"EL COLOR DE LA PIEL", PROXIMA NOVELA 
          DE RAMON DIAZ ETEROVIC
Extraña muerte de peruano moviliza al 
          detective Heredia

Personaje creado por el 
          escritor magallánico tiene un nuevo caso entre manos. Fuimos a su 
          oficina para conocer más detalles de este nuevo enigma policial y éste 
          es el resultado de nuestras pesquisas.
          Por 
          Erwin Acevedo I. 
en La Prensa 
          Austral, 10 de junio de 2003
          
... Dar con la 
          ubicación actual de Heredia & Asociados en pleno centro de 
          Santiago, a sólo unas cuantas cuadras de la Plaza de Armas, no fue 
          fácil. Se mudó a ese lugar hace poco y todavía está en etapa de 
          acomodo. El edificio de calle Huérfanos donde funciona la oficina es 
          una suerte de laberinto que atrapa y que nada más permite librar con 
          éxito si uno pide ayuda al conserje del segundo piso. La instrucción 
          fue simple, pero complicada a la vez: "Siga hasta el fondo, doble a 
          la izquierda, cruce la mampara y en la primera puerta de la derecha lo 
          encontrará". Lo hice, pero en lugar de Heredia estaba su amigo de 
          en frente, Ramón Díaz Eterovic. 
... 
          El sagaz detective estaba resolviendo unos "asuntos" en la 
          "Lima chica", territorio dominado por peruanos residentes, 
          irregulares, legales e ilegales que por decenas se reúnen en torno a 
          las calles Catedral, Puente, Bandera y hacia el Mapocho, muy cerca de 
          donde vive el propio Heredia. 
... 
          Mientras regresaba -porque regresaría- le pregunté a Díaz Eterovic de 
          qué se trataba ese "asunto" en el que andaba Heredia. Me respondió que 
          eso se conocerá en septiembre u octubre cuando se publique su nueva 
          novela "El color de la piel". 
... "Es 
          una novela policíaca, desde luego -dice con la mesura- que le es 
          propia. Es de alguna manera un pretexto para hablar de esta 
          inmigración que ha sido tan particular en los últimos años y de la 
          forma en que han sido recibido por los chilenos". 
- ¿Qué 
          posición adopta Heredia respecto de los peruanos? 
- El tiene 
          una posición de defensa, porque precisamente se encarga de investigar 
          la muerte de uno de ellos, un muchacho. De alguna forma he tratado de 
          profundizar o analizar lo que yo pienso es ese racismo encubierto que 
          hay en la sociedad chilena y que se manifiesta en este caso con los 
          peruanos, pero sobre todo con los mapuches y con otras etnias. Creo 
          que hay un racismo del cual muchas veces no se habla, pero que es muy 
          perceptible en la vida cotidiana, en la burla que a veces hacen en los 
          colegios a los niños con apellido mapuche o en el trabajo. Esa era una 
          idea que siempre me había dado vuelta y se unió con el hecho de que la 
          mayoría de los peruanos vive en el barrio que es de Heredia. 
- 
          ¿Heredia responsabiliza a alguien por este racismo, tiene problemas 
          con la autoridad, por ejemplo? 
- Con la autoridad no, pero se 
          mete en el submundo en que son obligados a habitar algunos de estos 
          inmigrantes. Hay cosas que tienen que ver con los problemas que tienen 
          en el trabajo, la sobreexplotación, los problemas de vivienda..., pero 
          tampoco es una novela de tesis. El hilo corre por el lado de la 
          investigación de la muerte de un peruano que de alguna manera estaba 
          metido en el narcotráfico. 
... La 
          novela, me explica, será publicada por LOM Ediciones, la misma casa 
          que a más tardar en septiembre reeditará "Solo en la 
          oscuridad", inédita para Chile (Buenos Aires, 1992) y "Nunca 
          enamores a un forastero", novela en la cual Heredia viaja a Punta 
          Arenas a investigar la muerte de una muchacha y un bombazo en una 
          iglesia. 
... Mientras tanto trabaja en 
          otra novela que por ahora se llama "La sombra del dinero": 
          Después de terminarla se embarcará en su viejo proyecto de escribir 
          una novela histórica sobre la rebelión obrera que ocurrió en 1919 en 
          Puerto Natales. Pero no es todo. En agosto se publicará en Holanda 
          "Los siete hijos de Simenon" y en diciembre debiera salir en 
          Francia "Angeles y Solitarios". 
... Siento unos pasos por el pasillo, me asomo 
          brevemente a mirar pensando que puede ser Heredia, pero me desilusiono 
          al ver cómo un par de secretarias marcan su tarjeta y salen por la 
          puerta principal. Decido esperar un poco más a pesar de que toda la 
          planta del edificio comienza a desocuparse. 
... El escritor reanuda el relato. Me cuenta que 
          hace un mes estuvo en Gijón, España, participando en el VI Salón del 
          Libro Iberoamericano organizado por Luis Sepúlveda. Allí fue invitado 
          a una actividad anexa impulsada por la fundación italiana Premio 
          Grinzane-Cavour que reunió a varios traductores para trabajar en torno 
          a su cuento ambientado en Magallanes "Mi padre peinaba a lo 
          Gardel", el que será publicado el próximo año recogiendo la 
          versión en español y la traducción en otros siete idiomas 
          simultáneamente. 
... Anecdótico fue 
          para él encontrarse en esa reunión con el traductor croata Jerko 
          Ljubetic, un personaje que entre 1964 y 1965 estuvo en Punta Arenas 
          impartiendo clases de idioma servo-croata. Recuerda que "es un 
          profesor que se ha dedicado muchísimo a traducir y a estudiar la 
          literatura chileno-croata. Incluso el año pasado recopiló un libro 
          enorme, de unas 600 páginas, en el que se recogen trabajos de 
          escritores chilenos de origen croata. Cuentos, poemas, algunos 
          pequeños ensayos, trabajos de gente como Ernesto Livacic, Domingo 
          Tesier, Eugenio Mimica, Juan y Nicolás Mijovilovic". 
Terminamos de 
          conversar y de Heredia no había señas. Tomé mis cosas, me despedí y le 
          mencioné que volvería otro día en busca de su amigo el detective. Le 
          pedí su tarjeta para llamarlo más tarde a su teléfono móvil por si 
          sabía algo de él, pero, al igual que en la de Heredia & 
          Asociados, sólo figuraba el número de su oficina. El, como el 
          detective, no usa celular.