Proyecto 
      Patrimonio - 2007 | index |  Juan Ignacio Colil  | José Ángel Cuevas | Autores |
     
     
     
    
    
    
    
    Presentación Novela “LOU” de Juan Ignacio Colil
      Novela ganadora del Primer Premio de novela MAGO Editores   2007
  
    Presentación realizada por el poeta José Ángel Cuevas.
    0ctubre 2007. Feria del Libro
    
    
     
Colil: El arte de atrapar al lector. Acá se  trata de mover un escenario, manejar el escenario como un instrumento musical y  sacarle melodías, llevar al que toma el libro a pasearlo. Este primer escenario  es la conocida Plaza Italia, el personaje es un tipo ex estudiante del  Pedagógico y eso a mí me conecta de inmediato, y me llegan oleadas mentales de  los años que pasé allí en el período de las grandes esperanzas, como decía un  rock antiguo. Pues bien, esa conciencia me subyuga, comienza el hado, lo  extraño, lo soñado. Un tipo llama para hablar con el protagonista a las tres de  la mañana y él acude a su casa. El relato se mueve con fuerza, se desplaza como  un sueño pero lleno de sentimientos, sospechas, decisiones, que son tan  chilenas, tan actuales.
  
  De pronto entiendo que Colil es un tipo  perfecto para moverse en el cine, va dejando caer cosas, escenas. Le sabe dar  velocidad, belleza y lo mejor el manejo del suspenso., ¡es notable como  mantiene atrapado al lector, uno va decodificando, si, pero de pronto resulta  que todo era otra cosa.
  
  La reflexión del protagonista está llena de de  suposiciones, exactamente como se presenta en la conciencia actual; por ejemplo  recuerdo que el escritor Hernán Valdés, autor de “Tejas Verdes”, dice que él no  volvería a Chile porque no sabría si en el Metro va sentado junto a un  torturador…, claro, y eso es lo que pasa aquí. Y ¿quién no piensa eso mismo, a  veces cuando va en el Metro?, porque es evidente que deben andar en la calle  esos miles y miles de hombres y mujeres con su pasado sucio. Como si nada.
  
  El protagonista es un investigador, tiene una  misión, es contratado y echa a andar sus búsquedas, los seguimientos tras su  objetivo. En este caso la hija de su cliente y amigo llamada Lou.
  
  Aquí uno se detiene  y piensa en los seguimientos, yo mismo  escribí un poema sobre los seguimientos … cuando uno siente que lo van  siguiendo.
  
  Otras escenas se recrean con finura y el  detalle muy poético o antipoético entre las personas, sus relaciones… Ensarta  una historia en otra, de pronto uno va por un lado, pero se transfigura y se ve  metido en otro lado. Recuerdo pasajes de Kafka en “América”, perdido al interior  de una casa en la oscuridad.
  
  Siempre presente para el lector está como fondo  la relación del protagonista con ese ex amigo Armando, y un recuerdo de algo  que les sucedió en los años ochenta: Son detenidos una noche por agentes de  civil y como de refilón ven que dentro del auto había una muchacha de unos  veintidós años con los ojos vendados, esa imagen permanece dando vueltas.
  
  Como digo lo que más me gusta en Colil es el  arte de sacar situaciones, departamentos, mujeres, casas donde se enseña yoga,  reiki, hierbas, incorporar el hecho de venir de los años ochenta, ese mecanismo  que funciona encima, esa amistad que no es tal. El problema que hay al escribir  sobre la realidad social e histórica chilena es que se habla sobre algo ya  sabido por el lector, esto juega en contra del escritor, si es que no sabe  construir con imaginación, arte literario. Porque de eso se trata, de trabajar  sobre un imaginario y transformarlo en arte.
  
  Y eso es lo que pasa aquí.
  
  La historia es cuasi cuasi policial, desde aquí  va emergiendo el Chile de hoy : los típicos mentirosos, cínicos, usadores de  personas, pero más aún, se logra conectar con la realidad, el ensamblaje, el  desplazamiento, el manejo del suspenso; y otros mecanismos, e imágenes; como  una jornada preciosa acompañado por un mendigo recorriendo Santiago y hasta se  topa con la revolución pingüino. Santiago es un personaje  más que principal en la novela, y que mejor  para mí que soy un buscador incesante de la fuerza urbana de la ex ciudad. 
  
  En definitiva “Lou” me ha encantado. Y en dos  planos: me ha hecho ir con el protagonista    por el barrio Yungay, meterme en esos cités, convivir con esa manera de  ser joven hoy, meterme en su mundo, de una nueva forma; y segundo: hacerme leso  varias veces, sorprenderme. Este aparecer y desaparecer hace de Colil una  especie de mago, pero con este material chileno de hoy ¿qué más se puede  pedir  a un escritor?
 

 
Juan Ignacio Colil en letras.s5.com