1
Y entre las concentraciones angélicas del Cielo
¿qué otra pancarta a Dios presentaré?
Las simples oraciones ya no surten efecto
como el cohete espacial -que es toda catedral-
quedando inmóvil y sereno
Las sepulturas de aquellos muertos,
que podrían haber intercedido por nosotros,
están esperando ser ocupadas
¿dónde visitar, los aún vivos,
a los muertos desaparecidos?
No hay lugar y, sin embargo,
ayer se retiró nuestra señora
de entre estas cuatro paredes.
Ay, ay, ay, los héroes volverán a tener tumbas
porque gracias al cielo, el cielo nos dejó sin ella
pero la tendremos allí encima como una estrella
ante un dios que dormido estaba vivo
Y cuando todo se vea usualmente perdido
quizá ya no hará falta postrarse bajo la cruz
Y cuando entremos en el cementerio
tendremos allí un solo muerto por lo menos
porque no hemos avistado al ángel de luz
ni ha este planeta volcado hacia el sur
Y si fue siempre la más Viva,
¿no habría que dudar quiénes estamos muertos
y quién, en cambio, sigue continuamente niña?
Pero, dónde sea que estemos sin ella
tenemos su cuerpo vacío como una huella
y entre las tumbas un lugar seguro
que se nos suma como un escudo.
2
Ella entró en Cabildo
Salí a su encuentro
Como si Nuestra Señora fuera
se me apareció la compañera
Casi me desmayo en sus brazos
al modo de estampa barroca
Y estuvimos diciéndonos cosas
tan bonitas y tan ingenuas
Era ya la Primavera
y por la tarde se marchó.
3
Por fin verás a tu esposo
y a los esposos que nunca tuviste
El día será tan excesivamente largo
que podrás besarlos a todos
Por fin verás a tus muertos
aparecer ya no fantasmales
La noche será tan blanca y larga
que podrás visitarlos iguales
Por fin te verás en un espejo
y no te verás en él
porque éste, nuestro cuerpo, señala
nuestro espacio más ajeno.
Fuimos montañas del heno.
4
La comedia e finita
A todas tus fotos les pintaré un nimbo
para que si un día vuelve la tiranía
se nos respete a través de los santos
el recuerdo atrita
que toma formas de cajas
relicarios, retratos negriblancos
en cuanto transcurre tembloroso y calmo.
5
Doña Gladys se quedó vacía
cuando a todo -creyéndose vivo-
vacío se volvía
Y nosotros, peregrinos que vamos de paso,
sin Fausto y Mefisto cabalgando a nuestro lado,
decimos, en un silencio rotundo:
Sancta Gladys, ora pro nobis.
Y una vez allá, ¿quién saldrá a recibirla?
Todos los insepultos de nuestro mundo
Louise Michel o Rosa de Luxemburgo
Y los que héroes al frente
armados y silenciosamente
fueron borrados de la historia
sin monumentos peatonales
en donde rebajar la memoria
Y las damajuanas que menciona Rokha
y los de Santa María de Iquique la reciben
y los pocos poderosos que en el cielo están visados
lavan sus pies con perfumes, los más caros
y los pintan de colores
y el cielo se pone rojo
no porque se anuncie bueno el día
ni porque el pasado sea tan malo
Y si llegase Dios a estar lejano,
tendremos en las cortes una diosa
que acaso nos recuerde, lacrimosa.
Sancta Gladys, ora pro nobis.