En una entrevista que le hizo la revista chilena Rocinante (número
38, diciembre 2001) al escritor chileno Ariel Dorfman, y hablando
sobre su última novela "Terapia" (mayo 2001), manifestaba
lo siguiente: "Toda la gente que ha leído mi última
novela después de lo de la Torres Gemelas, me dicen que cómo
pude anticipar el dilema norteamericano en función de que por
la bondad de tu propio bien tú intervienes la vida ajena, en
este caso en una familia latinoamericana (la de la novela de Dorfman),
pero podría ser afgana o musulmana también."
La novela de Dorfman tiene como protagonista a un poderoso dueño
de una transnacional global que cae en una crisis mental y necesita
atención siquiátrica. Pero, en las propias palabras
de Dorfman, la crisis de Graham Blake quiere decir "que `Terapia´
tiene que ver con la tentación del poder manipulando vidas
(lejanísimas en el globo) hasta que el delirio del poderoso
(es decir Blake o las transnacionales globales) se enfrenta al saber
que esas vidas tienen nombres y no son números". O que
las inmensas ganancias de los dueños de transnacionales globalizadas
se basan más que nunca en la miseria ajena que ocurre en otras
partes del planeta.
Es decir, "Terapia" -por ese significado que es
la propia historia de Blake- habría sido una anticipación
reflexiva e imaginativa a la destrucción terrorista a las Torres
Gemelas en Nueva York el 11 de septiembre de 2001 porque la novela
nos alerta sobre los efectos humanos negativos en otras partes del
planeta a causa de la globalización. Principalmente, dice Dorfman,
"...la lectura (de `Terapia´ también va por el lado
de que éste ha sido un golpe al predominio de una cultura que
arrasa sobre otra que se resiste. Este mundo abierto y global
no lo es tanto como dicen las
multinacionales".
Que haya sido la novela de Dorfman una anticipación o no
al ataque terrorista en Nueva York es algo que tiene que dilucidarse
también sobre cierto análisis intelectual que ha ocurrido
con posterioridad al 11 de septiembre de 2001. Una de las posiciones
-y creo que es la del propio Dorfman y de allí que él
vea su novela como anticipatoria a los sucesos terroristas en Estados
Unidos- es que el ataque a las Torres Gemelas fue una respuesta a
la globalización salvaje que
ocurre en el mundo donde más del 70% de la población
mundial está marginada a causa de ese modelo.
Esta interpretación la recalcó -y se ha extendido
entre otros intelectuales y analistas por el mundo- el presidente
del Banco Mundial James Wolfensohn quien el 13 de octubre de 2001
decía en Washington: "Este 'único mundo' global
que vivimos es tan interdependiente que la pobreza en otro continente,
a miles de kilómetros, puede significar la muerte de los que
viven en países desarrollados. Lo que ha quedado evidente el
11 de septiembre es que la miseria en un lugar del mundo se trasladó
en forma violenta al Primer Mundo."
Sin embargo, Noan Chomsky llamó aquella interpretación
"una pura especulación intelectual" porque él
creía- antes del 11 de septiembre- que Osama bin Laden y su
organización terrorista Al Qaeda (La Base), la que organizó
y ejecutó el atentado a las Torres Gemelas, jamás oyeron
hablar de la "globalización" y que su causa era esencialmente
anti-norteamericana. Ellos quieren luchar como sea -principalmente
a través de actos terroristas- contra la presencia imperialista
en el Oriente Medio que ha sido la causa principal de la opresión
contra el mundo palestino-musulmán por parte de Israel, apoyado
militarmente por EE.UU.
Razón fue teniendo Chomsky a medida que avanzaban los meses
después del 11 de septiembre a través de sus análisis
en diversas entrevistas que concedió a partir del aquel "martes
negro". Incluso los distintos videos de bin Laden, comprueban
hasta hoy día, que los terroristas de Al Qaeda para nada protestan
contra el aspecto negativo de la globalización. Además
nunca -según Chomsky- han mencionado esa palabra en ninguno
de los videos que han suministrado al canal árabe de Qatar,
"Al Jazeera". Más aún, en un vídeo
de noviembre de 2001 se enorgullecía que "los 19 jóvenes
musulmanes hubieran hecho temblar al imperio norteamericano".
Todas esas entrevistas donde Chomsky demuestra un impresionante caudal
de información difícil de contradecir fueron
publicadas por la editorial "Seven Stories" (la misma editorial
que le publicó "Terapia" a Dorfman) en Nueva York,
noviembre 2001, con el título 9-11 y que rápidamente
fuera traducido y publicado en España en 2002.
Pero el análisis que me parece más convincente en
mi opinión, por sus brillantes conexiones imaginarias de cómo
una obra artística intuyó lo ocurrido en Nueva York
es el que en octubre de 2001 (y publicado en el New York Time) hizo
uno de los más renombrados arquitectos norteamericanos y profesor
de la Universidad de Yale -Alexander Gorlin-. Relacionó la
película de Stanley Kubrick "2001:Odisea en el espacio"
(1968) y la destrucción de las Torres Gemelas. Película
que para aquella época (su primera exhibición) fue considerada
como una visión humana sumamente pesimista presentada a través
de una extraordinaria imaginería tecnológica. La naturaleza
destructiva del ser humano fue una constante en todas las películas
de Kubrick y la mantuvo aún más viva en su último
proyecto (en manos de Steven Spielberg), "Inteligencia Artificial"
(2001).
En la película "2001...", según Gorlin,
hay un tema clave en la historia y es aquel largo monolito negro como
un misterioso y liso objeto tecnológico que aparece millones
de años atrás en la tierra, antes del "homo sapiens",
en la etapa animal del ser humano, y luego otra vez en el año
2001 en la luna, indicando sus señales de radios hacia el planeta
Júpiter, destino del último viaje de los astronautas
en la película. También Gorlin establece otra conexión.
Es con aquellos huesos (húmeros) donde los primates -al comienzo
de la película "2001..."- descubren que pueden usarlos
como armas para matar al otro (o a los otros). Luego de asesinar,
un primate lanza al aire
aquel hueso y éste se transformará en la nave espacial
del film que tendrá la misma forma de aquella arma primitiva.
Lo que sugiere es que aquel descubrimiento (ese objeto como arma mortal)
ha sido esencial en la evolución del mono en un ser humano.
Gorlin dice también que la similitud de la forma (nave espacial
semejante a la forma de un húmero), junto a la relación
de la "primera arma" con la idea de la tecnología
y el vuelo, conecta de esa manera la película "2001..."
con los sucesos de septiembre de 2001 (el titulo del film y el año
de caída de las Torres es otra coincidencia sorprendente).
Es decir, los terroristas usaron dos aviones de una manera similar:
los transformaron en instrumentos de destrucción humana. Al
igual que los hombres primitivos del film de Kubrick , los usaron
como dos huesos gigantes para demoler las dos torres causando una
muerte multiplicada por miles.
Pero otra conexión aún más sorprendente que
establece Gorlin respecto al film de Kubrick es la siguiente. En los
meses que siguieron al 11 de septiembre, las ruinas humeantes de las
torres estaban rodeadas por una arquitectura que parecía resguardar
esa destrucción y que en proporción y color eran casi
idénticas a aquel monolito de la película "2001...".
Todos esos elevados edificios adyacentes al nivel cero (Ground Cero)
eran... monolitos planos y negros como el edificio "Liberty Plaza"
de estructura rectangular; el edificio del "Banco Alemán",
o el "Hotel Millennium" que es un edificio
de vidrio negro alto y de forma afilada. Todo muy parecido a la escena
cuando los astronautas en la luna miran aquel monolito negro. Sin
embargo en el film, el astronauta más viejo, es transformado
por aquel monolito en un embrión que vuelve a la tierra: una
metáfora que significa restauración y renacimiento de
la humanidad. "Como Nueva York", termina el análisis
de Gorlin
Respecto a la novela de Dorfman, no es la primera obra artística
que anticipa los efectos negativos de la globalización
en países del tercer Mundo porque no es tampoco reciente el
debate intelectual sobre ella ni menos aparece por primera vez a causa
de los sucesos del 11 de septiembre. Por el
contrario, se ha venido discutiendo durante todos los 90. A nivel
internacional fueron los zapatistas en Chiapas los primeros ( y esto
hay que destacarlo) quienes en 1996 realizan una crítica al
nuevo sistema mundial en el "Primer Encuentro Intercontinental
por la Humanidad y contra el Neoliberalismo".
Por otro lado, es bastante amplia ya, a partir de los comienzos
de los noventas, las expresiones artísticas que han estado
discutiendo el nuevo contexto mundial, incluso a partir de la caída
del Muro de Berlín en 1989; por ejemplo en la pintura, en la
poesía y narrativa más joven, en el cine, en
la música ya sea desde el Primer Mundo o desde el Tercero.
En música, raperos, metaleros, punks, han encontrado en la
postura zapatista anti-globalización su inspiración.
Quizás sea "Manu-Chao" con su CD -"Próxima
estación ...Esperanza" (2001)-, que ha vendido millones
de copias, el ejemplo más destacado de lo que digo. También,
sobre el lado oscuro de las maquiladoras en la frontera México-Estados
Unidos, el excelente CD de la mexicana Lila Downs, "Border/La
línea" (2001), es otra evidencia dentro de la música
popular latinoamericana.
Lo cierto es que sí hay obras que intuyeron sucesos futuros
-especialmente de carácter científico- como ciertas
obras de ficción de Julio Verne. Dibujos de Leonardo Da Vinci
anticiparon también cierta tecnología del futuro. O
la novela de George Orwell, 1984. Y respecto a un ejemplo histórico,
en la mitología azteca se sabía que su Dios "Quetzalcoatl"
regresaría por el Este. Códices aztecas dibujados en
1503 ya lo anticipaban. De allí que Hernán Cortés
(al que los indígenas confundieron al comienzo con aquel Dios
que regresaba) se aprovechara en parte de esa leyenda para conquistar
y destruir una de las maravillosas ciudades prehispánicas,
construida en una islote en medio
del Lago Texcoco, rodeada de jardines flotantes, y que impresionaba
"por las grandes torres y edificios que tenían dentro
del agua", según escribió el soldado de Cortés
y cronista español Bernal Díaz del Castillo.
Era la gran ciudad de Tenochtitlán. Sitio que en nombre de
"la única civilización y verdadera religión
del mundo" Cortés en 1521 terminó de destruir con
trece barcos a punta de cañonazos demoliendo para siempre aquellas
"otras torres" porque practicaban allá, básicamente,
una religión
sanguinaria y costumbres culturales inaceptables.
El derrumbe de las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001 en
Nueva York no hizo sino confirmar que cierta historia pasada de la
humanidad - y donde la creación artística si bien no
predice nada pero sí es capaz de intuir a veces el porvenir-
puede volver a repetirse en el futuro sin importar de qué lugar
del planeta venga la destrucción.
Algunos siguen interpretando que aquella catástrofe correspondió
a un choque de civilizaciones (principalmente por perspectivas occidentales),
pero sus motivos ideológicos de esa interpretacion -según
Chomsky- son bien precisos: despreciar a los que son "diferentes";
mantener una lucha antiterrorista sin contemplación por todo
el planeta (así justificó Bush la invasión a
Irak);
no hablar mucho del lado negativo de la globalización; y acallar
los resentimientos anti-norteamericanos dentro y fuera de los EE.UU.
Javier Campos es escritor y academico
chileno en EE.UU. Su reciente libro de
cuentos La mujer que se parecia a Sharon Stone, Ril editores, obtuvo
mencion
honrosa en el Premio Municipal de Literatura 2004.