..... Bueno. El jefe de policía está sentado en el auto, fumándose un
cigarrillo, haciéndose el que duerme, y a lo mejor de verdad durmiendo,
y el chato se asoma por una ventana y no hay balas ni nada, no más que
se ve ahí, afuera, a uno que no mira pero mira, también un cigarrillo
encendido, pero entre los dedos, y se afirmó ahí, a la muralla, como si
tal cosa y hasta es capaz de decirle la hora si alguno se lo pregunta y
el de la ventana se esconde, peor que si le estuvieran tostando balas, y
se corre a otro lado y mira y ahí está el otro, puchas la tarde latosa,
por aquí no hay nada en que entretenerse, por qué o me voy, ¿no?, qué
más estoy leseando, parece que me largo para otra calle. No aparece ni
una tipa y como no que me las trago, porque si me asomo a la ventana o
salgo por la puerta de la calle, a ver si no me alcanza y me detiene o
me empieza a dar el baile con el pumpum.
.....
Y como aquí, el caso por allá.
..... Y por allá y por aquí y por el otro lado es
como la presencia de Dios Padre, porque no hay hueco que no lo hayan
ocupado y mire uno donde mire ahí está el tipo ese, con el sombrero para
abajo, para arriba, para el lado, para atrás, fumando, sin fumar,
preparándose para fumar o acordándose de que tiene que fumar y el otro
allá en el auto, sentado el hombre, fumando y fumando, echando humo el
tigre, esperando, sin apuro, que al fin uno se entregue y termine esa
parte del baile.
..... O al
revés.
..... El otro se asoma por aquí,
por allá, hace aletear el sombrero por una ventana, forma un bulto con
una almohada, arma la presencia de un tipo a un costado del tragaluz y
luego ¡hasta la vista, chicos!, lo siento por ustedes, y resulta que uno
se les escapó por el subterraneo y hasta uno es capaz de mearle una
llanta al jefe y de hacer algo más si se ofrece, y los otros, bien
gracias, ya estaría bueno que lo hiciéramos salir. Bueno.
..... Apagué la colilla del cigarrillo y de un
salto me dejé caer sobre la cama, colocando los pies sobre
ella.
..... Ahora bien, no hay nada que a
Kiki la enfurezca más que verlo a uno poniendo los pies sobre el
cubrecama. Y lo mismo debe estarle ocurriendo ahora en la
Correccional.
..... -Lo que tú me dices
está muy interesante -comenté.
..... Ella
se revolvió en el taburete, pero sin perderme de vista, allá en el
espejo.
..... -¿Piensas casarte con
él?
..... Qué iba a responderme.
..... Bien. Apagué el cigarrillo, metí las manos en
los bolsillos del pantalón, me crucé de piernas y fui comentando a media
voz, con mi linda entonación de filósofo:
..... -Kiki: tú eres una buena dueña de casa.
Porque en el fondo tu no eres una mujer mala. No. Tú no eres una de esas
mujeres que por ahí se llaman del arroyo. Tú no eres una mujer del
arroyo. Tú eres una mujer hogareña, lo presiento.
..... Para esos casos yo tengo mi estilo. Hablo con
voz grave, lanzando una frase de rato en rato y como si me costara mucho
hacerlo.
..... Hablar. Hablenme de hablar.
Díganmelo a mí. Y conste que soy un tipo reservado.
..... Vean si no.
.....
Yo estoy sentado, mirando un puntito ahí, en la muralla, y al
lado mío o delante mío hay un tipo y ¡zas! larga un sopapo y ¡zas! larga
otro y yo, mirando el puntito que hay ahí, en la muralla.
.... -Tenís que confesar, gallo.
.....-No pierda su tiempo, jefe. No sé nada del
caso.
..... Estoy sentado ahora, igual que
allá en el cabaret frente a una mesa arrimada a la muralla, bebiendo un
deinfectante para hacer hora y matar el tiempo.
..... La orquestita le está guasqueando duro a
cualquier cosa, también sin duda para hacer hora y matar el tiempo. Hay
gente ahí, tomado cerveza, bebiendo Coca-Cola y a lo mejor algo más
fuerte dentro de eso y está todo muy tranquilo y aquí no pasa nada, para
qué se preocupan, digo yo.
..... Sigue el
baile y empieza o continúa porque aqui todo va a lo que salga y cada uno
se las entiende con cada uno y conversen de lo que quieran y sírvanse
trago y pidan lo que les pide el cuerpo.
.....
Entonces se acercan dos tipos y uno parece que está curado y el
otro tampoco y el de antiparras y cara de conejo grita:
..... .-A ver, déjenme cantar un poco.
..... Y el otro pide:
...... -Don Celestino, déle en el gusto.
..... -Pues, hombre -contesta el otro-, la orquesta
es suya y el micrófono y el establecimiento con todo lo que hay
adentro.
..... Así es que el cara de
conejo se insatla y la orquesta y todo empieza con el
...............rechiflao en mi
tristeza,
.............. hoy te evoco y
veo que has sido...
..... Y sale
bonita la cosa, porque el chico tiene buena voz y el trago se la ha
vuelto pastosa y saca fuelle el chico.
..... Pero le gustó el caso y
ahora la sigue y canta:
...............
La casa tenía una reja
...............
pintada con quejas y cantos de amor.
............... La noche sombreada de
orejas
............... la reja, la yedra y
el viejo balcón.
..... Y sigue el caso
y el chico sin soltar el tarro y la orquesta ahora sigue cumpliendo su
programa, así es que está tocando otra cosa y el chico volvió a darle
con el "rechiflao" y "se lo cargas al otario" y "en la cuenta que tenés"
y los otros vaya uno a saber qué están tocando, porque nadie entiende
nada, así es que a ratos parece un tango y después algún asunto agringao
y el director de la orquesta está ahora con don Celestino, y
..... -Saquen a ese hombre -grita el hombre,
..... y
.....
-Quién lo puso ahí a ese carajo. Quitenlo de ahí a ese de las
hierbas,
..... y
..... -Vean el enredo de pies que se ha "armau"
aquí.
..... Así es que ahora el chico no
quiere soltarse del tarro y dale con hacer sonar el "rechiflao" y
dejenme terminar, grita, es poco serio esto, y traiganme el libro de
reclamos y dónde está el patrón de este asunto y "que tenés se la
cargás".
..... Dicho esto suelta la
cañería del tarro y de paso le saca un sandwich a un parroquiano y sigue
bailando agringao y el amigo de él se puso a dormir la mona y de repente
grita:
..... Nomestegües, hombre -y el
cara de conejo se ríe a carcajadas y está baila y baila siguiendo el
enredo de pies que verdaderamente hay ahora en la pista.
..... Bueno, el caso es que la chica no gritó nada
o si quiso gritar le taparon la boca, así es que nadie se dio cuenta y
hecho un sandwich lo sacaron entre dos, como si hubieran estado bailando
y el tipo se caía, no más que allá afuera, en la otra pieza, se desplomó
al seco y resulta que lo habían librado del peso de las tripas y ahí
estaba sin que nadie supiera por qué estaba ahí, aunque sí sabían por
qué ya no hablaba.
..... Todo el mundo
siguió bailando y yo seguí tomando mi botellita y comiéndome un sandwich
y el caso sucede sin que nadie sepa nada, no más que, de repente,
aparecen los tipos y alto el baile y qué pasó aquí dónde fue que mataron
al ñato y a ver qué sabís tú de esto y quién estaba cerca y resulta que
el caminito de sangre pasaba por el lado mío y yo sin saberlo y a lo
mejor el chato estaba boqueando y el desgraciado no dijo esta boca es
mía, para yo darme cuenta y salir apretando cueva.
..... -Quedan todos detenidos -grita el otro-, y
quedamos.
..... Vengan preguntas y vayan
repuestas.
..... -Di lo que
sepaí.
..... -Si no sé na, mi
jefe.
..... -Y cómo, si vos tabai metió en
el caso.
..... -No, mi jefe, si yo recién
venía llegando y pasé a tomarme una agüita.
..... -Antes por dónde anduviste.
..... -Por ahí.
.....
-Bueno y tú. Así es que tampoco sabís nada.
..... -Yo no sé nada. Estaba tomandome una
botellita de vino y comiéndome un sandwich, hasta que llegó la policia y
recién entonces...
..... ¡Zas!, otro sopapo.
..... -Está perdiendo el tiempo, mi jefe.
..... -Oye: a vos te conocemos mucho por aquí y por
donde se te ocurra asomarte. Cómo es el caso que el angelito ese
trabajaba en lo del contrabando.
..... -No
sé, mi jefe. No sé nada de eso.
..... -Así
es que tú en qué trabajái.
..... -En
comisiones.
..... -Así es que sos
"comisionado".
..... -No.
Comisionista.
..... -Lo que falta que este
también sea colega -dice el jefe-. Es lo único que falta ahora.
..... Bueno, continué con ese tono, a lo filósofo
de película, y le dije:
..... -Siempre he
pensado que tendrías un fin sensato, Kiki. A veces me imagino lo que
serás en diez o veinte o cinco años más, con seis chicos la mar de
lindos. Cuidando a tu marido, zurciéndole los calcetines, limpiándole el
trasero a la guagua. Un encanto, te diré.
..... Sabía que le tocaba cuerdas muy
sensibles.
..... -Es bonito todo eso
-proseguí-, y claro, yo sé que en el fondo sueñas con tener un hogar y
calentarle las pantuflas a tumarido, aunque tu marido hable por la nariz
como Joki.
..... Era una estocada maestra
y me sentí satisfecho.
..... Kiki tiró la
peineta y se lanzó a la carga.
..... Dejé
que se acercara y entonces le atornillé la nariz entre el índice y el
dedo del corazón.
..... La tipa empezó a
manotear, mientras yo maniobraba para un lado y otro.
..... -Suéltame, bruto -gangoseó.
..... No le hice caso.
..... -Suéltame, animal -gritó, desde ultratumba,
mientras se le llenaban los ojos de lágrimas-. Oye, Chute, si no me
sueltas...
..... Seguí manipulando con la
cara llena de risa.
..... -¿Te portarás
bien? -le pregunté-
..... -Sí
-respondió.
..... -Entonces,
okey.
..... La solté.
..... Una vez libre, Kiki me tomó del pelo. Yo hice
igual.
..... -¿No prometiste portarte
bien? -le recordé-. Suéltame.
..... Ahora
yo lagrimeaba.
..... -Te voy a morder
-amenazó ella.
..... -Épale -contesté-. Te
va a pesar.
..... Le apreté un seno y Kiki
me soltó, ahogando un quejido.
.....
-Suénate las narices -aconsejé.
..... -No
sé dónde dejé el pañuelo.
..... -Ocupa el
mío.
..... Kiki estaba más
serena.
..... La hice recostar mi
lado.
..... -Ahora dime qué te sucede -le
dije.
..... Ella no sabía por dónde
empezar.
..... -Me gusta Joki -confesó al
fin, sorbiéndose las narices.
..... -Lo sé
-respondí- ¿Eso es todo? También sé que él no te lleva ni así
tanto.
..... Kiki suspiró.
..... -¿Qué piensas hacer? -pregunté.
..... No me contestó.
..... -Kiki. Yo no me opongo a que te metas con él.
Es mi amigo y si quieres te lo presento. Al fin de cuentas tienes
derecho a cambiar de hombre. Eso está claro.
..... -¿Verdad que me lo presentarás?
..... -¿Por qué no?
..... -Oye, Chute, mi gatito feo -murmuro ella,
mordisqueándome una oreja.
..... -Mañana
iremos a verlo a lo de Tex -le afirmé.
..... -¿Seguro?
.....
-Segurola.
..... Kiki me abrazó,
entusiasmada.
..... Yo aproveché la
ocasión para poseerla.
La noche devora al vagabundo
Pablo García
Editorial
Zig-Zag, 1985. 159 páginas. Santiago de Chile.