DILEMAS ACTUALES DE LA NOVELA
La
recuperación de la historia por Jorge
Edwards |
..... En
los años cincuenta y sesenta, la concepción de Balzac del novelista como
"historiador privado de las naciones" parecía definitivamente sepultada.
Después de James Joyce, que había llevado los elementos "polifónicos" de
la novela a una especie de pulverización de los personajes y del
lenguaje mismo, y en pleno auge del estructuralismo, la novela se
convertía en texto autónomo, intransitivo, que no necesitaba referirse a
realidades exteriores al propio lenguaje, o mejor dicho, justificarse
por su fidelidad a esas realidades.
.....
El maestro ideal, para la juventud literaria de esos años, era Borges,
que siempre se mantenía en el terreno del juego literario y de las ideas
abstractas. La nueva narración se movía en el espacio de los libros. La
obsesión borgeana por las grandes bibliotecas de la antigüedad pasaba a
ser el más vigente de los símbolos. Todo regionalismo, en cambio, era
sospechoso, salvo que se complaciera en ese mundo abstracto de
cuchillos, venganzas, arrabales, tradiciones campesinas, tangos que
constituía, precisamente, una de las vertientes narrativas de Borges.
Borges utilizaba estos elementos como si formasen un conjunto de
situaciones convencionales, un conjunto de metáforas semejante al que él
mismo había analizado en la poesía islandesa. No intentaba, en cambio,
aislar determinados hechos y describirlos en su contexto
histórico.
Borges :
El maestro ideal
..... Así
como la inmediata postguerra había estado marcada por la influencia de
la novela norteamericana, con grandes divulgadores europeos como Jean
Paul Sartre y Cesare Pavese, una de las influencias más visibles en la
narrativa europea y sobre todo francesa, en la década del sesenta, era
Borges. Se empezó a practicar una literatura esencialmente reflexiva y
crítica. Incluso, en muchos casos, una literatura parasitaria, que
partía del mundo de los libros y se desplazaba en el interior de lo que
fue bautizado como el "espacio literario". El drama de la propia
escritura pasó a ser el tema central de muchas novelas: el novelista
mirándose escribir, o paralizado frente a los problemas de la
creación.
ESCRITORES Y
ESCRIBIDORES |
..... Las
novelas de los jóvenes narradores del grupo de la revista Tel
Quel, reunidos alrededor del maestro Roland Barthes, adquirieron
rápidamente aspecto de magmas verbales. Desaparecieron las fronteras
entre la poesía y la prosa, y como la prosa se vio dominada por
obsesiones librescas, se podría sostener que hubo una disolución gaseosa
de todos los géneros. Todo pasó a ser, a la vez, invención y crítica,
reflexión. Lo único distintivo de la literatura era el lenguaje, con su
opacidad y su autonomía, con su imposibilidad de ser reducido a
realidades ajenas. El acto de escribir consistía en sumirse en una
aventura verbal, sin conocer de antemano los resultados. La otra
actitud, la del escritor que pretendía narrar una historia o transmitir
una información determinada, no era propia del verdadero escritor sino
del "escribidor".
..... Mario Vargas
Llosa, hoy día, en una novela esencialmente reflexiva e irónica. La
tía Julia y el escribidor, ha jugado con la distinción entre esas
dos actitudes ante la literatura. Pero fue Roland Barthes, en los años
cincuenta, el que primero analizó las diferencias entre el "écrivain" y
el "écrivant", el creador literario y el mero informador, que utiliza el
lenguaje en mérito de su transparencia y no, precisamente, de su
opacidad y su densidad.
Mario Vargas Llosa: en la
intimidad de sus héroes o antihéroes
..... Ya
en los comienzos de la década del sesenta, el desarrollo de la novela en
Francia producía una impresión bastante general de asfixia. La libertad
extrema frente al lenguaje desembocaba en monotonía extrema. Parte de la
crítica recibió las nuevas novelas latinoamericanas como una respuesta
vital, surgida de un mundo más primitivo, a lo que ya se delineaba en
Europa como un camino sin salida, una literatura de laboratorio, que se
divorciaba de un modo cada vez mas definitivo de la masa lectora. Las
novelas publicadas en esos años por Vargas Llosa, Carlos Fuentes, Alejo
Carpentier, Ernesto Sábato, parecían reflejar una situación en que el
escritor no podía volver la espalda, por una necesidad de la historia, a
los grandes conflictos de sus sociedades de origen. En las novelas de
América latina había un intento de síntesis entre la experimentación
formal y la actitud del novelista del siglo XIX frente a la sociedad y a
la historia. Por eso, declaraba Carlos Fuentes que el escritor de
América latina estaba obligado a escribir simultáneamente como Balzac y
como Michel Butor, como historiador privado de las naciones y a la vez
como artista del lenguaje.
..... En
términos muy generales y hasta hace pocos años, la literatura narrativa
se veía bifurcada en dos grandes corrientes: la novela textual y la que
todavía, sin miedo de parecer anacrónica, en un desafío a la moda,
insistía en los aspectos transitivos del lenguaje, en la idea de narrar
una historia cuyo sentido era exterior al de las palabras. Definir el
momento actual no es fácil, pero uno tiene la impresión de que ese
esquema, fijado con demasiada rigidez por la aplicación de ciertas
teorías literarias, hace agua por muchos lados.
..... Por un lado, el arte de narrar buscó apoyo en
algunas técnicas propias del periodismo. Hubo un doble movimiento: el
del nuevo periodismo norteamericano, que trataba de escapar de la
censura implícita, impuesta por las necesidades comerciales de los
grandes medios de difusión, y que lo hacía acercándose al lenguaje de
los creadores literarios, y el de los propios creadores que buscaban un
punto de apoyo sólido en la narración de hechos reales. A menudo la
ficción, dentro del realismo de las letras norteamericanas, no era más
que un disfraz convencional, un cambio de nombres acompañado de un
ligero camuflaje de los escenarios históricos. Fueron escritores como
Norman Mailer y como Truman Capote los que desafiaron uno de los grandes
tabúes de la palabra impresa -la necesidad de cubrir la realidad con un
velo piadoso cuando se la convierte en literatura- e inventaron la
llamada "non fiction", la literatura elaborada a partir de hechos y de
vivencias estrictamente reales, descritos dentro del contexto en que se
habían dado: la historia personal, por ejemplo, de Marilyn Monroe,
contada por Norman Mailer, o la minuciosa reconstitución de un crimen
que hizo estremecerse a los Estados Unidos y que fue transcrita, sin ser
novelada, por Truman Capote en A sangre fría.
..... La "non fiction" se desarrolló con mucha
rapidez en las principales literaturas, sin excluir la española y la de
América latina. El fenómeno estuvo curiosamente ligado, en España, a la
muerte de Franco y a la necesidad de contar, sin invención de ninguna
clase, lo que la censura no había permitido contar en los años del
franquismo. Hubo una poderosa eclosión de la memoria histórica, que
antes había permanecido congelada, semiparalizada.
..... La
narración testimonial, desde luego, no ha sido un descubrimiento de los
años sesenta. Es uno de los géneros más antiguos de la literatura. Pero
la salida de la novela a la "non fiction" y a muy diversas formas de
narración testimonial, en esos años, fue una de las formas de ruptura de
un esquema que después de haber sido instaurado por la vanguardia
literaria, se había transformado en un nuevo academicismo.
...... Parecería, hoy, que el predominio de la
novela textual también esta atacado por la intromisión de la historia.
La novela histórica, creación del romanticismo europeo, parecía el más
anticuado de los géneros, pero es, a juzgar por diversos síntomas, el
que vuelve ahora con más fuerza y con significativa coincidencia en
diferentes literaturas. Después de su novela sobre Napoleón, Anthony
Burgess escribió un breve relato sobre la amistad hipotética que pudo
existir entre John Keats, el gran romántico inglés, y Giuseppe Goacchino
Belli, un extraordinario poeta de la ciudad de Roma de comienzos del
XIX, donde Keats llegó en 1820 y murió poco tiempo después de
tuberculosis. Belli escribió miles de sonetos impecables en romancesco,
el dialecto local de Roma, y Burgees, continuador de James Joyce en la
lengua inglesa, los ha comparado con el Ulises, otra epopeya
literaria sobre una ciudad. Lo interesante es que Burgees, que había
seguido el trabajo de profundización, transformación y, en cierto modo,
destrucción del lenguaje, que llevó a la escritura de Finnegan´s Wake
(Burgees es autor de una clave para leer el Finnegan´s Wake), se ha
puesto ahora a la cabeza de los que intentan recuperar la historia para
la novela.
..... El panorama de la novela
es más heterogéneo y más ecléctico ahora que hace algunos años. Sin
embargo, esa reaparición, con nuevas formas, de la novela histórica,
situada en las antípodas de la novela textual, es un fenómeno que
adquiere cada día mayor evidencia. Por ejemplo, el último texto
traducido al inglés de Max Frisch, el gran narrador suizo alemán, es una
novela corta que recuenta la historia de Guillermo Tell, utilizando
incluso, como recurso literario, las notas eruditas que son propias de
la historia científica.
Carpentier: simultáneamente historiador
privado y artista del lenguaje
..... La historia social y la historia privada, en
el sentido balzaciano, han tenido una vigencia especial en la novela de
América latina. La concepción de la novela textual tuvo, pese a todo,
cierto auge en la generación posterior a la de Carlos Fuentes y Vargas
Llosa. Ahora se observa que los autores consagrados, cuando no han
reemplazado la literatura por el periodismo, como es el caso, por
ejemplo, de Gabriel García Márquez, han derivado francamente a la novela
histórica: Alejo Carpentier acaba de escribir una obra inspirada en la
vida de Cristóbal Colón; Yo el Supremo, el último libro de
Augusto Roa Bastos, es una novela sobre el doctor Francia, el dictador
de Paraguay del siglo XIX; Vargas Llosa termina de escribir una novela
basada en la rebelión de Canudos, una sublevación campesina, con
aspectos mesiánicos, que tuvo lugar en Brasil a fines del siglo pasado,
y que es narrada, en la nueva obra de Vargas Llosa, por un periodista
peruano que habría sido, según la ficción novelesca, testigo de las
batallas; Fernando del Paso, el novelista mexicano de José Trigo
y de Palinuro de México, anuncia una novela sobre la época de
Maximiliano y de Benito Juárez, Noticias del
Imperio...
HACIA LA
NOVELA FANTÁSTICA |
...... Hemos escuchado hablar desde
que tuvimos uso de razón de la "crisis de la novela". Ahora parecería
demostrado que la novela está en permanente crisis, y que está destinada
a renacer cada cierto tiempo de sus cenizas. La tarea del momento para
la crítica sería, quizás, de terminar en qué medida las ideas sobre la
novela textual, sobre la autonomía del lenguaje, han permitido la
aparición de una novela histórica enteramente diferente, donde, por
ejemplo, el novelista penetra por medio de las palabras en la intimidad
de sus héroes o sus antihéroes, imaginando el trasfondo inconsciente de
la crueldad del doctor Francia, o el monólogo interior de Keats poco
antes de morir, o los hipotéticos amores de Cristobal Colón con la Reina
Isabel.
..... Ya no queda espacio para
reflexionar sobre los caminos, también apasionantes y paradójicos, de la
novela fantástica. Bastaría, por ahora, una pequeña referencia. Milan
Kundera, novelista checoslovaco que reside desde hace poco en París, ha
contado que la metamorfósis narrada por Kafka ocurre todos los días en
la ciudad de Praga, en la que él y Kafka nacieron. Un profesor regresa
de Londres y descubre un buen día, por el periódico, que ha solicitado
visa para volver a salir a Londres y que se ha transformado en
disidente. Un filósofo se convierte de la noche a la mañana en chofer de
taxi. El propio Milan Kundera, antes de salir, sobrevivió escribiendo
con un seudónimo la página de astrología de una revista
marxista-leninista. Ya se sabe cuáles son las relaciones entre la
astrología y el marxismo. En resumidas cuentas, Kafka no inventó nada.
Sólo fue un clarividente. Lo cual permitiría sospechar que la novela
fantástica es una nueva forma del realismo literario: una novela
histórica proyectada hacia el futuro.
En revista MENSAJE Nº 287, marzo-abril
de 1980.