Poetas
del Québec
Émile
Nelligan
(1879-1941)
Por
Jaime Serey
El 11 de enero de 2006. Montreal. Canadá. Desciendo de la
estación del metro Côte-des-Neiges. Apenas sumergido
de la negrura del subterráneo, el cielo gris me riega de hielo.
La nieve blanquecina a mis pies, lisa e impura, me lleva hacia mi
solitario destino: Voy a visitar una tumba al cementerio Côte-des-Neiges
dónde descansa uno de los maestros de la poesía de Québec,
de la poesía canadiense: Émile Nelligan. Tendría
hoy 120 años...
Poeta en el alma y en la sangre, fue necesario esperar su muerte
(y bien más allá) para reconocer su obra, hasta llevarla
a la cima o estudiarla en la Universidad. Se decía que era
un demente, pero un demente por su temperamento rebelde y su amor
por el verbo que lo llevaron a sacudir la sociedad de Montreal estricta
y conservadora de la época.
Nacido el 24 de diciembre de 1879, en la calle La Gauchetière
en Montreal, de un padre irlandés anglófono y de una
madre canadiense francesa, "Émil Nélighan"
como le gustaba firmar a veces sus poemas, siempre compartió
entre estas dos culturas, francófona y anglófona. Y
sin embargo, elegirá el francés como lengua de predilección,
en homenaje a su madre, quién desempeñó un papel
importante durante toda su existencia.
"Cabellera negra, abundante y descuidada,
y las mechas ligeramente onduladas, a lo Maurice Rollinat, poeta
(1846-1903), grandes ojos con unos reflejos de acero cuya niña
se dilata a veces y brilla como un fuego extraño. Su boca,
sobre cuál se dibuja una sonrisa suavemente triste, parece
solo estar formada que para recitar los versos. Marcha a largos
pasos, el cuerpo encorvado y la cabeza ligeramente inclinada hacia
atrás, como si su mirada tenía que elevarse sobre
el mundo real para ir a perderse en los infinitos azulados, al
país azul del sueño. Su voz es grave y arrastrada,
con un ligero acento inglés, que no es carente de encanto."
Émile Boulanger, mentor de Nelligan- 1900.
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Alumno mediocre sobre los bancos del Monte Santo- Louis, del Colegio
de Montreal, y del Colegio Santa Maria, Émile Nelligan descubre
poco a poco la poesía. En 1897, abandona sus estudios y se
convierte en miembro de la Escuela literaria de Montreal, una asociación
de jóvenes artistas poetas, narradores, ensayistas, historiadores
y pintores, fundada en 1895. Esta decisión no hará más
que empeorar la animosidad ya existente entre su padre y él.
El 26 de mayo de 1899, Émile Nelligan hace sensación
recitando tres poemas de su obra. El Talismán,
Sueño de artista y la muy bonita Romanza al vino.
Fue el delirio en toda la asistencia; aclamaciones y elogios para
un grande y verdadero poeta, que venia de nacer…
EL TALISMÁN
Por la lucha que se abre en los limites de los malos
días
Mi madre me hizo un pequeño retrato de ella,
Una ofrenda a la cual desde ahora yo permanezco fidel
Y que a mi cuello se suspende con un cordón de terciopelo.
"Sobre el altar de tu corazón (puesto
que la muerte me llama)
Niño, te protegeré, me dice ella, siempre.
Esto que echa lejos a los funestos amores,
Como un candil de oro, guardián de una capilla. "
¡Ah! ¡Quédate tranquilo en las
oscuridades del féretro!
Este talismán consagrado de mi juventud en luto
Preservará tu hijo de los brazos de la Lujuria,
Mientras tenga miedo de ver un día, sobre tu
retrato,
Correr de tus ojos suaves los llantos de una herida,
¡Madre! Yo me moriría, lleno de eterno pesar.
SUEÑO de
ARTISTA
A veces tengo el deseo de una hermana cándida
y suave,
De una hermana angelical con una sonrisa discreta:
Una hermana que me enseñe suavemente el secreto
De la plegaria como se debe ser, de esperar y de atender.
Yo tengo este deseo muy puro de una hermana eterna,
De una hermana de amistad en el reino del Arte,
Quién me sabrá resguardar a mi lámpara muy tarde
Y que me cubrirá con los cielos de su pupila;
Quién me tomará las manos a veces en
las suyas
Y me susurrará de inmaculados consejos,
Con el encanto alado de las voces musicales;
Y por quien yo haré, si abordo a la gloria,
Florecer todo un jardín de lirio y soles
En el azul de un poema ofrecido a su memoria.
La ROMANZA del
VINO
Todo se mezcla en un vivo resplandor de alegría
verde.
¡Oh! ¡La hermosa tarde de mayo! Todos los pájaros
en coro,
Así como las esperanzas pasadas de mi corazón,
Modulando su preludio a mi encrucijada abierta.
¡Oh! ¡La hermosa tarde de mayo! ¡La
alegre tarde de mayo!
Un órgano a lo lejos estalla en frías melodías;
Y los rayos, así como púrpuras espadas,
Punzan el corazón del día que se muere perfumado.
¡Estoy alegre! ¡Estoy alegre! En el cristal
que canta,
Sirve, ¡Sirve el vino! ¡Sirve aún más y
por siempre,
Para que pueda olvidar la tristeza de los días,
Dentro del odio que tengo de la muchedumbre mala!
¡Estoy alegre! ¡Estoy alegre! ¡Viva
el vino y el Arte!...
Tengo el sueño de hacer también unos versos célebres,
Versos que gimen las músicas fúnebres
De los vientos de otoño que pasan lejos en la niebla.
Es el reino de la risa y la rabia
De se saberse poeta y el objeto del menosprecio,
¡De se saberse un corazón y ser comprendido solamente
Que por el claro de la luna y las grandes tardes de tormenta!
¡Mujeres! Bebo por ustedes quienes se ríen
del camino
Donde el Ideal me llama abriendo sus brazos rosados;
¡Bebo por ustedes sobre todo, hombres de frentes sombrías
Que desprecian mi vida y rechazan mi mano!
¡Mientras que todo el azul se estrella en la
gloria,
Y que un himno se entona al renacimiento dorado,
Sobre el día que expira, yo no lloro,
Yo que voy avanzando a tientas dentro de mi juventud negra!
¡Estoy alegre! ¡Estoy alegre! ¡Viva
la tarde de mayo!
Estoy locamente alegre, sin estar ebrio!...
Será que estoy al fin feliz de vivir;
¿Finalmente mi corazón se habrá curado de gustar?
Las campanas cantaron; el viento de la tarde exhala...
Y mientras que el vino fluye a alegres mares,
Estoy tan alegre, si alegre, en mi risa sonora,
¡Oh, Si alegre que tengo miedo de estallar en sollozos!
Sin embargo la decadencia ya se advertía aparecer. Tras su
triunfo, se aparta poco a poco del mundo extrínseco atraído
por el delirio y por la esquizofrenia, se siente constantemente perseguido
y su obsesión lo transfiere a la paranoia. Su angustia es brillante
en su última obra "La nave de oro".
La NAVE de ORO
Fue una gran Nave tallada en oro macizo:
Sus mástiles tocaban el azul, sobre los mares desconocidos;
La Cyprine de amor, con sus cabellos dispersos y sus carnes desnudas,
Se extendía a su proa, al sol excesivo.
Pero vino una noche a golpear el gran arrecife
En el Océano tramposo donde cantaba la Sirena,
Y el naufragio horrible inclinó su casco
A las profundidades del Abismo, un inmutable ataúd.
Fue una Nave de Oro, que los flancos diáfanos
Revelaban los tesoros que los marineros profanos,
- Aversión, Odio y Neurosis - entre ellos disputaron.
¿Qué permanece de él en la tormenta
breve?
¿Que pasó a ser mi corazón, buque abandonado?
¡Inevitablemente, el se hundió en el abismo del Sueño!
El 9 de agosto de 1899, cuatro meses antes de su vigésimo aniversario,
Se interna a Émile Nelligan en el asilo Saint-Benoît-Joseph-Labre,
en el pueblo de Larga-Punta, hasta octubre de 1925, fecha en que se
transferirá al hospital Saint-Jean-de-Dieu. Tras su internación,
el poeta casi no escribirá, si no son retranscripciones de
sus poemas favoritos que le incumben en la memoria. Se morirá
el 18 de noviembre de 1941 a la edad de 61 años.
Nelligan hoy...
Los jóvenes actuales se identifican con él, pero toman
también conciencia que si Émile Nelligan hubiera vivido
hoy, su vida habría podido ser diferente. Son fascinados por
el poeta maldito, debido a su destino trágico y esto
es interesante de ver que la sociedad actual rechaza aún a
los artistas…
La muerte de Nelligan marca en realidad su principio. Su obra inacabada
va más que nunca atraer y a fascinar al público. Se
publican sus recopilaciones y ediciones de todas las clases: de lujo,
críticas, ilustradas, antológicas... sin olvidar la
traducción inglesa de Fred Cogswell, parecida en 1983. Se dedican
a Nelligan, tesis de doctorado y master. Desde 1979, por iniciativa
de Maurice y Gilles Corbeil, se concede hoy un premio Émile-Nelligan
anualmente a un poeta canadiense.
Nelligan se volvió todo un clásico, un nombre inevitable
en la historia de la literatura de Québec.
Hoy, te reencuentro, hermano de rimas y locuras... tus huesos descansan
bajo esta nieve inmaculada que me rodea... En el fondo de tu tumba,
tú te ríes aún de tus detractores, que te indicaron
con el dedo, ya que siempre lo que contó para ti, fueron las
palabras y la Poesía…
¡Hasta luego, Vate y dame la fuerza de continuar sobre la "autopista"
de la literatura!
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© Jaime SEREY -Enero.2006
E-mail: azularte101@hotmail.com