El
muro del presidente Bush
*Javier
Campos
El Mostrador, 30 de octubre de 2006
Antes
de las elecciones del 7 de noviembre se firmó rápidamente en Estados
Unidos, aprobada por el congreso y firmada por el presidente George W. Bush, la
"Ley del Muro". Era claro que el partido republicano, y algunos demócratas,
querían resolver de la manera más rápida el problema migratorio
de los 11 o 12 millones de indocumentados y dejar en el olvido para siempre una
reforma migratoria mucho más humana como dar permiso temporal a esos indocumentados.
De los trabajos y la importancia de esos millones de indocumentados en EE.UU.,
así como de la posible reforma "humanitaria" del presidente Bush
en ese entonces hablamos aquí en otra columna
el 11 de abril de 2006.
La
frontera entre EE.UU. y México es de un largo de 2.100 millas (3.300 kilómetros).
El 26 de octubre se firmó esa "Ley del Muro". Un muro que aún
no se sabe su altura ni el grosor ni tampoco de qué material sería
(puede que sea como el que divide Israel y Palestina). Se levantará en
el lado norteamericano en un largo de 700 millas (1.100 kilómetros) en
lugares que cubren California, Arizona y Texas, pero dejando 1.400 millas (2.200
kilómetros) sin ningún muro.
Tampoco se sabe con certeza en
qué partes de esos tres estados se construirá pero con seguridad
será un muro fragmentado. Lo que se dice es que la parte "sin muro"
sería un "muro virtual" con la más alta tecnología
de vigilancia las 24 horas del día. El costo de las 700 millas para su
construcción, aprobado por el congreso y firmado por el presidente George
W. Bush, se estima en 2.2 mil millones de dólares. O sea 3.2 millones de
dólares por milla (o 1.6 kilómetros). Lo que también se dice
es que no se sabe de dónde se sacará esa inmensa cantidad de dinero
pues ya EEUU. gasta billones cada mes como país invasor en Irak.
La
reacción del gobierno de México, el reciente gobierno electo (Felipe
Calderón), y el gobierno que se irá (Fox), reaccionaron de manera
similar. Dijeron que era una sorpresa y una medida inapropiada porque el gobierno
norteamericano se negaba resolver el problema migratorio a través del diálogo
entre ambos países. También los diarios de México han señalado
que con muro o sin muro
la gente encontrará alguna manera de pasar al otro lado y, lo peor de todo
esto, es que aumentarán las muertes en el intento de cruzar a EE.UU.
Ya
se sabe que han aumentado las muertes en estos últimos años por
la estrecha vigilancia de parte de patrullas inmigratorias estadounidenses. Los
que quieren cruzar, desde México, al ver cerrados los pasos tradicionales
de cruce (ciertos corredores en la frontera) parten a los lugares donde el riesgo
es mucho más alto de morir. Estos riesgos van desde la deshidratación
total al encuentro con animales peligrosos como víboras cascabel, alacranes,
arañas "viuda negra" que habitualmente están bajo huizaches
y arbustos, el monstruo de Gila que es un reptil muy venenoso, o el insecto "Matavenado"
de color café claro con un par de tenazas cuya picadura es mortal, este
insecto abunda en los sitios con sombra. Además de otros insectos que infectan
la piel.
Junto a lo anterior, las temperaturas por ejemplo en la región
desierta de cruce de Altar-Sasabe, el calor sofocante llega a los 31 grados centígrados
que entre junio y agosto sube a 48 o 50 grados. Para gente que viene de otras
partes de México, que jamás han experimentado esos cambios en su
cuerpo ni expuestos a esos animales, el cruce es un calvario si deben caminar
dos o tres días para llegar al lado norteamericano. Además de lo
anterior, es frecuente que "el pollero" o "el coyote" (los
que los ayudan a cruzar por una cantidad no baja de dólares) o los asalten
quitándoles su dinero que llevan consigo o los dejen abandonados en medio
de la nada.
Cada año cruzan 400 mil personas al lado norteamericano
por tanto el promedio de cruce cada día as altísimo. Cada año
570 mil mexicanos son deportados desde EE.UU. Desde 1995, cuando se puso en marcha
por EE UU. la "Operación Guardián", han muerto ya 3 mil
personas - muchos más que antes- al cruzar al otro lado desde México.
En EE.UU. hay enterrados cerca de 700 personas "no identificadas" que
murieron al cruzar la frontera.
Esta "Operación Guardián"
la puso en marcha el gobierno norteamericano aquel año. Es decir, cubrieron
rigurosamente los pasos de cruce tradicional hacia el lado norteamericano de tal
manera que la gente tuvo que desviarse. Para cruzar ahora tuvieron que hacerlo
por los desiertos y montañas del lado este donde las condiciones climáticas
y peligros, como mencionamos arriba, provocan cada día más muertes
a esta gente, generalmente muy joven, que lo único que desea es trabajar
y tener un futuro mejor. Además porque la economía norteamericana
los requiere y esta es la contradicción principal pues traerá un
mayor grado de tragedias al construir "El Muro".
Las remesas en
dinero que envían únicamente los indocumentados mexicanos desde
EE.UU. a su país llegan anualmente a la astronómica suma de 12 a
13 mil millones de dólares, la segunda entrada de dinero a México
después del petróleo. No sólo afectaría al instante
la economía norteamericana al eliminar esos 11 millones de indocumentados
que trabajan en EE.UU., sino igualmente sería una crisis si ellos dejaran
de enviar esa cantidad a México. Por tanto es un círculo en que
ambos países están envueltos y que no tiene una solución
fácil ni menos con la instalación de un muro en este momento.
La
construcción de un muro, haciendo mucho más difícil el cruce
a Estados Unidos, traerá un aumento de muertos. Eso es claro. Y es la parte
que los que aprobaron la ley en Estados Unidos no les interesó para nada.
Es decir, la preocupación de los derechos humanos de otras personas aunque
crucen ilegalmente a otro país para trabajar Por otro lado -y esta es la
parte importante también- que esos 11 millones de indocumentados son parte
fundamental en la economía norteamericana para que la mayoría ciudadana
legal de EE.UU. pueda vivir bien.
Por eso la construcción de "El
Muro" entre Estados Unidos y México es una pared, símbolo de
vergüenza y desprecio por la vida para cientos de miles de personas. Una
pared para parar a los indeseables que aunque vengan a trabajar en el lado de
"la civilización globalizada" como trabajadores baratos, y tengamos
servicios o productos en los supermercados a bajos precios, laven en las cocinas
de los restaurantes nuestros platos de un cena de una cantidad que podemos pagar
sin problemas, no merecen sin embargo el trato humano porque son únicamente
un par de brazos necesarios para que otros vivan mejor en "la tierra de las
oportunidades" del Primer Mundo.
Pero para los que cruzarán
de alguna manera cualquier muro y a cualquier precio hacia EE.UU. -porque el hambre,
el desempleo no tienen paredes que los atajen- el sueño americano será
siempre una pesadilla y para muchos será su muerte temprana entre los 15
y 24 años.
*Javier Campos: Es poeta, escritor.
Reside en EE.UU.