mariposa
lingüística
POESÍA
Leticia Cortés
ESTAMOS
INQUIETÁNDONOS
porque nos duelen las rodillas
porque me sobra el asco
porque vomito cuando me nombro.
y cuando no
........ .. soy mujer membrana.
Las aves amortiguan
la caída de su carcasa
el ventanal agrio de sus ojos
el pico flácido y automático
y mi lengua fálica
mis dientes sucios y amargos.
El canto veloz de un gusano asmático me engordece.
Estoy revuelta
petrificándome con el frío estoy
inclinándome
........ .incinerando búhos tuertos.
Disecando palabras tatuadas y escondidas.
Estamos inquietándonos
porque embalsamamos la tierra en nuestra áspera saliva.
Porque me agitan del agua los venenos estancados.
porque la distancia nos vuelve impacientes.
Porque soy torpe cuando pienso
y cuando no,
........ .soy muerta estéril.
Mi fango vientre, mi fango mano.
Mi trago de autobús lejano.
El huevo con un feto dentro.
El huevo con una filia de succionar.
Nos estamos temblando por dentro.
Nos estamos luces y agotadas,
porque el olvido se nos aparece en forma de sexo,
porque las tumbas aparecen de pronto.
Y lloro,
........ pero no te duelo.
Y me miras con rabia,
con recelo,
con el rabo del ojo y de perfil.
Pero estamos inquietos,
preocupados
por nuestro estado inmóvil.
ME
FUI MUDA
Quedando vacía me fui.
Despierto
antenas en los ojos
un tobillo hecho añicos.
Me fui tonta y me fui prostituta.
Encarcelándome a camas llenas de semen.
A contados días de tristeza hueca.
Me toco ciega.
Emplumada.
Troca aportilla el asfalto
de los martes y los doces.
La hora encolumnada condena.
Estoy crucificada.
Estoy parque y estoy óxido.
Multiplico las voces.
Gusanos de manzanas en los poros.
Me soy falange amputada.
Me estoy quieta y me estoy vacía
[6:30]
1
SEIS TREINTA PASOS
Hierve la televisión
Bajo una luz sirvo la taza de tu nombre
caliente vuela
como albatros
me sumerjo en la taza y te busco en ciudades sepultadas de los posos.
2
Habías llovido. Exploté Burbuja de alfileres sobre
el aire. Encima de la mesa yo vi. Se hinchó de madera el techo.
Bebí. Crecí como telescopio. Me enredé.
Pero mi amor se resquebrajó en ciento treinta decibeles
¿Quién dijo que el sonido se mide por kilómetros?
......... ... .. ..Si la leche y el pan
y tu lluvia se miden por voltaje
¿Quién dijo que la soledad es, a fuerza de palabras
......... ................. ......... ..............
................. ............ ..un lugar vacío?
3
Habías llovido.
Yo me hubiera suicidado
Si no fuera porque un dolor me llegó de pronto
Árbol tristísimo cayendo lentamente-balanceándose
hacia arriba
Intento decirte algo pero sólo llueves. Mis palabras revolcándose
en tus ganas de llover
4
Tengo huesos desfríaticos
Te escucho llover a cuenta gotas
A tormentas .............. .........partidas
.............. ......... por la mitad
Sé que estallé, que lloviste cuando el aire se tornó
más asfixiante que de costumbre
¿Qué puedo hacer con este espacio de cuerpo y de sangre?
5
Llueves madera. Mis dedos xilófagos. Desclavo los pies para
ir contigo hacia la partitura de tus sueños de hormigas blancas.
Entonces mi cáscara
Mi piel inmadura piel de larva se vuelve
........................... ...................
........... .........mariposa lingüística.
Soy bella porque digo hermenéutica.
6
Y me sé pedazos
Me sé a trinchera
A refugio de guerra muerta
Mi casa está rota.
El cuerpo de construcción deshecha.
.............. .........Casi nunca muero.
.............. ............... ................
..............Casi nunca me muero.
7
Mis ojos
paralelepípedos
arañan.
.............. .........Estoy piedra
y lama
.............. ................... .......................
.......acurrucada en el nombre de Dios
Murmuro tus murmullos que se hacen lógica
.............. .........- La lógica
me pulveriza -
8
SEIS TREINTA PASOS
Hierve la televisión.
Bajo la luz
una taza de tu nombre caliente.
QUERER
MATARME.
De verdad, querer matarme.
Enterrar un lápiz en la hoja del árbol,
mi palabra, volátil y caliente: efímera.
Que la garganta se esconda en latidos.
Que la licuadora me desuelle
que alguien me revise las venas
: tengo un mal en la sangre, en las arterias.
Tengo un mal que comprende la existencia.
que debí haber asumido hace más de veintitrés
años.
Y no lo hago.
Lo supe por lo callada que fui,
por mis proyectos lejanos, fallidos,
por mis tantos sueños
por lo vivido, lo muerto.
Por saberme tan tendida a olvidar,
a no ver bien,
a no ver los colores de las mentiras y ocultar verdades.
A ser tan temerosa e impulsiva.
A no tener dirección y no saber cocinar.
Sé que hace mucho tiempo debí haberme revisado las
entrañas,
que debí haber cifrado el mal que me amortigua.
Sé que cuando lloro podría ser más prudente y
quejarme menos
porque ni siquiera tengo motivos para hacerlo.
Sé las cosas que he podido hacer pero no las hago
porque me incomoda el cansancio y el tiempo.
Porque prefiero buscar la manera de morir lejana, incrustada
en historias que escriben los otros.
Parecer tan impenetrable e indestructible. Quiera tan sólo
quedarme quieta, vencerme.
Que nadie - ni yo - se queje de mi carne que a veces no es mía,
que a veces se me cansa demasiado por los pasos que da,
que a veces, sin esfuerzo, se hace añicos pensándote.
Que a veces, sin querer, le duele el coño metafísico
porque lo penetras.
Quiero decir de memoria todos los poemas que he querido escribir
y que nunca he podido.
Quiero los tantos años de la tierra y el agua. Saberme dulce
y salada.
Soplar el polvo que tengo en los huesos.
Que mis aventuras estén llenas de batallas ganadas,
arrancar manos que signifiquen miedos.
Que los árboles no me venzan como siempre,
que mi noche sea un conducto auditivo para el dormir sin pensar y
sin frío.
Quisiera que llegara lo nocturno y el dolor se me fuera de costado.
Que al revisarme fuera la de antes.
La del jardín grande en la antigua casa con una tortuga en
las manos.
No importa que mi destino hubiera sido otro.
No me importa si tuviera que haber escogido no conocer a quienes conozco.
.............- Incluso a ti -
porque en el fondo sé que también te haré daño.
Porque sé que siempre hay motivos, causas, impulsos, que me
hacen descender
que me hacen mirar un abismo, entenderme violeta pardo,
apoyarme, envolverme.
Y quisiera figurar como estrella marina, como estrella terrestre,
aventarme desnuda en la luz, sentir mi coraza partiéndose,
los ojos resquebrajándose, que yo pudiera parir raíces
petrificadas.
Quiero salirme de mí. Encontrar caminos lejos de las heridas
y la tristeza.
Convertirme en un mundo próximo a explotar, aniquilarse,
ser animal extinguido, llorar.
Quisiera ser un globo terráqueo roto y sin servicio ambulante,
sin tripulación aérea.
Una pata rota y astillada de una mesa de centro inservible.
Un suicida en potencia con vitrales y brújulas. Que sepa siempre
dónde está el corazón para no fallar. Quisiera
saber dónde está mi vaso y mi hígado. Pero no
lo sé. Y no sé cómo asomarme a mi boca para descubrir
cómo se me iba incendiando.
Cómo me fui haciendo lava y fuego
y se me descarnó la lengua, se me sacaron los labios, se me
emblanquecieron las glándulas.
Suicidarme. Pero de verdad matarme.
No rezar más. No quiero morir en paz.
Quiero darme cuenta de la hora en que las horas me acuchillen,
de que me haga pequeña y suelte un último suspiro.
Matarme. Pero de verdad suicidarme.
Que esta vez no pueda regresar mi gemido con un eco.
Que mi canto no tenga retorno.
Que en lugar de escuchar el llanto de mi nacimiento
escuche el llanto de mis padres en el velorio.
Leticia Cortés:
Es becaria de la Fundación Karrvaz en residencia 2006-2007
en La Mancha, España. Ha sido traducida al catalán por
el poeta Joan Navarro para Serièalfa, revista de Valencia,
España. Su obra poética se encuentra recopilada en revistas
de México y del extranjero, así como en la antología
Poesía viva de Jalisco y Voces varias a veces líquidas.
Participó en el programa Polvo nuevo de la palabra antigua
con su poemario inédito Labios de espina en el Palacio
de Bellas Artes. Obtuvo el tercer lugar en un concurso de poesía
convocado por Letrario.
leticia_cortes@hotmail.com