LA
OSADA POESÍA DE HÉCTOR ÑAUPARI
Una
lectura emotiva a "Rosa de los vientos"
Harold
Alva
Debo advertir que Héctor
Ñaupari (Lima, 1972), es uno de mis mejores amigos, lo que espero no
me descalifique para expresar algunas opiniones sobre su último vástago:
ROSA DE LOS VIENTOS, el libro que le acaba de editar el Santo Oficio. Su
esperado segundo libro, y por el que particularmente
guardo, no en secreto, un especial afecto. Por supuesto, previa memoria de cómo
gestamos esta complicidad de hermanos.
Hace cuatro años, cuando
editaba la revista Triángulo 4, tuve el privilegio de publicar un adelanto
de ROSA DE LOS VIENTOS. A Héctor lo conocí el 99 en la presentación
de su primer libro (EN LOS SÓTANOS DEL CREPÚSCULO, Fondo Editorial
de la UNMSM). Yo acababa de ingresar a las filas del Movimiento Cultural Neón
(1) del cual Héctor fue uno de sus primeros miembros. Ese año
con Leo Zelada habíamos reactivado Neón, entre los nuevos integrantes
estábamos: Luis Espejo, José Calderón, Luz Pintado, César
Oyola, Ana Palacios, Percy Ramírez y de los antiguos, aparte de Leo: Héctor
Ñaupari. Después compartimos lecturas con Mesías Evangelista
y Miguel Ildefonso quienes en una noche de bohemia "nos ungieron" como
los nuevos miembros. La idea de esta nueva camada de neones era estructurar una
propuesta que recoja el discurso holístico de la postmodernidad, no éramos
los nihilistas de la primera etapa, habíamos sido purificados de todo malditismo,
nuestra rebeldía estaba enfocada a convertirnos en los voceros de ese tránsito
generacional (90 - 2000), nuestro lenguaje era híbrido. Quizá fue
eso lo que determinó que nos dispersáramos después de cuatro
años de intensa actividad (2).
Es
probable que Héctor se haya unido a nosotros porque de los antiguos él
tenía un discurso diferente, su poesía no era violentamente urbana,
su fuerza tenía otro tipo de desgarro: el amatorio (3).
Y nosotros éramos en conjunto un híbrido: Espejo era místico,
Percy y César sociales, José Calderón y yo, aún surrealistas,
Luz y Ana conceptuales. Estudiábamos poesía, intercambiábamos
lecturas, leíamos y discutíamos entre nosotros, éramos una
especie de taller. Con Héctor y Leo cerramos el nuevo círculo (4).
Ahora que acabo de leer la nueva versión de ROSA DE LOS VIENTOS, ya en
formato de libro, completo, debo afirmar que ha sido sumamente consecuente con
su escritura, sus nuevos hallazgos no han roto con el emotivo primer Héctor,
todo lo contrario, este segundo libro nos presenta a un poeta que ha hecho del
erotismo su máxima para insistir con el poeta romántico, no el neo
romántico, sino el romántico, porque da la impresión que
este poeta ha vagado con Byron y con Shelley, con Goethe y con Gustavo. Y es un
verso culto, un verso que no titubea, que no tiembla al momento de tocar el oído
adonde parte, pero que sí hace temblar el oído adonde parte.
ROSA
DE LOS VIENTOS tiene la virtud de ser un libro sólido, su unidad es propia
de quien como un arquitecto se ha sentado a diseñar la estructura de su
templo. Es la historia de la consumación del amor, aquí no hay el
dolor por la ausente, ella está allí, da la impresión que
cada poema ha sido escrito mirándola, diciéndoselo. Por eso empieza
interrogándola, inventariando las rutas recorridas, demostrándonos
que la voz es suya y que ha aprendido a controlar sus tonos. De allí que
unas veces es apacible y otras eufórico, descriptivo o hábil en
sus síntesis.
Con este libro Héctor se inscribe en una tradición
yo diría esquivada por nuestros contemporáneos. Quizá por
lo manido del tema, por lo peligroso que este supone. Sin embargo Ñaupari
ha sido osado y ha navegado contra la corriente, y ha llegado bien. La suya es
una poesía desenfrenada, pero elegante. No podía ser de otra manera.
Se siente honestidad en lo que dice, no hay impostación, la suya es una
ceremonia, un culto a la intensidad de los cuerpos. Sus versos tienen algo de
bíblico y profano. Y con ello su nombre se suma, enumerando sólo
a poetas peruanos, a los de Sologuren, Delgado o Chariarse.
Hoy
sin embargo todo es ceniza
........................ ...............
una sed inagotable
.................................
.......... ..... ............... un laberinto de tinieblas.
Contra esta historia de ceniza, contra esta sed, contra este laberinto de
tinieblas, apelan los versos de ROSA DE LOS VIENTOS.
Lima,
5 de septiembre de 2006 .................
NOTAS
(1).
El Movimiento Cultural Neón fue fundado en septiembre 1990 por Carlos Oliva
y Leo Zelada en los claustros de la UNMSM. En un primer momento lo integraban
Héctor Ñaupari, Paolo de Lima, Mesías Evangelista, Isabel
Matta, Roberto Salazar, Miguel Ildefonso, Juan Vega, Miguel Ángel Guzmán.
Entre otros.
(2). De este segundo
momento, iniciado en 1999, se publicó una antología: GAIA, en la
que participaron casi todos (Luis Espejo, Luz Pintado, Ana Palacios, Percy Ramirez,
José Calderón, César Oyola y Leo Zelada), excepto Héctor
y yo.
(3). Paolo de Lima había
publicado Cansancio, pero la poesía de Héctor, hablo a título
personal, como lector, es más intensa.
(4).
El 2001, Héctor y Leo editan la antología de Neón, que incluye
a los poetas del primer y segundo momento.