(Neo) Modernidad.
Una Aproximación O
Una Denuncia
Para Una Nueva Teoría
Crítica Para América Latina
Por Jorge Rosas Godoy
Se ha hablado de Modernidad Tardía, Tardomodernidad y / o Posmodernidad,
e incluso de Neomodernidad, siguiendo a J. Habermas; pero en síntesis
diremos: "por boca de éste, por ejemplo, que el proyecto
moderno no se ha cumplido y por tanto puede ser reconstruido para
que, dentro de las limitaciones correspondientes y sin soberbia, se
puedan mantener parte de sus postulados los que permitirán,
si se desarrollan, mejorar las condiciones de existencia del hombre
en el mundo. Así, el proyecto moderno no estaría caduco,
sino que tendría que ser repensado y limitado, omitiendo excesos.
Por cierto, que se ha desarrollado con mayor fuerza y, coincidentemente,
también, después que se ha creído agotado el
tema del /a/ Modern /ismo/ /dad/ y especialmente en América
latina. Pues bien, pensamos que no es así, sino todo lo contrario,
que es a partir de los mismos modernistas que hoy podemos excavar
la modernidad en nuestra América. Por lo tanto este proyecto
crítico desarrollará la idea de que e/la MODERN /ISMO/
DAD/, ha servido de motor para la MODERNIDAD hoy, es decir, ha desarrollado
una tradición y evolución progresiva, a pesar de sus
limitaciones, tales como la diferenciación que se hace entre
modernidad y modernización, entre otros, o sea, histórica
que tiene que ver con el avance socioeconómico más que
todo, y que subyace en el concepto/ ideología de la postmodernidad/
globalización.
2. Comencemos
recordando otra visión.
Comencemos recordando otra visión; la que desde el /des/ /en/
cubrimiento ha existido, además, de afinidades y limitaciones…
"se encuentran paralelismos, correlaciones precisas entre las
sucesivas promociones de pensadores de la independencia (...) la razón
radical y concluyente (...) estaría en una unidad histórica
que ellas constribuyen a hacer y probar. (...) Sólo añadiríamos
que los une, más allá de los términos propuestos
por Gaos ("pensamiento de la decadencia" para los españoles,
"pensamiento de independencia" para los americanos), el
subdesarrollo.
Por consiguiente la llamada Posmodernidad no sería tal, "más
bien le dice a la gente que hay caos en la realidad (...) y dislocación
a nivel personal, y que nada se puede hacer frente a esto". Y
por otra parte se afirma que la crisis es en realidad a partir del
"realismo capitalista", por llamarle de alguna manera; y
especialmente en nuestros pueblos en que el capitalismo no es de otra
manera, más que tardío.
En efecto, en argumentos de Jameson, leemos que: "si incluso
todos los rasgos constitutivos del posmodernismo fueran idénticos
a los de un modernismo de más vieja data, y su continuación
(…) los dos fenómenos - modernidad y postmodernidad- seguirían
siendo distintos en lo relativo a significado y función social,
debido a la ubicación diferente del posmodernismo en el sistema
económico del capitalismo tardío e incluso más,
a la transformación de la propia esfera de la cultura en la
sociedad contemporánea".
Cierto es que esta realidad, no sólo es una dislocación
personal y social que va desde la fragmentación "ficcionalizada"
hasta la "esquizofrenización" " fabulada"
en el sujeto: regulador de su propia transparencia, que se estrella
contra una realidad en crisis, sino que suscita más problemas
que los que soluciona, pero no como una sola imagen, como una "realidad
única", sino como un continuum que no se "sujetiza"
en la autodestrucción, sino que es parte –el sujeto- de la
crisis radicalizada ( de fin de siglo o comienzo de milenio), pues
como señala Touraine, es "un sejeto-en-el-mundo que se
siente responsable de sí mismo y de la sociedad". Además,
"tenemos que dar nombre al sistema", que dicho sea de paso,
puede "dramatizar la problemática de manera tan efectiva
y económica", según Jameson, para poder "identificar"
el período que se vive desde los 60s, por lo tanto, el mundo
no sólo es un ‘eslogan’: "posmodernismo", sino que
"el mundo verdadero es una fábula" y por consiguiente
la ficcionalización alcanza a todas las realidades y de esta
manera se cruzan, en una "transparencia" múltiple
de imágenes, pues "en último término, el
mundo verdadero ya es una fábula; ya no podemos llegar a la
realidad misma. La realidad ya no es más algo simple que se
esconde detrás de imágenes; es, más bien, la
intersección de una multiplicidad de imágenes".
De tal manera que luego de reconocer estas vicisitudes, surgen preguntas,
tales como: ¿Es una crisis la que se vive o es una era distinta,
una nueva sociedad? Y si es así ¿Se vive una modernidad
o una posmodernidad? Ahora, si es una crisis ¿No es acaso una
crisis de fin de siglo o comienzos de milenio a la vez y por ello
la sensación de posmodernidad y por esto también una
modernidad tardía? O ¿Acaso una modernidad que vive
un tiempo distinto, un neo tiempo, una NEOMODERNIDAD?
3.
Deslinde Modernidad / Posmodernidad.
En consecuencia, desde estas interrogantes enfocaremos este trabajo,
vale decir, desde la perspectiva del deslinde: Modernidad/ Postmodernidad,
produciendo de esta manera un nuevo ver, la (NEO)MODERNIDAD, pero
no como una mera repetición o reiteración del Modernismo
clásico, sino como una reescritura y reelaboración en
un nuevo modo de vivir.
Debemos recordar aquí a Ricardo Gullón, quién
nos dice y aclara en El Modernismo Visto Por Los Modernistas,
en el acápite: El Modernismo como Época:
Que desde Juan Ramón Jiménez y Federico de Onís(...),
escribían, sobre todo el primero desde dentro y desde fuera
a la vez, quedó establecido como algo más que mera posibilidad
de hecho del modernismo como época y actitud, y no como escuela,
según luego pretendieron imponer el imaginismo, el ultraismo
o el surrealismo.
Agrega además – acaso fue Ramón Jiménez el primero
en destacar la universalidad del movimiento - "el error de considerar
el modernismo como una cuestión poética y no como lo
fue y sigue siendo: un movimiento jeneral, teológico, científico
y literario"- y en relacionarlo con hechos que trascendían
el ámbito de la literatura y el arte: tendencias exóticas
e indigenistas, esotéricas y ocultistas, la puesta al día
de la doctrina por teólogos católicos, protestantes
y judíos.(...) Que los modernistas miraban más allá
de su mundo idiomático, luchando por integrarse en un contexto
cultural superador del configurado por la tradición.
Además debemos hacernos eco de la voz de Martí, pues
al darse cuenta de que aquel tiempo había cambiado, es decir,
era más una realidad con un enfoque funcional y no uno identitario,
o sea: "todo es expansión, comunicación, florescencia,
contagio, esparcimiento. El periódico desflora las ideas grandiosas.
Las ideas no hacen familia en la mente, como antes, ni casa, ni larga
vida. Nacen a caballo, montadas en relámpago, con alas. No
crecen en una mente sola, sino por el comercio de todas".
Se nos hace necesario, entonces, citar a Fernández Retamar,
quién, mencionando a Octavio Paz, dice que "el amor a
la modernidad no es el culto a la moda: es voluntad de participación
en una plenitud histórica hasta entonces negada a los hispanoamericanos".
En otro ámbito señala que el pensamiento va a expresarse
antes en Hispanoamérica que en España porque en aquella,
la realidad estaba menos enmascarada; y tanto en una como en otra,
conocerá primero una ilusión de modernidad por la vía
del contagio, para ir a parar luego a la certidumbre de que somos
otra cosa, y a adquirir una aprehensión más clara de
nuestro propio ser.
Por lo tanto, la supuesta "posmodernidad" en Américalatina
no es tan reciente, sino que nace con el nuevo hombre, el renacentista
(encontrador, descubridor, encubridor) y con el natural de estas tierras
(hallado, descubierto, encubierto). De tal manera que, el hombre nuevo,
performativo, se encuentra en un momento dado de su historia personal
y social, respondiendo con un ojo y un oído nuevo, tanto como
extranjero, tanto como natural, pues ambos hombres ven un nuevo ver,
pero con la diferencia que aquel "winka" quiere superarlo
todo, en cambio el natural, quiere ser capaz de fundar su propio tiempo
y por ende no da tanta importancia a las palabras, sino que a las
ideas y por ello la lentitud (aparente en los movimientos sociales
o ideológicos – sólo aparente, pues piénsese
en el proyecto ideológico socialista en Chile, que quiso imponerse
como una realidad "fundante" y por ello muy novedoso en
Américalatina, además de peligroso para aquellos que
sólo querían y quieren la modernización, sin
lograr desarrollarse en el tiempo por esto mismo.) Debemos recurrir
aquí a otra voz prestada del Modernismo que ya en aquella época
nos advertía...:
¡Vicio nuestro este de fijarnos más en las palabras
que en las ideas, enterándonos a medias de las cosas!
Luego; "la modernidad pasa por una crisis y que a partir de
ella ha surgido un nuevo modo de sentir, una manera particular de
vivir el mundo".
Pues bien, con este nuevo modo de sentir o particular de vivir el
mundo se inicia en el hombre llegado como el hallado. Se funden luego
en una búsqueda con notorias afinidades de fondo y forma, que
situarían al hombre en un nuevo esfuerzo, es decir, asimilación
y acomodación de un nuevo tiempo, decadente frente al que vivía
y por tal razón busca las "causas y los remedios",
como diría Fernández Retamar con la voz de Gaos: "Buscar
las causas y los remedios de la decadencia nacional, resolver los
problemas de la constitución y reconstitución de la
patria son operaciones del mismo sentido: de política en la
amplia acepción etimológica del término, que
lo refiere a la comunidad cultural en todos los sectores de la cultura".
Entonces, "la modernidad nunca es ella misma: siempre es otra".
(Paz, 1987):
La modernidad es una tradición polémica y que desaloja
a la tradición imperante, cualquiera que esta sea; pero la
desaloja sólo para, un instante después, ceder el sitio
a otra tradición que, a su vez, es otra manifestación
momentánea de la actualidad.
4.
(NEO)Modernidad.
Ahora bien, (NEO)MODERNIDAD es una expansión progresiva de
que el hombre es lo que hace y debe existir una correspondencia cada
vez más estrecha entre la producción, la organización
y la vida; en otras palabras, un sujeto- protagonista, un sujeto-en-el-mundo
que se siente responsable de sí mismo y de la sociedad, es
decir un sujeto racional, cuya avanzada, al decir de Taurine, es hacia
la abundancia, la libertad y la felicidad.
La idea de la modernidad en su forma más ambiciosa, fue la
afirmación de que el hombre es lo que hace y que, por lo tanto,
debe existir una correspondencia mucho más estrecha entre la
producción – cada vez más eficaz por la ciencia, tecnología,
o la administración, la organización de la sociedad
mediante la ley y la vida, animada por el interés, pero también
por la voluntad de liberarse de todas las coacciones (…)
Es la razón la que anima la ciencia y sus aplicaciones; es
también la que dispone la adaptación de la vida social
y las necesidades individuales y/o colectivas; y es la razón,
finalmente, la que reemplaza la arbitrariedad y la violencia por el
estado de derecho y por el mercado. La humanidad, al obrar según
las leyes de la razón, avanza a la vez hacia la abundancia,
la libertad y la felicidad.
Por ende, podemos pensar que la crisis (postmoderna) es precisamente
lo que se plantea o replantea el/ la modern /ismo//idad/, ya que no
sólo se caracteriza por lo moderno, sino también por
la heterogeneidad y que viene a ratificar el carácter de crisis,
en el sentido de no ser único, sino también heterogéneo.
Lo moderno – dice Paz - no se caracteriza únicamente por su
novedad, sino por su heterogeneidad. Tradición heterogénea
o de lo heterogéneo, la modernidad está condenada a
la pluralidad: la antigüa tradición era siempre la misma,
la moderna es siempre distinta (…) Lo moderno es autosuficiente: cada
vez que aparece, funda su propia tradición. (…) La modernidad
es una suerte de autodestrucción creadora.
Nos permitiremos, citar a Lyotard, para poder referirnos al posmodernismo
que en realidad no lo es sino, más bien, su reescritura, un
estado, en otras palabras del modernismo.
El postmodernismo… no es el fin del modernismo sino su estado naciente,
y este estado es constante… Lo postmoderno sería aquello que
alega lo impresentable en lo moderno y en la presentación misma;
aquello que se niega a la consolación de las formas bellas,
al consenso de un gusto que permitiría experimentar en común
la nostalgia de lo imposible; aquello que indaga por presentaciones
nuevas, no para gozar de ellas sino para hacer sentir que hay algo
que es impresentable. Un artista, un escritor posmoderno, están
en la situación de un filósofo: el texto que escriben,
la obra que llevan a cabo, en principio, no están gobernados
por reglas ya establecidas, y no pueden ser juzgados por medio de
un juicio determinante, por la aplicación de este texto, a
esta obra, de categorías. Estas reglas y estas categorías
son lo que la obra o el texto investigan. El artista y el escritor
trabajan sin reglas y para establecer las reglas de aquello que habrá
sido hecho. De ahí que la obra y el texto tengan las propiedades
de acontecimiento; de ahí también que lleguen demasiado
tarde para su autor, o, lo que viene a ser lo mismo, que su puesta
en obra comience demasiado pronto. Posmoderno será comprender
según la paradoja del futuro (post) anterior (modo).
Para algunos, la postmodernidad, ciertamente es porque se habría
terminado la modernidad, ya que su aspecto esencial, el hecho de ser
moderno, habría terminado.
Por lo tanto, se sostiene que: el término posmoderno sigue
teniendo un sentido, y que este sentido está ligado al hecho
de que la sociedad en que vivimos es una sociedad de la comunicación
("mass media"). Para otros la posmodernidad se deja ver
más negativamente, ya que el fin de la historia está
inscrito en sus comienzos, presa del tiempo, llevando los estigmas
que definen, a la vez, al tiempo y al hombre. El tiempo histórico
es un tiempo tenso y difícil.
Pero también es posible pensar la postmodernidad como "la
fragmentación, la discontinuidad y lo caótico".
O bien "como la superación de la modernidad". O tal
vez "el post de posmoderno indica una despedida de la modernidad".
Finalmente, podríamos agregar que la postmodernidad se levanta
contra el ideal de la modernidad, el control total de la naturaleza
y de la sociedad. Y por otro lado, además, es un término
polisémico, reinvindica la subjetividad; es también
una época nostálgica, nihilista, pluralista, con paradigmas
en crisis y vive un tiempo instantáneo, simultáneo,
o sea, el presente es la intersección del pasado y el futuro.
Por cierto podríamos continuar mencionando y citando acerca
del debate de la modernidad / postmodernidad, sin embargo, ya es suficiente.
No obstante, conceptualmente el postmodernismo es, más bien,
"un campo de fuerza en que tipos muy distintos de impulsos culturales
tienen que abrirse camino".
Entre… Una nueva superficialidad, que encuentra su prolongación
tanto en la "teoría" como en toda una nueva cultura
de la imagen o el simulacro –leemos en Jameson - , un consecuente
debilitamiento de la historicidad, tanto en nuestra relación
con la historia pública, como en las nuevas formas de nuestra
temporalidad privada, cuya estructura "esquizofrénica"
(según Lacan) determinará nuevos tipos de relaciones
sintácticas o sintagmáticas en las artes más
temporales; un tipo completamente nuevo de emocionalidad - "intensidades"-
cuya mejor comprensión se logra mediante un retorno a teorías
más antigüas sobre lo sublime.
Por lo tanto podemos adentrarnos en una hipótesis, tal como
la que postulamos aquí, que la posmodernidad no es tal sino
la reescritura como una "nueva nueva", o como diríamos
en nombre de Juan Luis Martínez, una Nueva Novela, un nuevo
decir un nuevo metarrelato, o sea, una (NEO)MODERNIDAD , en donde
lo moderno trasunta, no sólo la crisis sino especialmente la
modernización para no quedarse en un mero repetir de una época
como neoclacisimo, o la neovanguardia, sino como la reescritura, la
reelaboración de la modernidad, considerando el todo epocal,
en otras palabras, la constelación que hace al hombre actual
que no sólo sea un sujeto universal sino , más bien,
uno plural, ecléctico; y que no solamente sea una actitud,
una ideología, una filosofía, un estilo o una condición
ineludible, sino que más bien, una denuncia, una reflexión
para la comprensión de nuestra diversidad y para la elaboración
de una crítica de la modernidad desde la dimensión de
los problemas presentes en nuestra realidad, ya que esta es "una
suerte de autodestrucción creadora", una promesa de expansión
con el impulso a la desintegración.
Por lo tanto: "la modernidad como promesa de expansión
se toca a veces con el impulso a la desintegración. Su historia
está hecha de masas que cambian de habitat y de vida, instituciones
que se desmoronan, valores que se cuestionan y jerarquías que
se tornan obsolescentes. Esta destructuración asusta. Por algo
la conciencia moderna busca síntesis. Pero esta conciencia
está, a su vez, marcada por la tensión entre la búsqueda
y la unidad y la imposibilidad de conciliar pulsiones encontradas:
la voluntad de expansión, por una parte, y por otra la retracción
cada vez que deben enfrentarse las consecuencias disolventes de la
libertad".
Finalmente, diremos con Jameson que: El problema del posmodernismo
– la modalidad en que deben ser distinguidas sus características
fundamentales, si es que existe el problema en primer lugar, si el
concepto mismo posee alguna utilidad o si es, por el contrario, una
manifestación -, este problema, es a la vez, político
y estético.
Efectivamente, Jameson nos limita los campos: político y estético,
sin embargo, para poder delimitarlos o deslindarlos propiamente tal,
debemos tener muy claro el plazo histórico en que les debemos
enfrentar, es decir, Modernidad, Tardomodernidad, Postmodrnidad o
bien, simplemente, (NEO)MODERNIDAD, ya que, además, es menester
registrar, aunque de diferentes formas la institucionalización
modernista (dentro del mismo período): "El cambio desde
una posición opositora a una hegemónica de los clásicos
del modernismo, su conquista de la universidad, los museos, la red
de galerías de arte y fundaciones, en otras palabras, la asimilación
de los varios modernismos clásicos dentro del "canon"
y la subsiguiente atenuación de todo aquello que otrora, nuestros
abuelos sentían como chocante, escandaloso, feo, disonante,
inmoral y asocial".
Pero, por otra parte, también debemos recordar que Lyotard
propone que el posmodernismo es entendido como una parte o parcela
de una reafirmación del auténtico modernismo clásico;
situación que el mismo Jameson resalta, y lo hace de la siguiente
manera en el ensayo: Las Políticas de la teoría. Posiciones
ideológicas en el debate posmodernista:
Jean François Lyotard propone que su propio compromiso vital
a lo novedoso y lo emergente, a una producción cultural contemporánea
o poscontemporánea que es ampliamente caracterizada como "posmoderno"
sea entendido como una parte o parcela de una reafirmación
del auténtico modernismo clásico, en el sentido del
espíritu Adorniano. El giro ingenioso de su propia propuesta
implica la proposición de que algo llamado ‘posmodernismo’
no continúa al modernismo clásico propiamente dicho,
como su producto de desecho más reciente, sino que lo precede
y lo prepara, de manera que los posmodernismos contemporáneos
que nos rodean pueden entenderse como la promesa del retorno y la
reinvención, la reaparición triunfante de algún
nuevo modernismo clásico dotado de su viejo poder y con sangre
fresca.
Es decir: "La visión de un modernismo regenerado, es
en este sentido [de la sociedad postindustrial], inseparable de una
fe profética en las posibilidades y en la promesa de una nueva
sociedad que estaría emergiendo".
De tal manera, que nos vemos enfrentados a un nuevo tiempo y a un
nuevo modo de vivir en el mundo, por lo tanto no basta con replantearnos
frente a esta realidad, sino que se hace necesario un cambio de actitud
y un denunciar activo de la crisis de la modernidad para refundarla
"neo-mentemente" y no sólo reescribirla como cualquier
"neo", sino como aquel tiempo que se adviene re-evolución,
no en la universalidad, no en la identidad unívoca, sino en
la pluralidad de aquella conciencia que se va adaptando a una nueva
sociedad heterógena y multimédica al servicio de un
nuevo hombre y mujer que viajan en este mundo, siendo parte de él
y en él, "modernidando" para alcanzar la libertad
y la felicidad.
En definitiva, siguiendo a J. Habermas, el proyecto moderno no se
ha cumplido y por tanto puede ser reconstruido para que, dentro de
las limitaciones correspondientes y sin soberbia, se puedan mantener
parte de sus postulados los que permitirán, si se desarrollan,
mejorar las condiciones de existencia del hombre en el mundo. Y a
Paz: "la modernidad está condenada a la pluralidad: la
antigüa tradición era siempre la misma, la moderna es
siempre distinta (…) Lo moderno es autosuficiente: cada vez que aparece,
funda su propia tradición. (…) La modernidad es una suerte
de autodestrucción creadora".
CONCLUSIONES.
1. "El error de considerar el modernismo como una cuestión
poética y no como lo fue y sigue siendo: un movimiento jeneral,
teológico, científico y literario"- y en relacionarlo
con hechos que trascendían el ámbito de la literatura
y el arte: tendencias exóticas e indigenistas, esotéricas
y ocultistas, la puesta al día de la doctrina por teólogos
católicos, protestantes y judíos.(...) Que los modernistas
miraban más allá de su mundo idiomático, luchando
por integrarse en un contexto cultural superador del configurado por
la tradición.
2. En la voz de Martí, el modernismo es: Expansión,
comunicación, florescencia, contagio, esparcimiento. El periódico
desflora las ideas grandiosas. Las ideas no hacen familia en la mente,
como antes, ni casa, ni larga vida. Nacen a caballo, montadas en relámpago,
con alas. No crecen en una mente sola, sino por el comercio de todas.
3. Lo moderno no se caracteriza únicamente por su novedad,
sino por su heterogeneidad. Tradición heterogénea o
de lo heterogéneo, la modernidad está condenada a la
pluralidad: la antigüa tradición era siempre la misma,
la moderna es siempre distinta (…) Lo moderno es autosuficiente: cada
vez que aparece, funda su propia tradición. (…) La modernidad
es una suerte de autodestrucción creadora.
4. El postmodernismo… no es el fin del modernismo sino su estado
naciente, y este estado es constante… Lo postmoderno sería
aquello que alega lo impresentable en lo moderno y en la presentación
misma; aquello que se niega a la consolación de las formas
bellas, al consenso de un gusto que permitiría experimentar
en común la nostalgia de lo imposible; aquello que indaga por
presentaciones nuevas, no para gozar de ellas sino para hacer sentir
que hay algo que es impresentable.
5. El mismo Jameson, en el ensayo: Las Políticas de la teoría.
Posiciones ideológicas en el debate posmodernista, dice:
Jean François Lyotard propone que su propio compromiso vital
a lo novedoso y lo emergente, a una producción cultural contemporánea
o poscontemporánea que es ampliamente caracterizada como "posmoderno"
sea entendido como una parte o parcela de una reafirmación
del auténtico modernismo clásico, en el sentido del
espíritu Adorniano. El giro ingenioso de su propia propuesta
implica la proposición de que algo llamado ‘posmodernismo’
no conticúa al modernismo clásico propiamente dicho,
como su producto de desecho más reciente, sino que lo precede
y lo prepara, de manera que los posmodernismos contemporáneos
que nos rodean pueden entenderse como la promesa del retorno y la
reinvención, la reaparición triunfante de algún
nuevo modernismo clásico dotado de su viejo poder y con sangre
fresca.
6. Luego,La visión de un modernismo regenerado, es en este
sentido [de la sociedad postindustrial], inseparable de una fe profética
en las posibilidades y en la promesa de una nueva sociedad que estaría
emergiendo.
7. Postulamos entonces, que la posmodernidad no es tal, sino que
es la reescritura como una "nueva nueva", o como diríamos
en nombre de Juan Luis Martínez, una Nueva Novela, un nuevo
decir, un nuevo metarrelato, o sea, una (NEO)MODERNIDAD , en donde
lo moderno trasunta, no sólo la crisis sino especialmente la
modernización para no quedarse en un mero repetir de una época
como neoclacisimo, o la neovanguardia, sino como la reescritura, la
reelaboración de la modernidad, considerando el todo epocal
actual, en otras palabras, la constelación que hace al hombre
actual que no sólo sea un sujeto universal sino , más
bien, uno plural, ecléctico; y que no solamente sea una actitud,
una ideología, una filosofía, un estilo o una condición
ineludible, sino que más bien, una denuncia, una reflexión
para la comprensión de nuestra diversidad y para la elaboración
de una crítica de la modernidad desde la dimensión de
los problemas presentes en nuestra realidad, ya que esta es "una
suerte de autodestrucción creadora", una promesa de expansión
con el impulso a la desintegración.
8. (NEO)MODERNIDAD es una expansión progresiva de que el hombre
es lo que hace y debe existir una correspondencia cada vez más
estrecha entre la producción, la organización y la vida;
en otras palabras, un sujeto- protagonista, un sujeto-en-el-mundo
que se siente responsable de sí mismo y de la sociedad, es
decir un sujeto racional, cuya avanzada es hacia la abundancia, la
libertad y la felicidad.
PROYECCIÓN.
De tal manera, que nos vemos enfrentados a un nuevo
tiempo y a un nuevo modo de vivir en/el mundo, por lo tanto no basta
con replantearnos frente a esta realidad, sino que se hace necesario
un cambio de actitud y un denunciar activo de la crisis de la modernidad
para refundarla "neo-mentemente" y no sólo reescribirla
como cualquier "neo", sino como aquel tiempo que se adviene
re-evolución, no en la universalidad, no en la identidad unívoca,
sino en la pluralidad de aquella conciencia que se va adaptando a
una nueva sociedad heterógena y multimediática al servicio
de un nuevo hombre y mujer que viajan en este mundo, siendo parte
de él y en él, "modernidando" para alcanzar
la libertad y la felicidad.
BIBLIOGRAFÍA.
* Fernández Retamar, Roberto. Para una teoría
de la literatura hispanoamericana. Editorial. Nuestro Tiempo.
3ª edición. 1981.
* François Lyotard, Jean. La Condición
Posmoderna. Editorial Cátedra. 1981.
* Gullón, Ricardo. El Modernismo visto por
los Modernistas. El Modernismo como época. Editorial. Guadarrama.
Barcelona.
* Hopenhayn, Martín. Después del
Nihilismo. Editorial. Andrés Bello. Santiago de Chile.
1997.
* Jameson, Frederich. Ensayos sobre el posmodernismo.
Ediciones. Imago Mundi. 1ª edición. En español.
Argentina.
* Larraín, Jorge. Modernidad, Razón
e Identidad en América Latina. Editorial. Andrés
Bello. Santiago de Chile. 1996.
* Paz, Octavio. Los Hijos del Limo. F.C.E.
Méx. 1987.
* Roa, Armando. Modernidad y Postmodernidad.
Editorial. Andrés Bello.
* Taurine, Alain. Crítica a la Modernidad.
* Apuntes (en oposición) del Curso de Teoría Crítica
Latinoamericana, dictado por el Profesor Grínor Rojo. Universidad
de Chile. Facultad de Filosofía y Humanidades. Doctorado en
Literatura Chilena e Hispanoamericana. II semestre. 2002.
* Distintos apuntes bajados de internet: Modernidad. Tardomedernidad.
Postmodernidad.