JULIO ESPINOSA GUERRA, IX PREMIO
HISPANOAMERICANO DE
POESÍA SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ
Por Cristián Gómez
O.
Hace poco se supo en San José, Costa Rica,
la noticia de que Julio Espinosa Guerra (Stgo., 1974) había obtenido
la novena versión de este premio otorgado por la Embajada de México
en Costa Rica, y auspiciado por Cemex.
La obra ganadora se titula escuetamente
NN, dos letras que en nuestro país tienen una historia conocida
y, por lo demás, trágica. Haciéndose eco de esa etiqueta
que alguna vez Jorge Montealegre utilizara para referirse a los poetas de su generación,
ahora Espinosa se apropia con felicidad de esta sigla, para desnudar a sus poemas
de cualquier aditamento que no contribuya a una suerte de esencialidad (aunque
no sea una poesía de esencialismos, sino cargada de historia, un habla
casi objetiva, pero que no deja de lado cierto dramatismo:
1983
Si
vienen preguntando por tu padre
tú no conoces a ese señor
Recuerdo
íntegra la frase
y recuerdo
el estremecimiento
Afuera
1983
Nunca
más
las palabras fueron lo mismo que hasta entonces
Y menos
la
realidad.
Anteriormente, Espinosa
había publicado tres o cuatro libros cuyas poéticas no compartíamos:
demasiada rosa, demasiado intimismo al que, como suele suceder en otros casos,
el lector asistía con la pregunta de cuál era el interés
que aquello podía suscitar más allá del lector.
Sin
embargo, con la publicación de Las metamorfosis de un animal sin paraíso
(2004) nos parecía que Espinosa había encontrado un punto de partida,
uno que ahora encuentra un derrotero eficaz en este NN, donde el dramatismo
del que hiciéramos mención más arriba no linda en ningún
caso ni con la autocompasión ni el melodrama.
Aun así hay
en estos poemas un estremecimiento, un impacto sobre el lector que parece indesmentible.
Este libro no se agota ni remotamente en la reflexión sobre su escritura
en particular ni sobre la poesía en general, como tampoco en el testimonio
de lo que fue vivir en dictadura en Chile. Una mezcla de eso y mucho más,
de experiencias cotidianas, de recuerdos más bien personales antes que
imbuidos de una épica de la cual el libro a todas luces descree, de perplejidades
que comparten tanto el hablante como el lector está hecho el fundamento
de este volumen. A continuación algunos de estos poemas:
V
Ser como el grillo
y su canto
Permanecer oculto
en las esquinas
de
la casa
y decir tanto
con tan poco.
II
En un extraño
proceso de metamorfosis
la lengua nos momifica
llenándonos la boca
de algodón
Taxidermistas de nosotros mismos
nuestros ojos son
las presas
alfileres
las palabras.
Sólo el que naufraga
y
sobrevive a esta red
sabe que hay otro reverso
acechándonos en el
reverso
de lo real.
*
Te metes en la bañera.
La palabra agua poco a poco te cubre hasta el cuello. Y allí permaneces
toda la vida. Hasta que la masa amorfa de tu piel se funde del todo, y la bañera,
y el agua.
*
Te metes en la bañera. El agua
caliente poco a poco te cubre hasta el cuello. Tomas el bisturí entre el
pulgar y el corazón. Cortas. Y allí permaneces hasta que la última
gota de tinta se mezcla con el agua.
*
Surcas el surco
que deja el agua
animal
que encuentra un charco
el año de sequía.
*
Abajo
del todo
el gran iceberg
Arriba
sólo su punta
y aún
así
estremece.
*
Tanto soñar con la otra orilla
tanta
cosa absurda
tanta palabra
para al final descubrir
que debajo del río
hay
otro río. Éste
imposible de cruzar.