Identidad para un chileno en Nueva York
Por Luis Valenzuela
La Nación, Domingo 25 de mayo de 2008
"El amante sin rostro". Jorge Marchant Lazcano.
Tajamar Editores. Santiago, 2008. 298 páginas. Narrativa.
¿Qué hace un chileno en Nueva York? La mayoría ser un extraño, pero el protagonista de esta novela intenta atar cabos para entender, buscar y confirmar una identidad personal y familiar. Matías Reymond es un joven escritor y guionista joven con una adolescencia lejana que viaja a Nueva York a tomar un curso de literatura. Allá se hospeda en casa de su tía Isabel, hermana de su padre, José Pablo. Mientras prepara el viaje se entera del retiro voluntario de monseñor Juan Bautista Reymond, su tío, a un monasterio para "vivir una vida de oración", o, como dice uno de los personajes, para empezar "una especie de muerte en vida". Así surgen dos temas centrales en la novela: la literatura y la familia.
La literatura la apreciamos desde el viaje como búsqueda de una experiencia "literaria"; pasa luego por las conversaciones entre Matías e Isabel sobre "Los hermosos perdedores", la única novela del protagonista, y luego masticando las continuas reflexiones que éste hace en torno a la obra de, entre otros, Rosamel del Valle, Augusto D’Halmar y José Donoso. De este último se perciben ciertos aromas bien desarrollados; por ejemplo, cuando aborda el tema de la familia, esa que se derrumba en "Coronación", esa que es alegoría del Chile de 1973 en "Casa de campo", o esa que pone el tema de lo prohibido en "El lugar sin límites", en la relación entre Isabel y el sacerdote Juan Bautista. Es en la familia donde germinan o desembocan los temas que la desestabilizan, pero que a la vez la sinceran destapando algunas hipocresías sociales: el divorcio entre Isabel y Bill con consecuencias para sus hijos, Ana Marie y Sandford ; el incesto en "Los hermosos perdedores"; la relación lésbica entre Ana Marie y Zoé; la renuncia a ser parte de la familia, por parte de Isabel al quedarse a vivir en Estados Unidos, y, por último, el tema de la renuncia de Juan Bautista Reymond a su condición y jerarquía eclesiástica, dejando velada su inclinación homosexual y el posible vínculo con casos de pedofilia, según las acusaciones vertidas por Romina Olivares, periodista que saca a la luz pública el caso del tío de Matías.
Habría que preguntar si funciona o no situar una novela chilena en Nueva York. El narrador dirá que en esa "ciudad desconocida", un extranjero como Matías podía "asumir un rol". Y al leer la novela se sabe que ese rol no es una mera excusa para situarse en un espacio globalizado, cosmopolita o cool; por el contrario, es una alternativa bien desarrollada al enfrentar, desde un allá, las cuentas pendientes que nacen acá, tomando la distancia necesaria para que la jugada sea pertinente.
Una crítica impresionista a esta novela diría: muy buena, o merece cuatro estrellitas. Pero estas líneas no tratan de eso: el gran valor de "El amante sin rostro" es su sólida construcción narrativa, en base a una estrategia inteligente y sencilla: abrir una historia con varias aristas también sólidas y luego ir alimentándolas, mostrándolas y escondiéndolas a la vez, mientras se mantiene al lector atento con la historia de Matías Reymond, este chileno en Nueva York.
