Carlos
Soto Román
Por
Ernesto González Barnert
Asombra
de Carlos Soto Román (1977, Valparaíso) cierta maestría poética,
la fuerza del discurso ético - estético que subyace tras su escritura.
El despliegue clásico, elegante, bello de su pluma; sin perder un ápice
de dureza, tenacidad, entereza. Sin perder legibilidad. Definitivamente, siendo
más actual y necesario que nunca. Sobretodo en días en que algunos
poetas jóvenes apalean el tambor de la poesía con un despliegue
artificioso de marginalidad estereotipada, de "improvisaciones" repetitivas
de vanguardias de principios de siglo, hacen un aprovechamiento acorazado por
los discursos de las márgenes y utilizados por las universidades.
Contra eso, y por mucho más, conmino a leer a Carlos Soto Román,
que tiene una voz propia, trabaja sin estridencias ni corazas, viene dando de
sí excelente poesía.
- ¿Cómo
llegaste a la poesía?
- A través de la música.
Unos amigos tenían una banda de heavy metal y como sabía algo de
inglés me pedían que les hiciera las letras. Les escribí
algunas tonteras acerca de catalépticos enterrados vivos, zombies, la iglesia
en tiempos de la inquisición, etc. De ahí a lecturas de Lovecraft,
Poe, Baudelaire, Rimbaud y luego los primeros intentos, los primeros poemas...
-
¿Qué ha significado para ti la Poesía?
- Una
forma de ver y de entender la vida, pero también como dice Juan Gelman
una clara manera de resistencia frente a la constante deshumanización cotidiana.
-
¿Para quién escribes?
Principalmente para mí
pero creo que el hecho de publicar o hacer circular textos implica una intención
de escribir para otros, lo que por lo menos para mí implícitamente
lleva una cuota de responsabilidad, la que trato de no descuidar o ignorar. Al
menos así lo asumo.
- ¿Cuándo
escribes necesitas algo a tu alrededor, alguna cosa, haces algo en particular,
etc?
- Sólo requiero de tiempo y tranquilidad. Algunos libros
alrededor para ciertas consultas, mis libretas de notas/apuntes y el computador.
A veces unos cuantos cigarros. Otras, té, café o algún fermentado
o destilado de baja ley pero esto no es siempre. Prefiero trabajar lúcido.
- ¿Cómo es tu proceso escritural?
¿Cómo trabajas hasta concretar un poema?
- Solía
escribir a mano, en cuadernos de croquis, frenética y desaforadamente a
razón de un poema diario. Una vez que articulaba los tres primeros versos,
podía continuar sin problemas hasta llenar una página o dos. No
corregía absolutamente nada. Completé cerca de 15 cuadernos. De
ahí salieron los poemas para "La marcha de los quiltros". Luego
estuve un tiempo pegado con textos encontrados en boletas, panfletos, volantes,
papelitos. Cosas que la gente anotaba en cualquier parte y luego botaba. Encontré
escritos potentes en pizarras, diarios murales, anónimos y abandonados.
Utilicé algunos en "Los quiltros". Todavía los conservo
y creo que aún espero hacer algo más acabado con todos ellos.
Ahora
prefiero una escritura más pausada, más reflexiva. Escojo temas
específicos, me documento con lecturas, Internet y mucha prensa. Dejo decantar,
madurar un tiempo, luego vuelvo, corrijo, reescribo. A veces busco opiniones de
poetas amigos. Creo que es bueno circular los textos en proceso. Pedir cierta
retroalimentación. Otro detalle es que utilizo muchísimo las libretas
de apuntes. Religiosamente siempre ando portando una.
-
¿Es necesario que el escritor sea un hombre comprometido?
-
Por lo menos con su escritura, de todas maneras. Que su literatura sea fiel, honesta
y verdadera sería el mínimo compromiso que se le puede pedir a un
escritor. No me interesa una literatura que no sea concebida de ese modo.
-
¿Qué poetas, escritores, artistas o experiencias han marcado tu
cocina literaria y también la propia vida?
- Muchos. Por
mencionar algunos sin un orden específico: Rimbaud, el Zurita de Purgatorio
y Anteparaíso, Huidobro, Cardenal, Teillier, Rodrigo Lira, Diego Maquieira,
Whitman, Ezra Pound, T.S. Elliot, Kerouac, Burroughs, Ginsberg, Georges Perec,
Bolaño, Hans Magnus Enzensberger, J.D. Salinger, Claudio Bertoni, Raúl
Gomez Jattin, Heirich Böll, Bukowski, Godofredo Iommi y Amereida, Cortázar,
la Pizarnik.
En teatro me marcaron mucho Antonin Artaud, Samuel Beckett,
Sarah Kane. En música Lou Reed, Arvo Pärt. En artes visuales Joseph
Beuys, Basquiat, Pollock y Otto Dix. En fotografía Saudek, Atges y Capa.
- ¿Cómo ves la poesía actual
chilena? ¿Y dentro de ella a tu promoción?
- En la
última feria del libro participé de una especie de mesa acerca de
las supuestas generaciones actuales de la poesía chilena. Fue un desastre.
Nadie quedó muy conforme con las respuestas y al parecer a algunos les
hubiera entusiasmado más ver un duelo o un pugilato a la antigua usanza.
Quizá eso hubiera sido más atractivo. Pero como sostuve en esa ocasión
me parece que todavía tiene que pasar mucha agua bajo el puente para empezar
a hablar de generaciones. Lo que si me parece es que la poesía goza hoy
de buena salud, la existencia de varios grupos o tribus trabajando bajo directrices
propias y sus interconexiones dan cuenta de ello. Me gusta esa diversidad, esa
heterogeneidad que es la que le da riqueza y gracia a nuestro panorama.
-
¿Qué opinión te merece los talleres literarios?
-
Nunca he sido de talleres. Solo pasé por uno formalmente. Con Mauricio
Redolés fueron mis primeros pasos. Luego participé en la redacción
de la revista "La Calabaza del Diablo" lo cual fue como estar en un
taller. Ésta fue una experiencia muy rica y formativa en términos
de rigor, madurez y versatilidad. Creo que los talleres pueden llegar a ser parte
vital de la formación poética. El ejercicio de abrir los textos,
compartirlos, comentarlos, criticar y ser criticado sin duda que ayuda en los
procesos de búsqueda y maduración. Me da la impresión que
ahora muchos talleres tienen una estructura más horizontal careciendo de
la figura paternal del poeta mayor o guía. Ese formato me parece notable.
- ¿De tu obra si tuvieses que elegir un
poema o fragmento...cuál?
- La oscuridad es sabia /en los
momentos del ocio, /es sabia / y más vale no temerla. /Que en la hora de
los mártires /más valen los que callan y observan / que aquellos
que luchan /sin creer en lo que anhelan.
- ¿Qué
libros nunca has podido terminar de leer?
- Varios, el "Ulises"
de Joyce, "La orquesta de cristal" de Lihn, "Idioma del mundo"
de Pablo de Rokha. En general no soy de los que si el libro no les gustó
a la pagina 20, lo botan. Si realmente me interesa el autor trato de terminarlo,
aunque muchas veces abandono libros de largo aliento por alguna novedad que aparece
de mano de amigos. Soy un tanto desordenado para leer.
-
¿Cuál es para ti el gran libro olvidado de la poesía chilena?
-
"Leyendas del cristo negro" de Mafhud Massis y "El panorama ante
nosotros" de Alfonso Alcalde.
- ¿Cuál
fue el último libro de poesía chilena que leíste?
"Los
surfistas" de Víctor López, "Consumatum est" de César
Soto y 14/15 del Foro de Escritores.
- ¿Qué
libro estás leyendo ahora?
- "Chang y Eng" de Darin
Strauss, "What matters most is how well you walk through fire" de Bukowski
y la selección de Santa Rosa 57.
- ¿Cómo
ves hoy por hoy la industria editorial? ¿Como autor qué soluciones
le daría a este problema?
- Por lo menos en poesía
la novedad está en manos de las editoriales independientes. Las grandes
casas editoras no están preocupadas por la poesía, menos de la poesía
joven. Por lo mismo creo que apoyos o incentivos concretos de parte del gobierno
destinados a motivar la edición de poesía y su distribución
podrían ser una de las soluciones. Premiar o subvencionar grandes tirajes
por ejemplo y por supuesto fomentar actividades de difusión, para que ese
tiraje no termine en una bodega.
- ¿Qué
piensas de los Premios literarios?
- Los veo como una buena oportunidad
de lograr algún financiamiento, cierto reconocimiento quizá, pero
en ningún caso los veo como indicadores reales de calidad o mérito
literario.
- ¿Quién te gustaría
que recibiera el Premio Nacional de Literatura?
- Pepe Cuevas, definitivamente.
-
¿Qué te parece este Chile ad portas del Bicentenario? ¿Su
política cultural para con la Poesía?
- No veo una
política cultural real con respecto a la Poesía. Más bien
gente dando palos de ciego. Ojala algún día se puedan implementar
políticas culturales de peso, serias, consistentes que sean capaces de
darle a la poesía o más bien a los poetas chilenos la importancia
que se merecen. Pero me decepciona corroborar que las preocupaciones de las autoridades
están más relacionadas con sus propios bolsillos que con cualquier
otra cosa.
- ¿Qué palabras le dirías
a alguien que está comenzando en esto de la poesía, alguien que
ha decidido ser poeta?
- Que no se crea el cuento. Ser poeta es
algo que se alcanza con tiempo, dedicación y atención. Por ahí
va mi consejo: trabajar duro, lo que por lo menos para mí significa leer
mucho y escribir incansablemente, corregir, corregir, corregir y si es posible,
compartir los textos con gente que pueda dar buenos y desinteresados consejos.
-
¿Cuáles son los 10 libros que recomiendas leer?
-
Es difícil quedarse sólo en 10 libros o autores pero para respetar
la pregunta, los que se me vienen a la mente ahora:
El hundimiento del Titanic
de Hans Magnus Enzensberger
Azul casi Transparente de Ryu Murakami
El país
de las últimas cosas de Paul Auster
Especies de espacios de Georges
Perec
Desgarradura de Emil Cioran
Complete Plays de ,Sarah Kane
La nueva
novela de Juan Luis Martinez
Altazor de Huidobro
Los Gemidos de Pablo de
Rokha
Carta a los poderes de Artaud
- ¿Qué
opinas de las nuevas formas de difusión literaria por Internet como revistas
literarias, blogs, páginas sobre literatura?
- Lamentablemente
sacar revistas o publicaciones implica un esfuerzo económico que no todos
pueden darse el lujo de sustentar en el tiempo. Muchas buenas revistas literarias
duraron sólo un par de números, otras resistieron algo más.
Internet brinda la posibilidad de lograr con bajo costo una buena periodicidad,
con inmediatez y mayor masividad. En términos de difusión, funciona
muy bien. Me gusta ese pulso, esa dinámica. La versatilidad de formas y
contenidos. La ubicuidad. Eso si hay que tomarlo con precaución, la red
tanto como el papel aguanta cualquier cosa.
-
¿Qué cosa últimamente te quita el sueño?
-
Haikú Minero, cuya salida se ha atrasado muchísimo más de
lo que esperaba y otros proyectos de libros en los que estoy trabajando ahora.
-
¿Qué te escandaliza?
- La desigualdad en Chile. Social,
cultural, económica. No tengo problemas con que exista gente con dinero,
siempre la habrá, el problema es la magnitud de la brecha que se va generando
y que se acepta sin reparos. Los que tienen más cada vez acaparan más
y los que tienen menos deben contentarse con migajas. Eso lo encuentro aberrante.
La contaminación en Santiago y la incapacidad de los gobiernos para solucionar
el tema. Da pena ver la mierda de aire que estamos respirando. Las empresas que
destruyen el medio ambiente y que evaden sus responsabilidades a punta de sobornos.
Esa inmediatez y falta de conciencia a futuro tan común ahora. El arribismo,
la prepotencia y la ignorancia del chileno me violentan.
-
Me gustaría que a ti mismo te hicieses una pregunta - que nadie más
te ha hecho- y te la respondieras. Una que nadie ha tenido la gentileza de hacerla.
-
¿Poesía o Química? Ambas en su justa medida, una suerte de
alquimia actual.
- Y por último ¿A
qué le tienes miedo?
- A la inconsecuencia.
-
Selección de poemas de Carlos Soto Román -
Sin
título (de La Marcha de los Quiltros, 1999)
Subestimar,
subestimar
por sobre todas las cosas
subestimar
...tomando el gesto
como
un sutil consuelo
Crónica
No hay ninguna información
hasta
el momento
acerca de dónde se encontraría,
o en su defecto,
qué
diablos le
habrá ocurrido
al idílico, utópico y reservado
divino
amor pagano
..... ... de los hombres.
Según
informaciones extraoficiales, anoche
cerca de su morada inusual
se percibió
gran ajetreo
gritos, ruidos de vidrios quebrados
y luego un espantoso silencio.
La
vivienda quedó - según vecinos -
aproximadamente desde las 03:00
hrs. AM
completamente deshabitada,
y destrozada en forma bestial y sádica.
Se
descarta un secuestro,
así como también se descarta un suicidio.
Se
ignoran pistas importantes
..... ... o influyentes.
Se
presume homicidio
(con carácter de crimen pasional)
pero tampoco
existen
definiciones concretas acerca
de quién sería el supuesto
asesino.
Lo único encontrado
por los organismos investigadores
fue
un papel
pegado a un tubo rojo,
que rezaba en forma imperativa:
- apriete
el gatillo y
dirija el chorro
a la base del fuego.
My
Way
Dime Frank
¿Cómo es posible que un
extraño
de ojos azules
pueda fumar tranquilamente
la noche neoyorkina,
sabiendo
que
lleva a cuestas
la vejez prematura
y el asombro desteñido
en las
solapas?
Dime Frank
¿Será suficiente
arrojar 3 sucias
monedas
a una fuente de deseos marchitos
o atar una cinta amarilla
a
un viejo roble podrido,
para volver a sentirse joven
y vivir noche y día
a
una manera distinta?
¿Debo cometer suicidio
en Ipanema, Frank?
¿Será
una maldición
lo que llevo
bajo la piel?
La Noche
Boca Arriba (de Haiku Minero, 2006)
Ahora bien,
Sería
menester aplicar
El siguiente ejercicio:
Acostarse y cerrar los ojos
Imaginando
Que
no hay nada.
Que todo lo que ves
(que no es nada)
es todo,
e imaginar
una espera,
insidiosa, con sabores
monumentales de hambre y fatiga.
Empezarían
a aparecer sudores
Y un leve temblor esporádico
En las extremidades.
Imagina
que tengas que
Imaginar tus manos.
Y que tus pasos sean torpes
E inseguros,
Como
los de un viejo y pequeño Borges
Tentado en medio del laberinto.
Se
puede despertar, eso sí,
Bañado en sangre,
Jadeando como un
animal en celo.
Se puede despertar, eso sí,
Y correr a la cocina
Por
un vaso de agua.
Corazón Revelador
El encierro
parte del encierro.
Como de los gusanos es parte
El atravesar la superficie
(como
la muerte y las raíces),
el encierro parte
del momento mismo del
menoscabo.
Dicen que a metros bajo tierra
Es posible oír todos
Los
rumores del mundo.
Que son sólo latidos, casi imperceptibles
Que
se vuelven de un momento a otro
Como un tronar desesperante.
Dicen que
la humedad
es parte del encanto,
y que ésta a veces sofoca,
Como
la mesurada tristeza
Que surge de la imposibilidad
De ver el propio rostro
En
el espejo.
El
Bar de los Rematados
"De
los tiburones logré escapar.
Al tigre lo derribé a tiros.
Lo
que me devoraron
Fueron los piojos"
Bertold Brecht
El
vocabulario es escaso
(eso hay que decirlo)
como también se extrañan
los
pequeños brillos que,
como chispas que brotan
del contacto de la
piedra con la herramienta,
esconden cautelosas algunas secretas ojivas.
Hay
que decir también,
Que tras la espuma de todos los vasos
Alguna vez
servidos en este bar,
Se podrá apreciar solemne
(bajo ciertos ángulos
de la luz)
el color de los sueños de los comensales.
Pero no es sólo
el seseo ágil
Y casi imperceptible
(Cual lengüeteo de víboras),
De
las cartas deslizándose
A través de la mesa.
No es tampoco
el estruendo,
Titánico y arrabalero,
De los dados picando los contornos.
Los
parroquianos, uno a uno,
Secreteaban nerviosamente la brisca.
Con la actitud
serena y sospechosa
De un extraño quiromántico,
Iban dejando
la vida en el naipe.
Y las pequeñas gotas de sudor
Que brotaban mágicamente
de sus entrañas,
Como perlas en medio de la oscuridad,
Fatalmente
los delataba.
Uno a uno los comensales, entonces,
Abandonaban las cartas
Y
dejando los vasos a medio servir
atravesaban el misterioso y críptico
jardín.
Como los primeros endemoniados,
No era necesario mostrar
credenciales.
Uno a uno, con palas y picotas al hombro,
Con su inventario
personal de miserias,
Paso a paso
.............
... Iban
...... .. ... .. . .. .. ... Entrando
...... .. ... .. . .. .. .. . . ... . . ... . ...
Al
...... .. ... .. . .. .. .... .. . . . ... . . ...
. ... Frío
...... .. ... .. . Jardín.
El
Museo de Cera
Aún así todo, la mesera
sigue ordenando
servilletas en el mesón...
ensimismada en un vértigo infernal
que
no acaba.
A ella
Nada parece
Importarle.
Nunca.
Puede que
todas las cartas del mundo
incluyan solamente platos siniestros.
En sus
cocinas.
(Una especie de menú fatal
Para el alma)
O puede que
el bar se transforme
En un bucólico museo de cera,
llenándose
de cadáveres
de parroquianos embalsamados
Con el pasmo atravesado
Cual
dinamita en la garganta.
Pero no es la barra.
No son los cubiertos.
No
es la agobiante quietud
De una taza de café enfriándose
Con
su borra abandonada....
Es quizás ese vértigo,
esa extraña
habilidad.
La sorpresa de la soledad observando
a través del
falso espejo
cada destello alicaído
de quienes comparten la misma
mesa .
O la austeridad remota
de los reflexivos y genuflexos comensales
Embarcados
en un silencio eterno
De bocas llenas y mudas.
Todo traído directamente
Del
pequeño infierno
Particular
De la cocinería.
Todo danzando
en forma reiterada
Y en sincronía perfecta
Con el melancólico
ondular de las servilletas.
Mala Suerte
Romper una
pala en mitad de la faena,
Es señal de mala suerte.
La botella
que no se rompe
(al inaugurar el casco de un nuevo acorazado)
es señal
de mala suerte.
Un pájaro muerto en las profundidades
De una mina,
La
fuga incontrolable de las ratas
En alta mar.
El extraño éxodo
de las hormigas.
Un círculo dispuesto,
Sospechosamente alrededor
del sol.
El agónico canto de un gallo
En un frío atardecer.
El
divisar pequeños fuegos fugaces
Que clandestinos aparecen
En la inmensidad
siniestra de los cementerios.
Signos de que el destino
nada bueno puede
traer.
Oh, Carol! (inédito)
Se cerraban
las puertas de todos los bares y hoteles del pueblo
Cuando al escuchar el crujido
eterno de los pasos de nuestro amor maldito
Las viejas brujas, las hechiceras,
las curanderas y las machis
Se santiguaban lanzando puñados de sal al
aire.
Nada podía importarnos menos...
"Darling there will
never be another"
rezaba fervorosamente el pequeño radio transistor
incrustado
en el gigante espejo que tras la barra
reflejaba inequívoco nuestras
pálidas y confrontadas
siluetas extravagantes y tímidas de jóvenes
advenedizos
y estúpidamente enamorados.
Era otro el color que de todo el horizonte,
Como
de una lejana y viva cartografía,
Me llegaba para tratar de ubicar
Cada
una de las meditadas palabras,
Que con siniestra irresponsabilidad de novatos
Íbamos
arrojando al ruedo, como si se tratara
De una inocente partida de naipes,
Marcados
por el mismo demonio,
Lo que comandaba ahora nuestros apesadumbrados destinos.
Nunca
supiste todo lo que pasó por mi mente
Durante el maldito encierro.
Mientras
yo respiraba la oscuridad y el polvo
Tu desmigabas las eternas promesas añejas
En
los brazos de otros.
Hubiera agotado con inmensas fogatas
Todo el oxígeno
de aquella tumba.
Hubiera buscado a martillazo limpio
Toda la luz liberadora
del grisú.
Pero tuve que salir al sol
A atragantarme con todas
las verdades.
Tuve que salir al sol
A quemarme los ojos.
Sín
titulo (de Pozo)
Y en la soledad aglutinante
De estas
4 paredes
coroné mis sueños
...... ..
... .. . .. .. .. .cual partículas nocivas
coroné mi
propio despertar
...... .. ... .. . .. .. .de
entre los más tocados
en el fondo del corazón
......
.. ... .. . ... . .. .. .el pozo de los desperdicios.
He aquí
la verdadera caverna del hombre
He aquí el naufragio.
El sol asoma
tras las rocas.
Mis manos y mi frente sangran.