Christine Falkenland
Poemas
de Acerca de él
Presentación
Lilian Fernández Hall
Nacida
en 1967 en la provincia de Bohuslän, en la costa oeste de Suecia, Christine
Falkenland es una voz singular de la poesía y la narrativa sueca. Creció
en un ambiente religioso influido por la severidad schartauniana, (1)
que marcaría más adelante su elección de un lenguaje casi
arcaico, cargado de simbolismos y alusiones religiosas. De muy joven dejó
su hogar planeando consagrarse como sacerdote (lo cual es posible para las mujeres
en la religión protestante luterana). A pesar de no haber realizado este
propósito, desde entonces hace abierta alusión a su fe religiosa,
lo cual la distingue en un país tan secularizado como Suecia. Llegada a
Estocolmo, empieza a escribir y a colaborar
en uno de los más prestigiosos periódicos de la capital, Svenska
Dagbladet. Su prosa cristalina, su fe religiosa y su llamativa belleza típicamente
nórdica, rápidamente la convierten en el centro de atención
de la élite literaria sueca. Influida por la lírica de Gunnar Ekelöf,
Falkenland debuta como poeta en 1991, con el libro Illusio, y con él
se estableció como una de las más interesantes poetas jóvenes
de Suecia. En los años siguientes, publicó rápidamente tres
libros más de poesía: Huvudskalleplatsen (El lugar de la
calavera) en 1992, Ve (Maldición) en 1994 y Blodbok (El libro
de la sangre) en 1995. Estos poemarios confirmarían su posición
destacada en la lírica joven del momento. Con un lenguaje bello y trascendental,
calificado de “bíblico” por los críticos, retoma los temas por los
que ya se interesaría en su debut: la inseguridad y los vaivenes anímicos
de un alma profundamente religiosa, pero también deseosa de gozar de la
plenitud vital de su juventud. La bipolaridad sensualidad-ascetismo dan a su poesía
una atracción particular. Sentimientos de culpa, angustia, desesperanza,
melancolía, sensualidad, religión: temas de siempre pero a los cuales
Christine Falkenland otorga un sello personal, gracias a la originalidad de su
lenguaje y su capacidad de expresión lírica.
En 1996, la autora
publica su primera novela: Slägga och städet (El martillo y el
yunque). A ésta le siguen —con la misma intensidad de producción
que le dedicara anteriormente a la poesía— varias novelas más: Skärvor
av en sönderslagen spegel (Pedazos de un espejo roto) en 1997, Min
skugga (Mi sombra) en 1998, Själens begär (Ansias del alma)
en 2000, y la celebrada novela Öde (Destino) en 2003, que se haría
acreedora de diversos galardones literarios, entre ellos el Premio de Novela de
la Radio Sueca (2004), con la siguiente motivación: “Por su brillante lenguaje
poético y su sentida descripción de vidas humanas, Destino es una
novela que conmueve y perdura”.(2) La mayoría
de sus relatos se sitúan en el fin de siglo anterior, en el mismo paisaje
árido de donde la autora es originaria. Esto facilita el uso de ese lenguaje
casi arcaico que tan bien caracteriza la obra de Falkenland. Sus personajes son,
con frecuencia, almas atormentadas, que llevan en sí el anhelo de ser amadas
y aprobadas por su entorno. Una atmósfera que recuerda las creaciones bergmanianas
—con sus paisajes rocosos en torno a las aguas oscuras del Báltico en el
archipiélago de la costa oeste sueca—, aunque algunos críticos comparen
sus destinos femeninos con los de ciertas producciones de Lars von Trier: mujeres
con una latente vocación de sacrificio. Los temas son, de nuevo, la religión
y la angustia, la relación madre-hija y la búsqueda existencial
de sentido y trascendencia. Sus novelas dejan al lector con una sensación
de incomodidad, o una especie de melancolía. Se las ha calificado a veces
de demasiado oscuras y sobrecargadas, pero resultan finalmente textos únicos
y memorables gracias a la capacidad expresiva de la autora y su inteligente construcción
del relato. Destino recibió el Premio Literario del periódico
Svenska Dagbladet de 2003. La novelas de Falkenland se han traducido a
varios idiomas y se han publicado en Francia, Holanda, Suiza, Italia, Rumania,
Ucrania, Yugoslavia y Dinamarca.
En 2004, casi diez años después
de su último libro de poemas, Christine Falkenland presenta su quinto poemario:
Om honom (Acerca de él), recibido positivamente por la crítica.
En cuanto a su retorno a la lírica, la autora dice “la poesía es
mi primer idioma, y a él siempre regreso”.(3)
Acerca de él tiene como centro al hombre: a veces en forma de amante,
a veces en la de hijo. Pero es una mirada femenina e incluyente, donde las reflexiones
sobre la maternidad, por ejemplo, no siguen los cánones tradicionales sino
que expresan los más íntimos sentimientos del yo poético,
de una manera considerada a veces provocativa. El lenguaje, como siempre profético
y cargado de simbolismos cristianos, se siente —¿a pesar de eso?— como
auténtico, original y poderoso. Falkenland sigue siendo una voz singular
y digna de atención en el panorama lírico sueco.
En 2005,
la autora sueca publica un libro para niños titulado Albert och fjolen
(Alberto y el violín) y participa en la grabación de un CD denominado
“Miserere” junto con el compositor Axel Englund, donde poesía y música
se complementan de una manera muy personal. Ni sólo poesía ni sólo
música, sino un cruce fecundo entre ambas. En el disco colaboran, además
de la poeta recitando sus textos, el grupo Curious Chamber Players y la soprano
Sara Sandström. El poema “Miserere” está incluido en el libro Acerca
de él.
Después de vivir diez años en Estocolmo,
Christine Falkenland regresa a su lugar de origen. El ambiente duro y competitivo
de la capital la hizo retornar, y no se arrepiente. Vive en la actualidad en Gotemburgo,
con su compañero y su hijo. Sigue profesando su fe religiosa y es activa
como escritora y conferencista. En septiembre de 2006 apareció su última
novela, Trasdockan (Muñeca de trapo).
Notas
(1)
El schartaunismo es un movimiento religioso surgido en el seno de la iglesia protestante
sueca, impulsado por el pastor luterano Henric Schartau (1757-1825). Las prédicas
de Schartau, promoviendo una visión severa e intransigente del compromiso
cristiano, y haciendo hincapié en la responsabilidad de cada cristiano
de transmitir la fe y reclutar nuevos creyentes, tuvo mucha aceptación
y se extendió a fines del siglo XIX en el sur y el sureste de Suecia. Aún
hoy en día existen grupos seguidores de este movimiento.
(2)
Ver: http://www.sr.se/cgi-bin/P1/program/artikel.asp?ProgramID=499&Artikel=381554.
La traducción de la cita es mía.
(3)
“När Christine Falkenland skriver ligger hon ner på den bäddade
sängen”, en: Biblioteket i fokus, marzo de 2005, p. 10. La traducción
de la cita es mía. Ver también en: http://www.bif.se/fileadmin/pdf/2005_04/10.pdf.
Poemas
de Acerca de él,
de Christine Falkenland
Traducción:
Lilian Fernández Hall
Mi hijo crecerá y se convertirá en hombre
y vengará
mi
hijo será muy pronto hombre
y aniquilará a vuestras hijas
Reconciliación
y desesperación
no deben tocarse
Ay tú hombrecito
caballero
tan dulce
cargar el cáliz de la ira de mamá
cargar la rosa
de la angustia de mamá
* * *
Miserere
memoria
ten piedad de mí
me encadenas de pies
y manos
Recuerdo la perla resplandeciente
de mi rosario quebrado
Mi
amado
tú que eres las suturas en mi corazón
ten compasión
aléjate
con tu ternura
No te amo
sino apenas en el sueño
pero recuerdo
los besos tímidos
como gotas de lluvia nocturna
en mis labios voraces
Pido
porque me quieras perdonar
que yo fuera tan joven
indoblegable en mi confianza
en la carne
el éxtasis mi credo
yo fui una torre de fortaleza
no
le concedí piedad a nadie
He envejecido
desde que me viste por
última vez
una torre arrasada soy
En esta noche de los sentidos
mis
brazos fuertes como un juramento
la oscuridad se aprieta en torno a mí
mi
boca una promesa desnuda
y una persuasión mi carne
una vez fuiste
tú mío
te escupí lejos de mí
Quién
llevó a cuestas su semblante delante de sí
tú aparecías
en muchos rostros
pero nunca en el tuyo
tú estabas solo en este lugar
en
tu imagen colocada sobre ti
en mi sueño de otro
Todo interrumpido,
nada íntegro
ninguna parte del todo visible
nadie está aquí
conmigo
no puede alguien quedarse despierto
y rezar conmigo
Los encuentros
que recuerdo
nunca existieron
está oscuro ahora
y ya no puedo
verte
sé que las palabras de la ausencia
tampoco pueden ser verdaderas
No
sabía nada de mí misma
cómo podría entonces haber
dado
No pronuncio tu nombre
no tienes ningún nombre
renuncio
a la añoranza
me niego a entrar en la habitación de la ausencia
nadie
espera a nadie allí
no, no hay clemencia allí
el que me dará
a luz se demora
Mi perdón se quebró
Yo te obligué
a arrodillarte
desgarré tus vestiduras
apagué la luz de tus
ojos
una tras otra
tú yacías tan quieto
un altar para las
manos sin hogar
Ten compasión de mí
llévate tus
aromas contigo
y déjame sola con mis recuerdos
Tú me elevaste
sobre mí misma
tú fuiste la gota de dulzura en el cáliz
de mi dolor
Yo te amé a la orilla del mar
en los bosques junto
al lago
besos me diste
besos de tu boca joven, vieja
Te pido perdón
uno
de mis más pequeños
quiero dejar que los huesos que he quebrado
de
nuevo puedan volver a regocijarse
* *
*
Recuerdo un mar oscuro
y que era el fin del viaje
tú
fuiste el que me recibió
El día llega pronto a su término
y
la noche vendrá
te ruego
no me dejes
tus quejidos me harán
falta
Pienso
en las mujeres que serán tuyas
los abrazos que
te deleitarán
Tienes que amar a alguien como yo
o
a una joven
con las cejas pobladas
como signo de inocencia
y con todo el pelo acomodado
bajo su chal
Eso que de ti se me escapa
Eso que tú no eres yo
* * *
Ni una palabra más
sobre
navidad, canciones, risas
luz y calor
un feto expulsado me persigue
a
través del frío del tiempo
ninguna duda ningún arrepentimiento
cuando
te condené
a la nada
gateas sobre brazos y piernas delgados y azules
quieres
entrar al calor
a casa finalmente
y probar el sabor de los pechos
Todo
lo que había deseado y contemplado
era cenizas y polvo
me di vuelta
en
alguno de mis desiertos
y me convertí en una estatua de sal
pero
tú saliste de la ceniza, la sal, el polvo y la arena
te instalaste en
mi figura hueca
te dedicaste al nacimiento
fue una confesión el llevarte
dentro de mí
debajo de mi corazón
todo lo que soñé
para ti
la carne que compartimos
Tú atravesaste la penumbra
yo
deposito una gran esperanza en eso
que era nada
un consuelo en tus ojos
que ven en la oscuridad