RECUERDO
Luciano
Díaz
La memoria tiene una increíble
cantidad de lugares donde se guardan miles de hechos convertidos en
recuerdos. La memoria se puede comparar con un mueble que tiene miles
y miles de gabinetes dentro de los cuales se encuentran y guardan
escenas de nuestras vidas que están ahí para quedarse.
Esta relación presentada más abajo, es una breve entrega
de un libro en progreso que se llamará Recuerdo y que
es en parte la visión de una sociedad que forma parte del contexto
Latinoamericano y que a través de recuerdos personales, de
una u otra manera coincidirán en el tiempo y el espacio con
el de muchas personas, coetáneas o no.
Recuerdo
A Georges Perec y Joe Brainard
01. Recuerdo un corredor del Cité donde vivía nuestra
familia en la ciudad de Puente Alto y por el que me pareció
salir al mundo después de una aparente larga convalecencia
(quizá
una o dos semanas) de bronco neumonía. El sol me molestaba.
Tenía seis años.
02. Recuerdo que vivíamos en la calle Ramón Núñez
la que comenzaba en la calle Eyzaguirre y terminaba en una calle llamada
Marcos Pérez de la misma ciudad.
03. Recuerdo que un perro al que mantenían encerrado un día
escapó y me mordió el trasero. Luego me llevaron al
hospital.
04. Recuerdo a un ex policía alcohólico que algunas
veces golpeaba a su esposa Rebeca y cuya familia vivía en las
habitaciones que quedaban en la primera esquina del callejón
de entrada al Cité.
05. Recuerdo que Fernando Rojas, hijo del ex policía y que
contaba con unos seis años, era mi amigo, también el
José Sanhueza y el Julio Hernández.
06. Recuerdo que me levantaba muy temprano por las mañanas,
cuando todos aun dormían y salía a jugar con mi hermana
Rosa.
07. Recuerdo que entonces tenía miedo a los caballos.
08. Recuerdo que lo primero que veía al salir a la calle,
de frente y al este del pasillo de entrada (o salida) al Cité,
eran las montañas nevadas y limpias. Tendrá que haber
sido julio o agosto.
09. Recuerdo que a la entrada al Cité vivía una familia
de apellido Mena. Don Hugo, su esposa, dos hijas, Isabel (Chabela)
y Ana, y dos hijos: Hugo y Gualo (¿Eduardo?)
10. Recuerdo que en el Cité vivían aproximadamente
unas diez familias. Los Mena, los Rojas, los Hernández, los
Sanhueza, Don Ernesto, el que arreglaba catres; los Muñoz,
los Díaz y otros. Todas las familias compartían un solo
cuarto de baño.
11. Recuerdo que el dueño del Cité era Don Camilo Aguilera,
un señor que usaba un sombrero de fieltro y que contaba unos
sesenta años. Vivía con su esposa Amelia en una casa
de la calle Eyzaguirre esquina de Ramón Núñez
y cuyo patio comunicaba con el Cité.
12. Recuerdo que en una ocasión Don Camilo vino a cobrar el
arriendo del mes y en una discusión con los Sanhueza recibió
un golpe de puño en el rostro y cayó sentado en un lavatorio
lleno de agua que se encontraba en el suelo a la puerta de los Sanhueza.
Nazario, el mayor de los Sanhueza hijos fue quien había propinado
el golpe.
13. Recuerdo que pasábamos largos periodos sin luz en las
habitaciones debido a qué Don Camilo cortaba la corriente por
el no pago de los arriendos. Esto se repetía todos los meses.
14. Recuerdo que Don Camilo era también dueño de una
pequeña tienda donde vendía artículos comestibles
y otros enseres de primera necesidad como jabones, aspirinas, hilos,
agujas, etc.
15. Recuerdo que mi padre una vez trajo cincuenta mil pesos o más
de la época y dejó el dinero sobre la mesa (unos billetes
verdes grandísimos). Seguramente el sueldo del mes. Husmeando
alcancé sobre la mesa y encontré el dinero. Me fui donde
Don Camilo le pasé todo y le dije que quería "guatones",
una especie de caramelo hecho con azúcar tostada o azúcar
rubia y otras especias. Don Camilo lo tomó y a cambio me pasó
un par de guatones. Regreso a casa y veo que hay un pánico
tremendo entre mis hermanos mayores que alcanza también a mis
padres. Me ven chupando los guatones y me preguntan de donde los conseguí,
respondí que son de la tienda de Don Camilo. Mi padre envía
a mi hermano Adán a la tienda a indagar y que me lleve allí
como posible inculpado. Mi hermano me toma la mano y nos dirigimos
al negocio. Don Camilo le pasa todo el dinero de vuelta y le dice
que no se preocupe por los guatones consumidos.
16. Recuerdo que los hermanos mayores, 10 a 15 años, jugaban
al fútbol por las tardes en la calle y usaban una pelota hecha
con calcetines viejos, aserrín y papeles.
17. Recuerdo que los muchachos de mi edad en el vecindario eran el
Fernando Rojas, el Julio Hernández y el José Sanhueza.
Un año más un año menos.
18. Recuerdo que cuando comenzaba a oscurecer, éramos los primeros
que nuestras madres ordenaban entrar al Cité para comenzar
los rituales antes del sueño.
19. Recuerdo que las chicas, nuestras hermanas, pasaban gran parte
del día saltando un cordel que hacían girar sobres sus
cabezas incesantemente.
20. Recuerdo que mi hermano Fernando coleccionaba estampas de futbolistas
de diferentes países. Por esa época se desarrollaba
en Chile el Mundial de Fútbol.
21. Recuerdo que mis hermanos mayores Daniel y Adán (santos)
trabajaban y yo no sabía por qué. Tendrían 18
y 17 respectivamente. Al parecer habían comenzado hacía
ya varios años.
22. Recuerdo que Daniel era panadero en la Panadería San Luis
y Adán trabajaba en la tienda de abarrotes de Pedro Hessin
como dependiente.
23. Recuerdo que a veces comprábamos todas las provisiones
que necesitábamos para el mes donde Hessin y Adán no
recibía un centavo de su paga a fin de mes.
24. Recuerdo que a veces también comprábamos donde
los Reijciavic, unos croatas que eran los otros tenderos del barrio.
En esa época les decían yugoslavos.
25. Recuerdo que el entorno comercial de nuestro barrio, aproximadamente
unas 4 o 5 cuadras a la redonda, consistía de: la farmacia
de Víctor Silva, la botillería de Don Waldo, los abarrotes
de Pedro Hessin, los abarrotes de Pedro Reijciavic, las verduras y
abarrotes de los Mores, la Panadería El Pueblo, el Restaurant
El Buen Gusto, la Peluquería Albornoz, la Reparadora de calzado
Carrasco, el Restaurant de Lucho Gómez, las Reparaciones de
Bicicletas de Don Guille, la Carnicería de Don Cheo.
26. Recuerdo también que en este pequeño microcosmos
habían otras instituciones como por ejemplo el Club de Fútbol
Júpiter, de una data más antigua que el famoso club
Colo Colo, el Sindicato de Obreros de la Fábrica de Tejidos
Victoria y un Cuartel de la Policía de Investigaciones.
27. Recuerdo que mi padre cimentaba su militancia política.
Era del mismo partido de un doctor que había sido ministro
muchos años antes y que al parecer pretendía ser presidente.
Mi padre, según yo escuchaba a los mayores, era Albañil.
Yo no sabía lo que esa palabra significaba
28. Recuerdo que dos o tres veces por año, pasaban por la
calle Eyzaguirre, que estaba a unos treinta metros al norte del Cité,
miles y miles de animales vacunos que seguramente eran arreados camino
a un matadero que había en San Bernardo. Esto me parecía
que duraba horas y horas.
29. Recuerdo que por mi ciudad pasaba un río, el Maipo.
30. Recuerdo que ese año había comenzado a ir la escuela
y había aprendido a leer.
31. Recuerdo que en los días de invierno a veces llovía
hasta dos semanas sin parar y a pesar de los tremendos barriales,
los inconvenientes, además del frío húmedo, la
vida continuaba normalmente.
32. Recuerdo que mi hermano Fernando, quien entonces contaba doce
años, me sacaba del barrio hacia el centro de la ciudad y me
enseñaba el nombre de cada una de las calles que íbamos
cruzando o atravesando. Algunos días o semanas después
salíamos nuevamente y me preguntaba el nombre de tal o cual
calle y mostraba una amplia sonrisa cuando yo respondía correctamente.
33. Recuerdo que al llegar a la calle Concha y Toro del centro de
Puente Alto, Fernando me indicaba que derecho hacia el norte por esa
calle se llegaba al centro de Santiago, esto después de haber
recorrido dieciocho kilómetros en bus. Esta calle, unos cuanto
kilómetros más al norte cambiaba de nombre y se convertía
en Vicuña Mackenna.