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UNA MIRADA AL LIBRO “LOS GOCES ESQUIVOS” DE MARCO
ROGGERO LÓPEZ 

Por Fernando Carrasco Nuñez

La narrativa peruana más reciente atraviesa por un momento muy prolífico. En los últimos años están surgiendo numerosos autores jóvenes que irrumpen en nuestra literatura con obras narrativas de temática y tratamiento variados. Algunos de ellos con libros verdaderamente logrados. Llama la atención también la publicación, en un lapso breve, de ciertas antologías que toman en cuenta la obra de muchos de estos jóvenes escritores. A esto abría que añadir que de manera paralela se viene produciendo la aparición de nuevas casas editoras que facilitan el nacimiento y difusión de la obra de estos narradores. El libro Los goces esquivos y otros desencuentros de Marco Roggero López da cuenta de lo que hemos señalado hasta estos momentos. Este libro es la ópera prima de su autor quien aparece en la novísima Ínsula Barataria Editores.

    El título Los goces esquivos y otros desencuentros, como elemento paratextual, refleja con gran acierto el contenido de los nueve relatos que configuran el libro. Los personajes salen en busca de cierta satisfacción de diversa índole, pero a la manera de los personajes ribeyrianos siempre culminan envueltos en una atmósfera de fracaso. Los placeres les son esquivos a estos personajes que inexorablemente se verán sumidos para siempre en su mundo de desencanto y frustración. Así mismo algunos títulos de los relatos como El circo, La biblioteca y El templo de Venus aluden a los espacios que niegan sus placeres a los protagonistas, mientras que otros como La salvación, La lotería, y Amor fugaz hacen referencia a los objetos de deseo que los personajes no logran alcanzar o disfrutar a plenitud. También aparecen títulos como Pepe Corvina o Juanito, el Sheriff donde se menciona a sus protagonistas quienes se ven agobiados por la soledad irremediable o por la tragedia, respectivamente.

   Los nueve cuentos del libro presentan una estructura lineal y están escritos con un lenguaje sobrio y eficaz, aunque por momentos se cae en expresiones afectadas que le restan méritos a los relatos. El autor privilegia la presencia de los narradores tradicionales o heterodiegéticos, salvo en los relatos La salvación y El templo de Venus donde son los narradores autodiegéticos quienes nos relatan sus propias experiencias. No hay mayores pretensiones estructurales en la narración. Pero aquí podríamos añadir que casi siempre los narradores son hombres jóvenes vinculados al mundo académico y a la vida hedonista que más de una vez hacen gala de sus gustos por la historia, la filosofía, la literatura y la buena música. En cuanto a la perspectiva o focalización de los relatos consideramos que se pudo ahondar en el manejo de la focalización interna en varios de los cuentos para desentrañar con mayor acierto el mundo interior de los protagonistas, rasgo que sí se produce en los cuentos tal vez más logrados del libro como La salvación o Carpe Diem.

  Otro rasgo importante del libro es la presencia de la ironía la cual interesantemente contrasta con temas como la muerte, el amor, la inocencia, el destino o el suicidio creando atmósferas cargadas de tragedia y una fina burla bien disimulada. Esto quizás es el elemento principal que le confiere unidad y vuelo literario al libro y a cada uno de los relatos. En el cuento La salvación el protagonista, un ateo convicto y confeso, pretende salvar su alma del infierno, pero cuando ingresa a una iglesia para suplicar a algún santo todas las circunstancias se confabulan para cerrarle las puertas de la salvación. En el cuento La lotería se juega con la idea calderoniana de la irrealidad y lo nefasto de la vida. El protagonista tiene por nombre nada más que Segismundo Calderón y a través de su breve y casi inverosímil historia Marco Roggero nos describe el sentido trágico y burlesco de la vida. En otro cuento como El templo de Venus el protagonista conoce en una discoteca a una bella mujer a quien pretende conquistar, pero hasta en ese mismo escenario cargado de erotismo y pecado el amor también le resultará totalmente esquivo. Un cuento que tal vez merece mención especial es el titulado Juanito, el Sheriff. En este cuento la inocencia y la culpa se conjugan para dar origen a una historia con cierta dosis de humor negro que raya con lo tremebundo. Y es que muchas veces como señalaba Graham Grenne “La inocencia siempre solicita tácitamente ser protegida cuando haríamos mucho mejor en precavernos de ella”.  Como se puede percibir existe también en los relatos de Marco Roggero una clara intención de abordar desde el humor y la ironía temas como la muerte, la soledad o la religión en una actitud irreverente de desacralizar temas considerados solemnes o sagrados. Esta idea entra en sintonía con los tiempos en los cuales discurrimos donde los temas más íntimos o angustiosos del ser humano como la muerte son planteados también desde una perspectiva desenfadada para, tal vez, tratar de evadir el sentido trágico del tema que a todos nos embarga. Al mismo tiempo la presencia del fracaso en los relatos es un reflejo del acontecer cotidiano del hombre moderno que plantea ilusamente el fin de las ideologías y la supremacía global de un grupo hegemónico. En todas las latitudes y en todos los aspectos del hombre de hoy se respira el fracaso como una fosa oscura y perniciosa en el que de manera inexorable, en algún momento, todo hombre ha de sucumbir.

  En resumen Los goces esquivos y otros desencuentros de Marco Roggero es un libro promisorio que nos acerca a las preocupaciones del hombre moderno con una visión irónica e irreverente de la vida y sus más íntimas preocupaciones.

 

 

 

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Una mirada al libro "Los goces esquivos" de Marco Roggero López.
Por Fernando Carrasco Nuñez.