En 1985, un comité norteamericano llamado PMRC (Parents Music Resource Center) comenzó una enérgica cruzada en contra de los que ellos mismos denominaron como los “Filthy 15” (los sucios 15), un listado de 15 canciones de música pop y rock que incorporaban contenido catalogado como inapropiado. Su objetivo era aumentar el control parental sobre el acceso de niños a canciones que ellos estimaban violentas, o que tuvieran referencias a drogas o sexo, a través del uso de stickers que incluyeran el siguiente mensaje “Parental Advisory. Explicit Content”. Previo a la autorización de dichos stickers, el senado norteamericano aceptó llevar a cabo una audiencia en la que participaron destacados músicos como Frank Zappa, John Denver y Dee Snider, vocalista de Twisted Sister, una de las bandas incluidas en la lista de los mugrosos 15. El detalle de los testimonios puede ser encontrado por completo en transcripciones en internet y videos de Youtube. Incluso existe una película, protagonizada por Jason Priestley (el jovencito de Beverly Hills 90210), titulada “Warning: Parental Advisory” (cuyo título en español es “Prohibido para menores”) que recrea fielmente tanto la audiencia como el cargado ambiente que rodeó esta controversia. La película termina años después, cuando el personaje de Priestley, un joven y carismático abogado opositor a los postulados del PMRC y fiel defensor de la libertad de expresión y la primera enmienda, se sorprende a sí mismo apagando violentamente el estéreo en la pieza de sus hijos adolescentes, en el cual ellos escuchaban a todo volumen los crudos epítetos y las violentas referencias, características del rap más gánster que se pueda imaginar.
Arranco con esta anécdota para evidenciar lo complicado que resulta hablar de libertad de expresión y censura. Podemos estar de acuerdo, casi de forma unánime, en que la libertad de expresión es un bien social deseable y que debe ser defendido a toda costa, hasta que dicho principio es desafiado por discursos que promueven discriminación, intolerancia o visiones sesgadas y/o absolutistas de la vida o el mundo.
Felipe Cussen nos presenta hoy “Explicit Content”, libro que toma el título de un sticker destinado a advertir sobre el contenido de ciertos materiales fonográficos, observación que finalmente se materializa en censura (durante mucho tiempo cadenas como Walmart, Target y otras tiendas rechazaron poner a la venta discos que tuvieran el sticker a menos que su contenido “ofensivo” fuera modificado). El texto de Cussen está construido por frases tomadas (¿al azar?) del “Parents Guide” del sitio de cine IMDb, una página que al igual que el PMRC pretende guiar a los padres sobre el contenido al cual podrían estar expuestos sus hijos. Debido a esto, es justo decir que el libro de Felipe versa sobre la censura o más bien juega con ella.
La censura, según Wikipedia, es la intervención practicada por un censor sobre el contenido o forma de una obra, atendiendo a razones ideológicas, morales o políticas y consiste en suprimir material comunicacional que puede ser considerado, ofensivo, dañino, inconveniente o innecesario. Acá surge la primera particularidad de “Explicit Content”, al elegir esta fuente como objeto literario y al someterla a procedimientos y formas de trabajo como el sampling y la programación de secuencias aleatorias (que al fin y al cabo, son formas sofisticadas de “cortar” y “pegar”), Felipe emula el trabajo del censor, interviniendo una obra, que es el trabajo de un crítico, para así subvertir completamente su significado y objetivo, y de paso, confundir al lector, quien desprovisto de contexto, debe defenderse lo mejor posible ante una avalancha de puritanismo cuyo efecto termina siendo insospechado. En ese sentido, el gran mérito de este libro, es el de revelar el verdadero espíritu que subyace bajo el gesto de censura y las formas extremas de moralismo. Lo grotesco, vil, y casi pornográfico del gesto de la categorización, del coleccionismo morboso, de un mal de Diógenes abyecto y despiadado que se oculta tras el ansia de denunciar y prohibir, y que da cuenta del doble discurso de ciertos sectores y de lo ridículo que a veces resulta ese afán enfermizo por la pulcritud y la corrección política.
Pasando a la parte más técnica, corresponde hacer mención a los procedimientos utilizados. En el artículo “¿De qué sirve un software de música electrónica para escribir un libro de poesía?”, Felipe comenta detalladamente el proceso de composición y explica los recursos técnicos utilizados en la obra. Siendo músico e investigador, sus principales referencias provienen de ese campo. Lo curioso es que menciona solo dos referentes literarios, dejando fuera al combinador y clasificador por excelencia: George Perec. Al igual que los Oulipo las estrategias que utilizada exploran el potencial combinatorio de coerciones formales como la gramática y las reglas de estilo, con el objetivo de expandir el campo de las posibilidades narrativas y de explorar las combinatorias posibles dentro de las reglas convencionales de la literatura.
Curiosamente, el uso de estas técnicas, de larga data en literatura, aún causa cierta incomodidad entre colegas y coetáneos, quienes continúan viendo con sospecha este tipo de actividades. En relación a esas actitudes, no me queda más que responder con dos citas, las que a estas alturas son prácticamente el lema de quienes sentimos pasión por esta forma escribir. La primera es del ensayo “Por favor, no más poesía” de Derek Beaulieu: “Esperamos de los gasfíteres, electricistas, ingenieros y médicos, que tengan tanto un vocabulario especifico y especializado, como también que estén a la vanguardia de los nuevos avances en sus respectivos campos, pero despreciamos a los poetas que hacen lo mismo.”
La segunda pertenece al libro “Do or DIY: Autoedición, apropiación, re-contextualización y plagio”, ensayo colectivo de Craig Dworkin, Simon Morris y Nick Thurston: “Hoy, los paquetes de archivos digitales que inundan la Internet están cambiando una vez más el sentido de lo que creemos constituye la escritura […] En consecuencia, los escritores más interesantes del momento están tomando los imperativos tecnológicos de la era de la fibra óptica y están utilizándolos como estrategias de composición: apropiando, reformulando y replanteando textos desde nuestra amplia base de datos cultural del lenguaje encontrado. La escritura innovadora no necesita estar basada en la generación de nuevos textos”.
Ahora, entrando en materia, correspondería comentar sobre la relación de este libro con la escritura conceptual. Al respecto, me atrevería a decir con certeza, que esta es la obra más conceptual que ha hecho/escrito Felipe Cussen. Como sabemos lo difícil que resulta definir este tipo de trabajos y como una manera de respaldar esta osada aseveración he elaborado, especialmente para la ocasión, una útil herramienta, la cual recomiendo utilizar a futuro en análisis similares.
Ahora en cuanto a la afirmación de que no es necesario leer este libro a cabalidad para entender de qué se trata la obra, es necesario hacer un par de aclaraciones. Primero, me gustaría confesar abiertamente que nunca he terminado de leer este libro. Y digo esto porque luego de leer más de la mitad del texto, en el orden propuesto, no pude resistir la tentación de empezar a saltar páginas, mezclando las frases, párrafos e incluso palabras, construyendo de ese modo nuevos poemas, nuevas posibilidades, nuevos samples y loops. Una de las virtudes de este libro es que, debido a su versatilidad y capacidad combinatoria, opera del mismo modo que The Unfortunates de B.S. Johnson, Rayuela, o como los libros adolescentes del tipo “arma tu propia aventura”, configurando una especie de puzle o laberinto de múltiples posibilidades. Mi poema inventado favorito, por ejemplo, es aquel que junta todos los últimos párrafos de cada página, transformándose en un listado eterno, un morboso y sucio inventario de palabrotas. Decir entonces que no he terminado de leer el texto, es válido y no es ofensivo o displicente, porque visto de esta forma, “Explicit Content” es un libro que no se acaba nunca.
Otro de los aspectos destacables de esta publicación es que aparece de manera gratuita en Internet. Esto no debería causar mucha sorpresa. Felipe es uno de los pioneros en Chile en el arte de “liberar” textos. A través de su sello virtual “Cumshot” ya nos había deleitado anteriormente con su libro “Opinología”. El sitio además alberga otras obras literarias, visuales y sonoras, todas disponibles y descargables sin costo alguno para el lector/auditor/espectador. Al contrario de lo que popularmente se profesa, la verdadera democratización de la literatura ocurre en internet. En ese sentido, las editoriales independientes, lamentablemente, aún se encuentran en deuda. Si bien su labor de activismo literario es encomiable, todavía quedan muchas oportunidades de mejora, sobre todo en cuanto a la distribución del material que editan.
Siguiendo con las particularidades, queda mencionar el idioma en el cual se encuentra esta obra. En entrevista con Megumi Andrarde, Felipe refiere que su interés era utilizar el lenguaje de la corrección política, el cual cree es idiosincrático de la cultura norteamericana, por esta razón “Explicit Content” se encuentra en inglés. Sobre esto cabe aclarar que los eufemismos y el doble estándar (o más bien la distancia que hay entre la cultura ideal y la real) no son bienes exclusivos de la sensibilidad anglo pero también corresponde la pregunta: ¿Realmente escribió Felipe Cussen este libro en inglés, un idioma que el mismo reconoce no maneja a la perfección? Y hago este cuestionamiento por varios motivos. Primero, en estricto rigor, Felipe no escribió nada de lo que aparece en este libro. Segundo, utilizó una base de datos, una fuente de palabras encontradas, la que bien podría haber estado en francés, alemán o en ruso. Para los efectos prácticos del texto (debido a los procedimientos a los que fue sometido) el resultado hubiera sido prácticamente el mismo. Y por último, el autor menciona que esta elección idiomática lo hace susceptible de convertirse en blanco de críticas y/o ataques de diversa índole. Ante esto hay que recordar que la cultura anglo que nos invade, no nos invade propiamente tal, sino que la aceptamos y la acogemos todos voluntariamente. Las series que vemos y comentamos están en inglés, las películas que anhelamos y recomendamos están en inglés, la música que escuchamos, tarareamos y bailamos está en inglés, los libros que leemos, citamos y copiamos, están en inglés. Esto último no pretende ser una defensa de lo foráneo sino por el contrario, un llamado a aceptar que nuestra idiosincrasia también tiene mucho de remix, de pastiche, de collage.
Para finalizar, a modo de poema encontrado, recontextualización, apropiación o como un simple homenaje, me permito reproducir una sucinta guía moral de cine, aparecida el 28 de noviembre de 1957, en el diario La Nación de Costa Rica:
Guía Moral de Cine
Semana del 25 de noviembre al 1 de diciembre de 1957
Bajo los Auspicios de la Acción Católica.
Estrenos:
- La Bestia Magnifica, Escabrosa.
- Extraña Obsesión, Escabrosa.
- Flecha Envenenada, Aceptable.
- Gran Patraña, Escabrosa.
- Los Héroes están Cansados, Condenada.
- El Hombre Inquieto, Reservada.
- Mi Vida empieza en Malasia, Aceptable.
- Modisto de Damas, Escabrosa.
- Muñecas de Paris, Escabrosa.
- El Niño y el Toro, Buena.
- Piratas de la Carretera, Reservada.
- El Renegado, Reservada.
- Explicit Content, ____________ .
Lanzamiento EXPLICIT CONTENT de FELIPE CUSSEN
Por Mike Wilson
Explicit Content es un libro peculiar, es un texto que quizá a primera vista descoloque al lector por lo extraño que es, pero me alegro de que sea así, sin ánimo didáctico y sin necesidad de mayor explicación. Me gusta que el contenido explícito del libro de Felipe no es algo obvio, no se refiere a la trillada apropiación del cine porno, o torture-porn o gore, ni nada así, sería demasiado patente. Felipe samplea algo bastante más interesante: el contenido considerado explícito por una generación o generaciones de instituciones gringas que monitorean las instancias de violencia, desnudos, sexo, satanismo, racismo, fobias, consumo de drogas y lenguaje profano en el cine mainstream. Es una cultura de “padres de familia” preocupados por el bienestar moral de sus hijos. Una cultura temerosa que denuncia la corrupción moral de las mentes inocentes, que busca aislar sus niños vulnerables, y que sospechan que el mal siempre acecha. Es para ellos una iniquidad que busca infiltrarse de forma casi subliminal en los reel de celuloide, porque han determinado que somos criaturas susceptibles y frágiles, que frases como “You’re such a fuck ass. You can go suck a fuck” (Donnie Darko) o “Chain snatching, jive-ass, maricon motherfuckers” (Carlito’s Way) van a pervertirnos. Es una cultura extraña en el sentido de que congrega facciones opuestas; obviamente la derecha religiosa gringa, pero también una subcultura de la izquierda fascistoide que se excita ante la posibilidad de denunciar cualquier espectro de incorrección política. Sí, todo eso está presente, pero quiero enfocarme en otro aspecto del libro. Más allá del afán moralista de la guía para padres del cine norteamericano (sampleado y parodiado por Felipe) hay una dimensión estética que hace de este libro una obra literaria. Se percibe un relieve entre el lenguaje higienizado, el tono institucional, el subtexto paternalista en contraste con cierta musicalidad del fraseo secuencial y de la acumulación de advertencias. Se produce un efecto curioso en el lector, las enumeraciones de contenido explícito cobran su propio ritmo, su propia belleza, de a poco la parodia se disuelve, el moralismo institucional se desvanece, a pesar de los eufemismos y de las perífrasis absurdas, el contenido explícito descrito se vuelve extrañamente humano. A veces perturbador, a veces tierno, siempre, de una forma u otra, hay algo bello. En vez de tratar de explicar esto, voy a leer algunas de las líneas que más me gustan del libro de Felipe:
There are numerous scenes of gunplay, all of which leave no visible wounds.
The skeletons are very frightening.
A kid takes a sip of alcohol but then spits it out.
A character's gradual mental deterioration may be disturbing to some.
Masturbation is mentioned in one conversation.
Fields are set on fire.
Surprisingly little blood is visible.
A male human and a male android kiss.
A woman dies of cancer.
A boy kisses a girl (it looks like it's on the mouth).
A man and woman kiss and hug.
The thunderstorm scene might frighten some very young children.
Cigarettes are shown in an ashtray in a hotel room.
Most of the scenes are quite emotional, either from overwhelming happiness, or from sadness.
Esto en especial me fascina. Hace mucho que me ha interesado la idea del lenguaje sin afán literario, el lenguaje de manuales, de guías telefónicas, las etiquetas de ingredientes, y cómo en éstas hay frases bellas, lenguaje que conmueve y perturba. Similar al concepto de “objeto encontrado” en el arte, hay textos hermosos en las cosas cotidianas y en los lugares menos pensados. Es de cierta forma la literatura más honesta, pre-reflexiva, prístina y libre de interferencia intelectual. De ahí vale la pregunta, ¿en qué se transforma un texto utilitario como por ejemplo un manual de instrucciones para operar un telégrafo cuando este ya es obsoleto? Quizá se convierte en literatura, en una novela, o no sé, en un poema épico. El IMDB y MPAA son de cierta forma máquinas, aparatos capaces de generar textos anacrónicos y obsoletos, o quizá son como la máquina de la Ciudad Ausente, propensas a contar historias sin querer hacerlo. Para mí, Felipe no solamente logra transformar algo sin afán literario en poesía, en música, en arte, toma algo que en un principio busca atentar contra el arte, algo que alimenta la censura. Felipe la desnuda de su intención utilitaria y siniestra y nos muestra que la armonía y la belleza del lenguaje es ineludible, que si prestamos atención a la música y a la estética de lo escrito, se subvierten las advertencias, y el contenido explícito da paso a la cadencia de lo conmovedor, lo triste, lo luminoso, lo contemplativo, a la narrativa, la poesía, el arte.
Lanzamiento Explicit content / Transcripción de Notas.
Natalia Matzner
El pasado Jueves 21 de Enero del 2016 fui invitada por Felipe Cussen para presentar su obra escrita “Explicit Content”. Tuve la gran oportunidad de conocer a los copresentadores Carlos Soto Román y Mike Wilson ese mismo día, me quedé asombrada por sus introducciones, que se distinguían por un análisis profundo en estilo, contenido, forma, descripción de corrientes a las que se añade la obra y sensaciones de ellos como receptores. Cada uno llevó un paper escrito, mientras que yo llevé un papel con apuntes de escritura a mano y me quedé con la sensación de haber hablado improvisada-poseídamente 15 minutos seguidos.
No recuerdo bien el orden de mi presentación ni tampoco con exactitud los ejemplos de “Explicit Content” que usé para mis observaciones. Por lo que este escrito será una especie de acercamiento de aquella intervención en la cual no tengo registro audiovisual. Es una especie de esbozo y ‘punteo’.
“Explicit content” fue lanzado el 4/11/15 por la editorial de obras digitales e impresas Gauss PDF (San Francisco, U.S.A.) y puede descargarse gratuitamente. Muchos de los autores que publican en este sitio son cercanos al conceptualismo o postconceptualismo, quienes como Cussen, se apropian y manipulan información obtenida de Internet.
Para hacer/escribir “Explicit content” el autor escogió los films que había visto del “Hollywood’s 100 Favorite Films”. Cada película seleccionada por Cussen está incluida en la sección “Parents Guide” del IMDb “que funciona como un foro cuyo fin es “ayudar a los padres a tomar decisiones informadas de lo que pueden ver sus hijos describiendo los hechos de escenas relevantes de cada título en cada una de las diferentes categorías: Sexo y desnudos, Violencia, Malas palabras, Alcohol, drogas, cigarros y escenas de susto y terror.”
Con esta información compuso 30 apartados (o escenas) de manera aleatoria. Es decir, la obra a presentar es un homenaje al acto de la selección.
Mi intención en el lanzamiento de “Explicit Content” fue pensar junto a la audiencia sobre “las cualidades del medio” en el cual se basa, soporta y desenvuelve esta obra. Pensamos sobre las tecnologías de información y comunicación y cómo estas a su vez portan cualidades de medios antecesores.
Para reflexionar sobre el “Parental Guide Help” de IMDb traje a memoria el buzón que se utilizaba desde la edad media para acusar a tu vecino/a por casos de inmoralidad, por ejemplo, cuando Leonardo Da Vinci fue exiliado de Florencia al ser acusado anónimamente de homosexualidad mediante este buzón. Podemos rastrear el incentivo al adoctrinamiento moral basado en primera instancia en el anonimato. El “Parental Guide” está construido por este autor colectivo y anónimo que crea la ilusión de cuerpo colectivizado que trabaja desinteresadamente (“gratuitamente”) para nuestros niños.
Al seleccionar y reelaborar 30 escenas al azar Felipe Cussen le devuelve la autoría a este texto colectivo, pero no para quedarse, sino para ponerla en evidencia y en jaque. No siempre se puede rastrear los referentes con los que se realiza una obra de arte (puede provenir de otra obra, de la naturaleza que formamos parte, de una conversación, de una ‘visión’, etc…), y lo que se nos recuerda acá es que siempre viene de algún lugar, incluso puede devenir de sí misma que ya no es la misma.
En el caso de “Explicit content” se puede evidenciar una cadena posfordista: se filma una película y se firma (autoría), padres preocupados registran en escrito escenas audiovisuales (anonimato), Cussen reelabora algunas transcripciones y re-compone 30 escenas (autoría que señala y reflexiona en torno al anonimato).[1]
El estilo de estas transcripciones reutilizadas por Cussen son dignas de minuciosidad de trabajo de campo etnográfico, con detalles descriptivos y sensibles (especialmente en Sexo y desnudos) como también enumeraciones (en el caso de Malas palabras) propio de trabajo sociológico cuantitativo, y si se descontextualizan podría rememorarnos a escritos de W.Benjamin o G.Perec. Si fuésemos exclusivamente investigadores de las Ciencias Sociales invitaría en este escrito a pasar de la “observación participante” (supuestamente muy radical) a una “observación de tu participación”, poniendo en jaque alguna perspectiva positivista.
Una de las preguntas que propuse plantearnos fue sobre internet y las facultades que entrega para crear nuevos géneros y narrativas. Si el uso de la imprenta colaboró en el desarrollo de la novela, el cine al desarrollo de las películas, cuál será el nuevo modo de expresión narrativa que contribuye internet. Antiguamente el registro escrito se cualificaba por ser distante y reflexivo, mientras que la oralidad se distinguía por la proximidad y espontaneidad.
Este nuevo género de la red porta ambas características, porta también la primordialidad en los personajes como lo es en la novela, o de la acción como lo es en el teatro. La narrativa en la red habla de estos pero en cuanto procesos y en constante re-elaboración: se doblegan los personajes y los autores y las acciones parecen entrar en un caledoscopio.
Como señala J.Murray en “Hamlet en la Holocubierta” la novela se caracterizaba por tener un fin moral por resolver, característica de lo laberíntico, aristótélico y caballeresco, mientras que la narrativa de la red se presenta como un rizoma, pone atención en los procesos, y en experimentar diferentes puntos de vista. Todo esto evidenciado en las TICs, en el “Parental Guide Help” y en las obras que reviven en “Explicit Content”. Para que todo esto suceda es necesaria una atmósfera; el proceso de inmersión en la red es similar a la sensación de adentrarse en el agua, estás en un entorno diferente, eres otro/a, puedes convertir tu miedo a lo desconocido en una estructura de exploración y descubrimiento, y se crea la ilusión de que es una ficción: no puedes salir dañado con esta exploración ya que estás dentro de la lógica dicotomía post-cartesiana vida real / vida virtual.
“Explicit Content” evidencia que el “Parental Guide Help” está dentro de la lógica digital y del computador, como señala J.Murray. una lógica donde se nos da ‘motores de búsqueda’ y formas de ‘etiquetar’ los fragmentos de manera que podamos encontrar relaciones entre las cosas. Guarda la historia de nuestro recorrido a través de una red para que podamos volver atrás y podemos presentar todas las acciones simultáneas a la vez. Podemos mezclar la reflexión que permite la novela con la rapidez de cambio de toma de las películas.
La obra de Cussen está construida a partir de una selección de la fijación moral de los coautores de “Parental Guide Help.” Me resulta particularmente interesante el momento de transcripción de lo sonoro-visual a lo escrito por parte de los padres preocupados. Realizo una representación mental de la escena y pienso en ese impulso al que los lleva detenerse, seleccionar, transcribir y denunciar. En el momento que ponen “stop” emerge la triada deseo-carencia-censura.
El impulso escópico está latente en cada una de las frases seleccionadas por Cussen. Frases que previamente han sido seleccionadas por los padres para IMDb. Este acto reiterante de selección apunta a aquellas imágenes como con una vida propia, que hipnotizan a sus transcriptores y a su vez al autor. Pero, siguiendo la lógica de W.J.T.Mitchell, esta es una relación recíproca y cuasifetichista: te encuentras con ellas porque las clamas y ellas a su vez te llaman a ti. No es época de preguntarse por la descripción de ‘qué dicen las imágenes’ (me refiero a esa supuesta objetividad del “Parental Guide”). Como constantes vouyers de las imágenes hay que preguntarse ‘qué es lo que demandan y quieren de mí.’ El acto de reapropiación y de reordenamiento de estas frases en “Explicit Content” te invitan plantearte aquella última pregunta.
Bajo esta lógica, se puede entender a las imágenes como diseñadas para ser apropiadas. En este encuentro hay un gesto de afección, una especie de canibalismo mutuo: quieres incorporarlas y a su vez quieres ser incorporadas por ellas.
Natalia Matzner
www.rataliaespigadora.com
San José de Maipo, 4 de Febrero, 2016
[1] No estaría de más pensar en esta misma cadena en relación a los derechos de autor y al lucro directo o indirecto.