El
poeta olvidado
Por
Javier Campos
A E.J, quien sabe dónde
estará
Escribo tu nombre en esta biblioteca virtual de
Alejandría
y hay miles;
tu primer nombre es de millones,
tu
nombre y apellido juntos también es de miles;
y cuando escribo "poeta"
ante tu nombre
y tu apellido
la máquina entre billones de nombres
no encuentra el tuyo en ninguna parte
ni siquiera sabe que fuiste un
poeta de un pueblo
de mi país
que escribiste dos libros que nadie
te publicó,
o quizás era sólo uno, o probablemente ninguno
que
leías tus poemas en lugares que sólo interesaban a los poetas
o
cuando hace siglos los poetas eran queridos por las muchedumbres
pero de eso
hace ya mucho tiempo
nada dicen de ti en esta biblioteca cibernética
aún cuando tu nombre y tu apellido aparece miles de veces;
tampoco
hay referencia alguna que mencione que fuiste un poeta maldito
o quizás
eso fue una leyenda y eras realmente un poeta romántico
ni tampoco hay
información de que tenías un único abrigo gastado
y eras
pálido (o pálida) como la luna
menos que alguna vez fuiste
un guerrillero o guerrillera
y te metiste por meses o años en un selva
de
eso sí que nadie se acuerda en aquel pueblo
del sur de planeta
o
quizás aquello fue también una leyenda que a nadie importa
ni
siquiera hay una foto de ti
ni aquella al lado de un poeta famoso quien decían
era tu amigo
y cuyo nombre ya nadie tampoco recuerda
hermosa o bello te
encontraban las muchachas
y los muchachos adolescentes suspiraban por ti,
y
eso parece que era verdad
querido poeta olvidado
quizás aún
deambulas por el pueblo aquel, envejecido, o anciana,
con tu gastado abrigo
desteñido, solapas alzadas,
pelo encanecido, y tu bella sonrisa destruida,
con alguna cicatriz de una bala que recibiste
cuando vivías en
una selva, en una montaña,
cuando te enamoraste de una boina con una
estrella
ni siquiera la post modernidad (ni menos la modernidad)
se acordó
de ti;
quién sabe si en un par de segundos ahora aparezca tu nombre
y apellido
y quedes para siempre en esta biblioteca cibernética
a
lo mejor alguna muchacha (o algún muchacho) del futuro
encuentre tu
nombre
y sepa que fuiste una poeta pobre y olvidada,
o quizás
a esa muchacha del futuro (o a ese muchacho)
ya no le interesen ni los poetas
viejos
tampoco los poetas muertos, ni menos los poetas jóvenes,
o
quizás sí
porque hay que tener fe en el futuro
y aún
dentro de este paisaje virtual y cibernético
que rodea al Universo
tendrá
que haber en alguna parte del planeta
una muchacha (o un muchacho)
que volverá
a repetir la historia del poeta olvidado.
Poema
inédito de Javier Campos. Derechos reservados.