, Jorge Bruce, entre otros. En esta Escuela, además conocí a estupendas narradoras como Susanne Noltenius, y fundé las bases de amistades sólidas que se mantienen hasta ahora.

- “Reino cerrado” es el título de tu libro que sugiere al lector un carácter intimista.
-
Así es, los rasgos que definen a “Reino cerrado” se tejen entre emociones, situaciones, visiones de una vida íntima o familiar. Por otro lado, este reino es uno que deja de habitarse, el lugar que se abandona. En este reino el desamor posee un peso especial. Asimismo, la promesa rota y la frustración merecen una atención aparte, por eso, este reino está habitado también por todas aquellas palabras que se quedaron en el aire, las personas que las hablaron y las escribieron, o los intentos que nunca llegaron a donde debieron.

- Algo que se deja notar es un constante “choque” de sensaciones, de miradas o puntos de vista. ¿Cómo los ordenaste para “Reino cerrado”?
- En realidad, no traté de ordenarlos tanto puesto que en la concepción de este poemario, yo quería que el lector se chocara con esos disímiles puntos de vista, miradas y sensaciones que mencionas; y que justamente pertenecen a ese Reino cerrado en donde, valga la redundancia, se quedaron para siempre encerrados. Este es un reino habitado por el caos y que es justamente la razón por la que se decide cerrarlo. “Reino cerrado” es una suerte de rompecabezas donde el lector toma las piezas y las ordena según su conveniencia al momento de leer el libro. El rompecabezas, sin embargo, está hecho de palabras y cada palabra, es una mirada dentro de dicho encierro.

- También es notorio un influjo narrativo en sus páginas.
- Inevitablemente. A pesar de que no he publicado narrativa, estoy teñida de ella y bastante influenciada. Por más que intenté mantenerme en un campo meramente poético, al momento de crear este libro, se escapó este influjo narrativo del que hablas. Cuando escribimos, volcamos en el papel todo lo que somos y planteamos en el texto escrito un pequeño resumen de quienes somos y de las cosas que llevamos dentro. Sale lo que tiene que salir y bueno, a mi se me escapó el influjo narrativo. No tomarlo en cuenta seria una forma de traicionarme a mi misma.

- ¿Me equivoco si te digo que encuentro una clara influencia de Alejandra Pizarnick y Blanca Varela?
-
No, claro que no te equivocas. Basta con revisar las citas al inicio del libro para darse cuenta de que estas dos mujeres son dos de mis grandes maestras.

- Claro. ¿Cómo llegaste a ellas?
- A Alejandra Pizarnick la leí cuando era adolescente gracias a un amigo que me prestó unos libros suyos. Desde el primer verso quedé fascinada con toda la sensación que me detonó sus poemas. A Varela si la leí un poco mas adulta y encontré algo distinto de lo que me ofrecía Pizarnick. Blanca Varela me enseñó a escribir como mujer, irónicamente,  me hizo crecer internamente de una forma distinta y única.

- En “Reino cerrado” percibo un aliento trágico o, específicamente, de soledad.
- ¿No es acaso la vida trágica? La soledad es también uno de los temas principales del libro. Aquella que se respira en ese reino cerrado en que mucha vida se mantiene dentro, en el encierro, porque afuera, no puede vivirse. La soledad en la que uno permanece cuando el reino se cierra, como cuando se termina de escribir un libro y deja de ser tuyo.

- ¿Algo así como vivir hacia adentro?
- Exacto. La poesía es la mejor forma de vivir hacia adentro aunque esto involucre una terrible soledad que solo conoce aquel que crea. La poesía, además de generar belleza te da, como creador, un espacio en el que puedes manifestar desde adentro lo que no puede o no debe salir afuera y si lo hace, pues sale ya transformado en algo bello y distinto como lo es cualquier poema.

- Como que en la poesía no hay lugar para la mentira.    
- Es que el material con el que trabaja la poesía es tan especifico y puntual, que lo único posible es ese pedazo de verdad que intentas retratar.

- Un relato tuyo es parte del libro “Primeras historias”. ¿Piensas incursionar en la narrativa?
- Pienso incursionar en la narrativa, voy a atreverme a hacerlo. Todo lo que he vivido y no he vivido en los últimos seis meses me reclaman la creación de una novela. La voy avanzando muy lentamente pero ya tiene una estructura y hasta título.

- Más o menos puedes decirme de qué va.
- La novela tiene como hilo conductor el tema de la culpa. Esta gobierna la vida de mis dos personajes principales, Clarisa y Micaela. La novela también toca el tema del incesto.

- ¿Cuáles son tus intereses literarios en estos momentos?
- Estoy revisando ciertas novelas escritas después del Boom. Así mismo, estoy trabajando en una investigación sobre las novelas que se han escrito acerca de la violencia perpetuada durante la llamada “guerra sucia” de los años 80 en Perú; y también sobre la violencia política perpetuada durante ciertas dictaduras en América Latina. Me interesan las distintas formas en que se narra y aborda la violencia. Una de ellas, es la de usar al cuerpo como metáfora del barrio o la nación para describirla como lo hace, por ejemplo, Diamela Eltit en “Por la patria”.

- Es interesante lo que dices porque son pocos, hablando de jóvenes, quienes se interesan por esos años.
- En efecto, son pocos los jóvenes que han escrito libros sobre el tema. Sin embargo, me atrevería a decir que en los últimos años se ha suscitado en Perú una necesidad por abordar este tema. Me refiero a la publicación de una serie de novelas que parecen mostrar que existe una urgencia por explorar y analizar lo sucedido a través de la ficción. Estas novelas (y cuentos) se convierten en testimonios y documentos “sobre la naturaleza y la vida social que, valiéndose de la palabra y la ficción, representan una manera de denunciar la rigidez de ambas y de exigir un cambio” (Fuentes). Pienso en novelas como “Abril rojo”, “La cacería”, “El cazador ausente”, “Guerra a la luz de las velas” o “La hora azul”, por ejemplo.

 

* * *

 

Erika Almenara. Blog: http://littlegirlinblue.blogspot.com/

El primer poemario de Erika Almenara.
.. ... . .. Paolo de Lima: http://zonadenoticias.blogspot.com/

Poesía de Erika Almenara. http://urbanotopia.blogspot.com

Poesía de Erika Almenara. http://www.elhablador.com

 

 

 

Proyecto Patrimonio— Año 2008 
A Página Principal
| A Archivo Gabriel Ruiz-Ortega | A Archivo de Autores |

www.letras.s5.com: Página chilena al servicio de la cultura
dirigida por Luis Martinez S.
e-mail: osol301@yahoo.es
Erika Almenara, escritora.
Entrevista
Por Gabriel Ruiz-Ortega.