Ginebra, Suiza. 1936
Oración a Nuestro Señor
Jesús por Yin
..... Jesucristo Nuestro señor, al amanecer te fiamos a Juan Miguel
y antes de dormir te lo entregamos de nuevo.
..... El era tuyo y después de nosotras,
Jesucristo; pero ahora él es nada más que tuyo. Mira por él, provee
por él, cela por él.
..... Antes él
estaba entre nosotras y a donde fuese quedaba al alcance de nuestras
vistas. Ahora él tiene el día uno y blanco de la Eternidad al cual no
caen nuestros pobres ojos.
..... Que él
te sienta, que él te reconozca, que él sepa que ha llegado Tu Reino y
comprenda que desde ahora, Tú, el Cristo, eres su padre, su madre, su
patria y su redención.
..... Tuyo fue de
siempre, pero ahora es nada más que tuyo y es para siempre tuyo.
Alegrarlo, Señor, está en Tu poder; confortarlo está en Tu voluntad y
mudarlo está en Tu gracia.
.....
Límpialo, Señor, hasta que sea digno de los cielos. Muévelo, Señor,
hasta que él no haga sino Tu voluntad y la haga lleno de gozo. Recrea
su naturaleza. Cristo renovador, hasta que se parezca a tus justos y
la ley de la Tierra no pueda más en él, y la memoria de la Tierra no
lo distraiga ya más.
..... Antes Juan
Miguel tenía nuestras pobres palabras y nuestra pobre "sagesse". Ahora
él tiene a su Cristo por Verbo vivo y por morada viva.
..... Llévalo, Cristo, tras de ti; llévalo
después contigo y llévalo, al fin, en Ti, como la madre lleva al hijo
en su seno.
..... Alcance Juan Miguel la
vislumbre tuya; reciba el calor de tu hornaza divina y tu gloria le
devuelva a raudales la alegría de su infancia que le quemó la
Tierra.
..... Antes, Cristo, nos era
dado ver por él, oír por él, vigilar por él. Ahora él se halla entero
bajo tu gobierno y sumergido en tu misericordia.
..... Hazlo caminar sin desvío; permítele
presentir en tanto que logra entender y dale gracia de adivinar
mientras alcanza a saber.
..... Dale,
Señor, sus nuevos sentidos, trasmítele sus nuevas potencias. Sea de Ti
iluminado, de Ti conducido y de Ti arrebatado.
..... Antes, Cristo, podíamos suplir su flaqueza
y socorrer su desaliento. Ahora el sólo del Cielo puede ser ayudado,
del Cielo advertido, del Cielo aupado hacia su fuente
original.
..... Perdonado sea, salvado
sea, glorificado sea, Jesucristo Nuestro Redentor.
Yin y yo
..... Aquí estamos juntos los dos, tu hija y Juan Miguel.
..... Vuélvete a nosotros, Jesucristo, Nuestro
Redentor.
..... Míranos, Cristo
purificador y regenerador de los cuerpos y de las almas.
Perdónanos
y lávanos de nuestras miserias, Sol nuestro, Día nuestro. Míranos,
límpianos, sálvanos.
..... Caliéntanos,
Cristo vivificador de las almas y de los cuerpos.
..... Danos tu mirada, recibe nuestra mirada, y
en ese agudo momento, baje tu reconciliación sobrenatural con
nosotros.
..... Devuélvenos tu amistad y
transmítenos la vida y la fuerza, como la sangre que el Padre regala
al Hijo.
..... Vistas misericordiosas de Cristo, reconoced y llamad a Juan
Miguel.
.... Oído divino de Cristo,
escuchad y acudid a la voz y a la búsqueda tuya que va haciendo Juan
Miguel.
..... Suavidades y blanduras que
están en Cristo, curad como hijo herido a Juan Miguel.
..... Gracia prometida y pronto perdón, perdonad
y salvad a Juan Miguel.
..... Raudal de
vida, juventud del alma, abre tus ojos a Juan Miguel, vuelve su mirada
hacia Ti, mírale, y en ese encuentro de los dos, hazle tuyo para
siempre.
..... Paternidad sobrenatural
de Jesucristo, recibe a tu hijo Juan Miguel.
..... Brazo del poder de Cristo, toma, defiende y
lleva a Juan Miguel.
..... Camino
resplandeciente de Cristo, conduce con blandura y amor a Juan
Miguel.
..... Voz de las
Bienaventuranzas, llámalo por su nombre terrestre, y llegue Juan
Miguel a Tí, con rectitud de incienso, y así se cumpla su
reconciliación sobrenatural contigo, Maestro y Señor.
..... Pueda Juan Miguel ser feliz en el lugar donde se
halle. Y pueda mantener su dicha y existir sin temores y lleno de gozo
divino allí donde esté.
..... Podamos
nosotras ser también felices hasta el día de reunirnos con él. Y
podamos conservar y acrecentar nuestra confianza en Cristo. Nuestro
Señor. Y tener el trabajo bendito y el descanso bendito por El, y el
alma reconciliada con su divina voluntad.
..... Puedan todos los seres, animados e
inanimados, grandes o pequeños, cercanos o lejanos, visibles o
invisibles, puedan todos ellos guardar su felicidad y vivir en una
alianza santa, los unos con los otros.
Oración a Jesucristo por
Yin
..... Cristo Jesús, evítale a tu hijo padecer la confusión en el
lugar donde esté. Ahórrale el desconcierto. Dale la gracia de ser
guiado y de ser asistido en la penitencia misma.
..... Luz para Juan Miguel, Señor, claridad para
su rumbo, inspiración constante y el raudal de tu misericordia sobre
su ser entero. Fuerza que lo sostenga, te pedimos; treguas de alegría,
en medio de su pena, una fe sin caída y una esperanza cabal.
..... Nuestra porción de dicha, tómala, Cristo,
para él, que se la damos y el mérito de nuestras pobres obras tómalo
para él y añádelo a su rescate.
.....
Perdón, Cristo Jesús, para tu ofensor niño; perdón para su cuerpo
enfermo. Y para su arrebato ciego.
.....
Pon claridad delante de su vida, pon compañía a sus costados y envíale
el raudal de la vida sobrenatural que arrase y aviente a la
Muerte.
..... Los méritos que por tu gracia yo haya logrado, dáselos, Señor,
a Juan Miguel.
..... Aplícale el aceite
de mis obras y sánalo, de pies a cabeza, según tu caridad.
..... Méritos y méritos tuyos, que a través
nuestro regresan redoblados a Tí. Dador de todo Don, Imán de nuestros
corazones: los méritos que por Tu asistencia yo lograre, concede,
Señor, que a él le sean adjudicados, a él le sean concedidos según Tu
reparto de los frutos, en que se encana la Creación entera.
..... La generosidad de los bienaventurados que
ya fue heroica en esta Tierra de rapiña y puños cerrados, ahora es tan
sobrenatural, es tan la tuya misma, en el Paraíso de las manos
abiertas, que ellos te piden, Señor Nuestro Jesucristo, la merced de
rebosarle a Juan Miguel unas miajas de paz. La gota que al rico, de
Lázaro no llegara, viértesela sobre la frente atribulada, y sienta
Juan Miguel, que regalándole unos rocios del cielo, lo apuras a la
flor de su gloria.
Oración a Jesucristo por
Yin
..... Cristo, Redentor nuestro, recibe a tu hijo Juan Miguel, que él
no se pierda, que él no haya vivido en vano.
..... Por acto sobrenatural de misericordia, por
ímpetu de pura compasión, no lo dejes en pena larga y llámalo a tu
reino.
..... Hoy Señor, hoy, Juan
Miguel esté contigo en tu gloria.
..... Quebrando la vieja ley, usando solamente de
tu gracia, viendo sobre él todavía la cera tierna de la infancia,
llámalo, Cristo, a reconciliación y a bienaventuranza.
..... Que Juan Miguel esté hoy contigo en el
paraíso.
..... Nunca renegó de ti,
no buscó otros dioses, no tuvo oración y adoración sino para ti, y a
la hora de su muerte a ti se abrazó con maravillosa
fidelidad.
..... Válgale como a tus
demás hijos su recto y hermoso amor.
..... Hoy esté Juan Miguel, hoy esté por
gracia en el paraíso.
..... Vuelve
hacia él tu rostro que rasga y abre la peor noche.
..... Acuérdate de su cuerpo enfermo y de su
alma, mal servida por su cuerpo.
.....
Míralo, y con verlo y saberlo tuyo, le has de decir:
..... Hoy estarás conmigo en el paraíso.
..... Vamos viviendo a causa de nuestra esperanza
en ti; alentamos y hacemos tu oración cotidiana aferradas a la
confianza tuya como raíces vivas; podemos trabajar, dormir y
sobrellevar nuestra prueba solamente por la esperanza y el amor vivos
de ti.
..... Ten piedad de él y de
nosotras; respóndenos dentro de nuestro corazón que hoy Juan Miguel
alcanzará el rumbo y la señal del paraíso.
..... Nada más pedimos para nosotras; nada fuera
de esto andamos buscando; por ninguna otra gracia urgimos vuestro
corazón divino. Contéstanos. Respóndenos. Jesucristo nuestro Señor, en
vigilia o en sueños como a los deudos de Dimas, el bienaventurado:
Hoy Juan Miguel estará conmigo en el paraíso.
Oración
crepuscular
..... Gloria a Jesucristo, Señor nuestro, cuya misericordia para con
los siervos de esta casa los ha sostenido, por lo cual ellas se
regocijan al sentir que vos participais, bajo techo común, en sus
alegrías, trabajos y fatigas.
..... Ah,
No somos dignos, es verdad, de que vos entréis en esta humilde morada;
pero decid una sola palabra y todo será posible y será
cumplido.
..... Permaneced pues entre
nosotros porque tenemos ansias de amaros y de hacernos amar de
vos.
..... Sí, Señor, que esta casa sea
el refugio tierno como el de Belem, donde encontréis aconchego en las
almas amigas.
..... Sea éste, Señor, el
asilo cariñoso del Egipto en el destierro al cual os condenaron
vuestros enemigos.
..... Venid, Señor,
venid a esta casa en la que se ama también a María, vuestra
madre.
..... Venid, Jesucristo, a llenar
los huecos que la desgracia y la muerte hicieron en esta casa. Ah, si
vos hubieses estado en los días de luto, vuestro bálsamo hubiese
corrido por nuestras heridas abiertas.
..... Quedad con nosotros ahora, Señor, porque
anochece y el mundo ciego quiere envolvernos en sus negaciones. Y
decid, Señor, como antes: "Es preciso, que desde hoy me deis hospedaje
en vuestra casa".
..... Sí, Señor,
estableced aquí desde hoy vuestro hogar y vuestro reino. Nosotros no
queremos otro reinado que el vuestro.
Jaculatorias a
Jesucristo
Alegría
..... Nuestros corazones cantan a causa del gozo de Cristo que brota
de nuestro corazón.
..... Canta tú por
esa aurora que se levanta cada día sin derrota, dorada y
eterna.
..... El Sol de Cristo no se
apaga ni se va, ni disminuye. Cantemos, mi amor, cantemos esta
alegría.
en "El otro suicida de Gabriela Mistral" por Luis Vargas
Saavedra
Ediciones Universidad Católica, 1985