Ernesto
Carlín, escritor
Por
Gabriel Ruiz-Ortega
"En
el caso de "Falso al amanecer", la escritura era casi terapéutica,
pues me ayudaba a relajarme de esas tensiones de veinteañero ingenuo que
cree que el mundo se acaba con el no de la chica que te gusta"
Hay
libros con los que uno se encuentra por una suerte de azar. Los revisas para ver
de qué va (con la idea de dejarlos al momento), pero no tardas en ser presa
de un ritmo vertiginoso hasta tenerlo muy presente con el paso de los años.
Eso es lo que me ocurrió con la muy buena novela "Falso al amanecer",
la cual, por esas injusticias de la vida, pasó desapercibida. Ernesto
Carlín (Callao, 1974 ) es el responsable de esa pequeña joya
literaria que merece, sí o sí, una reedición para los lectores
en busca de buena literatura. Carlín administra el blog Tanque
de Casma.
- Noté mucha influencia
de la cultura popular en la escritura de "Falso al amanecer". Influencia
que también se deja sentir en el diseño de la carátula, la
diagramación.
- Tienes razón en que tengo bastante
influencia de la cultura popular, rasgo que comparto con un montón de escritores
de las últimas generaciones. El cine, la música, la televisión,
las leyendas urbanas, me sirvieron como insumo para crear la historia que cuento
en "Falso al amanecer". Tanto es así que en un principio la había
pensado como un remake algo personal de una de mis películas favoritas:
"Casablanca". Claro que a mitad de camino me di cuenta que las balas
iban en otra dirección. Visto a la distancia - alrededor de una década
que escribí la novela - creo que como primerizo
que era intenté hacerle homenaje a todos mis referentes habidos y por haber,
por eso las numerosas citas a canciones, películas, libros, programas de
televisión.
La diagramación es mérito de la gente
de Crash Boom Zap - Cherman y Arturo Higa que fueron los que se encargaron de
esa parte y que captaron captaron el espíritu de lo que yo quería
transmitir. En mi original yo tenía varias indicaciones tipo guión
de cine (La pantalla se oscurece / La pantalla se aclara, etc), lo que dio pie
para jugar con eso en el papel.
- El humor. No
pocas veces he escuchado a no pocos escritores referirse de que hay que huir del
humor como si tratara de la peste. El humor muchas veces es usado para "tapar"
falencias en los argumentos. Sin embargo, el humor en "Falso al amanecer"
juega un papel central. Me gustaría saber cómo lo controlaste ya
que cuando se hace uso del humor corres el riesgo de traicionar tu historia.
-
El humor tal vez no traicione a la historia, pero sí puede traicionar
al autor. Ese quizás sea mi caso. Te confieso que gran parte de la novela
la escribí en depre. Pero, por una extraña razón, acababa
haciendo otra cosa muy distinta al estado de ánimo que tenía en
ese momento, dándole otro enfoque a situaciones que en mi poca experiencia
las veía como tragedias. El humor surgía espontáneamente
de las anécdotas que narraba, sin ser muy premeditado. Me alegra que me
digas que controlé el humor sin traicionar a mi historia. Ese era uno de
mis temores, y supongo que a algún lector le parecerá que me excedí
(alguno de mis patas que leyeron el libro antes de publicarlo me comentaban en
ese sentido).
Por otro lado, yo no creo en recetas, sino más bien
en la intuición. Cada trama te exige un registro distinto. También
influye el momento personal en el que escribes. En el caso de "Falso al
amanecer", la escritura era casi terapéutica, pues me ayudaba
a relajarme de esas tensiones de veinteañero ingenuo que cree que el mundo
se acaba con el no de la chica que te gusta.
-
Parece que hubieras escrito esta novela con bastante soltura, con mucha despreocupación;
sin embargo, por los recursos que usaste, ya sea apelando al cómic o al
cine (la novela parece un soterrado tributo a "Pulp Fiction"), como
que la cosa no va con esa aparente facilidad que un lector puede sentir al leerla.
-
Sí escribí la novela con bastante despreocupación,
pero eso no contradice lo demás. No tuve horarios estrictos ni plazos qué
cumplir cuando estaba creando "Falso al amanecer". Era un estudiante
universitario cuando la redactaba y tenía una vida relativamente relajada.
No tenía a nadie que mantener, ni trabajo estable ni otra obligación
que me distrajera de la literatura (salvo, claro, ir al estadio a ver al Boys).
Tampoco pensaba en publicar ni nada parecido. Sin embargo, sí escribía
y corregía con bastante frecuencia, pero más por placer que por
cumplir un cronograma establecido.
Por otro lado, tuve claro desde el principio
que quería apelar a varios referentes y lenguajes. Es verdad que hay algo
de "Pulp Fiction" en la forma en que hilo escena con escena, pero a
quién tuve más en mente fue a Vargas Llosa. Yo siempre he admirado
la destreza que tiene él en usar mil recursos narrativos complejos sin
que dificulte esto a la lectura. Dejaba que mi intuición me indicara el
camino. Echaba mano de todo lo que me provocaba, pero pendiente de no hacer muy
enrevesada la narración.
- Lo que sí
tengo claro, al menos como impresión personal, es que el retrato de tus
personajes como El Maestro, Despojo, Marqués, El Beato, El Economista,
Bacilo, Charqui vendrían a ser una crítica desalmada de la pose,
del malditismo arraigado en querer llamar la atención. Es evidente que
no ves la novela ahora como en los años en que la escribiste. ¿Cuán
cierta es esta impresión?
- Hasta cierto punto mis personajes
los pensé como una burla a la pose del malditismo, como tú lo llamas.
En los 90 se publicaba bastante sobre drogas, juergas, y asuntos afines. Quería
tomar esos tópicos un poco a la ligera, sin tanta solemnidad. No quería
hacer una "crítica desalmada", sino una simple parodia. En esa
época me parecía que todos creían haber descubierto la pólvora
escribiendo sobre borracheras, lo que no está ni bien ni mal. Yo mismo
lo hacía, pues la verdad que con mi experiencia vital de aquel tiempo era
la malograda sobre lo que más me provocaba escribir y la temática
en la que más cómodo me desenvolvía. Sin embargo, el libro
que tenía en mente cuando abordaba escenas de juergas y perdidas no era
ninguno de mis contemporáneos sino "Duque" de José Diez
Canseco. Es más, así como los diálogos de amor los he tomado
prestado de "Casablanca", algunas frases y recursos los he robado de
"Duque".
Ahora, volviendo a tu pregunta, ese malditismo del que
hablas no sólo se encontraba en los libros. Digamos que mi recuerdo de
los 90, época en que escribí y ambienté la novela, no es
muy sano que digamos.
- Sabes que toda novela encierra
un canon personal del autor. Creo que sería muy aventurado si te dijera
que Charles Bukowski fue parte de ese canon en esta novela, me inclino más
por el cómic. Se me antoja jugar con la idea del posible influjo de Robert
Crumb.
- En este libro yo me siento deudor de un montón de
escritores y artistas de diferente tipo. Aunque no lo creas, cuando escribí
"Falso al amanecer" aún no había leído mucho a
Bukowski. Y ahora, que lo he leído con más calma, me siento más
en deuda con "Pregúntale al polvo" de John Fante. Yo no he consumido
mucho cómic que digamos. Más he sido - y soy -aficionado a los dibujos
animados.
- ¿Y quiénes fueron de
influencia cuando escribías "Falso al amanecer"?
- Si
me pongo a hacer memoria quiénes, en el tiempo en que escribí "Falso
al amanecer", eran mi principal influencia o mis principales lecturas, pues
te daría una lista algo variopinta. Alfredo Bryce Echenique, Jorge Amado,
Manuel Mujica Láinez, Luis Rafael Sánchez son algunos de los nombres
que se me vienen a la cabeza. No estoy seguro, pero creo que por aquellos años
ya había leído a Rodrigo Fresán, por citar a un autor más
o menos reciente que admiro. Otro escritor que me ha marcado, pero que leí
tiempo después de "Falso al amanecer", es Kenzaburo Oé.
También tengo héroes personales como Manuel Beingolea, Robert Louis
Stevenson y Bret Easton Ellis, entre otros.
- Un
referente que no puedo dejar de recalcar es la música. Todo un canto al
rock de garage.
- El rock de garage era la música con la
que me había pegado en aquellos años. Question mark and the mysterians,
Seeds, Flaming Groovies, Trashmen, Kingsmen, eran los grupos que no podían
faltar cerca de mi reproductor de cd. También estaba muy pegado con Loquillo
y los trogloditas y toda su propuesta nostálgica rocanrolera. Quise hacer
homenaje a todas mis influencias como si no fuera a publicar nunca más
(como hasta el momento sucede, por lo que tal vez fui previsor). Por eso tengo
epígrafes de grupos punk, rock en español y música criolla,
además de referencias a mil y un asunto - programas de televisión
incluidos. Pero supongo que el rock de garage era lo que más podría
identificar las peripecias de mis personajes.
-
¿Qué es lo que te gusta más de aquel género?
-
Lo que me atrae del género es que, por un lado es muy alegre,
desenfrenado, pilas; pero a la vez, sus músicos parecen tocar casi al champazo.
Escuchar "Surfin Bird" de Trashmen, por ejemplo, y sientes una energía
contagiosa y totalmente fresca. Me gusta lo espontáneo del género,
además de la imagen de rebeldía que se asocia con él. (Sí,
lo sé. Yo también soy un posero.)
-
Algo que se nota en la novela es que el sexo es un motor que genera desdichas
y burlas, dependiendo de los objetivos "logrados". Lo veo también
como implícita crítica al gilerito que nunca falta.
- Sí,
es verdad que me quería burlar un poco del papel de conquistador que nos
impone la sociedad a los varones. No me pareció interesante mostrar unos
cuantos donjuanes exitosos. Los romances, cuanto más tortuosos, mejor.
O sino, no existiría la música criolla. Pero es cierto lo que apuntas.
Los personajes masculinos, como dicta la sociedad machista en que vivimos, van
por el mundo con el objetivo de levantarse a alguna chiquilla sin importarles
los sentimientos de la susodicha ni los propios. Por otro lado, quise darle a
los personajes femeninos esa ubicuidad que tenía la Teresa de "La
ciudad y los perros". Por eso, casi todos mis personajes están tras
los pasos de alguna fémina, que hasta podría ser la misma o una
distinta para cada caso. Lo importante no era la mujer, eran las caídas
de estos casanovas desorientados.
- ¿Las
personas con las que apareces en la foto son personajes de tu novela?
- Allí
estoy con Pedro Tenorio, Lucho Aguirre y Carlos Bucco Torres Rotondo, tres muy
buenos compañeros de la facultad de Literatura. Da la casualidad que tanto
Pedrito como Bucco - a quienes considero casi como mis hermanos - fueron de las
tres primeras personas en leer mi original y darse la molestia de hacerme sugerencias.
La otra persona en leerme de primera mano es Jean Paul Ramírez, otro pata
del alma pero que no tiene nada que ver con la literatura ni es el autor de la
foto. Pedro es el responsable de la contratapa del "Falso al amanecer"
y Bucco fue uno de los presentadores del libro en 1999. No creo que sea yo quien
deba ponerle rostro a los personajes, sino el lector. Te ruego que no veas en
ellos a los personajes en carne y hueso de mi libro (aunque mi causa el Bucco
quiera hacer méritos para parecerse a alguno de ellos).
-
¿Piensas reeditar la novela?
- No he pensado en reeditarla,
pero si a alguien le interesa esa aventura yo encantado. Algunos amigos me han
recomendado que lo haga, pero bueno... Con una hija a mi cargo veo un poco difícil
que me arriesgue con una edición de autor.
-
¿Por qué crees que pasó desapercibida?
- La
razón de que pasara desapercibida son, sospecho, varios factores. La verdad
es que es bien difícil que una edición de autor, encima primerizo,
tenga mucha repercusión. Además, yo no hice mucha labor de difusión.
La mandé con una nota de prensa - redactada por mi pata Pedro - a varios
medios a ver qué pasaba... y no pasó mucho. En La República
me hizo una reseña positiva Enrique Cortez, con quien nunca he hablado
en persona pero con quien años después he coincidido trabajando
en la misma empresa. También me hizo una reseña Rocío Silva
Santistevan. Todo un logro si tomamos en cuenta que yo era - soy - un completo
desconocido. Además, para distribuirla, tarea que me ocupé personalmente,
la verdad es que fui un desastre.
- Yo di con la
novela por azar.
- Hace poco, en una entrevista que le hice a Mirko
Lauer, éste me hablaba de la vida propia de las obras, de lo ideal que
es que el lector se encuentre con el libro de forma casual y de lo superfluo de
las tareas de difusión. Estoy de acuerdo en gran parte de lo que dice.
Un poco por comodidad - soy bastante antisocial para esas cosas - y otro poco
convencido en el destino. No creo que una buena campaña publicitaria haga
que un libro perdure y deje un buen recuerdo. A pesar de todas las deficiencias
que he tenido para distribuir la novela, hay gente que la ha leído y me
la ha comentado. Cada vez que ha pasado yo me he alegrado bastante. Esa es mi
aspiración, que me lean. Si son pocos, si son muchos, eso ya es otra historia.
-
Lo que estás escribiendo ahora, ¿recoge el mismo espíritu
de esta novela?
- Tengo algunas cosas guardadas que me gustaría
publicar en algún momento. Lo que tengo más urgencia en publicar
es una novela que tiene de protagonista a un nisei barrista del Sport Boys. Sus
títulos tentativos son "Takashi" o "Historias robadas".
Es un libro más largo que "Falso al amanecer" y en el que uso
otros recursos para narrar. En algunos pasajes creo que se puede rastrear el espíritu
de mi primera novela, pero va más otros lados.
La que sí
es muy parecida en tono y temática es una novela corta - también
inédita - que se llama "Sicalípticos y reencauchados".
Esa la escribí en el 2000 en un par de meses. Tengo algunos proyectos,
pero que avanzo a paso de tortuga. Además, en mi gaveta hay cuentos dispersos
y material para ensayos.
- El título "Takashi"
suena más que interesante.
- Te cuento rápidamente
de qué va cada novela. "Takashi" trata sobre un peruano japonés
con bastantes problemas para adaptarse al medio donde vive. Una de sus obsesiones
es el Sport Boys, cuadro del cual es barrista. Además, sueña con
ser escritor pero se dedica a otros menesteres. La novela cuenta sus desventuras
desde la niñez hasta su entrada en la treintena. Intercalado está
un libro de cuentos y otros textos más, atribuidos al susodicho. Una curiosidad.
Este personaje ha publicado un cuento en la vida real - o virtual, si quieres.
- ¿Y "Sicalípticos y reencauchados"?
-
"Sicalípticos y reencauchados" va más en la
onda de "Falso al amanecer". Narra un día de juerga. Un subterráneo
es contratado como sicario y recibe un adelanto. Con ese dinero sale a divertirse
con un grupo de galifardos. En el ínterin, suceden escenas ambientadas
en diversas épocas y continentes desde anécdotas en la antigua China
hasta ajuste de cuentas en los primeros años de la Colonia, pasando por
una que otra aventura en la selva peruana.