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Rimbaud en la poesía chilena


Por Francisco Véjar
Revista de Libros de El Mercurio. 17 de julio de 1999


Considerado una de las personalidades más controvertidas y geniales de la poesía francesa del siglo XIX, Rimbaud fue para Pablo Neruda el más atroz de los desesperados, mientras Paul Claudel vio en él un místico en estado salvaje. En Chile su obra ha dejado una huella que se remonta hasta nuestros días.

Jean Arthur Rimbaud sigue despertando la admiración de centenares de estudiosos y escritores de distintas latitudes del mundo. Para muchos ha sido un ejemplo, un modelo y hasta un arquetipo - como diría Eduardo Anguita - . Su rostro adolescente aún nos mira desde la portada de numerosas exégesis y biografías que dan cuenta de su luminoso y fugaz paso por la tierra. Fue un lector voraz y alumno brillante que hacía sus primeras composiciones en francés a muy temprana edad. Recordemos que a los diecisiete años escribe la carta del vidente dirigida al joven poeta Paul Demeny, donde expresa los primeros postulados de su obra. El poeta debe llegar a la videncia "por medio de un inmenso y razonado desarreglo de todos los sentidos", entregándose a "todas las formas de amor, de sufrimiento y de locura". Con esa carta no sólo convulsionó a su época sino que sentó las bases del primer manifiesto de la poesía moderna. Paul Claudel lo llamó "un místico en estado salvaje", y Jacques Riviére dijo: "Dios quiso hacer a Rimbaud tan ejemplar como fuera posible, al conservar pura en todo lo posible su obra". Bastaron sólo tres años para que escribiera libros de la talla de Una temporada en el infierno ( 1873 ) e Iluminaciones (1873 - 1875), y otras poesías de consideración que han sido recogidas en sus obras completas. Finalizada aquella época, ya en casa de su madre en Charleville, se encierra a estudiar idiomas que le serán necesarios para sus futuros viajes: español, italiano, inglés, ruso, árabe, alemán y griego. Se inicia el período del Rimbaud explorador y aventurero (1875 - 1891). Empieza a desempeñarse en diversos oficios: obrero en Alejandría, capataz de cantera en Chipre, traficante de marfil, oro, cuero, fusiles en Arabia y Africa. En busca de una libertad que jamás llega, abandona la literatura y se dedica insaciablemente a conseguir fortuna. Henry Miller dijo acertadamente que Rimbaud se convierte en todo cuanto había profetizado.

RIMBAUD Y CHILE

Su eco se remonta a fines del siglo pasado. Rubén Dario llega a Chile en julio de 1886. Conoce a Pedro Balmaceda y es en casa de éste que lee por primera vez a Rimbaud y luego lo cita en el libro Los raros ( 1892 ), en donde escribe sobre Leconte de Lisle y Paul Verlaine, entre muchos. Años más tarde, Augusto Iglesias (1896 - 1975 ), poeta, novelista y ensayista, publica en 1818 el poema "Ofelia" (Adaptación del poema de Arthur Rimbaud) y es recogido más tarde en Poetas chilenos, antología (1944 ) :

"Sobre la onda negra donde duermen las estrellas
la blanca Ofelia flota como un inmenso lirio,
flota muy lentamente, suelta las crenchas bellas...
A la distancia se oye de la fronda el delirio.
De las luces del día en el último alarde
pasa, fantasma blanco, sobre la onda obscura ".

En 1923 se imprime el primer libro de poemas de Salvador Reyes, titulado Barco Ebrio como homenaje a Rimbaud. La revista "Multitud", dirigida por Pablo de Rokha, publica en octubre de 1939 la primera traducción al español de Una estada en el infierno, realizada por Braulio Arenas, poeta y fundador de "Mandrágora". En "Mala sangre" dice : " Tengo de mis antepasados galos el ojo azul pálido, el cerebro estrecho, y la torpeza en la lucha ". Esta traducción se imprimió completa en la editorial "Fabril " (1945 ).

Enrique Gómez Correa, otro de los miembro de "Mandrágora", en su libro, titulado Sociología de la locura ( 1942 ) habla del autor de Una temporada en el infierno y dice que uno de sus méritos "consiste en haber identificado la vida con la poesía". Gómez Correa ve en la indignación visceral de Rimbaud cierta comunicación con la locura : "Yo conseguí hacer desvanecerse en mi espíritu toda esperanza humana". Nos dice también que ya ha "conocido todos los impulsos y los desastres de la locura", que quiere "evadirse de la realidad", que desea "vivir sonámbulo". Y así consigue vivir por algún tiempo, en medio de las visiones alucinatorias. Las mismas visiones que desearon compartir los surrealistas. Curiosamente Teófilo Cid, surrealista también, escribe en "La Nación" ( 1954 ) un articulo titulado "La impertinencia de Rimbaud" donde señala: "Jean Arthur Rimbaud es peligroso. Sí, señores, altamente peligroso. Es un poeta que al adolescente feliz puede transformarlo en maniático sombrío; que, al referirse al amor, tiende un velo de tedio ( ... ) Pero jamás, ni en mi mayor entusiasmo juvenil, creí que podría imitársele".

El 20 de octubre de 1954 se cumplieron cien años del nacimiento de Arthur Rimbaud. En distintas partes del mundo le recordaron. En esa fecha Pablo Neruda escribe "Oda a Jean Arthur Rimbaud".

"Ahora
en este octubre
cumplirás
cien años,
desgarrador amigo.
Me permites
hablarte ?
Estoy solo,
en mi ventana
el Pacífico rompe
su eterno trueno oscuro.
Es de noche
La leña que arde arroja
sobre el óvalo
de tu antiguo retrato
un rayo fugitivo.
Eras un niño
de mechones torcidos,
ojos semicerrados,
boca amarga.
Perdóname
que te hable
como soy, como creo
que serías ahora...".

En una pequeña semblanza sobre Rimbaud, Eduardo Anguita escribe en el suplemento literario de "La Nación" (Octubre de 1954 ): "Como sea, para nosotros, poetas que vivimos en una época exigente, metafísicamente extrema, Jean Arthur Rimbaud tuvo el mérito excelso de formular, como nadie antes lo había hecho, una poesía práctica (la expresión es de Novalis; en Chile, "David" la repitió sin conocerla ) : en otras palabras, una poesía eficaz para vivir. Si él lo logró o no; si su silencio en que se encerró fue o no una definición son asuntos por dilucidarse. En todo caso, quedan, como testimonio imperecedero de su intento, su obra, sus poemas, sus cartas y su turbulenta existencia, que también fue obra suya ". Precisamente el día del centenario Eduardo Anguita dicta una conferencia sobre Rimbaud, en la Universidad de Chile. Años más tarde se publica su ensayo "Rimbaud pecador" ( 1963 ).

Ediciones Dédalo también quiso conmemorar esa fecha y publicó Barco ebrio de Rimbaud, con versión castellana de Fernando Undurraga Prat y con una introducción de Braulio Arenas, quien describe en el prólogo de este libro las distintas facetas de la personalidad de Jean Arthur Rimbaud:

Como poeta, /Por delicadeza yo perdí mi vida. / ¡Ay de mí, la hora de la fuga será la hora de la muerte ! ¡ Amor, libertad ! Una noche senté a la belleza en mis rodillas. Y la encontré amarga. Y la injurié; como vidente, Voy a develar todos los misterios: misterios religiosos o naturales, la muerte, el nacimiento, el porvenir, el pasado, la cosmogonía, la nada; como vagabundo, Siento horror por todos los oficios. ( ... ). Como geógrafo, Mi jornada está cumplida; abandono Europa. El aire matinal quemará mis pulmones; los climas perdidos me curtirán, como político, Yo no puedo comprender la revuelta. Mi raza no se sublevó más que para saquear ".

MADAME RIMBAUD

Entre las innumerables curiosidades que se han a conocer sobre este poeta en Chile, se encuentra una carta de Madame Rimbaud, fechada en Charleville, el 1 de julio de 1900 y dirigida a su hija. La traducción le pertenece a Armando Uribe: "Experimento una satisfacción interior imposible de expresar : siento que he cumplido la voluntad de Dios. La cavidad está hecha, y bien hecha; pero aun no del todo según mi idea. Mi lugar está listo, al medio de mis queridos ausentes; mi ataúd será puesto entre mi buen padre y mi querida Vitalie a mi derecha, y mi pobre Arthur a mi izquierda. He hecho hacer dos pequeños muros de ladrilllo sobre los cuales se dejará mi ataúd, y colgar del muro una cruz y una rama bendita. Hice venir al sepulturero y le he mostrado bien dónde quiero estar yo. Me ha entendido muy bien. Todo está en orden". Esta carta no había sido vertida al castellano y fue publicada por la revista "Finis Terrae", en 1963".

Uribe, al referirse a la traducción de los poemas o más bien, a su música interior, señala: "El verso de Rimbaud, que bien podría bailarse, pude asimismo leerse como prosa, realizando por una vez el sueño de todos los poetas modernos de Browning adelante: "un verso que sea también prosa". (Eugenio Montale ). Un ejemplo. "La eternidad": " Ya se la encontró. / ¿ Qué ? La eternidad. / Es el mar que va / Junto con el sol." (...)"

Dentro de la atmósfera poética de Jean Arthur Rimbaud, se sitúa la obra de Carlos de Rokha (1920 - 1962 ), quien escribe como preámbulo en Las revelaciones del furor (1944): "Este no es un libro; es todo lo contrario de lo que se entiende por eso. Lo dedico a quienes creen en la poesía, no como un puro medio expresivo, sino como un estado de vida". Enrique Lihn refuerza esta idea diciendo con respecto a la poesía de Carlos Rokha: "No es raro que "las invenciones de lo desconocido" de Rimbaud, y el carácter sicopatológico de la genialidad rimbaudiana, le atrajeran e influyeran sobre él poderosamente".

Prácticamente todos los poetas chilenos han dejado testimonio de su experiencia con respecto a Una temporada en el infierno. Nicanor Parra, Efraín Barquero y otros lo han conocido en profundidad. Sin ir más lejos, Pablo de Rokha le rinde homenaje en Mundo a Mundo ( 1966 ):

"Tú eres "ajenjo", Francia, Pernod, y Coñac francés, parisién, a la
espada del vino, tragos con espanto y besos de perro, para
las ambivalencias trágicas, patéticas, báquicas de Rimbaud".

Por su parte, Enrique Lihn en La musiquilla de las pobres esferas (1969), le dedica un poema. Lo tituló: "Rimbaud":

"El botó esta basura
yo le envidio su no a este ejercicio
a esta masturbación desconsolada
Me importa un trueno la belleza
con su chancro
Ni la perversión
a esta conversión interesan
No a la magia" (...)

El 21 de octubre de 1971, Pablo Neruda obtiene el Premio Nobel de Literatura. En el discurso de agradecimiento pronunciado en Estocolmo, dice : "Hace cien años exactos, un pobre y espléndido poeta, el más atroz de los desesperados, escribió esta profecía: Al amanecer, armados de una ardiente paciencia, entraremos en las espléndidas ciudades". Más adelante: "En conclusión, debo decir a los hombres de buena voluntad, a los trabajadores, a los poetas, que el entero porvenir fue expresado en esa frase de Rimbaud. (...) Así la poesía no habrá cantado en vano".

Desde otro ámbito, Jorge Teillier, enfatiza: "Hay pocos ejemplos en el mundo de alguien que trabajara más que él, que fuera más buen alumno que él. No pudo ser negro. Toda su vida fue mentira, mentira deslumbrante. Su única verdad era que amaba el oro. El oro de la poesía. El oro de la poesía logrado por la alquimia del verbo, el oro logrado por el tráfico de armas. Y la vuelta a la tierra para ser igual a su madre y su hermana".

Gonzalo Rojas no podía estar ausente del poeta francés y en 1986, publica su poema "Rimbaud":

"Pero somos precoces, eso sí que somos, muy
precoces, más
que Rimbaud a nuestra edad; ¿ más ?,
¿ todavía más que ese hijo de madre que
lo perdió todo en la apuesta ? Viniera y
nos viera así todos sucios, estallados
en nuestro átomo mísero, viejos
de inmundicia y gloria. Un
puntapié nos diera en el hocico".

Otros poetas como Juan Luis Martínez, también lo homenajearon a su manera. En La nueva novela (1985 ) trabaja con la imagen del poeta. Se trata primero de una fotografía de Rimbaud, hecha por Carjat, cuando el poeta tenía diecisiete años y aparece al lado de un retrato de Marx bajo el título de "El eterno retorno". En otra página, presenta la imagen del poeta, pintada por Fantin Latour (1872 ), y escribe: "Un barco ebrio cuenta sus recuerdos de viaje. Este barco es usted. Dígalo en la primera persona del singular" Y en una incisión que separa los dos perfiles del rostro de Rimbaud, señala: "¿Recordar con palabras de este mundo, que partió de mí, un barco llevándome?".

En 1991, a cien años de la muerte del poeta, el Instituto Chileno Francés de Cultura becó a diez jóvenes para estudiar durante un año su obra. El taller estuvo dirigido por Jaime Quezada. Conjuntamente se organizó el " Concurso Nacional de Poesía Arthur Rimbaud ". Ese certamen dio paso al libro Poesía Menor en donde se publicaron poemas de diez jóvenes. Ahora tiene todo el siglo veintiuno por delante.

 

 


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