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Los millones ocultos del ex -dictador


por Javier Campos

 



El destape o posible evidencia de una millonaria cuenta del ex –dictador Pinochet –desde cuatro a ocho millones de dólares- comenzó a conocerse por la investigación en Washington hace unos días. “Repartidos en cuentas personales y corporativas. Según el informe del Senado, el Riggs tuvo a Pinochet como cliente, sabiendo de quién se trataba, pero no ejerció su obligación de exigir los formularios de información llamados "Know Your Customer" (Conozca a su cliente), requeridos por los estatutos sobre lavado de dinero”, informaba El mostrador, a través de Roberto Castillo, el 15 de julio.

El banco Riggs habría jugado con los dineros del general para ocultarlos o no se supiera públicamente que pertenecían a él a través de una complicada y secreta manipulación de números y nombres. Un laberinto de claves para poner al General en su propio y asegurado (laberinto) de millones de dólares y nadie supiera cómo desarmar la complicada madeja La familia del General niega otra vez que hubiese una fortuna amasada, oculta por el mundo. Quizás el banco Riggs mismo, probablemente, le aseguraría secretamente que no se preocuparan porque “nuestros expertos ocultarán la fortuna del General”.

Un Banco –en este caso el Riggs- como parece quedar demostrado, poco le importa de donde venga ese dinero. Menos si fue robado (o no) a miles de gente en Chile mismo y luego re-invertido para llegar a la fabulosa cifra de 4 u 8 millones de dólares. El Riggs, como cualquier banco, baila en un pie si un cliente deposita tan fabulosa suma. Ya se sabe como funciona la banca, las inversiones, o la riqueza de unos pocos para aumentarla a niveles insospechados sin saberse nunca por qué caminos se fue ese dinero para crecer fabulosamente luego en la cuenta corriente secreta de, en este caso, el ex dictador.

El dictador corrupto, envuelto en su propio laberinto, ha sido tema en mucha de nuestra literatura en América Latina. Pero el dictador que se arranca o oculta millones de dólares para vivir tranquilamente ha sido poco, o nada, escrito. Léanse las novelas sobre dictadores y todos terminan degradados al final de sus días. El famoso Coronel Buendía de la novela de Garcia Márquez, “El Coronel no tiene quien le escriba” es un pobretón que espera una cartita con una esperanzada jubilación de mierda. Sin embargo, hay ejemplos reales como Batista, Trujillo que arrancaron con sus cuentas bancarias al exilio (Estados Unidos).

El reciente caso en Nicaragua del presidente Arnoldo Alemán es bueno recordarlo. Éste expresidente, que no fue militar pero en todo caso viene a ser lo mismo pues la ambición de amasar ilegalmente una buena fortuna, a expensas del pueblo empobrecido, la hacen por igual o los dictadores o los dirigentes políticos corruptos (Chile no se escapa a estos casos según recientes juicios a politicos por corrupción).

Pues en diciembre de 2003 la justicia nicaragüense condenó a 20 años de prisión a Arnoldo Alemán por lavado de dinero y otros delitos de corrupción cuando fue presidente de Nicaragua (1997-2002). Una vez me decían, en 2001, en la misma Nicaragua, que Alemán había aumentado su cuenta corriente de 50 mil dólares (durante sus años en la presidencia) a varios millones de dólares. Era vox populi pero no se sabía qué hacer para parar su corrupcion a vista y paciencia del pueblo de Nicaragua. Pero al fin la justicia llegó en ese país y lo puso en la silla de los acusados con el resultado final de diciembre de 2003.

Mi punto, como seguro ya muchos piensan lo mismo, es que si bien Pinochet puso a andar en Chile la maquinaria de la economía neoliberal global a niveles no visto antes en la economía del país (léase el buen libro de Patricio Navia, Las grandes Alamedas), el general tampoco quiso (o le aconsejaron) terminar sus vidas (la de él, la de su esposa, la de sus hijos e hijas, la de sus nietos, bisnietos, tataranietos, yernos, etc.) esperando una miserable carta de jubilación con una cantidad de mierda (como en la novela de García Márquez).

El general, es lo que uno supone lógicamente con lo descubierto recién en Washington y lo del Banco Riggs, es que el ex dictador quería terminar sus días viviendo mejor que el resto del chileno medio. Mejor que el resto de la clase media. Y mucho mejor que los ricos de siempre, esos que por generaciones han tenido (pensaría el general en su laberinto) siempre una mejor vida. “¿Por qué no yo?”, “Por qué no dejar asegurado para siempre el futuro de mi estirpe”, de seguro cavilaba el General mientras veía también que con su modernización de Chile otros se enriquecerían. “¿Por qué no también yo?”

Ojalá que la justicia de Chile –como la justicia de Nicaragua hizo con el ex –presidente Arnoldo Alemán- aclare totalmente la fortuna que se dice posee el ex –dictador.

Cualquier país, sus ciudadanos, necesitan saber también esta verdad de aquel general en jefe que a parte de mentir sobre las violaciones a los Derechos Humanos, ahora miente ante una fortuna que amasó silenciosamente, secretamente, al amparo de ocultas inversiones que la misma globalización le puso ante los ojos y no pudo dejar de caer en la tentación.


*Javier Campos es escritor y académico chileno residente en EE.UU. Su reciente libro de cuentos "La Mujer que se parecía a Sharon Stone", sobre “latinos” en EE.UU fue publicado por RIL editores.

 

 
 

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Javier Campos: Los millones ocultos del ex-dictador,
por Javier Campos, julio de 2004.