NÓDULOS
DELIRANTES DE UN CUERPO ESCRITURAL COLECTIVO
Presentaciones
de los libros Interferencias de repente de Germán Gana, Baterías
de Rodrigo Flores y Libro de oro del Movimiento Lúdico
Por
Héctor Hernández Montecinos
UNA
INTERRUPCIÓN LOCOMOTIVA
Presentación
de Interferencias de repente (Santiago: contrabando del bando en contra,
2006)
de Germán Gana
Desviar la cotidianeidad,
hacerle un guiño lúdico al día a día, resquebrajar
el habitual flujo de lo que tendría que ser: ese es el poema como efectividad
última, donde el lector se desdobla y participa del escenario lírico
que se abre desde un intersticio mínimo de la realidad como lo es la ficción,
pero que significa a la vez la mayor puesta en duda del lenguaje, de lo imaginario,
del pensamiento. Todo se está
moviendo, no existe la fijeza, el mundo se traslada y rota con todo lo que hay
allí dentro. Lo que ayer estaba abajo, hoy está arriba, lo que era
norte ahora es sur. La cabeza está debajo de un pie. La micro vuelve al
lugar de donde nunca salió.
Es sobre esa micro paradójica
donde Germán Gana (1983) ha escrito su primer libro Interferencias
de repente, llena de asientos con poetas muertos, pero muertos de risa, y
a su lado cientos de palabras que ladran, muerden y ronronean.
Esa
micro recorre una ciudad literaria y paródica, una urbe en ruinas adornada
como monumentos al triunfo de la higiene social, donde no existe mancha de ningún
tipo y cualquier señal de desvío significa perderse, siendo que
en poesía desviarse quiere decir encontrar un camino y decenas de otros
caminantes con sus poemas bajo el brazo y sus libros sobre la cabeza. Interferencias
de repente continúa esta nueva sensibilidad que ha venido a aparecer
en las últimas escrituras chilenas, en la cual la ternura irrumpe como
un sentimiento totalmente avasallador, pues pone en crisis un sistema político
de acumulación y un entretejido moral, que en literatura ha tenido que
ver con las guerrillas literarias, pero que aquí se convierte en una carcajada
fraterna con el canon precedente.
Si el arte contemporáneo
reordena las coordenadas de la obra en su espacialidad a modo de fetiche, es decir,
si el tarro de sopa o el retrete valen cien veces su valor comercial por tener
una firma o estar en una galería, los poemas aquí son devueltos
al espacio que nunca preguntó por ellos. Intervención de la intervención,
el sarcasmo a la interferencia como materia de un televisor que sólo muestra
lo que a nadie le interesa ver. Si es que esta micro demarca la ciudad como haz
de ruinas, también deviene su forma de largo alcance que es el ferrocarril,
el cual está fragmentado en el libro mismo, y que hace de los versos unos
durmientes absolutamente despiertos, y de los poemas las señales de un
tránsito irónico y mordaz de la realidad como conjunto de cosas.
Si todo entra por los ojos, todo sale por la boca, esa pareciera
ser la consigna poética de la subjetividad escribiente, pero todo mirado
desde un fractal en tensión por las manos de un chofer y las garras de
un bisonte, o de las alas de un helicóptero o de una mosca, o por las calugas
de un vendedor y de Popeye.
Es así que Interferencias
de repente de Germán Gana aparece con una nueva risa de un chiste viejo
e instala un ojo nómade donde antes sólo había añeja
contemplación. Huir de la ciudad o quedarse a lo Diógenes, es decir,
patria aburrida o muerte feliz.
Stgo. 8 de septiembre
de 2006
LA
ENERGÍA DE SER TODOS
Presentación
de Baterías (México DF, Ediciones Invisible, 2006) de Rodrigo
Flores Sánchez
La batería es una reserva
de energía, la contiene, la aprieta para que no se escurra. Del mismo modo
el libro es un depósito de energías que lo recorren desde su propia
materialidad hasta las posibilidades de lectura que permite. Si el cuerpo sin
órganos está atravesado
por su propio espacio como metáfora, la batería inutiliza su cuerpo
como envase y se transforma en pura exterioridad.
Así
Baterías de Rodrigo Flores (1977) abre estas nuevas energías
y las predispone sobre la página en blanco o sobre las plantillas de un
siquiatra que no existe, del mismo modo que no existen las enfermedades que lo
constituye como tal. Las pruebas que se van sucediendo a modo de poemas, ponen
justamente a prueba desde la puntuación ortodoxa hasta lo que se podría
entender como un género nuevo que reconstituye el documento y el archivo
como autonomía de la metáfora.
La construcción
de un yo síquico pasa por los movimientos exteriores de esa subjetividad
hacia un simulacro de alteridad donde espejear, poner a prueba, reconfigurar un
haz de vectores deseosos y aterrados. "Desarrollo motor", "Descripción
del carácter", "Habilidades psicolingüísticas"
son algunos de los nombres de estas pruebas hechas a un cuerpo que sitúa
la enfermedad como su estado de normalidad y al lenguaje como un síntoma
de este "desorden de los sentidos".
Baterías
reutiliza la descripción clínica y la reordena como la escritura
de una subjetividad que deja de ser paciente de sí y de cualquier otro.
Incluso la palabra se transforma en la palabra del loco que no sabe que lo está.
Este libro sin duda abre una nueva forma que rompe los límites del poema
como aura hacia un documento protagonizado por la ficción más delirante.
Una obra imperdible en estos nuevos escenarios de las literaturas contemporáneas
latinoamericanas.
Stgo. 11 de octubre de 2006
TODO
MOVIMIENTO ES LUCIDEZ
Presentación
de El libro de Oro del Movimiento Lúdico (Santiago, ML Ediciones,
2006)
Si cada movimiento es un desplazamiento, moverse quiere
decir renunciar a estar en un solo punto, a ser uno, a la autoridad de la autoría
geo-gráfica. La colectividad del espacio quizá sea un resquicio
de que aún es posible una inclusión que no sea del todo políticamente
interesada. Ese mismo espacio podemos pensar como un libro, como el libro, como
El libro de Oro del Movimiento Lúdico en el cual las autorías
se hacen nómades dentro de las ondulaciones que este movimiento permite
e integra. No hay jerarquías de turno, no hay verticalidades hegemónicas
que produzcan el efecto valor
de la escritura que el mercado todavía espera poder fagocitar en la poesía.
Claro ejemplo de esto es la lectura al pie de página de los metacomentarios
y los metametacomentarios.
Aún es posible un libro
libre y como sugiere el subtítulo una materialización de la poesía,
que en esta época de catástrofe encuentra su mayor peligro de subsistencia,
pero esta agonía le hace agudizar hasta límites nunca imaginados
los sentidos previos al desastre, que sólo viene a significar un nuevo
despertar y un nuevo verse a sí misma como género literario y posibilidad
de escritura.
El libro de Oro del Movimiento Lúdico
es una casa llena de casas que se derrumban y se construyen dependiendo de quien
las mire o deje de mirarlas. Fragmentadas hasta el hartazgo de construirse a sí
misma como un edificio de oro, una palacio austero en que el verdadero valor está
en la renuncia al poder del autor, todavía aurático, es decir, el
oro en la poesía sólo encuentra su correspondencia en la libertad
absoluto y la imaginación a ultranza.
El libro de
Oro del Movimiento Lúdico no sólo abre interrogantes, sino que
también las responde sin miedo ni hipocresía, pues justamente la
lucidez y la subversión no escatiman resquemores en dialogar intertextualmente
con cualquiera obra, ya sea literaria, publicitaria, mística, etc. Todavía
son posibles y necesarios los manifiestos, pero cuyo último objetivo sea
una renuncia total a cualquier dogma o principio a priori. Experiencia, experiencia,
experiencia desde la matriz hasta la más hermosa tumba, desde un origen
como escritura hasta las manos y los ojos de quien lee. La lectura se ha convertido
en una forma de escribir lo imaginado, esto es, que los ojos que ven al libro
son también manos que lo escriben desde otro lado del papel.
El
lector de lujo es el lector que delira y que está inserto en la misma obra
dentro y como un archivo selecto que a la vez guarda la información, pero
también la combina y la distribuye. La extravagancia onírica de
este lector es una tercera mano en su propia escritura. Lo soñado o lo
por soñar ya están escritos a modo de un sacramente paganamente
místico, dentro de una cotidianeidad que desarticula cualquier metafísica
u ontología que no tenga que ver con la ternura y la honestidad de un yo
que son todos los yo, y de un lector que son todos los lectores, vivos o muertos,
sanos o enfermos, reales o inexistentes.
Es así que
El libro de Oro del Movimiento Lúdico abre una nueva brecha en lo
que se refiere al concepto de una poesía contemporánea, un nuevo
lector, una nueva forma de escribir con los trazos y fragmentos reciclados de
toda una cultura. Damos la bienvenida y todos los futuros que se puedan imaginar
ya están latiendo aquí, como el corazón de un feto, como
el espíritu de un último sobreviviente de la humanidad.
Stgo.
17 de noviembre de 2006