.......... La expiación se transformó en el eje temático de uno de los
trabajos de Diamela Eltit realizado en 1980. Su cuerpo se
convirtió en cuerpo expiatorio y sacrificial, al asumir la culpa y el
dolor colectivos. Transitó por prostíbulos, cárceles y hospicios que
designó como "zonas de dolor". En estos lugares leyó trozos de su
novela "Por la patria", proyectó su imagen (en diapositivas) sobre las
paredes de esos recintos y lavó sus veredas.
.......... En su calidad de escritora, todas
estas acciones fueron la prolongación de su trabajo literario y las
incorporó como registro visual a su texto definitivo. Estos trabajos
los denominó "arte de la intención" y los fundamentó así: "Desde los
prostíbulos más viles, sórdidos y desamparados de Chile, yo nombro a
mi arte como arte de la intención. Yo pido para ellos la permanente
iluminación: el desvarío. Digo que no serán excedentes, que no serán
más lacras, digo que relucientes serán conventos más espirituales aún.
Porque son más puros que las oficinas públicas, más inocentes que los
programas de gobierno más límpidos. Porque sus casas son hoy la
plusvalía del sistema: su suma dignidad. Y ellos definitivamente
marginados, entregan sus cuerpos precarios consumidos a cambio de
algún dinero para alimentarse. Y sus hijos crecen en esos lupanares.
Pero es nuestra intención que esas calles se abran algún día y bajo
los rayos del sol se baile y se cante y que sus cinturas sean
apresadas sin violencia en la danza, y que sus hijos copen los
colegios y las universidades: que tengan el don del sueño nocturno.
Insisto que ellos ya pagaron por todo lo que hicieron travestistas,
prostitutas mis iguales".
..........
Este texto pone de manifiesto su decidida intención de vincularse con
los espacios -límites- donde las situaciones humanas alcanzan la
degradación más radical. Aquí, precisamente. sitúa su cuerpo, su
imagen y su palabra, mientras lava la calle, purificándola, en un acto
simbólico de penitencia y arrepentimiento
colectivos.