Razones tenía Enrique Volpe para definirse un depositario
del mundo de los bandoleros en Chile, ya que desde su tierra Padana
, esa cuna natal , los bandoleros asolaron sus primeros lares de Italia.
Señero creador de cuentos y poemas, Volpe transitó su
vida por los senderos más escondidos del zona
central de Chile, desde la séptima región , hasta la
zona de Aconcagua donde cursó sus estudios secundarios en la
Escuela Agrícola de Catemu.
Es allí donde toma cariño y se identifica con la región
cordillerana, es allí donde acrecienta su gusto por el tema
casi epopéyico de los bandoleros a quien él consideraba,
un personaje de fábulas y de historias respetables, a pesar
de las fechorías y calamidades que dejaron tras de si.
Enrique Volpe era un gran conocedor de las bitácoras delictivas
del pasado de estos personajes, y de ello dan muestra sus libros recopilatorios
sobre este tema. Conocido es su "Responso para un Bandolero"
de 1997 , donde cuenta en forma de crónica y entrevista la
vida de un bandolero retirado de las pistas, cuyo lugar de operaciones
era el desaparecido Caleu, en la comuna de Colina, localidad ya desecha
por proyectos inmobiliarios de altos ingresos y que de nada saben
de este ser, que Volpe rescata del olvido y de la maraña del
tiempo.
Como poeta logró también lo suyo , escribió
el ya mítico poemario las "Crónicas del Adelantado"
una especie de crónica poética sobre la llegada de Diego
de Almagro al desierto chileno, y en donde utiliza la epopeya como
soporte escritural, modelo ya dejado de lado por las nuevas formas
comunicativas literarias .
Obtuvo varios premios literarios que si bien, para él sólo
eran un accidente más en este oficio, valieron y hablaron de
la calidad de escritor que se desarrollaba tras esta obra.
Entre ellos destacan el premio Municipal de Santiago en 1995, por
las "Crónica del Adelantado", el premio Gabriela
Mistral en 1997 por su poemario "Imperfecto Exilio"
y el premio Alerce de la Sociedad de Escritores de Chile por su novela
"Un capitán Galopa por las fronteras del Infierno"
.
Obra maciza la de este caminante observador de los rincones más
inhóspitos de los valles
interiores, serranías y cabreríos cordilleranos , donde
siempre descubría una temática digna de ser escrita
para la pupila del lector.
En cuanto a su don por el conocimiento de la cocina chilena tenemos
bastantes testimonios de sus andanzas por las mesas de restoranes
y picadas de ciudades y pequeños pueblos y caseríos.
Mencionados son sus banquetes en el Típico restaurante las
Panchas de San Felipe, donde se comía como su antecesor, el
poeta Pablo de Rokha, las grandiosas parrilladas y picadas de chunchules
fritos acompañados de ají cacho de cabra y del buen
vino de la casa. O de las longanizas chillanejas que comía
apenas llegaban a sus manos a capela, junto a un trozo de pan y harto
aguante. Muchas veces se le vio acompañado de distintos poetas
chilenos por los lares de Putaendo o Almendral visitando y practicando
el arte de comer, entre ellos se puede nombrar a Efraín Barquero
o Francisco Vejar entre otros, que de seguro contemplaban como el
tremendo Volpe o el Armado padrino Volpe como le decía Jorge
Teillier, daba por terminado un enjundioso plato de arrollado a la
chilena con unas prietas bien asadas a la parrilla y el infaltable
puré maquillado con pebre cuchareado de tentación.
Sin lugar a dudas este amante de la cocina, de los bandoleros y por
sobre todo de el manejo diestro de la palabra nos hace mucha falta
en este mundo, donde las apariencias superan la realidad y donde el
juego literario más parece una mafia de figuraciones que una
hermandad que de seguro predicaba este amante de la epopeya en la
poesia Chilena.
Epístola frente a un Espejo Roto
(inédito - fragmentos)
CANTO 7
Siempre soñar como en un juego que no concluye,
entre la vida y la muerte; un mover con mano temblorosa
esas figuras del destino, sintiendo que somos
los esclavos del ocio espiritual, recostados en una silla destartalada
escribiendo esta larga epístola como un adiós,
mientras me parece contemplar tu bello rostro para siempre ausente.
CANTO 10
...El otoño es un viejo sueño multiplicado
por todas esas muertes que llevamos en el alma
como una linterna de pupilas desgarradas
que ilumina la fértil oscuridad
en el implacable laberinto del enigma...
... ¿ dónde estás mujer de sueños,
siempre encadenada
a mi angustia de hombre asediado por una vida
que no amo, y siempre pulsando corazón adentro,
el cordaje de una cítara de agua triste?...