Fue una sorpresa encontrarme recientemente en un congreso de literatura
en la Universidad de Iowa, Estados Unidos, en julio de 2002, frente
a frente, con intelectuales, poetas y escritores cubanos jóvenes.
Dos residiendo aquí y otros dos que venían directamente
de Cuba y luego del congreso se regresaban a su país. Conversé
mucho más con el investigador y poeta Jesús Jambrina
quien hace dos años vive en Estados Unidos. Jambrina tiene
37 años. Es periodista graduado en la Universidad de la Habana.
Entre 1994 y 1998, trabajó en el periódico El Habanero
donde fue editor de la página cultural así como del
suplemento cultural Tertulia H. Luego pasó a la revista Revolución
y Cultura en la cual fungió como jefe de redacción.
Como investigador literario Jambrina ha presentado en La Gaceta
de Cuba varios textos inéditos del escritor cubano Virgilio
Piñera acerca de quien prepara un libro de ensayos. Desde su
llegada a Estados Unidos también ha ofrecido charlas y conferencias
sobre cultura contemporánea en Cuba y también sobre
literatura homoerótica en la isla. Jambrina igualmente ha publicado
poesía en diversas revistas, incluida Casa de las Américas,
así como en antologías del género. Actualmente
es estudiante graduado en la Universidad de Iowa, Estados Unidos.
El lector de esta entrevista, ya sea el joven escritor, el no tan
joven, el intelectual o el político, podrá sacar sus
propias conclusiones, pero una cosa me pareció muy cierta después
de esta conversación: no estamos ante una situación
cubana parecida a 1959, ni a los 60, 70 u los 80. Las nuevas generaciones
de escritores, intelectuales jóvenes, analizan de otra manera
su propio país, especialmente después de la caída
del campo socialista y la acelerada globalización del mundo.
Ciertamente con una crítica mucho más fuerte, mirando
de otra manera la revolución. O como dice Jambrina directamente:
"una de las grandes paradojas de la revolución cubana
es que prepara a los ciudadanos para vivir en un mundo que no es el
que su sistema político promueve".
Finalmente le pedí a Jambrina que hiciera una propia antología
personal de poetas cubanos (que en estos momentos están llegando
a los cuarenta años). El seleccionó a diez. La breve
antología va incluida al final de la entrevista que fue la
última pregunta que le hice. Me pareció necesario, luego
de hablar sobre el contexto cubano y la inserción de sus jóvenes
escritores en la situación que hoy vive la isla, hiciera también
una breve antología de poetas que actualmente viven dentro
como los que viven fuera de Cuba. La antología pudo ser mucho
más extensa, pero por razones de espacio no fue posible agregar
más poetas. Sin embargo la apretada selección que hizo
Jambrina es una muestra muy representativa de lo que él conversó
conmigo en la entrevista. Es decir, como el mismo Jambrina afirma:
"yo diría que la gran mayoría de los escritores
cubanos de hoy residentes en la isla narran la tragedia existencial
del país, unos más directamente, otros de forma más
sofisticada, pero todos la representan con sinceridad".
Como epígrafe el lector reparará que he puesto un poema
del mismo entrevistado. Poema que le escuché en una lectura
que hicimos juntos en la Universidad de Iowa en julio de 2002. El
poema de Jambrina se debe leer también como parte de la antología
incluida al final de la entrevista.
También a ellos le debemos la muerte,
a sus largos cantos y desgarramientos,
a sus amores y sueños;
también a ellos que pretendieron
endulzar los temores
y noche a noche encendieron la bujía.
A ellos, vampiros, asesinos, voyeuristas espirituales,
Premios y Galardones, poetas.
("Poética", Jesús Jambrina)
-¿Cuál fue tu motivo para no regresar a Cuba?
Yo me quedé en Estados Unidos porque para dejarme venir
a la conferencia a la cual estaba invitado en el 2000 -por la "Asociación
de Estudios Latinoamericanos (LASA)- se me exigió renunciar
a mi puesto en la revista "Revolución y Cultura"
donde trabajaba. La dirección de dicha publicación en
una maniobra al estilo de los años 70 me prohibió viajar,
yo me quejé a las autoridades correspondientes en el Ministerio
de Cultura y éstas, inicialmente, apoyaron la decisión
de la jefatura de la publicación e incluso manipularon durante
un tiempo mi solicitud de visa avalada por la Asociación Hermanos
Saíz (AHS) a la cual yo pertenecía. También hice
saber a los organizadores de LASA 2000, quienes financiaban mi viaje
y necesitaban una respuesta en fecha límite, que estaba imposibilitado
de salir del país. Afortunadamente, no sin esfuerzos personales
y de otros amigos, todo se aclaró y pude participar en el evento
al que había sido invitado en Estados Unidos. Fue durante el
evento que supe acerca de la posibilidad de solicitar a la Universidad
de Iowa lo cual hice en tiempo record, fui aceptado y comencé
en el programa en el otoño de ese mismo año. Como vez,
fueron muchas las razones que influyeron en que tomara la decisión
de permanecer en este país.
-¿Entonces, no te consideras propiamente un exiliado cubano
en Estados Unidos?
Yo no me considero propiamente un exiliado puesto que mis razones
básicas para vivir fuera no fueron las políticas. Tengo
desacuerdos con el gobierno cubano, pero frente a la imposibilidad
cívica y la desconfianza hacia la diferencia ideológica,
en Cuba aprendemos a proyectar dichos desacuerdos y a convertirlos
en gestos más o menos simulados lo cual es todo un modo de
vida en el que las personas se apoyan unas a otras secretamente. Es
una articulación sociocultural compleja que enseña a
vivir dentro del discurso hegemónico, imbricado con él,
pero sólo nominalmente, sin tomarlo al pie de la letra y evadiéndolo
cada vez que se puede. Yo me considero un emigrante cubano como otro
cualquiera, con toda la carga económica y política que
ello conlleva y también con las muchas ventajas que ello trae,
especialmente en el campo de la educación. En el mundo de hoy
tener educación es un privilegio y los cubanos llegamos a cualquier
parte del mundo con ese tema adelantado lo cual nos permite integrarnos
rápidamente en cualquier país. Una de las grandes paradojas
de la revolución cubana es que prepara a los ciudadanos para
vivir en un mundo que no es el que su sistema político promueve.
No sé cómo se va a resolver eso, en todo caso yo soy
uno más de los muchos que le está sacando ventajas a
dicha contradicción.
-¿Cómo es la relación que puedes tener tú,
que ha decidido dejar la isla con aquellos dos cubanos que vienen
de Cuba a hablar de literatura, poesía? Me refiero a los que
conocí en la Universidad de Iowa ahora en julio: Roberto Zurbano,
vicepresidente de la Union Nacional de Escritores y Artista de Cuba
(UNEAC), y el poeta Juan Carlos Valls. ¿No se produce un cortocircuito
entre Uds., es decir que pueda existir dos formas (o a lo mejor no
hay conflictos) de ver Cuba en estos momentos?
Mis relaciones con Zurbano y Valls son excelentes pues los conocía
desde Cuba y tenía relativo contacto con ellos. No sé
si te comenté que después que me gradué de periodismo
en la Universidad de La habana, en 1994, trabajé en un periódico
que se llama El habanero a través del cual viajaba con frecuencia
a Guines, el pueblo de donde es Valls mientras que a Zurbano lo conocía
porque él era el presidente de la Asociación Hermanos
Saíz (AHS) en la provincia de la Habana. En el año 1998
pasé a trabajar a la revista Revolución y Cultura, pero
seguí en comunicación con ellos, especialmente con Zurbano
quien entonces ya era el vice presidente de la Asociación de
Escritores de la UNEAC. En general, hasta ahora, no he tenido mayores
dificultades con los antiguos conocidos que he visto en los últimos
dos años y medios, aunque siempre te encuentras con personas
que no te tratan igual por haber decidido vivir fuera de Cuba, y particularmente
en Estados Unidos. Personas temerosas casi siempre que porque aspiran
a ocupar u ocupan posiciones de poder dentro del sistema institucional
prefieren cortar la comunicación con alguien que vive fuera.
Pero la verdad es que no las culpo. Mi tesis en la escuela de periodismo
fue acerca de la simulación en la vida nacional y haciéndola
aprendí que bajo determinadas circunstancias la simulación
es un mecanismo psico-social de defensa tan válido como cualquier
otro, entonces a este tipo de personas hay que entenderlas como parte
de un contexto específico donde se penalizan ciertas posiciones
sociales, luego dichas actitudes no deben ser culpadas a priori. Yo
las perdono.
-¿Sigues el diálogo con gente en Cuba o aquello
se cortó para siempre?
Por mi parte, he seguido el mismo diálogo con los amigos y
no creo que mi lugar de residencia cambie mucho las cosas en ese sentido,
especialmente en el mundo contemporáneo donde la comunicación
y el movimiento de personas, incluso desde Cuba, es mucho más
fluido que hace 10 o 20 años. No sé si sabes que en
Estados Unidos es ya muy normal la visita de escritores y artistas
cubanos lo cual permite que la distancia entre ambos países
sea muy relativa. Para ponerte el ejemplo sólo de Iowa City,
desde hace 2 años y medio que es el tiempo que llevo aquí,
no han dejado de pasar por la ciudad poetas y escritores residentes
en Cuba: en Octubre del 2001 se realizó un evento sobre la
cultura en la isla al cual asistieron, entre otros, Antón Arrufat,
Premio Nacional de Literatura, Maggie Mateo, profesora universitaria,
Reina María Rodríguez, tal vez la poeta más premiada
de la literatura cubana contemporánea, Pedro de Jesús
López, uno de los escritores jóvenes más transgresores
dentro de su generación. Igualmente, asistieron intelectuales
cubanos residentes fuera como Román de la Campa, Rafael Rojas
y Ruth Behar, entre otros. El poeta Norge Espinosa, a quien te mencioné
hace un rato, pasó 8 meses en el International Writing Program
(IWP) y después como escritor en residencia auspiciado por
la Universidad de Iowa, en Agosto de 2002, estará llegando
al mismo programa Antonio José Ponte, otro de los jóvenes
escritores, sin contar las presentaciones musicales de Cubanísmo
o el Buenavista Social Club. Es decir que la comunicaciones entre
Estados Unidos y Cuba son mucho más fluidas y, bueno, eso hace
que los emigrantes no nos sintamos absolutamente desconectados de
nuestra matria para decirlo con la palabra que usa Rolando Sánchez
Mejías, otro poeta cubano, pero residente en Barcelona.
-¿Por qué crees tú que puede quedarse aún
en Cuba el escritor, por ejemplo, Pedro Juan Gutiérrez (con
novelas como "El rey de la Habana", "Trilogía
sucia de la Habana", "Anclado en tierra de nadie:, "Animal
tropical") cuando el mundo narrado de él muestra una Habana
casi en ruinas, parecida a una ciudad medieval arrasada por la pobreza,
el sexo casi animal, el hambre y otras lacras? ¿Por qué
no lo publican en Cuba, pero sí en España?
Yo no podría responderte por Pedro Juan Gutiérrez,
cada cual tiene sus razones tanto para quedarse como para irse y esas
razones pueden ser tan diversas como los seres humanos mismos. No
creo que este autor sea el único que cuenta el paisaje de la
crisis, yo diría que la gran mayoría de los escritores
cubanos de hoy residentes en la isla narran la tragedia existencial
del país, unos más directamente, otros de forma más
sofisticada, pero todos la representan con sinceridad. Pedro Juan
tuvo la suerte de encontrar un editor en el momento justo que, además,
lo descubrió como autor literario incluso para las editoriales
cubanas puesto que él era conocido como periodista de la revista
Bohemia, pero su trabajo de ficción y su poesía se conocían
poco, yo diría que nada para el gran público. Tengo
entendido que en Cuba, luego de su éxito internacional, se
le publicó un libro de cuentos, pero todavía no sus
novelas ¿por qué? No lo sé, como te dije, mucha
de la literatura que se publica hoy en el país refiere los
problemas de la crisis, quizá, eso sí, no tan crudamente
como lo hace Pedro Juan, al menos en sus dos primeras novelas. Como
sabes, él practica lo que se ha dado en llamar "realismo
sucio" y como Zoe Valdés, tiene descripciones consideradas
espurias y soeces y no creo que ni las editoriales ni las instituciones
culturales estén preparadas todavía para permitir ciertas
crudezas literarias, aunque algunas revistas se han atrevido a publicar
textos altamente transgresores. Mi opinión es que cada vez
más la censura ideológica en sí tiene menos espacio,
pero todavía resurge en la defensa de la moral ciudadana, las
tradiciones culturales y la historia del país, aspectos todos
que en tiempos de crisis son, precisamente, los más cuestionados.
- Cintio Vitier ganó recién el Premio "Juan
Rulfo" 2002 en México, ¿qué te une a ti,
como generación de escritores jóvenes cubanos, a él,
a su poesía, a su actitud política, ideológica?
Me une a Cintio Vitier su pasión poética, su respeto
por el acto poético, su dedicación a la literatura,
pero me separan de él algunas de sus posturas críticas,
cierta concepción maniquea acerca del deber ser, el espíritu
y la carne, el bien y el mal, la poesía y la historia. Cintio
es defensor de una idea de la
cultura donde sólo tiene completa cabida lo que él considera
afirmativo para el sujeto, es un representante cubano de ciertas zonas
del discurso hegemónico occidental donde el deber ser implica
la anulación de los conflictos de sexo, raza y religión,
donde el sujeto sea cual sea su género, raza y fe debe convertirse
en hombre o mujer heterosexual y cristiano/a para acceder al paraíso
celestial, donde la justicia está limitada a algunos valores
dentro de la tradición judeo-cristiana, pero no a otros relacionados
con el devenir moderno. Sin embargo, y aquí se nos presenta
una de las contradicciones dentro de los procesos culturales, en el
contexto de la revolución cubana, el catolicismo le permite
a Cintio Vitier mantener una postura crítica hacia las instituciones
seculares y a él los jóvenes intelectuales cubanos le
debemos cierto cuestionamiento de las consignas revolucionarias, cierta
llamada de atención sobre los excesos unanimistas, el respeto
idílico por la libertad política y la constante motivación
por las circunstancias nacionales. Cintio es un patriota en el sentido
martiano de la palabra, mantiene un constante amor por el prójimo
donde quiera que este se encuentre, especialmente dentro de Cuba,
y estimula la vocación universal, confía en ella como
aliada de la inteligencia. Todos estos son valores éticos que
son vitales en el mundo global en el que vivimos.
-¿Estiman los poetas, artistas jóvenes como tú,
al poeta y ensayista, Roberto Fernández Retamar quien es y
ha sido y es una de las figuras más representativa de la cultura
cubana desde la revolución ?
Con la poesía de Retamar no siento afinidad particular,
aunque sí creo que tiene textos antológicos, especialmente
en sus primeros libros: "Nosotros los sobrevivientes/¿A
quiénes debemos la sobrevida?/¿Quién se murió
por mí en la ergástula?/¿Quién recibió
la bala mía,/La para mi, en su corazón?/ Sobre qué
muerto estoy yo vivo..." En este poema que cito, por ejemplo,
no me interesa el sentido de culpabilidad, la fatalidad de sentirse
disminuido frente al hecho revolucionario. Creo que ese tipo de sensibilidad
terminó apoyando la idea del intelectual como sujeto pequeñoburgués
y por lo tanto prescindible a nivel público en medio del proceso
revolucionario. Ahora, como sí aprecio a Retamar es como el
gran ensayista que es, creo que es una de las mentes más lúcidas
en esa dirección, aunque también debo reconocer que
no comparto todos sus puntos de vista. Es un escritor exquisito y
su ojo para la poesía es privilegiado. Te confieso que acepté
publicar unos poemas en la revista "Casa de las Américas"
por la sola idea de que Retamar leyera algunos de mis textos, su aprobación
para que se publicaran, sin conocerme, es uno de los mejores estímulos
que he recibido.
-¿Hay entre la poesía joven, la escritura cubana
actual, alguna temática recurrente?
Desde mediados y finales de los 80 la poesía cubana ha venido
girando hacia preocupaciones más personales, es decir, el contenido
social que todo texto poético puede tener comenzó a
originarse a partir de los conflictos existenciales del creador y
desde ahí irradiar hacia el espacio público. La revolución,
parafraseando una famosa frase de Reina María Rodríguez,
pasó a ser una cuestión personal. Como sabes, la poética
revolucionaria exigía que lo individual estuviese subordinado
a lo colectivo, el poema debía representar, más o menos
fielmente, la voz del pueblo. Sin embargo, cada vez más el
sujeto mismo, sus contradicciones privadas han venido ganando terreno
en los textos y gracias a ello hoy podemos encontrar una variedad
temática bastante amplia en la poesía y la literatura
cubana en general. Por ejemplo, ya es normal leer no sólo poemas
aislados sino libros completos de sensibilidad homoerótica,
autores como Norge Espinosa, Nelsón Simon, José Félix
León o Juan Carlos Valls, a quien conociste en el Congreso,
publican sus libros sin dificultad alguna y aunque sí deben
enfrentar todavía a nivel individual los prejuicios heterosexistas
ya estos últimos no están institucionalizados por decreto
como lo estuvieron hace 30 años . También son mucho
más abiertas las referencias a los temas raciales, los códigos
expresivos han variado en este sentido y son representadas las problamáticas
en esa dirección. Estoy pensando en los textos de Ismael González
Castañer o Rito Ramón Aroche, aunque ellos trabajan
sobre la base de una fuerte teorización post-estructuralista
y no sé si sus textos son verdaderamente comprensibles más
allá de las élites intelectuales. Pero en todo caso
son temáticas que están ahí. Debo aclarar que
estas son opiniones que estoy ensayando a partir de mi propia experiencia
como lector y no debes tomarlas categóricamente; estoy seguro
que un estudio más sistemático podría darte más
elementos sobre esto que te digo y descubriría otros también.
-¿Qué piensas de la poesía y escritura de
la diáspora, es decir, cómo se va a resolver el problema
de integrar esa producción ¿Se la publica en Cuba, digamos
en los medios más oficiales o de más circulación?
Por una parte creo que esa poesía representa una línea
de fuerza que gravita sobre la escrita en Cuba en la medida en que
incorpora un conjunto de experiencias distintas y por otra todavía
no puede decirse que reciba en las editoriales cubanas la importancia
que merece en relación a su público natural que sería
el habitante de la isla. En mi opinión, en esta dirección
se abren también una serie de posibilidades para el estudio.
Debo aclarar que cada vez más autores del exilio y la diáspora
en general encuentran espacio en las instituciones culturales cubanas,
pero ese es un camino que sólo está empezando y creo
que en el futuro dinamizará la actividad poética y la
cultura cubana en general.
-¿Crees tú que hay ahora (o habrá) una fuga
más intensa de intelectuales, escritores cubanos?
Desde finales de los ochenta, cuando la vanguardia artística,
especialmente los pintores, comenzaron a ser autorizados para salir
de gira por el exterior, pasar temporadas completas e incluso residir
fuera, se ha hecho muy común que algunos intelectuales se establezcan
en otros países, al principio sucedió con México
y España, pero ahora puedes encontrarte artistas y escritores
cubanos en decenas de países, excepto Estados Unidos, viviendo
con el famoso Permiso de Residencia en el Exterior (PRE), algo que
también pueden hacer los ciudadanos normales que consigan un
permiso de trabajo fuera o simplemente tengan quien los financie.
Bajo este Permiso, siempre que estas personas no se afilien con organizaciones
desafectas a la revolución o simplemente no critiquen demasiado
la política cubana, se puede ir a la isla a visitar a la familia
y se conserva la nacionalidad sin problemas, es decir, los derechos
universales de la ciudadanía sólo son respetados si
se aceptan las reglas del control estatal, si en algún momento
haces algún tipo de declaración o cometes algún
devaneo ideológico, entonces te castigan no dejándote
entrar al país por el tiempo que ellos decidan. ¿Tiene
esto algún sentido? No me parece, pero ellos dicen que sí
y saben que la gran mayoría debe aceptar este pacto si quiere
regresar a Cuba algún día. No es justo.
-¿Qué ha sido para ti vivir en EE.UU, en las "entrañas
del monstruo?
Para mi vivir aquí está siendo una experiencia de
aprendizaje en la medida en que puedo comparar entre lo que se nos
ha dicho sobre Estados Unidos en Cuba, lo que uno mismo ha leído
por su cuenta, más el testimonio de familiares y amigos que
han vivido en este país por más de 50 años. Todo
eso me brinda un arsenal de referencias que sólo yo puedo articular
en mi cabeza. Básicamente siento que está surgiendo
un hombre nuevo, alguien que estaba encubado en mi pero que no había
tenido la oportunidad de expandirse plenamente. No es que yo no me
haya sentido libre en Cuba ni mucho menos, si oficialmente fui considerado
"no confiable", como me dijeron en la dirección de
la revista donde trabajaba, fue precisamente porque traté de
ser lo más consecuente posible con lo que yo creía y
expresar algunas opiniones. Cuando digo que surge un hombre nuevo,
me refiero a que en este país he tenido la oportunidad de dedicarme
por completo a lo que me interesa y vivir de eso honestamente, saber
que mis opiniones políticas no van costarme un viaje al extranjero
o un puesto en la Universidad. Suma a eso que hasta puedo ser más
solidario económicamente con mi familia y mis amistades en
Cuba lo cual me hace sentir particularmente bien pues sé que
mi ayuda resuelve problemas concretos a personas concretas que además
son de mi afecto inmediato.
-¿Entonces te consideras privilegiado vivir en El Primer
Mundo?
Sí claro, sé que todo esto es un privilegio por
haber caído en un país del primer mundo y precisamente
por ello me doy cuenta de cuán absurdas son algunas de las
concepciones económicas cubanas así como las medidas
norteamericanas contra el libre comercio con la isla o la prohibición
a viajar a Cuba a los ciudadanos norteamericanos. No estoy seguro
de que el gobierno cubano ni el de los Estados Unidos tengan voluntad
política real para servir a las relaciones normales entre ambos
países y en el medio estamos nosotros, los ciudadanos comunes,
los norteamericanos porque no pueden ir a Cuba legalmente y los cubanos
porque no podemos salir y entrar libremente a nuestro país
sin pasar por los miles de controles visibles e invisibles que se
nos pone cuando queremos hacerlo. La realidad objetiva es que unos
y otros, los norteamericanos y los cubanos, somos rehenes de las políticas
de ambos gobiernos. Viviendo aquí me he dado cuenta de esos
"detalles" que no los habría sabido de no haberme
convertido en un emigrante.
-¿Qué importancia sigue teniendo (o no tiene ninguna
ya) para las generaciones como la tuya, para los jóvenes escritores
y artistas cubanos, la figura y el legado del "Che Guevara"?
Pienso en su conducta revolucionaria de los 60's, que aun la revolución
levanta como un símbolo intocable, y por otro lado aquel legado
quizás utópico de sus escritos como el "socialismo
y el hombre nuevo".
Yo no sabría decirte exactamente cuál es el significado
que pueda tener la personalidad del "Che" para los escritores
jóvenes cubanos, mi percepción general es que a diferencia
de ser como él, como se nos hacía repetir a todos durante
la escuela primaria, la mayoría de los intelectuales jóvenes
cubanos han escogido ser como ellos mismo y no como el "Che"
o cualquiera de los líderes históricos de la revolución.
Hay un verso famoso de Norge Espinosa (que incluyo en la antología
al final de esta entrevista) que dice: "Yo no necesito la gloria
de estos mártires". En general creo que ha sido una característica
de las nuevas generaciones marcar una raya entre esas figuras heroicas
y ellas mismas lo cual, en mi opinión, es saludable. Al "Che"
se le recuerda, entre otras cosas relativas a la cultura, como el
hombre que culpó a los intelectuales cubanos de no ser suficientemente
revolucionarios, demostrando así su desconocimiento de la tradición
literaria del país donde figuraban no ya escritores y artistas
honestos y partidarios de la revolución, sino autores comprometidos
con el socialismo y comunismo probablemente mucho antes de que al
propio "Che" le pasaran por la cabeza esas ideas. También
se le recuerda por haber censurado al embajador de Cuba en Argelia
a principios de los sesentas por tener en su biblioteca personal un
libro de Virgilio Piñera, ejemplar que extrajo del librero
y lo lanzó contra la pared exclamando: "Y este maricón
qué hace aquí". Creo que ambas anécdotas
son sintomáticas de cómo pensaba el "Che"
Guevara de los intelectuales cubanos de su época. En lo particular,
veo al "Che" como parte de un momento histórico altamente
contradictorio que todavía estamos asimilando (ojalá
que) críticamente; encuentro en sus trabajos escritos el testimonio
de un poseso político, de un hombre deseoso lo mismo de amor
que de violencia (justa si es que la violencia puede ser justa, lo
cual personalmente no creo). Es decir que, en cierto sentido, el fantasma
del "Che" recorre la historia y desde ella se mueve en la
escritura como una realidad que podemos disimular, pero no evitar.
Yo por mi parte he preferido exorcizarlo en ese verso que no se si
recuerdas de la lectura que hicimos juntos en la Universidad de Iowa
(julio 2002): "un niño se enamora en silencio de la foto
del Che".
-Alguna izquierda nostálgica no sólo de América
Latina sino de otras partes del mundo, aún defienden a Cuba
como si fuera 1959 o los 60, los 70. ¿Cuál es para ti
alguna apropiada manera de solidarizar con Cuba en este Tercer Milenio
donde no existe ya ningún campo socialista y donde la globalización
es lo dominante?
La ayuda a Cuba pasa por una reconstrucción responsable
de la historia de la revolución desde el punto de vista de
sus contradicciones de lo contrario se corre el riesgo de cometer
los mismos errores nuevamente. Hay que pensar en qué está
pasando con los prejuicios raciales, con los prejuicios sexuales,
los desniveles entre las ciudades y el campo lo cual ha generado un
flujo migratorio interno creando serias diferencias sociales. El principio
de la salud y la educación gratuita sin dudas es algo importante
que ninguna mente racional puede negar, pero no es el único
principio que los seres humanos necesitan para vivir una vida plena.
No pueden seguir mencionándose sólo los aspectos positivos
del sistema cubano sin referirse a los negativos que también
existen. Es tiempo de que la izquierda asuma con responsabilidad esa
realidad. En la Universidad de La Habana estudié con algunos
militantes de izquierda de varios países latinoamericanos,
varios de ellos enviados por sus propios partidos, y en general teníamos
consenso en cuanto a la necesidad de renovar la mirada hacia Cuba
si se quería ayudar a la sobrevivencia de los proyectos de
la izquierda en el continente. Luego esa izquierda todavía
disciplinada por las viejas concepciones deben hacer filas con las
demandas de la multitud, como diría Toni Negri, y no continuar
anclada en posiciones verticalistas que respetan más la jerarquía
tradicionalista que las necesidades objetivas de aquellos que dicen
representar.
-¿Y el bloqueo a Cuba por Estados Unidos?
No lo apoyo. Creo que nadie que piense en las problemas diarios
de los cubanos de a pie puede apoyarlo. Otra forma de ayudar a esos
cubanos es contribuir al levantamiento del embargo a Cuba por parte
del gobierno norteamericano, así como permitir la libertad
de viajar de los ciudadanos de este país. Esto es algo que,
incluso, aquí en los Estados Unidos, según todas las
encuestas, la mayoría de las personas apoyan. Igualmente cada
vez más cubanos residentes en Estados Unidos desean que se
normalicen las relaciones entre ambos gobiernos y así se facilitan
mucho más los contactos y las comunicaciones entre ambos lados.
Así mismo, creo yo, habría que exigir al gobierno cubano
que flexibilice sus políticas con respecto a los cubanos en
el exterior. No sé si sabes que hay comunidades cubanas en
más de treinta países del mundo. No se les debe castigar
con impuestos astronómicos para poder entrar a su país
natal. No se le debe despojar de su ciudadanía ni de los pocos
bienes que haya podido dejar en Cuba. Estos son castigos por haber
decidido residir fuera del país. Se debe permitir a los familiares
cercanos viajar sin problemas a la isla, independientemente de sus
posturas ideológicas públicas, permitir que hijos y
padres se reúnan sin obstáculos y en fin asumir una
actitud civilizada frente a realidad de la emigración que es
uno de los rasgos característico de nuestro tiempo.
-¿Finalmente, podrías hacer una pequeña antología
personal de poetas jóvenes cubanos seleccionando un poema de
cada uno de ellos que para ti representan una forma de contemplar
Cuba hoy?
Es una tarea difícil porque, como sabes Cuba -y Chile también-
es tierra de poetas. Escogí estos textos porque son algunos
de los que recuerdo particularmente, ya sea por sus contenidos como
por sus formas. Algunos autores viven actualmente en la isla (Ismael,
Juan Carlos, Sigfredo, Ponte, Carlos Augusto, Omar Pérez y
Norge), y otros fuera de ella (Rolando, Damaris y García Montiel).
Debo aclarar que se quedan sin incluir muchos otros, pero no tengo
mi biblioteca a mano y además, según tus indicaciones,
debían ser textos relativamente cortos, entonces estos fueron
los que pude reunir. Están ubicados según la fecha de
nacimiento de los poetas.
ANTROPOLÓGICA
Rolando Sánchez Mejías (Holguín,
1959)
la carne de cerdo
te hizo daño
y anuló
el compromiso
no sé
si sabías que
los tsembaga de Nueva Guinea
en sus gestas
matan cerdos
y más cerdos
unas 15 000 libras
que luego distribuyen
ese día
los tsembaga
y los enemigos de los tsembaga
gimen bailan jadean
es decir ciclos
de paz y de guerra
sobre
montañas de cerdos
te contaba eso
para que supieras
cuánta economía
subyace
en el amor
EL TRABAJO DE FUNK
Ismael González Castañer (La
Habana, 1961)
Mi trabajo se pierde
como el trabajo de Funk,
Christian Funk, de Hamburgo, de Alemania.
Yo no quisiera, como no quiere ya un hombre
que se le caiga un vaso o le digan Llorar/
Llorar, porque ya ha muerto Tan'
- nuestra amiga cordial
e ingenua, no obstante no exenta
de nunas bellezas
Christian Funk, de Hamburgo, produce mensualmente
entre 25-30 esculturas labradas en el más puro
y transparente hielo. Claro que sus obras se derriten
pero como son expuestas en cabarets y en ocasiones
nocturnas por pocas horas, lo único que se pierde
es el trabajo de Funk
- Exacto - dijo Ofeliam-: el dulce trabajo
de la juventud.
TACHADO EN GÉ
Juan Carlos Flores (La Habana, 1962)
Arjuna, en el campo de batalla, antes de entrar en combate, viendo
entre los
enemigos a los más próximos sintió miedo
y quiso abandonar el campo,
para, retirado en los bosques, junto a los hombres castos, hacer
vida de
asceta. Un tiempo después, manifestado Krisna y revelándole
la única
misión digna de él, Arjuna, aún viendo entre
los enemigos a los más próximos,
volvió con alegría al campo de batalla. Muy escasos
cubanos, en
todos estos años, han tenido el valor de intentar lo que
intentó ese Arjuna.
LOS GOLPES
Emilio García Montiel (La Habana, 1962)
Hace ya mucho tiempo -ahora es muy difícil precisarlo-
yo descubría el mundo bajo el mismo cristal usado y
transparente con que se ve la gloria.
Nada pretendía y nada sucedió que no estuviera definido
entre el bien o el mal.
Yo imitaba a los héroes con la vieja confianza que da la
mansedumbre, con su oscura prudencia.
No conocía aún la insensatez de las muchachas:
si alguna noche imaginé o entendí algo, fue apenas
un rubor.
Yo tenía un pupitre, una voz agradable, una ciudad dispuesta.
Los maestros tocaban mis espaldas y decían: muy bien.
Todo era hermoso: desde el primer ministro hasta la muerte de
mi
padre.
Y perfecto, como debían ser los hombres y la Patria.
Pero eso fue hace tiempo -hace ya mucho tiempo- y
ahora me es difícil precisarlo.
LA HORA VIOLETA
Sigfredo Ariel (Santa Clara, 1962)
No tengo demasiado claro
lo que quiero, a veces
sábado o lunes mercenario
en la hora violeta puedo descifrar
una escritura, una mirada, un signo, más
no veo
demasiado claro nunca.
A veces hay un tronco para uno, un islote
un frasco para embotellarse
como el diablo convertido
en leche brumosa, pesada.
Un montón de pájaros, una hoja sin dibujo
creo ver. Pero no tengo
demasiado cerca lo que veo, encuentro
un agujero frontal, una empalizada rota.
A veces creo ver, a veces puedo
asegurar que he visto.
Pero no es cierto, nunca es
claro
ningún lugar preciso.
YO TAMBIÉN, BRUTUS
Carlos Augusto Alfonso (La Habana, 1963)
en arte en política o en deporte
yo puedo apasionarme como cualquiera
recostado a un poste esperar que bajen
esos seres próximos a una grandeza equis
criminales en potencia entrenadores talabarteros o
simples secretarias
cuyas iniciales coinciden
con el amigo personal de un césar
y con una cuchilla de imprevistos ajusticiarlos
como se desenrolla una bobina: con dedicación y
empeño.
VIDAS PARALELAS (La Habana, 1993)
Antonio José Ponte (Matanzas, 1964)
Se apaga un municipio para que exista otro.
Ya mi vida está hecha de materia prestada.
Cumplo con luz la vida de algún desconocido.
Digo a oscuras: otro vive la que me falta.
LA VICTORIA DE LOS DESOBEDIENTES
Omar Pérez (La Habana, 1964)
En la multitud
Un hombre ha pateado disimuladamente una paloma
Muchas veces antes de recogerla
Hay una sola vida y la envolveremos con escamas
Hay una sola vida y la envolveremos con las palabras de los otros
La palparemos disimuladamente varias veces
Antes de decidir que la queremos.
GENERACIONES
Damaris Calderón (La Habana, 1967)
...los que no se subieron a tiempo
en el tren de sus hijos
G.G. Márquez
Las viejas marionetas crujen.
Pero el polvo
no ha preservado el hilo
que quiso sostenerse sobre todo.
Ellas sobaron lentas constancias,
la procacidad del gesto que ofrecimos.
Ejercieron
su violencia de títeres.
Enmendaron la luz.
En un lazo de esperma
manaron herederos atados a la cuerda
palmoteando
la consabida danza de la especie.
Golpearon
sobre las puertas y nosotros,
desertores del carro de sus padres.
POEMA DE SITUACIÓN
Norge Espinosa (Santa Clara, 1971)
Yo no necesito la muerte de los mártires.
No necesito de sus rostros en la ira de la muchedumbre,
no preciso sus voces que golpean en la pancarta,
en los muros, en las redes, en las piezas de domingo.
No me hacen falta sus nombres,
la sangre en que crecieron.
Sus ojos, sus gritos, no son angustias para mí,
no son las furias que hierven en las manos de los otros.
me vale más saber que ellos rieron como yo,
que de mi edad sufrieron como yo ahora sufro:
Desnudo, Gris, Bebido e Insolente.
me vale más saber que somos gemelos de un tiempo
donde quizás sus mujeres lleguen a ser las mías
y podamos confundirnos en lo febril de las puertas.
Me vale más tenerlos como aporte de mis días,
como el almuerzo elemental gracias al que vivo,
y no en lo solemne, no en lo ya perdido,
donde ahora se pasean en un círculo de sombras
apuntalando con sus muertes la historia de un país.
Yo no necesito la gloria de estos mártires.
(julio de 2002)
*Javier Campos es académico y escritor chileno residente
en EE.UU