Proyecto Patrimonio - 2005
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(Neo) Modernidad. Una Aproximación O Una Denuncia
Para Una Nueva Teoría Crítica Para América Latina

Por Jorge Rosas Godoy

Se ha hablado de Modernidad Tardía, Tardomodernidad y / o Posmodernidad, e incluso de Neomodernidad, siguiendo a J. Habermas; pero en síntesis diremos: "por boca de éste, por ejemplo, que el proyecto moderno no se ha cumplido y por tanto puede ser reconstruido para que, dentro de las limitaciones correspondientes y sin soberbia, se puedan mantener parte de sus postulados los que permitirán, si se desarrollan, mejorar las condiciones de existencia del hombre en el mundo. Así, el proyecto moderno no estaría caduco, sino que tendría que ser repensado y limitado, omitiendo excesos. Por cierto, que se ha desarrollado con mayor fuerza y, coincidentemente, también, después que se ha creído agotado el tema del /a/ Modern /ismo/ /dad/ y especialmente en América latina. Pues bien, pensamos que no es así, sino todo lo contrario, que es a partir de los mismos modernistas que hoy podemos excavar la modernidad en nuestra América. Por lo tanto este proyecto crítico desarrollará la idea de que e/la MODERN /ISMO/ DAD/, ha servido de motor para la MODERNIDAD hoy, es decir, ha desarrollado una tradición y evolución progresiva, a pesar de sus limitaciones, tales como la diferenciación que se hace entre modernidad y modernización, entre otros, o sea, histórica que tiene que ver con el avance socioeconómico más que todo, y que subyace en el concepto/ ideología de la postmodernidad/ globalización.

2. Comencemos recordando otra visión.

Comencemos recordando otra visión; la que desde el /des/ /en/ cubrimiento ha existido, además, de afinidades y limitaciones… "se encuentran paralelismos, correlaciones precisas entre las sucesivas promociones de pensadores de la independencia (...) la razón radical y concluyente (...) estaría en una unidad histórica que ellas constribuyen a hacer y probar. (...) Sólo añadiríamos que los une, más allá de los términos propuestos por Gaos ("pensamiento de la decadencia" para los españoles, "pensamiento de independencia" para los americanos), el subdesarrollo.

Por consiguiente la llamada Posmodernidad no sería tal, "más bien le dice a la gente que hay caos en la realidad (...) y dislocación a nivel personal, y que nada se puede hacer frente a esto". Y por otra parte se afirma que la crisis es en realidad a partir del "realismo capitalista", por llamarle de alguna manera; y especialmente en nuestros pueblos en que el capitalismo no es de otra manera, más que tardío.

En efecto, en argumentos de Jameson, leemos que: "si incluso todos los rasgos constitutivos del posmodernismo fueran idénticos a los de un modernismo de más vieja data, y su continuación (…) los dos fenómenos - modernidad y postmodernidad- seguirían siendo distintos en lo relativo a significado y función social, debido a la ubicación diferente del posmodernismo en el sistema económico del capitalismo tardío e incluso más, a la transformación de la propia esfera de la cultura en la sociedad contemporánea".

Cierto es que esta realidad, no sólo es una dislocación personal y social que va desde la fragmentación "ficcionalizada" hasta la "esquizofrenización" " fabulada" en el sujeto: regulador de su propia transparencia, que se estrella contra una realidad en crisis, sino que suscita más problemas que los que soluciona, pero no como una sola imagen, como una "realidad única", sino como un continuum que no se "sujetiza" en la autodestrucción, sino que es parte –el sujeto- de la crisis radicalizada ( de fin de siglo o comienzo de milenio), pues como señala Touraine, es "un sejeto-en-el-mundo que se siente responsable de sí mismo y de la sociedad". Además, "tenemos que dar nombre al sistema", que dicho sea de paso, puede "dramatizar la problemática de manera tan efectiva y económica", según Jameson, para poder "identificar" el período que se vive desde los 60s, por lo tanto, el mundo no sólo es un ‘eslogan’: "posmodernismo", sino que "el mundo verdadero es una fábula" y por consiguiente la ficcionalización alcanza a todas las realidades y de esta manera se cruzan, en una "transparencia" múltiple de imágenes, pues "en último término, el mundo verdadero ya es una fábula; ya no podemos llegar a la realidad misma. La realidad ya no es más algo simple que se esconde detrás de imágenes; es, más bien, la intersección de una multiplicidad de imágenes".

De tal manera que luego de reconocer estas vicisitudes, surgen preguntas, tales como: ¿Es una crisis la que se vive o es una era distinta, una nueva sociedad? Y si es así ¿Se vive una modernidad o una posmodernidad? Ahora, si es una crisis ¿No es acaso una crisis de fin de siglo o comienzos de milenio a la vez y por ello la sensación de posmodernidad y por esto también una modernidad tardía? O ¿Acaso una modernidad que vive un tiempo distinto, un neo tiempo, una NEOMODERNIDAD?

3. Deslinde Modernidad / Posmodernidad.

En consecuencia, desde estas interrogantes enfocaremos este trabajo, vale decir, desde la perspectiva del deslinde: Modernidad/ Postmodernidad, produciendo de esta manera un nuevo ver, la (NEO)MODERNIDAD, pero no como una mera repetición o reiteración del Modernismo clásico, sino como una reescritura y reelaboración en un nuevo modo de vivir.

Debemos recordar aquí a Ricardo Gullón, quién nos dice y aclara en El Modernismo Visto Por Los Modernistas, en el acápite: El Modernismo como Época:

Que desde Juan Ramón Jiménez y Federico de Onís(...), escribían, sobre todo el primero desde dentro y desde fuera a la vez, quedó establecido como algo más que mera posibilidad de hecho del modernismo como época y actitud, y no como escuela, según luego pretendieron imponer el imaginismo, el ultraismo o el surrealismo.

Agrega además – acaso fue Ramón Jiménez el primero en destacar la universalidad del movimiento - "el error de considerar el modernismo como una cuestión poética y no como lo fue y sigue siendo: un movimiento jeneral, teológico, científico y literario"- y en relacionarlo con hechos que trascendían el ámbito de la literatura y el arte: tendencias exóticas e indigenistas, esotéricas y ocultistas, la puesta al día de la doctrina por teólogos católicos, protestantes y judíos.(...) Que los modernistas miraban más allá de su mundo idiomático, luchando por integrarse en un contexto cultural superador del configurado por la tradición.

Además debemos hacernos eco de la voz de Martí, pues al darse cuenta de que aquel tiempo había cambiado, es decir, era más una realidad con un enfoque funcional y no uno identitario, o sea: "todo es expansión, comunicación, florescencia, contagio, esparcimiento. El periódico desflora las ideas grandiosas. Las ideas no hacen familia en la mente, como antes, ni casa, ni larga vida. Nacen a caballo, montadas en relámpago, con alas. No crecen en una mente sola, sino por el comercio de todas".

Se nos hace necesario, entonces, citar a Fernández Retamar, quién, mencionando a Octavio Paz, dice que "el amor a la modernidad no es el culto a la moda: es voluntad de participación en una plenitud histórica hasta entonces negada a los hispanoamericanos".

En otro ámbito señala que el pensamiento va a expresarse antes en Hispanoamérica que en España porque en aquella, la realidad estaba menos enmascarada; y tanto en una como en otra, conocerá primero una ilusión de modernidad por la vía del contagio, para ir a parar luego a la certidumbre de que somos otra cosa, y a adquirir una aprehensión más clara de nuestro propio ser.

Por lo tanto, la supuesta "posmodernidad" en Américalatina no es tan reciente, sino que nace con el nuevo hombre, el renacentista (encontrador, descubridor, encubridor) y con el natural de estas tierras (hallado, descubierto, encubierto). De tal manera que, el hombre nuevo, performativo, se encuentra en un momento dado de su historia personal y social, respondiendo con un ojo y un oído nuevo, tanto como extranjero, tanto como natural, pues ambos hombres ven un nuevo ver, pero con la diferencia que aquel "winka" quiere superarlo todo, en cambio el natural, quiere ser capaz de fundar su propio tiempo y por ende no da tanta importancia a las palabras, sino que a las ideas y por ello la lentitud (aparente en los movimientos sociales o ideológicos – sólo aparente, pues piénsese en el proyecto ideológico socialista en Chile, que quiso imponerse como una realidad "fundante" y por ello muy novedoso en Américalatina, además de peligroso para aquellos que sólo querían y quieren la modernización, sin lograr desarrollarse en el tiempo por esto mismo.) Debemos recurrir aquí a otra voz prestada del Modernismo que ya en aquella época nos advertía...:

¡Vicio nuestro este de fijarnos más en las palabras que en las ideas, enterándonos a medias de las cosas!

Luego; "la modernidad pasa por una crisis y que a partir de ella ha surgido un nuevo modo de sentir, una manera particular de vivir el mundo".

Pues bien, con este nuevo modo de sentir o particular de vivir el mundo se inicia en el hombre llegado como el hallado. Se funden luego en una búsqueda con notorias afinidades de fondo y forma, que situarían al hombre en un nuevo esfuerzo, es decir, asimilación y acomodación de un nuevo tiempo, decadente frente al que vivía y por tal razón busca las "causas y los remedios", como diría Fernández Retamar con la voz de Gaos: "Buscar las causas y los remedios de la decadencia nacional, resolver los problemas de la constitución y reconstitución de la patria son operaciones del mismo sentido: de política en la amplia acepción etimológica del término, que lo refiere a la comunidad cultural en todos los sectores de la cultura".

Entonces, "la modernidad nunca es ella misma: siempre es otra". (Paz, 1987):

La modernidad es una tradición polémica y que desaloja a la tradición imperante, cualquiera que esta sea; pero la desaloja sólo para, un instante después, ceder el sitio a otra tradición que, a su vez, es otra manifestación momentánea de la actualidad.

4. (NEO)Modernidad.

Ahora bien, (NEO)MODERNIDAD es una expansión progresiva de que el hombre es lo que hace y debe existir una correspondencia cada vez más estrecha entre la producción, la organización y la vida; en otras palabras, un sujeto- protagonista, un sujeto-en-el-mundo que se siente responsable de sí mismo y de la sociedad, es decir un sujeto racional, cuya avanzada, al decir de Taurine, es hacia la abundancia, la libertad y la felicidad.

La idea de la modernidad en su forma más ambiciosa, fue la afirmación de que el hombre es lo que hace y que, por lo tanto, debe existir una correspondencia mucho más estrecha entre la producción – cada vez más eficaz por la ciencia, tecnología, o la administración, la organización de la sociedad mediante la ley y la vida, animada por el interés, pero también por la voluntad de liberarse de todas las coacciones (…)

Es la razón la que anima la ciencia y sus aplicaciones; es también la que dispone la adaptación de la vida social y las necesidades individuales y/o colectivas; y es la razón, finalmente, la que reemplaza la arbitrariedad y la violencia por el estado de derecho y por el mercado. La humanidad, al obrar según las leyes de la razón, avanza a la vez hacia la abundancia, la libertad y la felicidad.

Por ende, podemos pensar que la crisis (postmoderna) es precisamente lo que se plantea o replantea el/ la modern /ismo//idad/, ya que no sólo se caracteriza por lo moderno, sino también por la heterogeneidad y que viene a ratificar el carácter de crisis, en el sentido de no ser único, sino también heterogéneo.

Lo moderno – dice Paz - no se caracteriza únicamente por su novedad, sino por su heterogeneidad. Tradición heterogénea o de lo heterogéneo, la modernidad está condenada a la pluralidad: la antigüa tradición era siempre la misma, la moderna es siempre distinta (…) Lo moderno es autosuficiente: cada vez que aparece, funda su propia tradición. (…) La modernidad es una suerte de autodestrucción creadora.

Nos permitiremos, citar a Lyotard, para poder referirnos al posmodernismo que en realidad no lo es sino, más bien, su reescritura, un estado, en otras palabras del modernismo.

El postmodernismo… no es el fin del modernismo sino su estado naciente, y este estado es constante… Lo postmoderno sería aquello que alega lo impresentable en lo moderno y en la presentación misma; aquello que se niega a la consolación de las formas bellas, al consenso de un gusto que permitiría experimentar en común la nostalgia de lo imposible; aquello que indaga por presentaciones nuevas, no para gozar de ellas sino para hacer sentir que hay algo que es impresentable. Un artista, un escritor posmoderno, están en la situación de un filósofo: el texto que escriben, la obra que llevan a cabo, en principio, no están gobernados por reglas ya establecidas, y no pueden ser juzgados por medio de un juicio determinante, por la aplicación de este texto, a esta obra, de categorías. Estas reglas y estas categorías son lo que la obra o el texto investigan. El artista y el escritor trabajan sin reglas y para establecer las reglas de aquello que habrá sido hecho. De ahí que la obra y el texto tengan las propiedades de acontecimiento; de ahí también que lleguen demasiado tarde para su autor, o, lo que viene a ser lo mismo, que su puesta en obra comience demasiado pronto. Posmoderno será comprender según la paradoja del futuro (post) anterior (modo).

Para algunos, la postmodernidad, ciertamente es porque se habría terminado la modernidad, ya que su aspecto esencial, el hecho de ser moderno, habría terminado.

Por lo tanto, se sostiene que: el término posmoderno sigue teniendo un sentido, y que este sentido está ligado al hecho de que la sociedad en que vivimos es una sociedad de la comunicación ("mass media"). Para otros la posmodernidad se deja ver más negativamente, ya que el fin de la historia está inscrito en sus comienzos, presa del tiempo, llevando los estigmas que definen, a la vez, al tiempo y al hombre. El tiempo histórico es un tiempo tenso y difícil.

Pero también es posible pensar la postmodernidad como "la fragmentación, la discontinuidad y lo caótico". O bien "como la superación de la modernidad". O tal vez "el post de posmoderno indica una despedida de la modernidad".

Finalmente, podríamos agregar que la postmodernidad se levanta contra el ideal de la modernidad, el control total de la naturaleza y de la sociedad. Y por otro lado, además, es un término polisémico, reinvindica la subjetividad; es también una época nostálgica, nihilista, pluralista, con paradigmas en crisis y vive un tiempo instantáneo, simultáneo, o sea, el presente es la intersección del pasado y el futuro.

Por cierto podríamos continuar mencionando y citando acerca del debate de la modernidad / postmodernidad, sin embargo, ya es suficiente. No obstante, conceptualmente el postmodernismo es, más bien, "un campo de fuerza en que tipos muy distintos de impulsos culturales tienen que abrirse camino".

Entre… Una nueva superficialidad, que encuentra su prolongación tanto en la "teoría" como en toda una nueva cultura de la imagen o el simulacro –leemos en Jameson - , un consecuente debilitamiento de la historicidad, tanto en nuestra relación con la historia pública, como en las nuevas formas de nuestra temporalidad privada, cuya estructura "esquizofrénica" (según Lacan) determinará nuevos tipos de relaciones sintácticas o sintagmáticas en las artes más temporales; un tipo completamente nuevo de emocionalidad - "intensidades"- cuya mejor comprensión se logra mediante un retorno a teorías más antigüas sobre lo sublime.

Por lo tanto podemos adentrarnos en una hipótesis, tal como la que postulamos aquí, que la posmodernidad no es tal sino la reescritura como una "nueva nueva", o como diríamos en nombre de Juan Luis Martínez, una Nueva Novela, un nuevo decir un nuevo metarrelato, o sea, una (NEO)MODERNIDAD , en donde lo moderno trasunta, no sólo la crisis sino especialmente la modernización para no quedarse en un mero repetir de una época como neoclacisimo, o la neovanguardia, sino como la reescritura, la reelaboración de la modernidad, considerando el todo epocal, en otras palabras, la constelación que hace al hombre actual que no sólo sea un sujeto universal sino , más bien, uno plural, ecléctico; y que no solamente sea una actitud, una ideología, una filosofía, un estilo o una condición ineludible, sino que más bien, una denuncia, una reflexión para la comprensión de nuestra diversidad y para la elaboración de una crítica de la modernidad desde la dimensión de los problemas presentes en nuestra realidad, ya que esta es "una suerte de autodestrucción creadora", una promesa de expansión con el impulso a la desintegración.

Por lo tanto: "la modernidad como promesa de expansión se toca a veces con el impulso a la desintegración. Su historia está hecha de masas que cambian de habitat y de vida, instituciones que se desmoronan, valores que se cuestionan y jerarquías que se tornan obsolescentes. Esta destructuración asusta. Por algo la conciencia moderna busca síntesis. Pero esta conciencia está, a su vez, marcada por la tensión entre la búsqueda y la unidad y la imposibilidad de conciliar pulsiones encontradas: la voluntad de expansión, por una parte, y por otra la retracción cada vez que deben enfrentarse las consecuencias disolventes de la libertad".

Finalmente, diremos con Jameson que: El problema del posmodernismo – la modalidad en que deben ser distinguidas sus características fundamentales, si es que existe el problema en primer lugar, si el concepto mismo posee alguna utilidad o si es, por el contrario, una manifestación -, este problema, es a la vez, político y estético.

Efectivamente, Jameson nos limita los campos: político y estético, sin embargo, para poder delimitarlos o deslindarlos propiamente tal, debemos tener muy claro el plazo histórico en que les debemos enfrentar, es decir, Modernidad, Tardomodernidad, Postmodrnidad o bien, simplemente, (NEO)MODERNIDAD, ya que, además, es menester registrar, aunque de diferentes formas la institucionalización modernista (dentro del mismo período): "El cambio desde una posición opositora a una hegemónica de los clásicos del modernismo, su conquista de la universidad, los museos, la red de galerías de arte y fundaciones, en otras palabras, la asimilación de los varios modernismos clásicos dentro del "canon" y la subsiguiente atenuación de todo aquello que otrora, nuestros abuelos sentían como chocante, escandaloso, feo, disonante, inmoral y asocial".

Pero, por otra parte, también debemos recordar que Lyotard propone que el posmodernismo es entendido como una parte o parcela de una reafirmación del auténtico modernismo clásico; situación que el mismo Jameson resalta, y lo hace de la siguiente manera en el ensayo: Las Políticas de la teoría. Posiciones ideológicas en el debate posmodernista:

Jean François Lyotard propone que su propio compromiso vital a lo novedoso y lo emergente, a una producción cultural contemporánea o poscontemporánea que es ampliamente caracterizada como "posmoderno" sea entendido como una parte o parcela de una reafirmación del auténtico modernismo clásico, en el sentido del espíritu Adorniano. El giro ingenioso de su propia propuesta implica la proposición de que algo llamado ‘posmodernismo’ no continúa al modernismo clásico propiamente dicho, como su producto de desecho más reciente, sino que lo precede y lo prepara, de manera que los posmodernismos contemporáneos que nos rodean pueden entenderse como la promesa del retorno y la reinvención, la reaparición triunfante de algún nuevo modernismo clásico dotado de su viejo poder y con sangre fresca.

Es decir: "La visión de un modernismo regenerado, es en este sentido [de la sociedad postindustrial], inseparable de una fe profética en las posibilidades y en la promesa de una nueva sociedad que estaría emergiendo".

De tal manera, que nos vemos enfrentados a un nuevo tiempo y a un nuevo modo de vivir en el mundo, por lo tanto no basta con replantearnos frente a esta realidad, sino que se hace necesario un cambio de actitud y un denunciar activo de la crisis de la modernidad para refundarla "neo-mentemente" y no sólo reescribirla como cualquier "neo", sino como aquel tiempo que se adviene re-evolución, no en la universalidad, no en la identidad unívoca, sino en la pluralidad de aquella conciencia que se va adaptando a una nueva sociedad heterógena y multimédica al servicio de un nuevo hombre y mujer que viajan en este mundo, siendo parte de él y en él, "modernidando" para alcanzar la libertad y la felicidad.

En definitiva, siguiendo a J. Habermas, el proyecto moderno no se ha cumplido y por tanto puede ser reconstruido para que, dentro de las limitaciones correspondientes y sin soberbia, se puedan mantener parte de sus postulados los que permitirán, si se desarrollan, mejorar las condiciones de existencia del hombre en el mundo. Y a Paz: "la modernidad está condenada a la pluralidad: la antigüa tradición era siempre la misma, la moderna es siempre distinta (…) Lo moderno es autosuficiente: cada vez que aparece, funda su propia tradición. (…) La modernidad es una suerte de autodestrucción creadora".

 

CONCLUSIONES.

1. "El error de considerar el modernismo como una cuestión poética y no como lo fue y sigue siendo: un movimiento jeneral, teológico, científico y literario"- y en relacionarlo con hechos que trascendían el ámbito de la literatura y el arte: tendencias exóticas e indigenistas, esotéricas y ocultistas, la puesta al día de la doctrina por teólogos católicos, protestantes y judíos.(...) Que los modernistas miraban más allá de su mundo idiomático, luchando por integrarse en un contexto cultural superador del configurado por la tradición.

2. En la voz de Martí, el modernismo es: Expansión, comunicación, florescencia, contagio, esparcimiento. El periódico desflora las ideas grandiosas. Las ideas no hacen familia en la mente, como antes, ni casa, ni larga vida. Nacen a caballo, montadas en relámpago, con alas. No crecen en una mente sola, sino por el comercio de todas.

3. Lo moderno no se caracteriza únicamente por su novedad, sino por su heterogeneidad. Tradición heterogénea o de lo heterogéneo, la modernidad está condenada a la pluralidad: la antigüa tradición era siempre la misma, la moderna es siempre distinta (…) Lo moderno es autosuficiente: cada vez que aparece, funda su propia tradición. (…) La modernidad es una suerte de autodestrucción creadora.

4. El postmodernismo… no es el fin del modernismo sino su estado naciente, y este estado es constante… Lo postmoderno sería aquello que alega lo impresentable en lo moderno y en la presentación misma; aquello que se niega a la consolación de las formas bellas, al consenso de un gusto que permitiría experimentar en común la nostalgia de lo imposible; aquello que indaga por presentaciones nuevas, no para gozar de ellas sino para hacer sentir que hay algo que es impresentable.

5. El mismo Jameson, en el ensayo: Las Políticas de la teoría. Posiciones ideológicas en el debate posmodernista, dice:

Jean François Lyotard propone que su propio compromiso vital a lo novedoso y lo emergente, a una producción cultural contemporánea o poscontemporánea que es ampliamente caracterizada como "posmoderno" sea entendido como una parte o parcela de una reafirmación del auténtico modernismo clásico, en el sentido del espíritu Adorniano. El giro ingenioso de su propia propuesta implica la proposición de que algo llamado ‘posmodernismo’ no conticúa al modernismo clásico propiamente dicho, como su producto de desecho más reciente, sino que lo precede y lo prepara, de manera que los posmodernismos contemporáneos que nos rodean pueden entenderse como la promesa del retorno y la reinvención, la reaparición triunfante de algún nuevo modernismo clásico dotado de su viejo poder y con sangre fresca.

6. Luego,La visión de un modernismo regenerado, es en este sentido [de la sociedad postindustrial], inseparable de una fe profética en las posibilidades y en la promesa de una nueva sociedad que estaría emergiendo.

7. Postulamos entonces, que la posmodernidad no es tal, sino que es la reescritura como una "nueva nueva", o como diríamos en nombre de Juan Luis Martínez, una Nueva Novela, un nuevo decir, un nuevo metarrelato, o sea, una (NEO)MODERNIDAD , en donde lo moderno trasunta, no sólo la crisis sino especialmente la modernización para no quedarse en un mero repetir de una época como neoclacisimo, o la neovanguardia, sino como la reescritura, la reelaboración de la modernidad, considerando el todo epocal actual, en otras palabras, la constelación que hace al hombre actual que no sólo sea un sujeto universal sino , más bien, uno plural, ecléctico; y que no solamente sea una actitud, una ideología, una filosofía, un estilo o una condición ineludible, sino que más bien, una denuncia, una reflexión para la comprensión de nuestra diversidad y para la elaboración de una crítica de la modernidad desde la dimensión de los problemas presentes en nuestra realidad, ya que esta es "una suerte de autodestrucción creadora", una promesa de expansión con el impulso a la desintegración.

8. (NEO)MODERNIDAD es una expansión progresiva de que el hombre es lo que hace y debe existir una correspondencia cada vez más estrecha entre la producción, la organización y la vida; en otras palabras, un sujeto- protagonista, un sujeto-en-el-mundo que se siente responsable de sí mismo y de la sociedad, es decir un sujeto racional, cuya avanzada es hacia la abundancia, la libertad y la felicidad.

PROYECCIÓN.

De tal manera, que nos vemos enfrentados a un nuevo tiempo y a un nuevo modo de vivir en/el mundo, por lo tanto no basta con replantearnos frente a esta realidad, sino que se hace necesario un cambio de actitud y un denunciar activo de la crisis de la modernidad para refundarla "neo-mentemente" y no sólo reescribirla como cualquier "neo", sino como aquel tiempo que se adviene re-evolución, no en la universalidad, no en la identidad unívoca, sino en la pluralidad de aquella conciencia que se va adaptando a una nueva sociedad heterógena y multimediática al servicio de un nuevo hombre y mujer que viajan en este mundo, siendo parte de él y en él, "modernidando" para alcanzar la libertad y la felicidad.

 



BIBLIOGRAFÍA.

* Fernández Retamar, Roberto. Para una teoría de la literatura hispanoamericana. Editorial. Nuestro Tiempo. 3ª edición. 1981.

* François Lyotard, Jean. La Condición Posmoderna. Editorial Cátedra. 1981.

* Gullón, Ricardo. El Modernismo visto por los Modernistas. El Modernismo como época. Editorial. Guadarrama. Barcelona.

* Hopenhayn, Martín. Después del Nihilismo. Editorial. Andrés Bello. Santiago de Chile. 1997.

* Jameson, Frederich. Ensayos sobre el posmodernismo. Ediciones. Imago Mundi. 1ª edición. En español. Argentina.

* Larraín, Jorge. Modernidad, Razón e Identidad en América Latina. Editorial. Andrés Bello. Santiago de Chile. 1996.

* Paz, Octavio. Los Hijos del Limo. F.C.E. Méx. 1987.

 

* Roa, Armando. Modernidad y Postmodernidad. Editorial. Andrés Bello.

* Taurine, Alain. Crítica a la Modernidad.

* Apuntes (en oposición) del Curso de Teoría Crítica Latinoamericana, dictado por el Profesor Grínor Rojo. Universidad de Chile. Facultad de Filosofía y Humanidades. Doctorado en Literatura Chilena e Hispanoamericana. II semestre. 2002.

* Distintos apuntes bajados de internet: Modernidad. Tardomedernidad. Postmodernidad.



 

 

 

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