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PLACER Y FATALIDAD ESCRITO EN MUJER
(presentación de Abyecta (Al Margen editores) de Elizabeth Neira Calderón)

Héctor Hernández Montecinos
Stgo. 13 Marzo, 2003


El libro Abyecta de Elizabeth Neira trabaja desde la refractación y desde una reactualización contradiscursiva de ciertos imaginarios performativos de la literatura que se articularon en condiciones tanto productivas como introyectivas de perversión o abyección durante el proyecto moderno donde las nociones de poder, burguesía, revolución y mercado permanecen en filigrana hasta el día de hoy. Digo desde ya que no es el cuerpo el abyecto sino que los flujos maquínicos como el político los que generan la posibilidad de este arrebato perturbador que amenaza los devenires del ethos urbano occidental.

Este libro re-cita tres momentos de la historia literaria que son por un lado la escena de los malditos y los simbolistas franceses en el cual el cuerpo femenino se convierte en musa sublime o prostituta pútrida y exótica. Aquí ambas imágenes se funden en una sola:

Nosotras
divinas hasta la intoxicación,
violadas hasta el cansancio,
inspiramos poesías en bares asquerosos...
(A:20)

Pero además sucede que esta fusión le da voz y lenguaje al tópico literario para convertirlo de objeto en sujeto. Se interviene así la comunidad literaria masculina de estos autodenominados "príncipes de la poesía", lo cual se parodiza en la primera parte del libro llamado "De príncipes y princesas". La voz de la puta cruza la enunciación colectiva de una subjetivización que se construye desde su cuerpo, sus territorios, sus discursos. La puta que trabaja con semen cuando este trabajo implica placer y fatalidad como el de la poesía. La puta en este sentido y la promiscuidad suspenden la mercancía-sexo del contrato familiar burgués, de aquí una primera abyección en el seno del capitalismo industrial desde donde amenaza y se hace inasimilable esa suspensión de la producción.

El segundo momento de la literatura que este libro revisa es la escena de los beatnik en Estados Unidos, un núcleo también masculino de la poesía en el que la voz lírica entra para descentrar la subjetividad y el devenir mujer. El cuerpo alucinado presenta múltiples corporalidades. El yo se hace ambiguo y de esa fisura intermitente la mujer se ve a sí misma como representación. Además las citas de Jim Morrison y Allen Ginsberg dan otro poco más de señalética. Es interesante que desde aquí se inaugura la imagen del libertino del siglo 20 en el seno del capitalismo neoliberal y los media cuando estos grupos contestatarios abren la permeabilidad de los discursos oficiales con los que se presentan en contra del contrato social de la modernidad. De hecho el libro se abre con la frase "Peace & Love. Love, Love, Love, Love"

Me he acostado con tu padre, tu hermano y tu
hijo, por no nombrar a tu tío y a todos tus amigos.
Con tu abuelo fue imposible y tu madre se salvó
por vinagreta.
No puedo dejar de nombrar a los vecinos,
los cabros del bloque,
los de los flipper
los volados de la plaza y de la esquina...
(A:46)

En tercer lugar el otro momento que reconozco es el de la disidencia a la dictadura militar chilena en el que la mujer ya se instala en la cultura literaria siguiendo sus resistencias políticas y se puede autodenominar poeta por un lado debido a las luchas materiales y simbólicas de los primeros feminismos reivindicatorios de los derechos culturales. Esto se podría ver en poemas como "Militante ejemplar" o "Corazón de molotov". De este segmento vienen la mayor parte de las reflexiones metapoéticas pero no de las textualidades mismas sino que de los horizontes de lectura, recepción y mercado de esta producción poética escrita por mujeres al interior de estos círculos masculinizados:

La poesía:
Me ha dado hombres, felicidad y mucho dinero,
¡Viva la poesía!
(A:33)

La ironía, el sarcasmo y la exageración recorren estos poemas y casi todos los del libro. La hipersexualización del cuerpo tiene el correlato de este tener que meterse en los discursos oficiales. Penetrante y vaginizado al mismo tiempo. El recorrido literario de Abyecta tiene que ver con el recorrido de las mujeres por una subjetivización política y creativa. Prostituta abyecta porque rearticula la objetivización literaria que es aun más abyecta. Mujer que no sólo se presenta como sujeto sino como dispositivo social. Luego esta mujer también participa de una contingencia bélica y se declara poeta desde su triple anclaje subjetivo.

No obstante, una vez que accede totalmente al contrato cultural le es inculcado que también ser mujer es pertenecer a los paradigmas femeninos de la esposa o la dueña de casa. Tal como tiene la posibilidad de salir al espacio público esta supeditada a la caverna de la Sibila en Cumas desde donde profetiza su propia tragedia. Si al inicio su voz era la del coro de las lamentantes ahora es la protagonista de su propia representación y de su lucha material y simbólica.

Esta noche
llegarás a casa de madrugada, borracho y gritando
derribarás la puerta de una patada mientras yo
me reviento llorando.
Una vez adentro me amenazarás con el cuchillo
carnicero, me obligarás a desvestirme y riendo me
mostrarás desnuda y agarrada desde el pelo a tus
amigos...
(A:62)

Este sentido histórico literario de la voz y el cuerpo poético se ve reforzado por el uso de los tiempos pretéritos, presentes y futuros. Cuando el tiempo es la escenografía de una guerra cotidiana y vieja. Por esto digo que de estas constelaciones de poetas asiduos a las drogas y al alcohol y sus relaciones con las mujeres mediatizadas por el goce sexual unipersonal es que este libro abre las entradas a otros imaginarios y se visibilizan los poetas que se pelean a las putas. Profetas que son putas. Putas que son profetas. Putas que son poetas, pero además queda claro que sus subjetividades son móviles y que son posibles las fugas de estas.

El carácter visual de los poemas deviene cinematografía dado por los personajes las situaciones y las escenificaciones. Película que significa piel sin aberturas se contrapone a los túneles somáticos de su propio cuerpo. De esta visualidad en movimiento los colachs son una pequeña cartografía en que se ve a la mujer descuartizada por el panóptico, la virgen con monedas y joyas, un indígena mestizo feminizado convertido en ludus, taladros, botellas, lombrices y otros objetos falotizados. Escribir es placer y fatalidad en todos sus sentidos y este es en último caso lo que queda después de la burla paródica y desesperada por un espacio dentro de la literatura con la lengua afuera y los calzones abajo. Es el conflicto de fuerzas por desnaturalizar y culturizar su cuerpo mediante la hipérbole sexual recurriendo a los diagramas del placer normativizado. Los textos radicalizan en extremo la instauración de las estructuras cognitivas en la mujer de ser deseable y deseosa.

Abyecta y perversa porque perturba el círculo-orden de hombres poetas. Abyecta y perversa como una estrategia política, pues en la abyección real no hay lenguaje ni discurso, es decir, la abyección no habla de sí, al igual que la locura jamás se mira a sí misma.

Kristeva señala que en francés la palabra "perversión" es homófona a "pére-version", es decir, a padreversión. Desde estas versiones del padre en los tres momentos de la literatura es desde donde grita y gime Abyecta. Penetrando sus discursos y sodomizando su patriarcado de acero. Y cito para terminar:

METERÉ MI DEDO SODOMITA POR TU
ANO VIRGEN. LO METERÉ HASTA EL FONDO,
SIN CONTEMPLACIÓN NI VASELINA, CON
UÑAS, ANILLOS Y TODO...TALADRARÉ COMO
UN ENANITO VIOLADOR MIENTRAS TE
RETUERCES DE DOLOR
(A:59)

 

 


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Placer y fatalidad escrito en mujer.
(Presentación de Abyecta (Al Margen editores) de Elizabeth Neira Calderón).
Por Héctor Hernández Montecinos
13 de marzo de 2003.