Crimen
No fue sino un
puñadito de ternura ensangrentada lo que entre
seis maderas despintadas ofrendaron a la
memoria.
De Bagdag y otros poemas, Editorial
El Taller del Poeta, Galicia, España.
PREGUNTAS
Por qué azul se duele la inocencia.
Por qué agudos
metales desteñidos se mueren sin saberlo los de
abajo.
Por qué gris destierro que no acaba muerde su
impotencia cada regreso.
Por qué bandera sobre Medio
Oriente la codicia más voraz se enseñorea.
Por qué
amarillos intersticios llueven cuchillos y lamentos y
estertores.
Por qué Dios la pura savia del planeta se ha
vuelto trágicamente oscura.
Por qué mordeduras, hordas,
maldiciones, el mundo ha extraviado la hombría.
Por qué
impunidad el imperio blande, multiplica la muerte a su
antojo.
Por qué treinta dineros un incesante coro alaba
cada dictadorzuelo.
Por qué furtiva vocación reptante los
hermanos ofrecieron las espaldas.
Por qué Supremo Tribunal la
masacre es amparada en la Ley del Más Fuerte.
Por qué
razón la minoría gobierna para un selecto club de cajas
fuertes.
Por qué se roban el destino del mundo. Por qué
todos nosotros, ahora nada
Todas las mujeres
(Hecha para mis brazos, Pablo
Neruda.)
Mágica cadera
lunar lleva una morena de cintura de mimbre y de uva negra. Me
mira por piedad, desde su altura me mira por milagro y yo la
miro, y va llena de tus ojos.
Encendida y
frágil en su indiferencia con llamas en el pelo y en la
boca va la mujer ensanchando la vereda con una corriente de
rosas desaladas. Deja en su aroma tu nombre de bosque como una
cinta de pétalos y tréboles.
Entonces una
espiga, una fina lentitud de oro se aproxima. En el cereal de
su rostro la acuarela de la tarde trae tus mejillas, la aurora
que tiñe el aire que respiras.
Todas las
mujeres, obstinadas, llevan tu vestido, tu cadencia, la
hondura del crepúsculo imantando mis ojos extraviados, el
corazón perdido.
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