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EL GESTO DE
"AINDIARSE" "SANTIAGO WARIA" de ELVIRA HERNÁNDEZ
SOLEDAD
FARIÑA
.....
Una pequeña biografía "de urgencia", escrita por la misma
autora:
"No pertenece
a la mayoría ni a la minoría. No es de vanguardia o neo-vanguardia,
ni marginal, ni underground. Nunca fue poeta joven. No se exilio
adentro ni afuera. Ha estado ausente y ahora hace número. Se ubica
desde 1951 en la Línea Sur de Chile. Se graduó con honores de
Estudiante Permanente. Desde hace diez años trabaja en un proyecto
de su interés: "La verdad es una mentira necesaria" para el cual no
logró conseguir auspicio institucional. No tiene transbordos
intelectuales. No le interesa la cultura, le interesa la luz.
Algunos de sus trabajos publicados en poesía son ¡Arre Halley Arre!,
1986; Cartas de Viaje, 1989; La Bandera de Chile, 1991; El Orden de
los Días, 1991 y en 1992 Santiago Waria. (1)
.....
Indagaré, en Santiago Waria, otra forma de poetizar lo mestizo,
partiendo por su introducción al poema:
"así como
Atenas fue astu para los griegos y Roma urbs para
los romanos Santiago fue waria para los mapuches como
cualquier otro poblado"
.....
"Dos efectos producen estas líneas -dice el escritor Jorge Guzmán al
leer este texto-. Uno es extender el tiempo de los textos hasta
hacerlo coincidir con toda la historia de Chile, y no sólo el presente
de la ciudad. Otro defecto es introducir en la lectura, expresamente,
un elemento que estaría apenas presente si no fuera por eso: el
indio... La hablante representa en este poema el lugar de los indios,
de los pobres (que entre nosotros, como en el resto de América Latina
son mayormente no blancos) y es paciente de la misma violencia con que
el invasor europeo afligió a la mujer mapuche".
(2)
..... Elvira nace y crece en Lebu, territorio con una población
indigena viva, vigente, es pues, un sujeto aindiado, aindiada, y busca
el conocimiento de los indígenas, los valora lingüística y
estéticamente. Su gesto cultura es, pues, "aindiarse". ..... Lo más explícito de este gesto mestizo es
el título: Santiago Waria, Waria quiere decir ciudad, vista por
el ojo del mapuche solo, excluido. Un ojo antiguo, el ojo del mapuche
es el que observa y dice: Santiago es una ciudad como cualquier otra.
Esta mirada es el soporte del libro (esta es la ficción). Pero ¿por
qué la ciudad como protagonista? Otra cita ayuda a la
lectura:
"Mi
conciencia de la ciudad es por dentro, mi conciencia de
mí"
.....
La cita es de Pessoa y nos introduce a una ciudad, "La Ciudad", lugar
donde se hace visible un "estar en la vida" una "existencialidad".
"La enfermedad de nuestra existencia se nota más en la ciudad",
dice Elvira Hernández, la ciudad es indiferencia, es
exclusión:
"como brazos
y piernas entumidas como alguna muñeca descabezada como esa
mano hecha añicos con sus tendones al aire como un ojo muerto y
otro de vidrio empañado como un maniquí de tienda pobre
o ........................ un vestido
endurecido como ese revoltijo del Patio 29 como el vaivén
grisáceo que se arrastra
........................ caminamos por
Santiago ........................ y
quizás eso no importe ene"
.....
Pero también el mundo indígena, en la ciudad, es parte de un submundo
colindante con lo delictual, es un mundo oscuro
"En el trazo
imperceptible y blanco ........................................
contagios En la oscuridad reptil cetrina ........................................
zarpazos Vegetales humanos en el boulevard Espacios con
ornamentación delicada meditan más que yoghis"
................................. (VIDA
MONRERA)
..... "Los espacios mencionados
en el texto van estrechando el cerco, el acoso a esta viajera que
busca conocer los laberintos urbanos para encontrarse en ellos,
finalmente en sí misma; para ubicarse topográficamente en el lugar de
la escritura... Santiago ciudad de "Alto contraste / estilo callampero
y bursátil"... peregrina en su ciudad desértica, se busca en ella y
busca infructuosa el sentido de su estar allí, es la lectura de la
crítica Raquel Olea. (3)
"Yo, Elvira
Hernández, la del bardo estertor, la que no tiene lugar ni
contactos en la Corte, la que se rompe la piel para salir de sí
misma, la que se droga en el veneno pasado, la que tendría que
desaparecer ... autora de sí misma camina por la Coquille
de San Sebastián repitiendo a media lengua: aitor, aitor como
si dijera: "Padre, por qué me has abandonado" ............................................otro
brindis"
Finalmente, otro
rasgo anotado por Guzmán:
" (estos
poemas) de tal modo pertenecen a la estructura del Tercer Mundo, y
de tal modo lo asumen, que acogen al indio como parte de la lectura,
y hacen a la autora y a la hablante representada indistinguibles del
texto mismo. Pero tal vez, al llamar la atención sobre su origen,
sobre la que escribió, van contra toda esa posmodernidad postiza que
estamos importando porque a algunos le interesa que seamos
indistinguibles de los escritores y pensadores del desarrollo, desde
donde algunos otros pregonan que se acabó la historia, que ya no hay
utopías que seguir, ergo, tampoco hay estructuras sociales que
cambiar ni discursos contestatarios que tengan ninguna
importancia".
"Recientemente ha llegado un comunicado a mi
posición. No lleva destinatario mas soy la única que habita este tal
lugar. He envejecido en Los Aledaños. e me ordena levantar la
Retaguardia y abandonar el armamento. Agrega: "La Resistencia hizo
agua y navega en el salvavidas "Disidencia". La Izquierda misma se
corrió por la tangente. La Vanguardia y la Transvarguardia no han
regresado de París. La Escena de Avanzada ha sido vista en el Mall
la Florida. Los Teóricos de la Marginalidad están en la Nomenklatura
y Los Tardíos de Siempre vienen llegando con sus tiros de última
hora". Se me recomienda no ir a la zaga y visitar a la familia;
conocer y reconocer un mundo que progresa día a día. Me aseguran que
si me integro y firmo la tranquilidad no tendré problemas a la
Derecha de Dios. ....................................................................................
Mis armas son mi vida"
Antofagasta,
mayo de 1995
Una reflexión mestiza
desde la escritura de cuatro mujeres chilenas Soledad Fariña. Antofagasta :
Univ. Católica del Norte, 1995. 30 p.
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