"Te lego mis dientes./ En oro, esmalte y marfil." Mucho
más que la imagen de un rostro deslumbrante, Hilda Hilst
nos legó su obra, más de 40 libros publicados, desde
1950 a 1995, en versos que fueron tornándose cada vez más
complejos; de 1967 a 1969, en piezas de teatro escritas con la intención
de denunciar las atrocidades de la dictadura militar; de 1970 a 1997,
en prosa poética en la cual lo sagrado y lo profano, la trascendencia
y la sexualidad frecuentan el mismo espacio textual, reconocida como
innovadora por los críticos literarios Leo Gilson Ribeiro,
Anatol Rosenfeld
y Nelly Novaes Coelho; de 1992 a 1995, en crónicas bien-humoradas
e irónicas, donde publica innumerables poemas de su autoría,
en el Correio Popular de Campinas (en el estado de São
Paulo), y que buscaron desenmascarar a la sociedad: "usted nunca
conoce realmente a las personas. El ser humano es el más impredecible
de los animales. De las criaturas." Además de esta producción,
la autora de O caderno rosa de Lori Lamby osó tocar
un tema tabú, en una fase conocida como obscena, de 1990 a
1992, con tres obras en prosa y con Bufólicas en versos,
que escandalizaron a grande parte de sus lectores y a la crítica.
"La sexualidad que la inspiraba nunca se tornaba pornográfica,
incluso si ella a veces, por razones esdrújulas, quisiese hacerse
pornográfica", afirma Jorge Coli, crítico y profesor
de historia del arte en la Universidad de Campinas (en: Folha de
São Paulo, 5/2/04). Hilda Hilst, siempre cuestionadora,
en notas manuscritas, se pregunta: "¿Y qué es lo
OBSCENO? ¿OBSCENO? Nadie sabe hasta hoy que es lo OBSCENO.
OBSCENO para mi es la miseria, el hambre, la crueldad, NUESTRA época
es OBSCENA."
Varias obras de la autora de Tu não te moves de ti
fueron traducidas en distintos idiomas - francés, italiano,
inglés, español y alemán - y conquistaron los
mayores premios literarios del Brasil: el Premio Pen Club de São
Paulo en 1962, el Premio Anchieta de Teatro en 1969, el APCA (Asociación
Paulista de Críticos de Arte) en 1977 y 1981, el Premio Jabuti,
de la Cámara Brasilera del Libro en 1984 y 1993, el Premio
Cassiano Ricardo del Club de Poesía de São Paulo en
1985, una indicación para el Premio Intelectual del Año,
de la Unión Brasilera de Escritores en 1990 y el Prêmio
Moinho Santista, de la Fundación Bunge, por el conjunto de
su obra poética en 2002. Su mayor sueño fue siempre
ser leída por un gran público, lo que, de cierta forma
fue posible por las Obras Reunidas de Hilda Hilst, organizadas
por el crítico y profesor de literatura de la Universidad de
Campinas Alcir Pécora y publicadas por la Editorial Globo,
edición que ganó el Premio de la Crítica por
la Reedición de Obra - APCA - 2002. "Siempre enfaticé
la calidad de sus imágenes poéticas, en obras como 'Da
Morte. Odes Mínimas' y 'Amavisse', y su condición
de escritora herética, una gnóstica moderna", afirma
el poeta Cláudio Willer (en: Folha de São Paulo,
5/2/04).
La autora de Roteiro do silêncio quedaba muy rabiosa
cuando la llamaban de poetisa. La escritora Lygia Fagundes Telles,
su gran amiga, cuenta que cierta vez Hilda se presentó en la
antigua sala de té de Mappin, en São Paulo, afirmando:
"soy poeta". El escritor Guilherme de Almeida, que estaba
presente, comentó que la palabra poetisa ya estaba desmoralizada
y que cuando una escritora era seria, se consideraba poeta. Hilda
Hilst construyó un universo de la mujer que asume su papel
social, en un mundo normalmente dominado por el punto de vista masculino:
"Me dio el amor este don:/ Para decir en poesía./ Poeta
y amante es lo que soy..." (en: Trovas de amor para um amado
senhor). Su trabajo creativo y sus actitudes, poco comprendidos
por los conservadores, contribuyeron mucho para una amplitud de visión:
"Una de las funciones de los escritores está en ampliar
los horizontes morales de donde vive. [...] Hilda produjo una buena
literatura y sabia desafiar la moral", afirma el escritor Fernando
Bonassi (en: O Estado de São Paulo, 5/2/04).
Hija de la inmigrante portuguesa Bedecilda Vaz Cardoso y del empresario
de café, poeta, periodista y ensayista Apolonio de Almeida
Prado Hilst, Hilda nació en Jaú (en el estado de São
Paulo) en 1930 e inició su camino a la inmortalidad a los 73
años, el día 4 de febrero de 2004. Dedicó gran
parte de su vida a la literatura: en 1965, acompañada de su
enamorado, el escultor Dante Casarini (con quien se casa en 1968 y
se divorcia en 1991), se muda para la Hacienda São José,
propiedad de su madre, a 11 Km. de Campinas; en estas tierras, inicia
la construcción de su casa, donde vivió aislada del
mundo desde 1966 - la Casa do Sol - frecuentada por innumerables
artistas en las décadas de 1970 y 1980, entre ellos José
Luís Mora Fuentes, Olga Bilenky y Caio Fernando Abreu, que
vivieron en esta casa donde tuve el privilegio de ser recibida varias
veces con una sonrisa alegre y al mismo tiempo irónica, por
unos ojos de dulzura de un rostro que aún guardaba trazos de
la belleza deslumbrante de la juventud. En un primer contacto, la
presencia de Hilda Hilst provocaba miedo, extrañamiento y encantamiento;
Hilda Hilst y su alterego Hillé, A obscena senhora D,
son diferentes de las personas convencionales. La mudanza radical,
de São Paulo para la vida tranquila del campo, es entrevista
en la lectura de Lettres a El Greco, del poeta griego Nikos
Kazantzákis (1885-1957). La obra, presente que recibió
en 1962 de su amigo, el poeta portugués Carlos Maria de Araújo,
marca un cambio en la forma de ver el mundo: para pensar, sentir y
escribir sobre lo humano seria necesario apartarse de el.
En Júbilo, memória, noviciado da paixão
y en las demás obras poéticas, Hilda Hilst retoma parte
significativa de la tradición literaria, dialogando con varias
formas fijas de poemas - oda, trova, soneto, balada, elegía,
cantares y fábulas - algunas veces aceptándolas, normalmente
innovándolas. Amor, Dios y Muerte; la Poesía y el Tempo.
Temáticas de predilección de la autora de Sobre a
tua grande face, versos dedicados a la búsqueda de un Dios
ausente y opresor: "Dá-me mudez. E andar desordenado.
Nenhum cão./ Tu sabes que amo os animais/ Por isso me sentiria
aliviado. E de ti, Sem Nome/ Não desejo alívio. Apenas
estreitez e fardo./ Talvez assim te encantes de tão farta nudez./
Talvez assim me ames: desnudo até o osso/ Igual a um morto."
"Llegar y partir son dos lados de un mismo viaje", canta
Milton Nascimento. En este momento de despedida de Hilda Hilst y al
mismo tiempo de encuentro y reencuentro de muchos lectores con su
obra, recuerdo una frase del poeta chileno Jorge Teillier: "Los
trenes desaparecen pero no desaparece el alma de los trenes. Es como
si alguien se muere, no sólo queda su tumba, queda su herencia."
En el caso de la literatura de Hilda Hilst, una herencia de palabras
y sonidos, de sentidos múltiplos y ambivalentes.
En 1980, cuando Hilda cumple 50 años, publica Da morte.
Odes mínimas, obra formada intencionalmente por 50 poemas,
detalle que dejó registrado en sus manuscritos, adquiridos
por la Universidad de Campinas en 1995 y en 2003, conservados en el
Centro de Documentación Cultural "Alexandre Eulálio"
(CEDAE-IEL). En este canto de exaltación a la muerte, la autora
sugiere un juego de deseo y repulsión en el que crea una imagen
de la muerte como amada, amante, hermana, niña, o como animales,
en especial en la sofisticada imagen del silencioso y duro trote de
la negra caballita: "Os cascos enfaixados/ Para que eu não
ouça/ Teu duro trote./ É assim, cavalinha,/ Que me virás
buscar?/ Ou porque te pensei/ Severa e silenciosa/ Virás criança/
Num estilhaço de louças?/ Amante/ Porque te desprezei?/
Ou com ares de rei/ Porque te fiz rainha?"
En un texto de despedida, Jorge Coli pregunta "¿Para
donde fue Hilda Hilst?" y responde invitando al lector a escuchar
atentamente las palabras y los sentidos amplios construidos por la
autora de Auto da barca de Camiri: "Imposible decir. Mas
sabemos donde está: en las páginas numerosas de lo que
escribió, y que continúan vibrando, sacándonos
de nuestras limitaciones, desencadenando las más bellas, más
fecundas y más terribles interrogantes" (en: Folha
de São Paulo, 5/2/04). En Odes mínimas, Hilda
Hilst nos muestra donde podemos encontrarla: "Não me procures
ali/ Onde os vivos visitam/ Os chamados mortos./ Procura-me/ Dentro
das grandes águas/ Nas praças/ Num fogo coração/
Entre cavalos, cães, / Nos arrozais, no arroio/ Ou junto aos
pássaros/ Ou espelhada/ Num outro alguém, / Subindo
um duro caminho// Pedra, semente, sal/ Passos da vida. Procura-me
ali./ Viva."
Texto publicado en portugués
en el periódico O Escritor. União Brasileira de Escritores
(UBE). São Paulo, no107, março de 2004, p.6.
* Cristiane Grando (Cerquilho, São Paulo, Brasil
1974) poeta, fotógrafa, traductora e investigadora. Laureada
UNESCO-Aschberg de Literatura 2002. Directora de Jardim das Artes:
espacio cultural y residencia internacional de artistas - Cerquilho-SP.
Ha publicado el libro Caminantes: poesía en francés,
portugués y traducido al español por Leo Lobos (2003).
Defendió magíster y doctorado en la Universidad de São
Paulo (USP) sobre la obra y estudio de manuscritos de Hilda Hilst.
En la Universidad de Campinas (UNICAMP), desarrolla un post-doctorado
sobre crítica genética y traducción de Hilda
Hilst al francés, además de realizar un trabajo de difusión
de la obra hilstiana en Francia, Chile y Perú, junto a los
poetas chilenos Francisco Véjar y Leo Lobos, y a los poetas
peruanos Reinhard Huaman Mori y Cinthya Torres. (crisgrando@yahoo.com.br)
Traducción: Leo Lobos