Chihuailaf,
Elicura:
Recado confidencial a los chilenos.
Santiago,
LOM Ediciones, 1999, 216 p.
Por Leonardo
Piña Cabrera
[Publicado en Revista AUSTERRA, Nº
2, Junio de 2005, Escuela de Antropología,
Universidad Bolivariana, p. 75]
Dirigido a la población chilena, el texto ofrecido por Chihuailaf
a manera de recado confidencial público, comporta el gesto
de la visibilidad de una cultura tradicionalmente negada y desconocida
por otra a partir de una invitación, íntima y directa,
a vivir la diversidad
en el reconocimiento del otro culturalmente diferente. Valiéndose,
para ello, del recurso de la oralidad propia de su cultura y con la
fuerza de la interpelación en primera persona, a lo largo de
sus páginas se presenta una profunda reflexión en torno
a la cosmovisión mapuche, sus tradiciones y costumbres, medicina,
organización, visión del desarrollo y otros aspectos,
a través de los cuales no solo se dibuja su sentido identitario,
sino que también se transita hacia el entendimiento de las
innumerables e imperceptibles situaciones discriminatorias que cotidianamente
deben enfrentar.
Con preguntas como “¿cuánto conoce usted de nosotros?”,
o “¿cuánto reconoce en usted de nosotros?” (p.
10), Chihuailaf sitúa el propósito último de
su recado, planteando la urgente necesidad de emprender un
camino de mutua y concreta apertura que vaya más allá
de su solo recorrido abstracto o la declaración de buena intención
contenida, o detenida, en ocasionales encuentros de tipo bilingüe
cada tanto repetidos y, cada tanto también, archivados en el
olvido. Así señalado, el autor se dirige a los chilenos
intentando responder las mismas preguntas que, a su vez, ellos mismos,
los otros habitantes y vecinos del mismo territorio pero de modo diverso
significado, le hacen en la calle, la universidad u otros lugares.
Hablando, en este sentido, también por boca de sus antiguos,
y evocando los colores y saberes en los que creció y antes
de él sus padres y los padres de sus padres, reacciona y reclama
por el derecho de los miembros de su pueblo, donde quiera que se encuentren,
a pensarse con el dinamismo que a otros se permite y a ellos se les
niega.
Igualando este movimiento al de la vieja reducción espacial
de la que fueran objeto a lo largo de la historia mediante la fundación
de pueblos de indios e instituciones como la encomienda, Chihuailaf
lo expone como una nueva estrategia de arreduccionamiento simbólico,
esta vez museístico, que los obliga a visualizarse como un
fenómeno del pasado, incapaces de desarrollarse sin perder
la esencia, y donde, otra vez, lo quieto o inerte estaría al
servicio del distanciamiento y desconocimiento de la riqueza cultural
que también les es característica a los mapuche. “Es
así –nos dice– como empezamos a oír repetidas
alusiones a ‘lo puro, lo incontaminado, lo auténtico’; en cuya
dirección se nos presenta como fósiles, como lo que
hay que ‘conservar en su condición primitiva’ porque, según
tales mentores, nuestras culturas no serían organismos poseedores
de dinamismo. Al contrario de lo que sucede con sus culturas ‘superiores’
que son capaces de mantener la ‘esencia del espíritu de su
civilización’ aún haciendo uso
de palabras, contenidos y objetos provenientes de culturas ajenas”
(p. 44).
En tono y formato poético y en amplios pasajes de manera bilingüe,
finalmente, este recado confidencial a los chilenos también
se adentra en los contenidos de la demanda por autonomía, revisando
y deteniéndose tanto en la historia como en el presente del
pueblo mapuche, de modo que en su largo examen no solo cabe la Ley
Indígena, sino también su vinculación con los
parlamentos, la suscripción de convenios internacionales por
parte del Estado de Chile, los conflictos suscitados en el Alto Bío
Bío a raíz de la utilización del río como
generador de hidroelectricidad, o las expropiaciones que a través
del tiempo los fue despojando del componente esencial de su identidad,
esto es la tierra. Tal amplitud, que resulta coherente con la opción
de desarrollo contenida en la Az Mapu, cual es que “el motor
de la sociedad no es la búsqueda de un crecimiento económico
o rentabilidad extrema, sino el equilibrio que solo puede entregar
una interacción de reciprocidad económica, cultural
y social” (p. 52), en otra parte, y sin perjuicio de la también
reclamada pluralidad de voces posible de escuchar entre las muchas
que dan forma a las demandas del pueblo mapuche, sostiene que “un
desarrollo no puede ser durable ni sustentable si no es tomado enteramente
en sus manos por la población mapuche que debe aplicarlo. Esto
significa –remata Chihuailaf– que las decisiones no pueden
ser dictadas por las instancias centrales del Estado, por particulares
o consorcios empresariales, sino por nuestra propia población
mapuche. Y eso, teniendo en cuenta nuestras propias prioridades y
diversidad” (p. 193).
Leonardo Piña Cabrera
Antropólogo
Académico Universidad Bolivariana