Poesía
de Sergio Rodríguez Saavedra
Tractatus
y Mariposa: Refundar una leyenda
Por
Horacio Eloy
Con una producción
poética que se inicia con Suscrito en la niebla (1995), continúa
con Ciudad poniente (2000) y sigue con Memorial del confín de
la tierra (2003), el poeta Sergio Rodríguez Saavedra nos sorprende
gratamente con su nueva obra Tractatus y mariposa, en una cuidadosa edición
del sello Mago Editores. Este nuevo libro, al igual que los anteriores, transita
marcado significativamente por la exploración de nuestras raíces
y la memoria que subyace en nuestra
historia. Construido mayoritariamente en base a unas cartas extraviadas de la
ilícita y misteriosa organización de brujos, hechiceros y machis
del archipiélago de Chiloé, denominada "La Recta Provincia",
su persecución y juicio durante el año 1881, constituyen las piedras
angulares sobre las cuales el poeta instala su imaginario.
Crónica,
testimonio e historia transitan estos poemas que se materializan en una multiplicidad
de voces y hablantes fluyendo como un coro testigo, por tiempos disímiles
que finalmente -como bien acota Fernando Quilodrán, en su presentación-
confluyen en una cierta temporalidad "objetiva", la cual va dando cuenta
del devenir de los sucesos propios de esta organización, propios de la
naturaleza humana y de la reciente memoria de Chile: "[...] Las voces alambradas
por el bando número 1/ (El coro de mariposas asustaba a los comunes) /
Las voces amortajadas en el fondo marino / (Era tanta historia labiada a gritos)
/ La voz que Matilde rescató del telar / (También la historia suponía
dolor) / La voz que imprimen los organizados / (Más los que se fueron flotando
/ en la barca de Enrique Guichacoy) [...]" (Los deshojados).
Estructurado
en cinco secciones, cantos o crónicas como "Testar de la Recta Provincia",
"Tratado de circo pobre", "El juicio" y otros constituyen
este cuerpo textual, este aletear de mariposas que nos conducen por un viaje caleidoscópico
y fragmentado, lleno de imágenes, mitos y existencias signadas en "rutas
de fuego y leyenda", todo materializado a través de un discurso imprecatorio
y narrativo provisto de un lenguaje cargado de cierto tono neovarguardista, dotado
de una rica provisión de reflexiones con uso de arcaísmos , lo que
genera una dinámica, cada vez más sugerente: "[...] Es hora
de abandonar/ la biblioteca a su candado porque no fuimos/ ni el libro ni su llave:
lo dijo el ángel/ - anda solo: yo tengo alas- / tal vez sea momento de
guardar/ para otros más veloces esa palabra ligera: mientras / un viento
de todos los siglos tañe cada vez más fuerte / el polvo que nos
empieza a llamar: (Ya no leo a Marx ni Mateo).
Las referencias a
personajes de la cultura occidental y lugares geográficos locales constituyen
también una fusión recursos que hacen sin duda de Tractatus y
mariposa uno de los más singulares, interesantes y atractivos libros
que han aparecido el año recién pasado en el panorama de nuestra
siempre viva poesía chilena.
MUESTRA
DE POEMAS
ARTE
DE RETÓRICA Del
agua al pezón del vino rojo, dicen, deshilacha hueso la sintaxis para
que amor pueda leerse en la mentada fosa de los lugares comunes. Ni canto
ni gallos en Medinacelli, apenas colgajo el vestido que nos resta al tiempo
y después el temor que viene con su cana palabreando simétrica
estos poemas, el Cid que nos llama sin advertir que Vicente es otra luz y
nosotros escribimos oscuros desde el apagón de los 70tas. Del agua al
útero con su semilla y un aliento que lo alumbre: rayo o caída,
dicen, pero es cierto ¿Qué más fotosíntesis que
respirar?, si lo sabrá el beso inicial, el cortejo, el vestido cayendo,
todas las caricias necesarias al intimar la estrofa. ¿Y preguntas
por poesía? Carajo, del agua al silencio, te dije.
CANTAR
DE MARÍA DEVOTA Si
tengo lengua, pues lamo miel y si dientes, entonces loba soy a tu sexo. Aunque
estés dentro del bosque siguiendo huellas donde tienes mi caricia. Soy
María Devota, desde los quince el cuerpo que arquea en tus manos. La
madre de algunos que vagan por el viento jugando a ser gotas, pulsando la guitarra como
quien pulsa el destino, riendo cretinos cuando pasan por hendijas llenas de
sudor. Soy tu bruja, ni se te olvide Comandante
de la Tierra, traerme una flor extraña, una rama ensortijada una
mariposa que anide el horizonte que veré en tus ojos. No
te olvides bajarme la ganas cuando vuelvas esta noche.
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