"20
poetas mapuche contemporáneos"
por
Rodrigo Pinto
Revista El sábado de El Mercurio
El
autor de la selección tiene razón en que se trata de dos mundos,
y el interés principal
de la antología está en el registro
del encuentro y del desencuentro, así como en la forma en que muchos temas
son abordados de manera original, distinta, que denota aquella doble pertenencia.
Jaime
Luis Huenún (1967) es el autor de esta selección que oficializa,
por así decirlo, una tendencia que ya se hacía notar en su propia
poesía y la de otros escritores como Elicura Chihuailaf (no
incluido en este libro) y Leonel Lienlaf (1969): la vitalidad y la fuerza de una
poesía propia de la minoría étnica más importante
de Chile. Huenún convoca a poetas, hombres y mujeres y dentro de un amplio
rango de edad: Lorenzo Ayllapán (1940) es el mayor y Roxana Miranda (1982),
la menor. La inmensa mayoría nació en el sur; la excepción
es David Añiñir (1970), santiaguino.
Escribe Huenún,
en su breve presentación del libro, que "estas palabras se han soñado,
se han buscado y se han escrito en dos idiomas (el mapudungun y el español)
y en dos mundos (el mapuche y el chileno); ambos todavía no terminan de
encontrarse y de entenderse en plenitud".
Habría que matizar
un poco la primera parte de su afirmación. La mayoría de los antologados
escribe sólo en español y sus poemas fueron traducidos al mapudungun
por Víctor Cifuentes Palacios (1977), también presente en el libro.
El hecho puede leerse de diversas maneras; se puede discutir acerca de la hegemonía
cultural del español, por ejemplo, pero lo que es indudable es que la herencia
de la poesía chilena, presente en el uso de recursos tan asentados como
la rima, cierto tipo de estrofas, el verso libre, es mayor quizá de lo
que Huenún está dispuesto a reconocer. Esa herencia se expresa también
en la evidente influencia de Jorge Teillier y otros poetas del sur, que comparten
el espacio cultural y geográfico del mundo mapuche. Pero, por cierto, el
autor de la selección tiene razón en que se trata de dos mundos,
y el interés principal de la antología está en el registro
del encuentro y del desencuentro, así como en la manera en que muchos temas
son abordados de manera original, distinta, que denota aquella doble pertenencia
y la trabaja, según Huenún, mediante una intensa indagación
"en el sustrato lingüístico, histórico y ritual del pueblo
al que pertenecen".
En 2001 apareció en Chile un curioso libro
editado por Intemperie, Mar paraguayo, de Wilson Bueno, poeta que cabalga
en tres lenguas, o entre tres lenguas, el portugués, el español
y el guaraní, y con ellas expresa la condición mestiza de la cultura
latinoamericana, en textos notables por la naturalidad con que Bueno recoge, usa
y recrea materiales lingüísticos y culturales de las tres vertientes.
Esa búsqueda está comenzando en Chile. Un excelente ejemplo es David
Añiñir, que en poemas como "María Juana la mapunky de
La Pintana" usa el español, el mapudungun y la jerga urbana para escribir
su propia versión del mestizaje, el de la lolindia y la mapurbe.