José Ángel Cuevas lanza la reedición de su libro "Introducción a Santiago"
"Me gustaría que Puente Alto entero se fuera a la cresta"
Por Alfonso Cortínez T.
Las Ultimas Noticias. 18 de febrero de 2008
El poeta, residente
en esa populosa
comuna, relee con ásperos
sentimientos su obra
publicada hace
veinticinco años.
"Yo soy el que escribió ese puto poema a esta ciudad baja y miserable", dice José Ángel Cuevas al revisar retrospectivamente, a un cuarto de siglo desde su publicación en 1982, su Introducción a Santiago, uno de los hitos en la producción literaria de este poeta insustituible en la poesía chilena de las últimas cuatro décadas.
El poema, en el que Cuevas recorre palmo a palmo la ciudad de su vida, acaba de ser reeditado por Ediciones Balmaceda Arte Joven, en un volumen que, con el subtítulo "25 años después", es a la vez, un singular experimento poético: además del texto original corregido por el escritor, incluye una especie de "'secuela'' del mismo, escrita bajo la perspectiva del tiempo transcurrido, y una tercera sección compuesta por los trabajos de doce poetas, de entre 18 y 23 años, resultado
de su participación en un taller realizado por el autor de Adiós, muchedumbres en Balmaceda 1215, entre abril y junio de 2007.
Escrito entre 1979 y 1981, Introducción a Santiago es un poema de largo aliento, hecho fragmentariamente a partir de apuntes tomados por el autor en sus interminables caminatas por la ciudad. En esa época, Cuevas era profesor en un liceo de La Cisterna y, al salir de clases, marchaba por la avenida La Feria rumbo a
San Joaquín, Franklin, Matta, Estación Central, Quinta Normal: literalmente, hacia donde lo llevaran los pies.
"Caminando era libre", señala en nota preliminar a esta remozada versión, aludiendo al hecho de que cada paseo y cada lugar visto le daban un espacio de libertad ("algo en qué afirmarme"), un poco de aire mental y, también, recuerdos que sirvieran de salvavidas entre la ciudad vigilada, las paredes con oídos y "la voz del director facho" resonando en el liceo donde trabajaba.
El resultado fue este "poema romántico'', como lo llama Cuevas. En él, casi no hay rincón de la ciudad que quede sin ser mencionado, lamentándose a veces por los "barrios decapitados" o encontrando chispas de vida en las calles: "Yo pienso en todo cuanto existe entre Mapocho y Franklin (Balmaceda murió en esa casa de Amunátegui y O'Higgins se fue al exilio caminando por San Pablo)". Asi, construye una particular épica urbana de lo íntimo, lo citadino y lo monumental mezclados, con un tono en que se alternan el odio y la nostalgia sin transiciones. "Santiago es esto", dice, "y también lo otro./ Es Chillán entre Avda. Matta y Franklin/ Londres entre Seminario y Los Leones".
A veinticinco años de esos recorridos desolados, Cuevas mira con ásperos sentimientos la ciudad de su poema. Escribe: "¡Ah! Me gustaría que el Metro desapareciera./ Que todos los provincianos se fueran a sus provincias/ y se acabara la Población Nocedal/ Carol Urzúa/ La Legua/ La Pincoya/ Santa Adriana/ Puente Alto entero se fuera a la cresta".
A fines de los setenta, Santiago "estaba lleno de manchas de sangre y vino", pero no habían llegado los narcos ni su cola de lumpen. "Odio al lumpen con todo el corazón/ gritan ¡Aúa! ¡Aúa! ¡Aúa!/ al amanecer van con sus escopetas hechizas/ mierda/ bacán".
Talleres de reciclaje
En el taller que dirigió José Ángel Cuevas en Balmaceda 1215, los poetas participantes desarrollaron un proyecto de escritura de textos sobre el tema de la ciudad de Santiago, haciendo su propia reescritura o reciclaje de Introducción a Santiago, aunque también tuvieron en cuenta otras obras, como La ciudad, de Gonzalo Millán, y El Paseo Ahumada, de Enrique Lihn. El experimento tiene como precendente el de otro taller, también de Balmaceda 1215, que se dedicó a fines del 2003 a reescribir el Canto general, de
Neruda, bajo la guía de Javier Bello, lo que culminó en el libro Desencanto personal, publicado al año siguiente.