Racconto
a Andrés Morales
Felipe
Ruiz
En el artículo que está un poco más debajo de
estas líneas, Andrés Morales realiza un pormenorizado
resumen del panorama poético de los últimos veinte
años. No puede, en todo caso, sino ser eso: un pormenorizado
resumen, pues si fuera uno por mayorizado debería o
no simplemente ser resumen, sino racconto, entrabado discursivo que
sume a la cantidad de años y poetas, la implicancia de que
algunos hayan aparecido Durante el Régimen Militar - al amparo
de la crítica purista de Ignacio Valente -, o en la recuperación
de la Democracia - al alero de la rimbombante y explosiva masificación
de la prensa -. Sólo sopesar estos dos puntos anteriores, más
algunas citas a poetas, podrían haberle servido para no perder
lo esencial: que cualquier discusión con la historia se hace
desde el presente hacia atrás y no viceversa. Y este presente
- el presente actual de la poesía -, hemos apreciado gracias
a esta misma página que dista mucho de ser un panorama acotado
al cubículo chilensis en estado puro; que ya podemos contar
con la presencia de voces jóvenes de otras latitudes como Maurizio
Medo, Rodrigo Flores, Jorge Solis, Alan Mills y tantos más,
que han enriquecido y abierto nuestra sensibilidad a nuevas realidades.
Este dato no menor del encuentro que organizaron varios poetas
de esa "treintena" que señala Morales, es la que
da curso a una nueva mirada sobre el presente - ese "encuentro"
se llamó Poquita Fe -, y, desde luego, no podríamos
sino mencionar a Paula Ilabaca, Héctor Hernández, Pablo
Paredes, Diego Ramírez, Gladys González, no sólo
en tanto escritores, sino también como actores, cuerpos
políticos que movilizan y promueven "miradas"
sobre sí y sobre el exterior, incólumes en el inconmovible
del territorio chileno.
Ahondar en este último grupo de autores - ya no desde la mirada
del náufrago, según Bello -, es sistemáticamente
sonorizar los fantasmas que habitan ese Caleuche abandonado a la deriva
del tiempo de Chile, de ese pie que se nos queda atrás cuando
vemos, espantados, el rostro de lo que creímos muerto.