Prácticamente todo lo que se pueda decir de la poesía de
Gonzalo Rojas está condensado en este libro homenaje. Todo lo que
puede surgir desde la admiración y el cariño.
Gonzalo Rojas y el Relámpago forma parte de una serie de
publicaciones que ha producido el Ministerio de Educación rindiendo
tributo a algunos de los más grandes escritores chienos: Neruda,
Mistral y José Donoso, entre ellos. Alguien dice por ahí que la poesía
es la ultima religión que nos queda y su función no es otra que darle
sentido a la existencia.
Durante tres días de octubre de 1998, en la Universidad de
Concepción, se realizó un "Ciclo Homenaje" -reproducido íntegramente
en las páginas de este libro-, alrededor del cual se dieron cita
destacadas personalidades del mundo intelectual y artístico para
compartir reflexiones en torno a la obra de nuestro Premio Nacional
1992. Comienza el académico chileno Félix Martínez Bonati, situando la
poesía de Rojas en el amplio ámbito de la "modernidad". No una
modernidad cualquiera, sino plenamente romántica, dice Bonati,
caracteriza la misión de este poeta de elevar el cuerpo humano y
exaltarlo al mismo nivel que el espíritu, de tal modo que sensaciones
y pasiones no sean enemigos del alma sino, muy por el contrario, la
nutran.
A
continuación participan figuras como los académicos María Nieves
Alonso y Marcelo Coddou, el peruano Carlos Germán Belli, la francesa
Fabienne Bradu, el alemán Michael Nerlich y Antonio Fernández Ferrer.
Entre los chilenos, el profesor y poeta Carlos Cociña, el escritor y
crítico Antonio Avaria, el académico Roberto Hozven, las poetas Delia
Dominguez y Elvira Hernández, la actriz Delfina Guzmán, los poetas
Gonzalo Millán, Jorge Montealegre, Manuel Silva Acevedo y Floridor
Pérez. Y los escritores, compañeros de generación, Miguel Serrano y
Volodia Teitelboim, entre muchas otras personalidades del ámbito
cultural.
Todos con el fin de enriquecer la obra de Gonzalo Rojas, a
través de una mirada seria, original y honesta, se refieren a las
diversas cualidades del poeta y su poesía. El punto de encuentro es
sin duda, el importante rol que cumple la sensualidad en la poética de
este autor, a partir de su primer libro La miseria del hombre
(1948) y a través de toda su creación. Luego se destacan otros
aspectos, como el elemento sorpresa, la intensidad de su lenguaje
poético, la palabra y la imagen mágica, el espacio sagrado, la
aventura del movimiento incesante y universal que significan sus
versos.
Algunos solo se limitan a dar un estimonio personal, sin
ahondar en la interpretación de la obra de Rojas, pero todos confluyen
en el tono de celebración, de alegría, de acto vivo y palpitante. Y
contribuye a esto sobre todo la inserción de espontáneos y valiosos
diálogos sostenidos entre Gonzalo Rojas y los diversos invitados al
encuentro.
Podemos afirmar que este es un libro donde se comparten
emociones y experiencias, donde quedan plasmadas palabras de poeta a
poeta, donde, como dice Miguel Serrano, se producen relaciones "de
eternidades". Queda aquí manifiesto que más importante que escribir
poesía ha sido y es, para Gonzalo Rojas, vivir como poeta.