El
título de este volumen -una nominación nada estridente ni publicitaria
y más bien modesta- encierra parte de la personalidad del autor,
nacido en Viña del Mar en 1937 y fallecido en santiago en 1985: la
variedad temática de sus crónicas corresponde exactamente a la
multiplicidad de intereses que
presidió la vida de Cristián Huneeus. Y ello no sólo se refleja en ese
constante vaivén entre el paisaje urbano y el rural (Santiago, Nueva
York, la Ligua, Londres) que aparece en los artículos aquí contenidos,
sino también en la mezcla entre la vida académica e intelectual, y
aquella dedicada a los afanes laborales, sobre todo
agrícolas.
Así las cosas, en muchas de estas páginas el
articulista asume temas complejos y especializados de la literatura y
el arte, como la creación novelesca de Lezama Lima, la antipoesía de
Nicanor Parra o las polémicas en torno al erotismo y obscenidad, por
ejemplo, y simultáneamente se desenvuelve con la misma competencia
hablando de los sinsabores de la faena campestre, haciendo la
descripción de algún altercado entre artistas nacionales o evocando
algún recuerdo de juventud. Las crónicas corresponden a las revistas
"Cormorán", "Mensaje" y "Hoy", y a los diarios "La Tercera" y "La
Razón, Vocero de la Provincia de Petorca". Su participación en este
último fue curiosa: Huneeus nunca hizo mucho aspaviento de ella, no
porque considerara indigna dicha escritura -al revés, le concedía
tanta importancia a un pequeño diario regional como a una revista
internacional-, sino porque pensaba que no tendría ni eco ni
trascendencia: para él se trataba de textos de urgencia. La
reproducción hoy día de dichos artículos desmiente aquella creencia:
son artículos valiosos, humorísticos y reflexivos relativos a cierta
tipología de lo nacional y de sus protagonistas más característicos.
El mundo microscópico y aldeano narrado allí traspasa las fronteras
del espacio y del tiempo, y se aprecia hoy con renovada
sorpresa.
Novelista y cuentista (Cuentos de cámara, Las dos
caras de Jano, La casa en Algarrobo, El rincón de los niños, El verano
del ganadero) y profesor universitario, Cristián Huneeus fue también -
a partir de finales de los 70- pequeño empresario agricultor en la
zona centro norte. Sembrador, administrador, cosechador y
comercializador de frutos diversos, su actividad estuvo siempre
inficionada de literatura, continuando con la tradición de algunos
escritores chilenos afincados en el campo. Muchos textos de aquellos
años así lo reflejan, sobre todo estas crónicas publicadas en revistas
y diaros nacionales entre 1969 y 1985. Pero el autor no se conforma
con el registro de cierto hábitat o con la descripción de tipos
humanos, árboles o flores, sino que conecta dichos temas con la
herencia literaria, con libros y con escritores de antes y de ahora.
Igualmente, no escabulle temas espinudos de la vida chilena de
aquellos años, sobre todo los relacionados con las políticas
económicas agropecuarias del régimen militar.
Pero bajo su
aparente dispersión, estas páginas están sostenidas por un hilo común:
la mirada del cronista, su punto de vista para relacionar elementos a
primera vista sin conexión entre sí. Aquí, Huneeus parte de una
observación lingüística recogida en el campo o de la particular
belleza de ese árbol conocido como ilang-ilang, y desde allí construye
un pequeño universo de reflexiones y conexiones con otros mundos y
otros ámbitos. Su prosa posee cierta tersura y sencillez que concita
la inmediata cercanía con el lector; no nos abruma con citas
académicas, pero tampoco se deja seducir por el lugar común más
evidente. Al revés: su faena es ponerlo en evidencia, sobre todo aquel
más arraigado en la costumbre nacional. Como dice Roberto Merino,
prologuista de esta recopilación, "El Huneeus de las crónicas es un
autor con el que uno puede establecer una inmediata intimidad, y al
que hay que agradecerle algunas cosa: su humor; su inteligencia, que
compromete la nuestra; y su prescindencia de énfasis y de
ideología".
Artículos de Prensa (1969 -
1985)
Cristián Huneeus
Recopilación de Daniela Huneeus y Manuel
Vicuña
Dibam/Lom Ediciones, Santiago, 2001.
158
páginas