Kafka
Juega en Mimoun
Leonardo
Escobar Boehmwald
No hay
camino previsto.
No hay seguridad humana
Que asegure la historia.
Franz
Kafka
El
presente trabajo pretende estudiar la influencia kafkiana en Juegos de la edad
tardía y en Mimoun. Esto observando, muy someramente, la posible
intertextualidad entre estas obras y algunas obras de Kafka. Luego se buscará
observar cómo y por qué las características de la obra y
del proyecto escritural kafkiano están presentes en la obra de Landero
y en la de Chirbes tomando como ejemplos tan solo a Manuel y Gregorio,
para, finalmente, determinar si la presencia de estas características tienen
alguna relación con que las novelas hayan surgido en la España post
franquista.
Al leer Juegos de la edad tardía
de Luis Landero y Mimoun de Rafael Chirbes, resulta imposible no establecer
relaciones entre ellas y obras de Franz Kafka, como La metamorfosis, El
castillo o El proceso. Esta relación se puede apreciar tanto
a nivel intertextual como a nivel de influencia, ya que en ambas obras españolas
parece encontrarse, a lo menos, parte del argumento de las obras kafkianas. Rafael
Chirbes, y en mayor medida Luis Landero, parecen tener en la conciencia al momento
de escribir sus obras, los relatos de estos personajes solitarios que no poseen
una respuesta clara al porqué de sus desventuras.
Chirbes, por
su parte, sitúa a su protagonista Manuel en la ciudad marroquí de
Mimoun en busca de tranquilidad para así poder vivir sin sobresaltos. Pero,
al igual que Joseph K que es invadido en su habitación para ser notificado
del proceso que se lleva en su contra sin que se sepa el delito, es perseguido
o acusado (por lo menos lo siente así) de algo que nunca queda muy claro
y que lo atormenta mientras se queda en aquel lugar:
[…]
El policía me hizo decirle de nuevo mi nombre y lo repitió tres
o cuatro veces, como si quisiera aprendérselo de memoria y le resultara
sumamente complicado. - C'est juif, n'est - ce pas? - sacó como conclusión
de su ejercicio nemotécnico. Lo negué y, por el hecho de negarlo,
me sentí sospechoso. Él también lo vio así. […] De
haberlo permitido, me hubiese acompañado aquella misma noche a mi casa.
(73 - 74) |
De esta manera Chirbes da paso a su primer y gran guiño a la obra de Kafka.
Manuel, sin tener nada de que sentirse culpable, lo hace porque está siendo
invadido en su intimidad y en su espacio. La policía lo persigue y pone
sus ojos sobre él, básicamente por el hecho de ser extranjero. En
lo que se diferencia del argumento de la obra kafkiana, es que Joseph K es notificado
de un proceso judicial sobre el cual, él parece ser el único que
desconoce su causa; Manuel, sin embargo, no es procesado ni encarcelado en ningún
momento, pero sí es perseguido (o por lo menos eso siente él) sin
motivo. En Mimoun la idea de este proceso injustificado parece estar en
una fase anterior a lo que ocurre con la obra de Kafka, pues aquí se pone
mayor atención en todo el desgaste emocional y psicológico que sufre
el protagonista por no entender ni saber porque existe tanto grado de animadversión
sobre su persona. Y es el mismo Manuel quien nos hace saber su estado de incertidumbre
y angustia:
Tenía
la impresión de que el policía Driss vivía sólo para
vigilarme. Se instalaba en una esquina de la barra del bar y acechaba la puerta
por la que yo acabaría entrando. Con su rostro huesudo y amarillo, parecía
una alimaña enferma a la espera de su presa. En cuanto me veía,
aquellos ojos adormecidos por el alcohol recobraban una insospechada vitalidad
y seguían cada uno de mis movimientos. Yo procuraba situarme en algún
lugar de la barra alejado del que él ocupaba, y fingía, cada vez,
no haberlo visto. (101) |
Esta escena de la obra de Chirbes presenta muy bien el grado de preocupación
y casi de desesperación que esta viviendo el protagonista, y muestra el
estado de constante observación que Manuel tiene de su realidad. Esto porque
se siente encerrado dentro de este pequeño pueblo. Así durante el
relato él se va hundiendo cada vez más en sí mismo y en su
desesperación e incertidumbre aunque no termina tan mal como lo hará
el procesado de la obra de Kafka.
Luis Landero, por su parte, toma mayores
referencias de las obras de Kafka y presenta partes de su relato muy analogables
a El castillo y a La metamorfosis siendo esta última obra,
quizás la base de Juegos de la edad tardía.
La relación
que la obra de Landero presenta con El castillo se puede apreciar en el
trabajo que Gregorio Olías posee. No queda muy claro que es lo que hace,
de hecho cada mañana recibe en un sobre las instrucciones de aquello que
debe hacer, es decir, su trabajo pareciera actualizarse diariamente, aunque se
le dice que "no tendría más que ocuparse de clasificar y despachar
la correspondencia, empaquetar muestras y quizás algún día
atender el teléfono" (88). De todas maneras no parece ser una labor
muy relevante dentro de la empresa, ya que lo importante está en los pisos
superiores a los que él no puede acceder, pues ahí está el
jefe y mandamás, el señor Belson. En este sentido, se podrían
analogar los pisos superiores con el castillo en la montaña al cual K debe
llegar para saber cual es su labor y conocer así a su jefe, lugar al que
no puede (y parece que no debe) acceder. Olías está prisionero del
desconocimiento, pero a diferencia de K, no le importa. Otro punto de comparación
es el desconocimiento de los motivos que llevaron al conde, por un lado, y al
misterioso hombre de negro, a contratar a K y a Gregorio, respectivamente. Por
una parte el agrimensor no sabe nada acerca de su nuevo jefe, ni del cargo que
llevará a cabo, ni de las acciones que deberá realizar; y por otra
Olías no sabe nada … literalmente. La entrevista a la que es puesto a prueba
lo deja ver claramente:
-
¿Sabe idiomas? - No. […] - ¿Ha acabado el Bachiller?
- No. - ¿Ha oído hablar antes de Requena y Belson? - No.
[…] - ¿Sabe usted latín? - Muy poco. […] - ¿Posee
usted convicciones políticas? - No - se disculpó Gregorio.
(88) |
Lo llamativo entonces es por qué contratan a Gregorio si ante toda
pregunta que implique algún conocimiento él reconoce su ignorancia
o desconocimiento. Aún así tiene más éxito en su faena
que K ya que a lo menos logra alcanzar un lugar físico donde trabajar aunque
sea en un garage.
Otro punto que puede relacionar las dos obras es lo
que le sucede a K la cuarta noche en la posada. Mientras se encuentra ahí
Barnabás le entrega una carta proveniente del castillo donde se le reconoce
con mucha satisfacción el buen trabajo que está realizando. Resulta
realmente sospechoso que aún sin saber muy bien que debe hacer se le felicite
por eso. Esto también le sucede a Gregorio ya que aunque nunca se dirige
a él el hombre de negro, salvo para despedirlo, el hecho de estar en el
mismo lugar trabajando por catorce años permite decir que, a lo menos de
modo tácito, se le reconoce por lograr hacer con éxito el escaso
trabajo que se le solicita.
Con respecto a La metamorfosis la obra
de Landero parece tener mayor relación. De hecho la idea de un cambio,
de una transformación está presente en toda la novela. La gran diferencia,
eso sí, entre la obra de Kafka y Juegos… radica en que en la primera
se nos presenta a Gregorio Samsa ya transformado en escarabajo, es decir, no se
muestra el proceso de transformación del personaje; mientras que en la
segunda se muestra todo el proceso de crecimiento y de evolución de Gregorio
Olías hasta devenir en el poeta Faroni. Así toda la novela se articula
en torno a la idea del cambio, ya que si bien en Kafka se muestra sólo
al insecto hasta que muere, en Landero se ve el nacimiento de este 'bicho', la
etapa de capullo, la salida al mundo, su muerte, pero también lo que sucede
con 'el envase' de Faroni y qué sucede después del fallecimiento
del poeta:
Más
de veinte noches llevaba Gregorio concediéndose entrevistas nocturnas.
Fue el principio de una larga metamorfosis que cuatro años después,
un domingo de octubre, recordaría como un juego aparentemente arbitrario,
donde gana el jugador que descubre antes las reglas, y cuya misteriosa precisión
sólo se entiende después del desenlace. (130)
|
Por esta razón,
entonces, el relato continúa después de la muerte de Faroni, porque
sólo después del fin se puede entender la finalidad y el peso de
los hechos, y así como podría plantearse que en Kafka la hermana
de Gregorio inevitablemente pareciera destinada a sufrir la misma vida y transformación
que él y, por lo tanto, la presencia del escarabajo seguirá latente;
en Landero la presencia subyacente de Faroni también se puede apreciar
al llegar a este pueblo casi abandonado y solitario
que respira, construye y ensalza la figura del poeta imaginario. Por esto su imagen
y su obra podrán estar siempre en la memoria y en el recuerdo de, a lo
menos, dos hombres que deberán sufrir una nueva metamorfosis para seguir
viviendo.
Aunque las relaciones entre las novelas españolas estudiadas
y las obras de Kafka se logran apreciar de modo claro, parece que lo más
importante no radica en esta aproximación visible sino que es mucho más
relevante el hecho de que varias de las características básicas
del proyecto kafkiano pueden ser reconocidas tanto en la obra de Landero como
en la de Chirbes. De esta manera podemos apreciar rasgos como la culpa, la incomunicación
o la soledad entre otros.
Según Augusto Sarrochi en La incomunicación,
fuente generadora de la creación kafkiana, la obra de Kafka presenta
un mundo muy caótico. Por esto al ser humano se le hace difícil
de desentrañar. Esto hará que el hombre se muestre inmerso en su
propio mundo interior el que le mostrará sentimientos contradictorios donde
la culpa, la soledad y la incomunicación tomarán un papel muy relevante.
(5)
Como se puede apreciar en ambas obras, tanto Manuel como Gregorio
se encuentran más centrados en su propia interioridad que en la relación
con el exterior, claro que por diferentes motivos. En la obra de Chirbes, la vuelta
hacia adentro se debe principalmente a que no hay nadie afuera que sirva de compañía.
Ninguno de los compañeros casuales resulta se un amigo que lo acompañe
a nivel personal. Ni Francisco, ni Charpent ni Abd -El -Jaq, entre otros, se constituyen
en confidentes o compañeros que lo apoyan en los momentos de dificultad
o soledad.
En el texto de Landero, en cambio, la introspección
se da porque Gregorio comienza a vivir una nueva vida, crea una nueva realidad
que lo devuelve hacia sí mismo y que lo centra en afirmar esta nueva creación
y la nueva existencia en su mundo poético.
Con respecto a las tres
principales características que según Sarrochi se producen por esta
introspección en la obra de Kafka, todas pueden ser reconocidas en ambas
obras.
Al hablar de la culpa se aprecia que Manuel en sí no vive
tan agobiado por ella, salvo por la sensación de constante sospecha a la
que lo somete Driss. Pero sí está rodeado por la culpa, ya que Rachida
es culpable de hurto y Francisco es acusado por el incendio en la Creuse. Es decir,
aquellos que tienen un contacto mucho más directo con él, de algún
modo le están presentado constantemente a la culpa como compañera.
Y por esto, entre muchas otras cosas, es mejor abandonar rápido la caótica
ciudad de Mimoun.
En tanto en Gregorio la culpa sí se puede apreciar
de manera más directa y tangible. Gregorio se siente cada vez más
culpable de su trampa, de su creación que ha llevado a todos los que están
cerca de él a vivir en una mentira gigantesca y con una intranquilidad
avasalladora. Y sobre todo la culpa lo invade con mayor fuerza cuando se hace
pasar por Alvar Osián y hace que se amenace a Gil para que deje la ciudad.
Esta misma culpa está presente después del 'asesinato' de doña
Gloria. Y así la obra se va articulando en torno a este constante remordimiento
por engatusar a todos. La despedida de su mujer es quizás el mejor ejemplo
de cómo se siente "No te creas lo que te digan. Recuérdame
cómo cuando nos conocimos." (367). Con esto apreciamos lo que pasa
con Gregorio y como siente él que ha ido en franca caída, reconociendo
los errores y sabiendo que ahora ya la vida no es como la fue en el pasado.
Esta
característica es la que menos se logra apreciar en las novelas, aunque
si se encuentra de manera subyacente en la forma de ser de cada personaje.
Siguiendo
con la soledad como tópico recurrente en la obra kafkiana resulta claro
que ambas obras se desencadenan a causa de este sentimiento tan fuerte.
Manuel
abandona Fez porque se siente solo "Iba a disfrutar de tanto tiempo libre
como quisiera; y eso, que en cualquier otra parte hubiera sido maravilloso, en
Fez, encerrado en el pequeño círculo de los profesores españoles,
me asustó más que alegrarme." (13). La soledad lo ataca incluso
entre aquellos que pertenecen a su mismo país y que hablan su misma lengua,
por eso se irá a Mimoun, buscando compañía y una guía
que seguir, pero todo se torna peor para él:
No
visitaba a Francisco ni a Charpent, los españoles de Fez se habían
ido de vacaciones a principios del verano y hacía casi dos meses que la
Facultad había cerrado sus puertas. Vivía en Mimoun como si hubiese
ido desnudándome de todo, y me quedé a solas con un paisaje que
también se iba borrando tras el polvo y el sol hasta no parecer más
que el decorado irreal de una pesadilla. (107)
|
De esta manera el lugar que pretendía ser la solución para sus problemas
y el refugio para poder vivir en libertad, se vuelve su propia prisión
ya que al no tener a nadie debe volverse necesariamente hacia su interior, lo
que hará que tome conciencia de su propio estado y de su inevitable soledad.
Por su parte Gregorio desarrolla e inventa a Faroni por la falta de compañía,
ya que aunque es cierto que está casado su vida matrimonial le presenta
a una mujer que carece del espíritu necesario para seguirlo en sus locuras
y le va negando los sueños que intenta alcanzar y considera casi todas
sus peticiones o comentarios una 'tontuna':
-
Angelina. - Qué. - ¿A qué parece que los músicos
tocan sólo para nosotros? - Qué tontería. […] - Angelina. -
Qué. - ¿Sabes lo que vamos a hacer cuando acabe la sequía? -
No - Comprarnos un coche. - Qué locura. […] - Pues algún
día nos iremos al campo. Yo plantaré trigo y tú tendrás
tus gallinas. - Anda, déjate de tontunas, que te veo muy raro esta tarde. -
Y además me gustaría abrazarte ahora mismo, con mala intención. -
Por Dios Gregorio, ya está bien. Sólo piensas en esas cosas.
(102) |
Aquí
se aprecia un ejemplo de cómo Angelina no parece ser una compañera
muy cómplice para Gregorio y le encuentra todo o locura o tontera. Además
no resulta ser una mujer muy apasionada. De esta manera el desenlace de Olías
parece ser inevitable y la soledad se aprecia, más que en el hecho de no
tener compañía, en que no tiene a nadie para cumplir sus sueños.
Esto hasta que aparece Gil y le rompe la monotonía "Señor Olías
- se emocionó Gil - , yo sabía que no se iba a negar. Lo sabía.
Es usted un hombre generoso, y a cambio yo le ofrezco lo único que tengo:
mi agradecimiento infinito." (109). Con esta conversación se da inicio
a la doble vida de Gregorio, que no por tener dos personalidades deja de estar
solo: ahora sufre dos soledades ya que no es ni lo uno ni lo otro. Esto hasta
que, al igual que Manuel que abandona Marruecos, abandona la ciudad, a su mujer,
su trabajo y a su poeta para reestructurarse y comenzar a construir una posible
vida donde pueda realizar sus proyectos y dar espacio a una vida con su escudero
y compañero Gil.
Respecto al último punto rescatado que es
la incomunicación también se aprecia fuertemente en ambas obras.
Manuel, como ya se ha dicho, no se comunica con sus compañeros
españoles porque lo considera extremadamente aburrido, mientras que la
relación con Francisco se torna de mucho silencio porque lo adoptan casi
de modo natural "Sin quererlo, Francisco y yo habíamos conseguido
no estorbarnos el uno al otro, por el método de introducirnos en mundos
que no tenían contacto entre sí." (26). Así se va dando
la relación entre Manuel y el mundo buscando compañía que
se vuelve pasajera y sin palabras:
Por
mi casa, a partir de las diez de la noche, circulaban los compañeros de
la última copa, o las prostitutas encontradas en cualquier acera. Dentro
de mí fue rompiéndose todo en pedazos. En el colchón de mi
cuarto hubo noches en las que nos mezclamos media docena de individuos […] Nos
acostábamos unos sobre otros completamente ebrios y, luego, en la oscuridad
de la habitación, empezábamos a buscarnos con sigilo como si nos
importase algo que los demás pudieran darse cuenta.
(87) |
Esta escena es un perfecto ejemplo del nivel de relaciones existentes en
Mimoun y de cómo Manuel se presenta ahí. No importa nada y la comunicación
no es un rasgo que se presente como necesario ya que el alcohol, el sexo y las
drogas son el único medio de comunicación 'exitoso' porque a través
de ellos se conoce gente y se relacionan los individuos en este pueblo perdido
y en decadencia.
Gregorio por otro lado, y como se puede extraer de la
relación con su mujer, también está incomunicado ya que ella
no lo considera, casi no le cree las cosas que le dice, lo que lo conduce a mentir
con exageración. Pero la incomunicación se aprecia mucho más
marcadamente en las primeras conversaciones telefónicas con Gil que también
lo llevarán al final caótico y a la doble vida:
-
¿Puedo sincerarme? - Desde luego - tembló Gregorio. - Usted,
señor Olías, tiene un secreto. - ¿Yo? - Sí,
un secreto. Pero quiero que sepa que puede confiar en mí. Soy una persona
honrada. - Pero, ¡si yo no tengo nada que contar! […] - Usted no confía
en mí, lo noto, y eso me ofende y me duele. Usted, señor Olías,
no me estima. Usted me desprecia. Pero yo acepto y callo. (118)
|
Esta conversación
es sólo un ejemplo de cómo Gregorio y Faroni son producto de la
incomunicación: Angelina no lo escucha y si lo hace sólo considera
sus opiniones tonteras, mientras que Gil no lo escucha y no le cree y lo lleva
a crear aun nuevo personaje que le sirve para tapar la desdicha que él
tiene por no vivir en la ciudad.
De estamanera se aprecia que de los tres
aspectos que son rescatados por Sarrochi los que se presentan con más fuerza
son la soledad y la incomunicación, y esto resulta bastante lógico
ya que una es causa de la otra. Al estar tan presentes estos dos motivos se puede
aventurar entonces que el proyecto kafkiano sí está presente en
estas obras.
Aunque
existe otro punto que es rescatado y es la noción de la función
egodefensiva, es decir, el intento de defender la propia personalidad e individualidad,
que presentan las obras del autor checo. Con esto está rescatando la idea,
ya desarrollada, de que los personajes (y también las personas) evitan
reconocer las verdades básicas sobre sí mismos o sobre la realidad
que los rodea. Esta función está dada por la incomunicación.
Debido a ella se asume y se observa que tanto Manuel como Gregorio la utilizan.
El protagonista de Mimoun utiliza el alcohol y otros agentes externos para
compartir las noches y los momentos y así tapar su propia individualidad,
y cuando esta se asoma con el rostro de la soledad se espanta, se aterra y decide
abandonar la ciudad. Olías, en tanto, tapa su propia persona con la figura
de Faroni, (esto ante los ojos de Gil) y tapa a Faroni con la imagen de Gregorio
(esto a los ojos de Angelina). De esta forma nunca se está comunicando
de modo satisfactorio porque nunca habla desde él mismo sino que habla
sólo la mitad de su persona. Y cuando estos dos seres comienzan a chocar
es que decide huir porque no puede hacerle frente a las verdades que saldrán
a la luz y a los efectos que estas pueden provocar.
De esta manera ambos
personajes se convierten en kafkianos ya que como dice Alberto Constante en su
artículo "Nietzsche y Kafka: la culpa extraña y el santo deber",
"el sentido de la vida de los personajes [de Kafka] se les ofrece como un
vacío, siendo el mundo lo temible y es a lo que cada individuo está
condenado a someterse" (1). En otras palabras, el mundo que los rodea se
convierte en el mayor enemigo que poseen y va más allá de las relaciones
interpersonales que establecen con los demás. De esta manera tanto Manuel
como Olías se convierten en el escarabajo Samsa que debe luchar contra
todo para poder sobrevivir. Ambos son los propios escarabajos de cada novela.
Lo interesante de ambas novelas, y que permite hacer la relación
con Kafka, es lo que Luis Izquierdo plantea en Conocer Kafka y su obra:
"Es
una obra en cierto modo intemporal, pero siempre pertinente; con rasgos de raíz
a veces incomprensible, pero muy parecidos a aquéllos que caracterizan
justamente lo cotidiano y a nosotros revueltos en ese laberinto del que procuramos
desentendernos. Lo molesto es que Kafka registra, siempre implacable, todas las
pistas y desvíos imaginables. O sea, todas las coartadas mediante las cuales
creemos superar los baches y seguir normalmente el camino previsto, sin dificultades."
(31) |
Las dos obras
se plantean como laberintos para los personajes, el mundo se les vuelve difícil
de seguir y de comprender, aunque ellos crean, en el comienzo, que siempre se
puede salir y que están caminando por donde ellos han decidido y no por
donde el mundo los está llevando. Gregorio y Manuel se muestran desde el
comienzo conformes con sus vidas, pero a medida que avanzan se enfrentan a la
decadencia y degradación, sólo por tratar de alcanzar el castillo
que está en la cima de la montaña y por querer entender cual es
la causa que justifica el proceso por el que están siendo juzgados.
El otro punto importante que toca Izquierdo es el de la cotidianeidad. Tanto Landero
como Chirbes nos presentan una realidad cotidiana, con personajes que no lo son
tanto, que nos permite entender hacia donde se dirigen y por qué actúan
de este modo. Pero aún así se debe entender que mueve a este mundo
tan caótico y desordenado presentado por los dos autores.
Para
comprender este porqué hay que mirar a la historia y observar la España
post - franquista y su forma de narrar, ya que Kafka reaparece dentro de esta
época y nos trae a Manuel y a Gregorio Olías.
Juan Antonio
Masoliver se encarga de dar varias pistas que permitirán situar a Kafka
en esta España y entender porqué podemos encontrarlo. Señala
que en años posteriores a la muerte de Franco se tiene la sensación
de que se han traicionado ciertas ideologías e ideales y por esto se produce
el desencanto lo que transforma a los escritores en marginados ya que no se apegarán
a las normas de lo establecido. Así el autor verá si puede sobrevivir
al margen de la sociedad. (39) Si analogamos esta afirmación con los personajes
kafkiano - españoles (entiéndase Manuel y Gregorio) los vemos a
ellos fuera de la sociedad. Se ha hablado de la incomunicación, la soledad
y la culpa, y no resulta para nada extraño añadir o concluir que
de la suma de estas tres emociones se pueda extraer fácilmente el desencanto.
Y así, como la sociedad se ha vuelto traicionera debemos funcionar al margen
de ella. Un período de dictadura, de represión política e
ideológica como el que antecede a la producción de estas obras es
fácilmente comparable con las ideas que tenía Kafka al producir
o pensar sus obras:
La
apariencia de una laboriosidad sobrehumana es el motor oculto que impulsa la maquinaria
de exterminio en la que quedan atrapados los protagonistas de Kafka, y que es
responsable del funcionamiento de ese mundo absurdo de por sí. El tema
principal de las novelas de Kafka es el conflicto entre un mundo que adopta la
forma de esa maquinaria de funcionamiento impecable y un protagonista que intenta
destruirla. (Abreu, 1) |
El gobierno represor es esta máquina (como "En la colonia penitenciaria")
que intenta imponer sus códigos, mientras que son los personajes los encargados
de luchar, aunque solos, para salir de esta presión y castigo. Ninguno
de los dos protagonistas posee la fuerza necesaria para romper con el mundo que
los maneja, pero a lo menos se dan cuenta que no pueden seguir viviendo como lo
han hecho hasta ahora. Y aunque no está tan presente la crítica
o la respuesta al régimen dictatorial, si se puede apreciar la crítica
a la sociedad que acepta con la cabeza gacha las reglas que se está imponiendo.
Otro punto interesante que expone Masoliver, y que permite hacer la relación
con lo kafkiano, es que el desencanto se traduce en desarraigo. Es decir, tal
como Samsa ya no pertenece a la raza humana; Joseph K pierde su privacidad y K.
no está en un lugar definido y no pertenece a los espacios en los que termina
habitando; Manuel se va a Marruecos escapando de Madrid, por lo que no vive en
su tierra; y Olías se mete en su cabeza y regresa a los sueños de
infancia, dejando de pertenecer, en cierto grado, al mundo adulto y al mundo real.
Ambos lo hacen para vivir en una realidad distinta, pero también mejor
a la que están acostumbrados, aunque los resultados no sean los esperados.
La última idea presentada por este mismo autor que permite analogar y entender
porqué Kafka se puede observar detrás de este período español
es que la soledad se vuelve dominante en la nueva narrativa porque se han perdido
los referentes, y comienza a pesar la infancia (en Kafka está la influencia
que tiene su vida sobre sus obras), importan las relaciones familiares o de amistad
(en Mimoun y en Juegos de la edad tardía estas relaciones
se pueden apreciar fallidas, al igual que en la obra kafkiana); se pone énfasis
en los conflictos individuales mas que en los sociales y se busca crear una realidad
novelesca con el fin de disfrazar / huir de la realidad (Faroni por el lado de
Olías, y las relaciones nocturnas basadas en conquistas de bar o prostitutas,
por el lado de Manuel).
Por su parte Fernando Valls rescata que en la
novela posterior a Franco se presenta la lucha contra un mundo hostil (Samsa lucha
contra el asco y rechazo familiar; Joseph K, contra el proceso misterioso; K,
contra la incertidumbre; Olías, contra la mentira que él mismo se
forzó a crear, y Manuel, contra el policía, el idioma, las costumbres
y su propia crisis moral); se muestra el desencanto de los individuos; y se degradan
las ideologías (ninguno de los cinco personajes presenta una ideología
fuerte, actúan mas bien por inercia o porque no les queda ninguna otra
alternativa).
Entonces bajo esta perspectiva y, apoyados en los postulados
que entregan Masoliver Ródenas y Valls acerca de la forma en que se produce
la nueva novela española post franquista, podemos afirmar que las características
que muestra la obra de Kafka se encuentran presentes en las novelas estudiadas.
Kafka, al recoger la cotidianeidad del ser humano, encerrado en el laberinto que
es el mundo, nos permite observar cómo los sujetos se tienen que enfrentar
a él y hacer todo lo posible por superar los conflictos. Si pensamos que
después de un régimen de dictadura las personas perciben el mundo
como una barrera que debe ser saltada, como un período de la historia que
debe ser superado, podemos comprender porque las obras del escritor checo pueden
ser útiles y aplicables. En ellas los conflictos se vuelven hacia el individuo
que representa al insecto que en cualquier momento resultará pisoteado
por el zapato del mundo. Y esa es la sensación que queda después
de vivir años donde la censura no sólo se aplicaba a libros, películas
o series, sino que a los sujetos que intentaban expresar lo que pensaban o creían.
Así pensar en la existencia de un Joseph K posmoderno que es ajusticiado
sin conocer el motivo, que es humillado y al cual se le invade su propio espacio,
no resulta para nada inverosímil en una época de dictadura. Porque
la violencia que muestra Kafka no sólo se puede encontrar en un Manuel
viviendo en Mimoun, en un Gregorio Olías jugando a ser otro o en un señor
K esperando eternamente, sino que en cualquier individuo que trate de actuar fuera
de lo que dice el poder autoritario, y que siempre puede ser víctima de
un oficial dispuesto a escribir el castigo en el cuerpo.
Bibliografía
-
Abreu, Juan. "Un nuevo Kafka. En www.barcelonareview.com/15/s_criticaja.htm
-
Chirbes, Rafael. Mimoun. Editorial Anagrama: Barcelona. 1988.
- Constante,
Alberto. "Nietzsche y Kafka: la culpa extraña y el santo deber."
En http://serbal.pntic.mec.es/cmunoz11/constante44.pdf
-
Izquierdo, Luis. Conocer Kafka y su obra. Dopesa: Barcelona.1977.
-
Landero, Luis. Juegos de la edad tardía. Tusquets: Barcelona. 1996.
-
Masoliver Ródenas, Juan Antonio. Voces contemporáneas. Acantilado:
Barcelona. 2004.
- Sarrochi, Augusto. La incomunicación, fuente
generadora de la creación kafkiana. Revista Signos. Vol. 1
-
Valls, Fernando. La realidad inventada. Crítica: Barcelona. 2003.