Días atrás, se realizó el encuentro La Región
XIV: el regreso de 12 poetas chilenos. Estoy claro que todo encuentro
público, evento o coloquio, puede y debe ser susceptible de
crítica, análisis, interpretaciones, en cuanto está
pensado hacia la comunidad y hacia quienes
la integran. ChilePoesía no es una excepción
y nunca hemos pretendido serlo.
Dicho esto me gustaría ahondar en algunas “apuestas” maquinadas
por un febril y narcisista poeta-periodista que alguna vez premiamos
por su obra en el Concurso Armando Rubio Huidobro que realizamos cada
dos años. ChilePoesía no tiene “rocambolescas desventuras”,
pues normalmente proyectamos los eventos “en tres o cuatro escenarios”,
entendiéndose por escenarios la parte política, cultural
y financiera, situaciones no fáciles de conciliar. Felipe Ruiz
debe saber lo difícil que es realizar un encuentro, puesto
que acudió a ChilePoesía y a mi persona en particular
para financiar en parte el Encuentro de poetas “Poquita Fe”. Ayuda
que le proporcionamos de nuestros fondos asignados por Chilectra como
auspiciador de ChilePoesía y que consistió en la suma
de $ 150.000 para la impresión del afiche del evento.
El estado, la empresa privada u organizaciones no gubernamentales,
no poseen proyectos culturales que pudiéramos llamar país;
es más, en términos generales carecen de ellos. Se deja
entonces a la iniciativa individual, de gestores culturales o instituciones
(corporaciones, fundaciones u otras), la posibilidad de idearlos,
financiarlos y realizarlos.
Para eso existe por ejemplo la ley de donaciones culturales. Desde
el año 2001, fecha que realizamos el primer encuentro internacional,
se nos ha tildado por el Instituto Libertad de Renovación Nacional
de execrar a nuestros adversarios (es decir a ellos) al bombardear
La Moneda con poemas, hacer lecturas y homenajes a las víctimas
de la represión militar en Villa Grimaldi; sectores de centro
de apoyar culturalmente a la izquierda, la izquierda de ser unos vendidos
al gobierno. Lo único que hemos hecho y somos responsables
es de recuperar el espacio público y la poesía para
la gente, ir con poesía a 8 cárceles del país,
hacer lecturas en más de 10 ciudades del país desde
Antofagasta hasta Punta Arenas, utilizar el metro de Santiago y sus
trenes en movimiento como soporte de lecturas y de hacer participar
a más de 130 poetas extranjeros, nacionales y regionales con
nuestros programas.
El emplazamiento, al cual alude el “alumno empresario poeta”, no
es contra personeros estatales del ámbito de la cultura (aunque
haya nombrado a un par, implícita o explícitamente),
si no hacia la institucionalidad cultural –en especial el consejo
del libro-, su transparencia, elección de jurados y criterios,
que no permite una limpieza en la asignación de fondos y en
un sistemático nepotismo y “amiguismo” que debe terminar.
El emplazamiento alude a reformular, repensar y crear las garantías
para que todos los “eventuales postulantes” a fondos concursables
tengan la misma oportunidad -y estos no se conviertan en la “rueda
de la fortuna” para unos pocos-, sobre todo si sus proyectos son de
valía. Es necesario un verdadero debate al respecto y crear
una instancia no pública de supervisión, asignación
y seguimiento, que dé garantías a todos. Estableciendo
la posibilidad de impugnar o recusar incluso la designación
de quienes (jurados nominados) deben dirimir, llegado el caso. Pues
es una rotación constante de los mismos jurados o personas
en beneficio de grupos y no de obras o proyectos de excelencia.
Ese es el punto. O creen normal y podemos enumerar casos
por doquier, por ejemplo: que el jurado de eventos de los fondos concursables
del consejo del libro (versión 2004) Poli Délano, Rodrigo
Pinto y Antonio Ostornol asignen a Letras de Chile (una institución
seria) alrededor de $ 15.000.000, por el proyecto “Al Sur de la Palabra”,
Encuentro Internacional de Escritores, que se realiza entre el 26-29
de enero de 2005 en Puerto Montt y entre los panelistas y participantes
del mismo estén los miembros de Letras de Chile Antonio
Ostornol y Poli Délano, según programa oficial del encuentro.
Lo que tengo no son pataletas ni delirio de persecución. Ni
menos como dijo Poli Délano en su respuesta en el diario La
3ra: “Memet está picado” y que juego a la lotería y
me enojo si no gano. Es simplemente que de esta forma no hay transparencia
y si le parece normal, está equivocado, no lo es. Y no es primera
vez. El problema va más allá de si a ChilePoesía
le asignaron fondos o no, de los 5 proyectos que denominamos país
y que hemos logrado realizar, nos han apoyado en uno y con una cifra
que no alcanzaba al 5% del proyecto total: El Encuentro Internacional
de Poetas: ChilePoesía 2003. El problema ya resulta endémico
y hay que negociar una solución para todos.
Que yo sea poeta, marihuanero, alcohólico, traficante de influencias
y de otras especies o cualquier calificativo para denostarme por sujetos
anónimos y cobardes, no me interesa. Pues no me interesa la
moral de los cobardes, además bajo esa moralina insoportable
habrían crucificado a Baudelaire, Rimbaud, Nerval, Poe y tantos
otros, por mencionar algunos. Pero que un poeta –colega si se quiere-
utilice fuentes anónimas o de un foro (y que conste que jamás
he escrito nada en ese foro) que he leído un par de veces instado
por Juan Cameron y Raúl Zurita en el entendido que hablaban
de mi persona, ha sido lamentablemente para constatar la ignorancia,
la bajeza espiritual y cultural de muchos de sus participantes. En
ese sentido el poeta Ruiz es un ex poeta, es parte de esa pléyade
deteriorada mentalmente y remiso del curso de la poesía y de
la camaradería a la cual alude graciosamente.
Como bien sabe el muchacho, este encuentro estaba pensado para llevarse
a cabo en conjunto con la Feria del Libro del Parque Forestal –acuerdo
que se había producido con la Cámara Chilena del Libro,
representada por Nivia Palma y María Isabel Morillas, Gerente
de Prolibro, ChilePoesía y Chilectra-, lamentablemente un “impasse
financiero” manifestado por la cámara del libro a sólo
7 u 8 días de comenzar el evento, hizo abortar esa posibilidad.
Esto motivó que los 12 poetas ya no realizarían mesas
redondas y críticas como estaba pensado, los recitales individuales,
presentaciones de sus libros y lo que es más importante, un
recital en conjunto con 12 poetas chilenos jóvenes.
Es por eso que cambiamos de escenario, tuvimos que rediseñar
la publicidad, el programa y entregar tarde a la prensa, la información.
Pero hubo que hacerlo así –y asumo la responsabilidad- pues
no se respetaron acuerdos que con mucha antelación estaban
suscritos de palabra, lo que significó una reducción
económica importante. El periodista Ruiz sabía de esto,
pero su única preocupación consistía en recitar
en el evento La Región XIV, para lo cuál me llamó
y envió correos electrónicos que poseo. En todo caso
Ruiz no ha trepidado en criticar, pero siempre está presto
para subirse a los trenes que hemos conseguido, recitar en eventos
producidos por nosotros, ir a la recepción en la academia diplomática,
subirse a barcos, pedirnos dinero, hay documentación gráfica
y escrita que confirma lo que digo. Es más, nos parece bien
que asista, nos pida ayuda, proporcionársela y compartir este
destino que es la poesía y sus caminos, pero por favor si tiene
alzheimer que acuda a un médico, porque es una enfermedad degenerativa
seria. ¿Esa es la cuita a la que se refiere y de la cual forma
parte, qué pena, no?
Creo que es legítimo realizar y entender un evento según
su naturaleza y sus capacidades, si algunos poetas les interesa hacer
encuentros para escucharse en subterráneos o en la Sech, allá
ellos. Como poeta y fundador de ChilePoesía me enorgullezco
de haber creado una instancia que ha reposicionado y revitalizado
el quehacer poético nacional, que ha devuelto a la agenda cultural
un arte mayor y con tradición. Creo que en la diversidad de
encuentros que se han producido a lo largo del país, la mayor
parte realizado por jóvenes, radica también nuestro
aporte. Es tarea de cada uno y de todos crear nuevamente ese mundo
de lectores que la poesía chilena necesita.
Hago un llamado a no mirarse tanto el ombligo, a dejar ese narcisismo
enfermizo que los lleva a no reconocer el talento del otro, a “ningunear.”
Los llamo a pensar que la poesía es una actitud planetaria,
que notables obras se están produciendo en América Latina
y en el mundo y que queremos que todos ustedes poetas y lectores dialoguen
con ellas y con ellos, los poetas que las producen.
Ojalá que el periodista Ruiz llegué a los 91 años,
recupere el norte poético, realice una obra, y tenga amigos.
Nos sentimos orgullosos de visitar a Nicanor Parra, de respetarlo,
de valorarlo y de quererlo, somos sus amigos. Los poetas después
de muertos no pueden disfrutar de la amistad.