Considerado una de las personalidades más
controvertidas y geniales de la poesía francesa del siglo XIX,
Rimbaud fue para Pablo Neruda el más atroz de los desesperados,
mientras Paul Claudel vio en él un místico en estado
salvaje. En Chile su obra ha dejado una huella que se remonta hasta
nuestros días.
Jean Arthur Rimbaud sigue despertando la admiración
de centenares de estudiosos y escritores de distintas latitudes del
mundo. Para muchos ha sido un ejemplo, un modelo y hasta un arquetipo
- como diría Eduardo Anguita - . Su rostro adolescente aún
nos mira desde la portada de numerosas exégesis y biografías
que dan cuenta de su luminoso y fugaz paso por la tierra. Fue un lector
voraz y alumno brillante que hacía sus primeras composiciones
en francés a
muy temprana edad. Recordemos que a los diecisiete años escribe
la carta del vidente dirigida al joven poeta Paul Demeny, donde expresa
los primeros postulados de su obra. El poeta debe llegar a la videncia
"por medio de un inmenso y razonado desarreglo de todos los sentidos",
entregándose a "todas las formas de amor, de sufrimiento
y de locura". Con esa carta no sólo convulsionó
a su época sino que sentó las bases del primer manifiesto
de la poesía moderna. Paul Claudel lo llamó "un
místico en estado salvaje", y Jacques Riviére dijo:
"Dios quiso hacer a Rimbaud tan ejemplar como fuera posible,
al conservar pura en todo lo posible su obra". Bastaron sólo
tres años para que escribiera libros de la talla de Una
temporada en el infierno ( 1873 ) e Iluminaciones (1873
- 1875), y otras poesías de consideración que han sido
recogidas en sus obras completas. Finalizada aquella época,
ya en casa de su madre en Charleville, se encierra a estudiar idiomas
que le serán necesarios para sus futuros viajes: español,
italiano, inglés, ruso, árabe, alemán y griego.
Se inicia el período del Rimbaud explorador y aventurero (1875
- 1891). Empieza a desempeñarse en diversos oficios: obrero
en Alejandría, capataz de cantera en Chipre, traficante de
marfil, oro, cuero, fusiles en Arabia y Africa. En busca de una libertad
que jamás llega, abandona la literatura y se dedica insaciablemente
a conseguir fortuna. Henry Miller dijo acertadamente que Rimbaud se
convierte en todo cuanto había profetizado.
RIMBAUD Y CHILE
Su eco se remonta a fines del siglo pasado. Rubén Dario llega
a Chile en julio de 1886. Conoce a Pedro Balmaceda y es en casa de
éste que lee por primera vez a Rimbaud y luego lo cita en el
libro Los raros ( 1892 ), en donde escribe sobre Leconte de
Lisle y Paul Verlaine, entre muchos. Años más tarde,
Augusto Iglesias (1896 - 1975 ), poeta, novelista y ensayista, publica
en 1818 el poema "Ofelia" (Adaptación del poema de
Arthur Rimbaud) y es recogido más tarde en Poetas chilenos,
antología (1944 ) :
"Sobre la onda negra donde duermen
las estrellas
la blanca Ofelia flota como un inmenso lirio,
flota muy lentamente, suelta las crenchas bellas...
A la distancia se oye de la fronda el delirio.
De las luces del día en el último alarde
pasa, fantasma blanco, sobre la onda obscura ".
En 1923 se imprime el primer libro de poemas de Salvador Reyes, titulado
Barco Ebrio como homenaje a Rimbaud. La revista "Multitud",
dirigida por Pablo de Rokha, publica en octubre de 1939 la primera
traducción al español de Una estada en el infierno,
realizada por Braulio Arenas, poeta y fundador de "Mandrágora".
En "Mala sangre" dice : " Tengo de mis antepasados
galos el ojo azul pálido, el cerebro estrecho, y la torpeza
en la lucha ". Esta traducción se imprimió completa
en la editorial "Fabril " (1945 ).
Enrique Gómez Correa, otro de los miembro de "Mandrágora",
en su libro, titulado Sociología de la locura ( 1942
) habla del autor de Una temporada en el infierno y dice que
uno de sus méritos "consiste en haber identificado la
vida con la poesía". Gómez Correa ve en la indignación
visceral de Rimbaud cierta comunicación con la locura : "Yo
conseguí hacer desvanecerse en mi espíritu toda esperanza
humana". Nos dice también que ya ha "conocido todos
los impulsos y los desastres de la locura", que quiere "evadirse
de la realidad", que desea "vivir sonámbulo".
Y así consigue vivir por algún tiempo, en medio de las
visiones alucinatorias. Las mismas visiones que desearon compartir
los surrealistas. Curiosamente Teófilo Cid, surrealista también,
escribe en "La Nación" ( 1954 ) un articulo titulado
"La impertinencia de Rimbaud" donde señala: "Jean
Arthur Rimbaud es peligroso. Sí, señores, altamente
peligroso. Es un poeta que al adolescente feliz puede transformarlo
en maniático sombrío; que, al referirse al amor, tiende
un velo de tedio ( ... ) Pero jamás, ni en mi mayor entusiasmo
juvenil, creí que podría imitársele".
El 20 de octubre de 1954 se cumplieron cien años del nacimiento
de Arthur Rimbaud. En distintas partes del mundo le recordaron. En
esa fecha Pablo Neruda escribe "Oda a Jean Arthur Rimbaud".
"Ahora
en este octubre
cumplirás
cien años,
desgarrador amigo.
Me permites
hablarte ?
Estoy solo,
en mi ventana
el Pacífico rompe
su eterno trueno oscuro.
Es de noche
La leña que arde arroja
sobre el óvalo
de tu antiguo retrato
un rayo fugitivo.
Eras un niño
de mechones torcidos,
ojos semicerrados,
boca amarga.
Perdóname
que te hable
como soy, como creo
que serías ahora...".
En una pequeña semblanza sobre Rimbaud, Eduardo Anguita escribe
en el suplemento literario de "La Nación" (Octubre
de 1954 ): "Como sea, para nosotros, poetas que vivimos en una
época exigente, metafísicamente extrema, Jean Arthur
Rimbaud tuvo el mérito excelso de formular, como nadie antes
lo había hecho, una poesía práctica
(la expresión es de Novalis; en Chile, "David" la
repitió sin conocerla ) : en otras palabras, una poesía
eficaz para vivir. Si él lo logró o no; si su silencio
en que se encerró fue o no una definición son asuntos
por dilucidarse. En todo caso, quedan, como testimonio imperecedero
de su intento, su obra, sus poemas, sus cartas y su turbulenta existencia,
que también fue obra suya ". Precisamente el día
del centenario Eduardo Anguita dicta una conferencia sobre Rimbaud,
en la Universidad de Chile. Años más tarde se publica
su ensayo "Rimbaud pecador" ( 1963 ).
Ediciones Dédalo también quiso conmemorar esa fecha
y publicó Barco ebrio de Rimbaud, con versión
castellana de Fernando Undurraga Prat y con una introducción
de Braulio Arenas, quien describe en el prólogo de este libro
las distintas facetas de la personalidad de Jean Arthur Rimbaud:
Como poeta, /Por delicadeza yo perdí mi vida. / ¡Ay
de mí, la hora de la fuga será la hora de la muerte
! ¡ Amor, libertad ! Una noche senté a la belleza en
mis rodillas. Y la encontré amarga. Y la injurié; como
vidente, Voy a develar todos los misterios: misterios religiosos o
naturales, la muerte, el nacimiento, el porvenir, el pasado, la cosmogonía,
la nada; como vagabundo, Siento horror por todos los oficios. ( ...
). Como geógrafo, Mi jornada está cumplida; abandono
Europa. El aire matinal quemará mis pulmones; los climas perdidos
me curtirán, como político, Yo no puedo comprender la
revuelta. Mi raza no se sublevó más que para saquear
".
MADAME RIMBAUD
Entre las innumerables curiosidades que se han a conocer sobre este
poeta en Chile, se encuentra una carta de Madame Rimbaud, fechada
en Charleville, el 1 de julio de 1900 y dirigida a su hija. La traducción
le pertenece a Armando Uribe: "Experimento una satisfacción
interior imposible de expresar : siento que he cumplido la voluntad
de Dios. La cavidad está hecha, y bien hecha; pero aun no del
todo según mi idea. Mi lugar está listo, al medio de
mis queridos ausentes; mi ataúd será puesto entre mi
buen padre y mi querida Vitalie a mi derecha, y mi pobre Arthur a
mi izquierda. He hecho hacer dos pequeños muros de ladrilllo
sobre los cuales se dejará mi ataúd, y colgar del muro
una cruz y una rama bendita. Hice venir al sepulturero y le he mostrado
bien dónde quiero estar yo. Me ha entendido muy bien. Todo
está en orden". Esta carta no había sido vertida
al castellano y fue publicada por la revista "Finis Terrae",
en 1963".
Uribe, al referirse a la traducción de los poemas o más
bien, a su música interior, señala: "El verso de
Rimbaud, que bien podría bailarse, pude asimismo leerse como
prosa, realizando por una vez el sueño de todos los poetas
modernos de Browning adelante: "un verso que sea también
prosa". (Eugenio Montale ). Un ejemplo. "La eternidad":
" Ya se la encontró. / ¿ Qué ? La eternidad.
/ Es el mar que va / Junto con el sol." (...)"
Dentro de la atmósfera poética de Jean Arthur Rimbaud,
se sitúa la obra de Carlos de Rokha (1920 - 1962 ), quien escribe
como preámbulo en Las revelaciones del furor (1944):
"Este no es un libro; es todo lo contrario de lo que se entiende
por eso. Lo dedico a quienes creen en la poesía, no como un
puro medio expresivo, sino como un estado de vida". Enrique Lihn
refuerza esta idea diciendo con respecto a la poesía de Carlos
Rokha: "No es raro que "las invenciones de lo desconocido"
de Rimbaud, y el carácter sicopatológico de la genialidad
rimbaudiana, le atrajeran e influyeran sobre él poderosamente".
Prácticamente todos los poetas chilenos han dejado testimonio
de su experiencia con respecto a Una temporada en el infierno.
Nicanor Parra, Efraín Barquero y otros lo han conocido en profundidad.
Sin ir más lejos, Pablo de Rokha le rinde homenaje en Mundo
a Mundo ( 1966 ):
"Tú eres "ajenjo",
Francia, Pernod, y Coñac francés, parisién,
a la
espada del vino, tragos con espanto y besos de perro, para
las ambivalencias trágicas, patéticas, báquicas
de Rimbaud".
Por su parte, Enrique Lihn en La musiquilla de las pobres esferas
(1969), le dedica un poema. Lo tituló: "Rimbaud":
"El botó esta basura
yo le envidio su no a este ejercicio
a esta masturbación desconsolada
Me importa un trueno la belleza
con su chancro
Ni la perversión
a esta conversión interesan
No a la magia" (...)
El 21 de octubre de 1971, Pablo Neruda obtiene el Premio Nobel de
Literatura. En el discurso de agradecimiento pronunciado en Estocolmo,
dice : "Hace cien años exactos, un pobre y espléndido
poeta, el más atroz de los desesperados, escribió esta
profecía: Al amanecer, armados de una ardiente paciencia, entraremos
en las espléndidas ciudades". Más adelante: "En
conclusión, debo decir a los hombres de buena voluntad, a los
trabajadores, a los poetas, que el entero porvenir fue expresado en
esa frase de Rimbaud. (...) Así la poesía no habrá
cantado en vano".
Desde otro ámbito, Jorge Teillier, enfatiza: "Hay pocos
ejemplos en el mundo de alguien que trabajara más que él,
que fuera más buen alumno que él. No pudo ser negro.
Toda su vida fue mentira, mentira deslumbrante. Su única verdad
era que amaba el oro. El oro de la poesía. El oro de la poesía
logrado por la alquimia del verbo, el oro logrado por el tráfico
de armas. Y la vuelta a la tierra para ser igual a su madre y su hermana".
Gonzalo Rojas no podía estar ausente del poeta francés
y en 1986, publica su poema "Rimbaud":
"Pero somos precoces, eso sí
que somos, muy
precoces, más
que Rimbaud a nuestra edad; ¿ más ?,
¿ todavía más que ese hijo de madre que
lo perdió todo en la apuesta ? Viniera y
nos viera así todos sucios, estallados
en nuestro átomo mísero, viejos
de inmundicia y gloria. Un
puntapié nos diera en el hocico".
Otros poetas como Juan Luis Martínez, también lo homenajearon
a su manera. En La nueva novela (1985 ) trabaja con la imagen
del poeta. Se trata primero de una fotografía de Rimbaud, hecha
por Carjat, cuando el poeta tenía diecisiete años y
aparece al lado de un retrato de Marx bajo el título de "El
eterno retorno". En otra página, presenta la imagen del
poeta, pintada por Fantin Latour (1872 ), y escribe: "Un barco
ebrio cuenta sus recuerdos de viaje. Este barco es usted. Dígalo
en la primera persona del singular" Y en una incisión
que separa los dos perfiles del rostro de Rimbaud, señala:
"¿Recordar con palabras de este mundo, que partió
de mí, un barco llevándome?".
En 1991, a cien años de la muerte del poeta, el Instituto Chileno
Francés de Cultura becó a diez jóvenes para estudiar
durante un año su obra. El taller estuvo dirigido por Jaime
Quezada. Conjuntamente se organizó el " Concurso Nacional
de Poesía Arthur Rimbaud ". Ese certamen dio paso al libro
Poesía Menor en donde se publicaron poemas de diez jóvenes.
Ahora tiene todo el siglo veintiuno por delante.