Poeta significa niño alado
STEFAN GEORGE
Lima, 4 de febrero de
2005
Estamos en Lima y este libro ha visto la luz. Un poquito más
allá de la patria, un poquita más allá de esta
otra patria. Siempre en movimiento, tensión y nomadismo la
obra de Pablo Paredes se presenta como una de las escrituras
más relevantes, sólidas y conmovedoras
de la última escena poética chilena.
Pablo Paredes sin saberlo ni proponérselo ha (d)escrito una
sensibilidad que se gesta y a la vez está en quiebre debido
a la demarcación en la ciudad de centros y marginalias, aunque
si bien es cierto que éstas son completamente móviles,
basta el gesto autoritario de ponderizar y despreciar territorios,
cuerpos y discursos para que se encube una violencia simbólica
que, en este caso, estalla como expresión poética, pero
que también se manifiesta como destrucción pública
y quiebre íntimo. A lo largo de la obra se trabaja la imagen
del niño como una categoría fenomenológica que
se pliega a un estado de ánimo grupal. La imagen del poeta
como niño es un intermezzo entre la emergencia de la voz y
la urgencia por la escritura. Estos niños a los que se alude
se mueven entre la noche presente y la memoria tránsfuga generando(se)
como una metáfora de indeterminación. Configuran una
identidad de transición entre dos estados de cosas, ya sea
entre la infancia más candorosa y un despertar hacia sí
mismo, entre una dictadura fría y una tibia democracia, entre
una modernidad folclórica y una ¿post?modernidad macroecónomica
y global, entre el día como régimen de visibilidad panóptica
y la noche como indiscernibilidad de las subjetividades.
"El Barrio de los Niños Malos" se abre con
el siguiente poema que propone un escenario textual en donde penetra
el recuerdo dentro del mismo recuerdo para descomponer un presente
y (de)marcar un pasado social en que los niños son víctimas
y victimizadores: fuga y representación de un "mundo adulto":
Ay! mis guachos pobres, mis amigos de
chico, mis enemigos de chico. Se acuerdan de mi casa?. Se acuerdan
de las onces.? De los cumpleaños en que preguntaban con
vergüenza si podían entrar aunque no trajeran regalo?.
Se acuerdan del carrito con ruedas de rodamiento? De la bicicleta
amarilla con freno torpedo?. De Tito?, el argentino del pasaje
de al lado al que el Llerón casi le revienta la cabeza
en la reja del Eduardo, todo porque el Tito no era chileno,
y el Tito con su carita de rucio pichí, gritaba: pero
si la calle es libre, si diosito no es chileno, ni argentino,
ni peruano, ni nada (...)
Como dije en otra parte(1)
, Paredes escenifica un racconto personal desde el dolor y la burla
como medios de purgar una historia nacional cercenada por la higiene
moral y el bienestar económico. Así, los textos
de "Pantys Rotas" reconfiguran una subjetividad anómala
y nómade que desestabiliza las casillas etarias y las supuestas
responsabilidades/expectativas que de ellas se esperan en un contexto
de producción material y simbólica. Gloria Trevi viene
a ser la lupa por donde se ve a sí mismo como agenciamiento
crítico, deseo y herida.
Un amigo me dice que lo lindo es que
las niñas pobres podían disfrazarse fácilmente
de Gloria porque esas niñas vivían con el pelo
enredado y con las pantys rotas (...)
Justamente, desde esta última instancia es que su discurso
hace un pliegue hacia una referencialidad carismática y al
mismo tiempo abrupta, como bien señalara sobre el autor Raúl
Zurita(2) . En "El final
de la fiesta" la subjetividad-escribiente convierte la noche
en un espejo dialéctico en el cual (se) escribe y (se) lee
como dispositivo una colectividad que se hace un sí mismo.
La Noche de la fiesta latinoamericana es la misma en la carencia económica,
social y cultural tanto en Gran Avenida, Lima, Quito, Buenos Aires,
San Francisco del Cabo, Santiago. Si la poesía surge como carencia,
es en esta sección del libro donde la reflexión metapoética
cala más profundo, pues la metáfora se hace carne, manchada
y dispersa.
Te traje un día a mi ciudad que
está en la esquina
a ver los monos verdes bailando cumbia,
te dije que el blanco por la cordillera
que el azul por el cielo
y el rojo por la boquita por el ano (...)
Más adelante, en "Los Pájaros" continúa
este llamarse e indagarse como aparición en un mundo extraño,
externo, distinto y distante. El desarrollo de la sujetividad-escribiente
no es crecimiento sino mutación, pues la multiplicidad de devenires
lo lleva a una tensión neurótica del niño
con respecto a un otro u otra, que en este texto es la pajarización.
La cópula verbal es un síntoma de una anagnórisis
incestuosa que se desterritorializa a sí misma para salirse
de la dualidad pájaro-gato y fisurarse más bien como
un sistema escritura-escritor. La tensión dramática
de la metamorfosis adquiere espesor fotogramático, y esto consigue
casi ver la serie a modo de un cortometraje casero que pregunta por
formatos, milimetrajes y montajes para luego desecharlos a la basura.
El imaginario inmediato de "Los Evangelios" es una posible
traducción de un profeta que ficciona, al contrario de Dios
que está obligado a decir la verdad, sino su mundo se convierte
en un poema. El ángel y la bestia son los nombres de una misma
entidad que genera zonas de roce con sus propias naturalezas cambiadas,
es decir, uno antes fue el otro y viceversa. Conmutatividad que genera
identidad y no como podría pensarse es una causa de inhibición.
Por último, "Poemas sueltos y encontrados" viene
a ser una brillante panorámica de Frío en la Noche
Latina, pues se entregan las coordenadas geográficas de
un continente inventado y no descubierto, y es por eso que la subjetividad-escribiente
se hace uno con el errante que ve cada lugar como un cercano, cada
cuerpo como un próximo y cada discurso como un posible. Es
por esto que, la proximidad del propio cuerpo con un sí mismo
es la entrada a su fuga y que el propio discurso sea la posibilidad
de que todo haya sido una ficción, es decir, la duda de la
verdad en la misma escritura, la suposición de que algo ha
sucedido y que ni tú ni yo nos dimos cuenta.
(...)
Se miente la palabra
porque decirla es escribirla,
la palabra no se escribe con sangre,
ya dije algo similar.
Pájaro/Pajarerío
creerán que es igual a
Palabra/Palabrería.
Parece que a los mentirosos
les está creciendo la lengua.
NOTAS
(1)
"Panorama
subjetivísimo de la novisísima poesía chilenísima".
Artículo aparecido en plagio.cl y educarchile.cl.
(2) "El
Baile de los niños". Artículo de Raúl
Zurita aparecido en "Artes y Letras" de El Mercurio, 18
de enero de 2004.